Veo como el muro se derrumba poco a poco ¿Crees que eso esta bien?{Kiefer}(+18)

Hace ya una semana que Kiefer le conto el porqué había hecho lo que hizo y finalmente, sin saber que debía hacer le había comprendido pero el miedo aun perdura en su interior. Al final esto era una visita a tú casa y la siguiente tú a la mía. Pero no era porque acordaron en quedar así, más bien era porque quería saber como estaba, ese era su prestesto, pero ¿para que estaban los teléfonos ? Lo que pasa es que era una completa negada para los moviles es más, ni siquiera tenía uno.

Pero no se lo cree, no se cree que podía estar al lado de una de las personas que odiaba pero él simplemente era diferente para ella pero pensar en eso era una tonteria porque todo el mundo era diferente solo que era una completa pesimista hacia las cosas y hacia las personas. ¿Cuanto hace que no habla de aquel modo con uno de su especie? Pero no digamos solo de su especie, con otra persona que no sea la guitarra...

Pero después de lo que paso, de su secuestro tal vez los medios de comunicación estarían encima de él, pendiente a lo que hacia. Había que recordar que muchas personas le conocian. Tenían muchos fans y ¿Si esta visita perjudicaba a uno de los dos, o mejor dicho a los dos? Ya se sabe como son los periodistas para sacar alguna información sin saber si lo que van ha publicar es algo falso o verdadero porque ya los periodistas no son como lo eran antes.

A pesar de aquel planteamiento no le importo ir hacia su casa, sabía donde vivia, sabía el problema que eso suponía ir temprano así que espero a que el sol se pusiera y la luna saliera, pero no salio nada más salir la luna espero a que fuera un poco más tarde entonces, hay fue donde salio para su casa. En esa semana se había teñido el pelo de otro color, aun lo mantenía corto pero le añadio un color negro y rojo además de que estando corto el pelo le dejaba ver los dos agujeros que tenía en las orejas. No se había vestido para nade especial, se había vestido como siempre solia hacer. pero esta vez no iba del todo negra.

Estaba nerviosa, nerviosa por haber venido y que este no estuviera en su casa, podía estar dando un concierto, pero no lo creía, o mejor dicho no sabía con toda la seguridad que estaría en su casa. Lo bueno es que la última vez que aparecio por sorpresa a en su casa tuvo suerte que estuviera y lo mismo con él. Pero estaba más nerviosa porque no sabía si la chica la cual no recuerda muy bien el nombre esta en su casa, porque si era así entonces preferiria que no estuviera, además de dar media vuelta e irse por donde mismo había venido, pero, ya era tarde para eso, porque había hundido el botón del timbre con unos de sus dedos y solto un ligero suspiro mientras bajaba la mirada y llevaba los dedos de su manos a unos de los tirantes del pantalón corto que tenía.

Espera, eso es lo único que hace tras tocar el tiembre, con la cabeza hacia abajo mirando el calzado que tenía puesto pero sintio como su corazón latia más rápido al escuchar pasos acercandose a la puerta y después de unos cortos segundos esta se abre y al mismo compas que la puerta es abierta esta levanta la mirada y la clava en aquellos ojos verdes que solo reflejaban lo sorprendido que estaba. Pero sus ojos recorrienron un pequeño trayecto hasta llegar a sus ojos; Viendo como aquel tatuaje que tenía brazo izquierdo, lo podía ver perfectamente, por donde empezaba y donde terminara, y era la primera vez que se fijaba en aquellos tatuajes, además de que logra ver otro en un poco más abajo de su vientre. ¡Podía averse puesto una camiseta antes de abrir!

-Lo se. -Dijo en contestación a su saludo entrando a su casa ya que se había apartardo para dejar paso. Cerro ella la puerta una vez dentro. Pero por suerte no dijo nada y aquel pequeño movimiento que hizo en apartarse un poco de la puerta supo que podía pasar a su morada.

