Gary F. Destiny

Es un hombre que aparenta la edad de la que tiene. Mide metro ochenta, por lo que se considera bastante alto, y pesa lo justo a una persona de su fisonomía. Empezando por arriba comentaremos que tiene el pelo corto y de matices castaños claros dependiendo del tipo de luz que haya. Alguna que otra cana se asoma, y él, como persona madura, no se los arranca o tiñe como hacen las mujeres histéricas ya que cree que le dan un aspecto más adulto y experimentado en su trabajo. Su frente se ve corrompida por un par de arrugas de tanto fruncirlo. Tiene unos hermosos ojos del color de la luna; casi plateados, pero su tonalidad varía según su estado de humor (más oscuro, más enfadado o triste). Tiene una nariz recta y unos varoniles labios entornados por una fina barba del mismo color que el pelo. Cuello grueso y hombros anchos, se nota que es un hombre que ha trabajado a lo largo de su vida y en consecuencia su cuerpo sigue activo, con grandes rasgos de hombre musculoso previamente -eso no significa que ahora no esté fuerte-. Suele vestir de forma elegante, con camisas, jeans y zapatos; pero cuando trabaja siempre lleba una riñonera y/o pistolera que pasa por detrás de los hombros y cruza la espalda. Carece de piercings o tatuajes, pero eso sí, su rostro suele ir decorado con heridas de cortes o golpes. Tiene varias cicatrices por el cuerpo que no luce. Lo único de lo que puede fardar es de sonrisa. Tiene una hermosa sonrisa deslumbrante que irradía luz própia y es capaz de hacerte borrar todos los males.

Siempre había sido un chaval sociable y sonriente, hasta que todo ocurrió y las circunstancias lo obligaron a madurar antes de tiempo de modo que a sus nueve años ya había aprendido lo que significaba no sentir pena al arrebatar una vida. Apartando su maduración a un lado pero conviviendo con los más fieros y sádicos mafiosos reforzó un carácter sencillamente implacable, frío, sigiloso pero letal. Como un animal enjaulado que aguarda dentro de su prisión el momento de rebelarse. Ahora es un hombre poco sociable, más bien callado, calculador, frío y distante que no cree demasiado en en el amor ni en la amistad -con sus respectivas-excepciones, y menos aún en la lealtad por parte de terceros. Su mirada es impenetrable y es muy dificil de predecir lo que pasa por su mente en cada momento. No se divierte, o muy pocas veces lo hace. ¿Creer? Cree en Dios ya que al fugarse después de asesinar al gran capo convivió con unos monjes que lo acogieron. Sabe que Dios existe y sinceramente se arrepiente de haber arrebatado vidas aunque jamás lo confiesa. Es plenamente consciente de que no es ni ha sido una buena persona, por lo que se resigna a creer que está condenado al infierno, y lo acepta con el dedo en el gatillo. Su vida no ha cambiado mucho, pero ahora simplemente intenta remediarlo aparentando ser una persona normal que sonrie y vive con la conciéncia tranquila como todo el mundo. Un detalle más, siente desprecio por los superheroes y los villandos, haciéndolos responsables de todas las desgracias que le ocurre a su ciudad.

Pasado,presente y futuro:

-Historia:
[justify]Inglaterra, siglo XX. Sólo nacer le fue adjudicado el nombre de Gary, como Gary Oldman, un famoso actor. Estaba destinado a grandes cosas, o eso creían sus padres al ver que un precioso bebé había llegado al mundo para iluminar sus vidas una vez lograron desvincularse de los sucios tratos con la mafia. Así es, sus padres habían estado peligrosamente en contacto con el más temido capo de todos los tiempos. El caso es que el pequeño Gary solo disfrutó de la felicidad de ser un niño normal hasta sus siete años, cuando el temido capo reclamó una deuda que al parecer no se podía saldar con dinero ni con buenas intenciones. Eso le costó muy caro al pequeño, ya que pudo ver como un par de esbirros del mafioso violaban y mataban a su madre delante de sus narices sin que él ni su padre pudieran hacer nada.

Después de eso solo quedaron los dos hombres Destiny, el padre de Gary, Neil, y él. Al chico le pusieron una pistola en la mano, le apoyaron el dedo en gatillo y le hicieron apuntar a la frente de su padre que yacía de rodillas en el suelo con las mejillas bañadas en lágrimas. El pequeño estaba aterrado pero no le tembló el pulso a la hora de acabar con el sufrimiento de su padre. Dicen los que estuvieron ahí que el pequeño solo derramó una lágrima mientras apretaba el gatillo. Eso pareció impresionar al capo por lo que decidió no asesinarlo sino reclutarlo para pasar a ser uno de sus confidentes. Durante años el pequeño Gary Destiny fue creciendo y aprendiendo tanto a usar armas como a manejarse en el noble arte de la vendetta. Y tan bien aprendió la lección de que la venganza es un plato que se sirve frío que en su día apuntó, con la misma arma que le obligaron a matar a su padre, y no dudó en apretar el gatillo.

Al ver la sangre que emanaba del agujero que él había dibujado en la frente del gran jefe de la mafia solo pudo hacer una cosa, huir. Esconderse pasando a ser un fugitivo. Los de la mafia no saben que él lo mató ya que solo vieron el problema de sucesión que se les venía encima, aún así, algunos sospechan de su huída. Rápidamente emigró, a la espera de poder empezar de cero a sus tiernos veinte años. Tras presentarse a unas pruevas, tuvo acceso al cuerpo de guardia civil, posteriormente nacional y tras unas oposiciones y mucha sangre y sudor, se convirtió en miembro del FBI.

Pasaron los años y el hombre iba creciendo, dejando a su parte infantil enterrada junto a su pasado que nadie nunca debía averiguar. Muchos tiroteos, muchas investigaciones y demasiadas detenciones lo mantuvieron lo suficientemente ocupado como para reparar en cosas como crear una família. Ahora, con 45 años, se encuentra sentado en el despacho más prestigioso de la central de la FBI, con mucho papeleo por delante y una idea muy clara... tiene en sus manos la hermosa oportunidad de mejorar el mundo.