Supercalifragilisticuespialidoso [Mandar MP para entrar]

Vacaciones de invierno y con ello también trabajo de medio tiempo, era genial poder salir de mi casa con la excusa de hacer algo productivo, aunque a mi padre no terminase de gustarle la idea. Para ellos era que yo me saliera de su cerco de control, para mi era liberador y la oportunidad de asomarme al mundo sin los miedos tatuados en fuego de mi gente, yo sabía las reglas, pero me gustaban los humanos, en especial uno, el chico probablemente no me voltearía a ver y era un secreto que no dañaba a nadie, con todo y que fuera contra las reglas de la manada.

En esto pensaba cuando crucé la calle en mi bicicleta, con el paquete para entregar en la canastilla improvisada que le había puesto para poder llevar los pedidos, me habían dicho que podía usar la motocicleta para las entregas largas, pero a mi me daba algo de nervio subirme en aquel armatoste. Estaba contenta a pesar del frío que azotaba la mañana, llevaba una bufanda tejida por mi de color lavanda, era mi favorita, aunque se vieran las puntadas chuecas. Por fin llegué a mi destino.

Me bajé de la bici y la arrastré hasta la entrada donde la dejé recargada en la puerta, no pensaba que nadie se la robara en frente de la comisaría. Me gustaba mi trabajo, eso de entregar paquetes era genial por que podía andar por toda la ciudad y conocerla, ya tenía un mapa mental muy bueno, incluso ya sabía nuevos atajos y conocía lugares que ni me imaginaba que existían.

Entré en con un caminadito algo danzarín tarareando para mi una cancioncilla pegajosa que se me había pegado por ahí. La comisaría estaba semi-vacía, había algunos que hacían guardias que bebían su café mientras charlaban. Metían a un detenido a los separos y mas al fondo las secretarias tomaban declaraciones.

-Buenos días! – salude efusiva con una gran sonrisa y esa misma me fue devuelta.

Seguí de largo a información y pregunté donde debía dejar el paquete, me mandaron al segundo piso, subí sin mas y me adentré en los cubículos, al fondo había uno que tenía una señalación con el nombre del destinatario del paquete envuelto en papel café con varios sellos postales.

-Disculpe… - dije al principio tímidamente acercándome a la puerta. – Paquete para el oficial Gary Francis Destiny – toqué la puerta entrecerrada que daba a la oficina esperando ser atendida.

Me asomé y abrí mis ojos como platos al ver a un hombre en interiores, grité cerrando la puerta de un portazo. – Lo siento!!! – me disculpé debí esperar a que me abrieran en lugar de entrar como si nada, se me subió el color a las mejillas y me quedé así mirando al suelo sin saber que hacer, si botarle el paquete o esperar.

Esperé, necesitaba su firma de recibido o me reñirían en el trabajo.