Ya eran más que unos simples conocidos, ambos sabían algo más de cada uno, y puede que no solo eso sepan, poco a poco los dos se irian conociendo y aquel muro terminaria por romperse dejando por el suelo todos los trozitos.
-Siento... no avisarte antes de venir. -Intento disculparse encogiendose de hombros. Se supone que lo normal es avisar antes de ir a una casa porque quien sabe si le encontrara en un momento en el que no debería encontrarle, pero aquella idea se la saco de la cabeza ya que creía que no era posible en esos momento, o bueno quien sabe.

-¿Como estas? -Pregunto para romper el hielo y así entrar poco a poco en el terreno, pero es que después de lo que paso en su casa no sabía como debía de actuar delante de él. Pero hay estaba parada y sin saber que decir, ni siquiera iba a empezar del porque estaba allí parada. Tan solo desvio la mirada a una parte de su casa intentado evitar mirarle.

Se llevo las manos hacia atras entrelazandola, porque podía decirse que estaba nerviosa, pero ¿Por qué? ¿Tenía motivos por los que estar así? Sí, para ella sí. Estaba entrando en un terreno totalmente distinto, no era el principio ni el final de lo que iba a pasar. Pero en el fondo de todo aquello estaba uno de los verdaderos motivos por el cual estaba allí plantada, y era el deseo de verle, el deseo de ver aquel rostro, aquella mirada y notar su presencia serca de ella. No quería estar sola, no sabía que hacer en casa solo quería verle. Aunque pueda parecer todo lo contrario, y pesar de lo que sabe, no podrá odiarlo pero eso el ya lo sabe. Tan solo pensar que resolto que los dos son importantes en sus vidas.

Se encogio un poco de hombros y entro las manos dentro de los bolsillos de aquel corto pantalon de cuadros azules que llevaba encima, aunque por el segundo comentario que hizo solo obtuvo de respuesta una ceja alzada. Vale, tal vez eso le daba igual.

Debería darle igual verle así con su torso desnudo pero no era así. De todas formas él pudo darse cuenta o solo fue un gesto de ir a ponerse algo encima. La confianza entre los dos había aumentado y puede que vaya creciendo, pero claro, aquella pregunta no fue contestada muy rápido, más bien frucnio el seño, tal vez no quisiera contestar, tal vez aquella sorpresa era demasidado y puede que se presipitara en venir a su casa. Solto un leve suspiro mirando hacia abajo y alzando luego la mirada para ver como se ponia aquella camiseta de tirantes había avanzado lo suficiente para estar ya dentro del salón.

Pero se quedo parada viendo como se encogia de hombros y tras aquello se sentaba el sofá, espero unos segundos para que su pregunta fuera contestada, ya creía que no iba a contestarla pero simplemente estaba pensandose la respuesta. Lo primeor que escucha se había alegrado por un momento en que aquella chica no estuviera, pero no porque se alegraba de lo que le pasaba, más bien era porque no quería irse aún y que quería quedarse un buen rato al lado de él y lo único que hizo es ocultar aquella pequeña alegría y dejar su mirada fija en la de él, escuchando cada palabra. Pero no evitar arrugar un poco la frente al seguir escuchando, eso quería decir que se sentia muy solo en esos momentos, pero ella no vino antes porque pensaba que era mejor darle espacio y que estuviera pendiente con aquella chica llamada Nicole.

Avanzo hasta el sofá donde se sento a un lado, con las piernas cruzadas y apoyando las dos manos encima de asiento del sofá, alzando ligeramente los hombros y llevando el peso de este hasta las manos y por último gira la cabeza para verle.

-Tal vez aun estes aturdido por todo y puede que necesites descansar aun. -Intento darle una explicación a lo primero que dijo, porque si él no sabía lo que le pasaba ella menos. Solo él se conocia bien aunque últimamente empezaban a concerse el uno al otro pero aquello no era suficiente comop para enter lo que le pasa a cada uno, pero suponia que eso era algo imposible. -Y Sí, tranquilo, mejor que tú estoy. Pero eso no quita que estuviera preocupado por tí. -Dijo aun mirandole totalmente enserio, porque por una parte estaba allí para saber como estaba después de todo lo que le había pasado y por ya sabe una cierta idea de como esta.-

-También he venido a ayudarte a respirar fuera de aquella oscuridad en la que estas. -Agrego aquellas palabras segundos después, dejando un corto tiempo. Pero claro, el modo en como lo haría no lo tenía muy claro. Porque tampoco es que quería preocuparle por algo más y cargarle con una de sus historias, de su pasado, de su vida.-Ya después que lo consigas tal vez aquella gran inspiración vuelva a fluir por tu cabeza.

Pero claro una idea se le había ocurrido para que pudiera él pudiera salir de aquella oscuridad aunque no sabía si era algo efectiva, porque, ¿Como ayudarle a salir cuando ella no había salido del todo de aquella oscuridad? Puede que si él lo consiga ella pueda salir completamente. Si, los dos eran unos casos y menudos dos estaban hechos para padecer los mismo o algo similar aunque sea en distinta manera, pero se sentia bien al estar con él. Pero si lo que se sentia es solo en estos momentos, ella procuraría que con su compañia no se sintiera de aquel modo.

Su corazón empezo a palpitar más rápido al esuchar esas palabras, esperaba otras, pero no aquellas. Pero apenas le dejo margen para poder reaccionar y decir algo, simplemente puso sus ojos en los de él y escucho aquellas palabras. Vale, conocio a una loba, estuvieron enamorados, pero ¿Solo era eso? es decir, vale, en el momento que escucho que estaba enamorado se encogio de hombros y tan solo se quedo pensativa haciendo que no dijera ni hiciera ningun movimiento hasta que él rompio aquel silencio y dijo aquella palabra que odiaba. Desvio la mirada hacia el frente para no tener que mirarle porque ya era suficientemente duro escuchar aquello. ¿Quien o dice que, si una vez abandono a la loba de la cual estaba enamorado no iba hacerlo con ella? Con una loba cantante que al parecer estaba en la misma situación que él. Ahora mismo no tenía porque quedarse a su lado, y más cuando se trataba de una cantante la cual no tenía porque importarle.

Giro su cabeza para mirarle y ver coom llevaba su mano a sus ojos, arrugando las cejas y escuchando aquellas palabras que decia él. Pero ni siquiera sabía como tomarse aquello, si hacer lo qeu había dicho o irse. ¡Joder! porque ya estaba cansada de ser abandonada una y otra vez. Y ahora que él había ganado unlugar en su corazón, en su vida en ser parte de aquella vida que tenía, en intentar romper la soledad.

Sabía como estaba, sabía que era dificil contar lo que estaba haciendo. Así que no dijo nada hasta después de unos segundos largos.

-Veras... Yo estaba casada. Me había casado, con un lobo pero ya puedes imaginarte que pudo pasar. -Dijo en susurro y mirando hacia su spiernas.- Me abandono y lo peor de todo es que pienso que fue culpa mía, como siempre, pero de esta más. Porque él quería un hijo y yo no se lo di. -AL decir las ultimas palabras le miro no sabía porque dijo aquelo, tal vez tenía que saberlo antes de empezar a decirle algo. Pero no se sentia obligada a decirselo, porque quería que le conociera más.

No sabía que hacer, que decir antes sus palabras. Queria irse pero a la vez no. Sentia como si el sofá le retuviera, la tuviera hay amarrada como si se tratase de un iman.

-K-- Kierfer, yo quiero estar a tú lado. -Dijo aun mirandole intentando abrirse más, dejando de lado aquello en lo que pensaba en irse de su casa y no verle más. -Pero, tengo miedo... tengo miedo y más ahora de que me dejes de lado como lo han hecho todas las demás personas. -Confeso, dejo salir aquel nudo en la garganta. -Porque, si has hecho aquello nada puede asegurarme que no lo haras. -Dijo con voz triste y una mirada igual que desvio hacia delante. Sí, aquel muro se derrumbaba poco a poco y los dos se conocian cada vez más-

No hay respuesta, solo un gran silencio del cual se escuchan la respiración de ambos y de aquel reloj que marcaba cada segundos que transcurria y que le ponía de los nervios. Nunca le había importando
tanto el silencio que en este momento, quería romperlo, quería escuchar las palabras de Kiefer por lo menos algún que otro gesto pero no lo consigue, se estaba impacientando hasta el mismo pensamiento de antes se le vino a la cabeza y tenías intención de hacerlo pero no se levanto más bien se quedo a la espera de que el silencio se rompa pero otra vez no consigue nada, tal vez no tenía que haber dicho eso tenía que haber reprimido lo que pensaba en ese momento pero no podía decir otra cosa más que aquellas palabras, esa vez no podía mentir y ocultar aquellas palabras y es cuando gira la cabeza para mirarle, para clavar sus ojos marrones de loba en los ojos de él, esperando que el reaccionara y rompiera aquel pequeño silencio.



Esperaba cualquier cosa menos eso y apenas podía asimilarlo y se quedo totalmente en las nubes si se podría decir, tal vez aquello sería exagerado pero siendo ella no lo era, después de su marido nadie más o mejor dicho ningun lobo más a podido tocar sus labios y Kiefer lo ha hecho, un lobo, una de las personas que ella odiaba con todas las fuerzas pero que era incapaz de odiarle a él, no podía y no quería hacerlo. Tal vez al principio le hubiera molestado, pero lso dos sabian cosas del otro y practicamente se conocian ya, y no era la misma experiencia que amenudo solia tener.

Sus ojos se quedarón completamente abiertos, hasta dejar aparecer un brillo en sus ojos que dejo caer una lagrima que suprimio cerrando los ojos algo fuerte y sus manos se encontraban hacia abajo sin haciendo un ademán para poder reaccionar y apartarle pero prefirio que por muy doloroso que seguramente iba hacer aquel beso dejo las manos quietas, ni siquiera se atrevio a rechazarlo una vez que sus labios se juntaron. Porque ella también deseaba que él hiciera aquello, deseaba probar sus labios aun corriendo el riesgo de otro posible abandono. Pero también pudo comprobar que aquel beso no era como muchos de los cuales le habían dado.

Su corazón había empezado a latir más rápido que antes, tal vez tenía la sensación de que iba a salir del interior de su pecho y aquel sentimiento que no sabía como indentificar se hacia más visible para ella. Con aquel simple beso, no, no era un simple beso aquel beso tenía todo menos algo simple y los dos lo sabían. Pero aun así aunque sea con aquel beso ella sentia aun miedo y sencillamente no queria pensar la peor parte.

Se atrevio a subir una de sus manos a su mejilla inscocientemente y seguir aquel beso lleno de pasión y deseo. En ese momento el muro ya apenas podía sostenerse en pie y no sabía si eso era bueno.

No vino con ese proposito a su casa, solo quería saber como estaba, en hablar en terminarle de contar su pasado y no creía que aquel muro se terminara por derrumbar añadiendo que sus labios se juntaran para realizar un beso lleno de deseo.

Pero tampoco se arrepiente de que Kiefer la haya besado es más hay pudo darse cuenta del porque no podía odiarle a pesar de ser una de esas personas que jamas puede perdonar, sin embargo los dos estaban en una habitación solos, uniendose con un beso.

Poco a poco pudo sentir su lengua dentro de su boca pero esta levanto su defensa para enfrentarse y luchar con su lengua, mientras hacia eso su mano que estaba puesta en su mejilla se deslizo hasta su nuca donde pudo juguetear con su pelo. Después siente la mano de Kiefer en su camiseta, que piensa en si estaba preparada para dar el siguiente paso, pero ¿Por qué no? si le deseaba y después de tanto tiempo sin estar con un lobo se alegraba que este fuera él.

Dejo de acariciar su pelo para quitarse el pañuelo qeu tenia en su cuello y después aquella sudadera de cuadros, dejando ver tan solo una blusa de tirantes con florecitas e intentando no dejar de besarlo en ningun momento, besando sus labios, juegueteando con su lengua y mordisqueando los labios pero sin hacerle mucho daño, suave, preciso, delicadamente para no causarle dolor.
Aunque ¿Qué placer sin dolor hay?

Aun no podía creer que estuviera haciendo esta locura, nunca llegue a pensar que volvería a pasar
eso y más con un lobo, con uno de mi misma especie. Pero no quería pensar en el dolor que había pasado anteriormente. Porque quería disfrutar al máximo de este momento, del momento que nunca pensé que desearía tanto que pasara hasta ahora. O tal vez si, lo deseaba pero aquella oscuridad en la cual estaba al igual que él no dejaba que me imaginara un momento así. siguiera su curso. No tarde mucho en quitarme y quedarme en tan solo con el sujetador, dejando aquella prenda a un lado. Nunca creía que podía desear tanto que nuestros cuerpos estén entrelazados y llegar a fundirse hasta convertirse en uno solo. Pero quería que este momento sea perfecto que la primera vez con Kiefer fuera algo que no pudiera olvidar sin saber si después volvería a estar herida de nuevo, pero también quería que él no olvidara este momento.

El nerviosismo no era algo que Kiefer sintiera muy a menudo, es más, sus nervios de acero y su frialdad le permitían mantener la calma en situaciones en las que cualquiera perdería los estribos. Pero no por ello no era consciente de la inquietud que recorría a Aitana a cada caricia o cada movimiento de ambos, un cinturón desabrochado, la sutil torpeza a la hora de deshacerse del botón que mantenía firmes sus pantalones, o sus besos, apasionados y curiosamente tiernos, unos besos que Kiefer estaba disfrutando con cada fibra de su ser.

Sin embargo, el deseo era quién ahora tenía el control sobre su cuerpo, la necesidad de reafirmar, de hacer física, una posesión que, sin ser consciente, deseaba desde hace un tiempo. Por ello mismo sus manos viajaron a la espalda de Aitana con rapidez y deshacieron el cierre del sujetador, dejando que éste cayese sin dificultad alguna sobre el sofá. Pocos segundos, apenas décimas, son los que tardó en separarse de su boca y lanzarse a por uno de sus senos, entreteniéndose con su lengua, disfrutando como si de un cachorro con su madre se tratase, salvo por el tinte claramente erótico y sensual que le imprimía a cada gesto. Sus manos de nuevo se encontraban libres, y sus ojos verdes observaban los contrarios desde el escote de la joven. Los dedos volvieron a acariciar, una caricia serpenteante, sinuosa y descendente, bordeando espalda y costado, rodeando finalmente la cintura y acariciando el vientre desnudo.

Comenzó a juguetear con el botón del short vaquero, como si desease demorar más tiempo lo que ya de por sí era inevitable para ambas partes, como si quisiese oirla suplicar para hacer lo que él estaba haciendo ahora mismo, que era quitarse los pantalones con la única ayuda de sus piernas, quedándose en ropa interior tras unos instantes... Pero no era el caso, esta vez no quería jugar ni divertirse: La quería a ella, así de simple y así de tajante, y por ello mismo desabrochó el botón y se deshació de los pantalones de Aitana.

No fue lo único que se llevó por delante, y es que la ropa interior fue arrastrada por la fuerza del movimiento, dejando a la loba expuesta, desnuda, vulnerable...

Suya. Y ese pensamiento, esa certeza, fue la que le hizo alzarse de pie y abalanzarse sobre ella con un corto gruñido, quedando su cuerpo encima del de Aitana, devorando sus labios en lo que su cadera se acoplaba, como dos piezas perfectas de un puzzle, a la de ella, favoreciendo una fricción y un enloquecedor roce entre ambos cuerpos, complementado perfectamente, una sinuosa melodía creada para enloquecer,por sus constantes mordiscos a labios, cuello y garganta.