Alexandrina Warren.

• Alexandrina Warren •
Cuando la necesites, ahí estará.

Raza ~ humana.
Edad ~ veinticinco años.
Nacionalidad ~ estadounidense.
Actividad ~ enfermera en el Departamento de
urgencias, en el Hospital General de Bucarest.
Orientación sexual ~ heterosexual.

• Descripciones •
Todos somos de alguna u otra manera.
Todos somos diferentes.

Descripción física ~ Lexie es la viva imagen de su madre. Ha heredado de ella casi todos sus rasgos, tanto los malos como los buenos. De baja estatura, apenas alcanza el metro sesenta y tres, pero no se queja, aprendió a convivir con ella y no hay día que no se ría de lo pequeña que es. Acompaña una figura esbelta natural, ya que nunca fue muy buena en la clase de deporte y por supuesto, le desagrada. Sin embargo, considera necesaria una correcta nutrición —la verás siempre contando las calorías de lo que ingiere— y eso ayudó, evidentemente, a su aspecto físico.
Lleva el cabello de un marrón natural, corto a la altura de los hombros con flequillo incluido. Sus ojos son bellos a la vista de cualquiera, de un tono azulado mezclado con verde, imposible de distinguir sólo un color, alterados constantemente por los cambios de luz. Su mirada está acompañada de un brillo especial, lo que la hace lucir más bonita aún. La nariz es lo poco que comparte con su padre, agradecida de ello, ya que es una nariz bastante pasable. Sus labios dibujan una de las más codiciadas sonrisas, encantadora y letal. 
Maquillada, por supuesto, pero lo más natural posible ya que no le gusta lo exagerado. Un color uniforme en el rostro, resaltar sus impactantes ojos y un rosado en los labios para finalizar.

Descripción psicológica ~ Alexandrina es una joven risueña y soñadora, que avanza siempre con una sonrisa optimista. Ha aprendido de su padre a ser compasiva, amable, bondadosa, cariñosa, a pensar en quienes la rodean, a cuidar a los que ama, a ayudar a aquellos que necesiten de su ayuda. Es perseverante, y para ella, no existen obstáculos. Obstinada como pocas, defenderá su argumento hasta que puedas probar lo contrario. Es segura de sí misma, cree en lo que puede hacer y en lo que es, no duda de sus decisiones sino que enfrenta con valentía las consecuencias de sus actos. No se arrepiente con facilidad, por ende, pero a veces quisiera cambiar todo lo que hizo y empezar de nuevo.
Lexie es compresiva y tolerante, intenta no juzgar a los demás por lo primero que ve, no siempre es fácil, claro está. Sabe escuchar y dar consejos, es una buena compañera. Sin embargo, el preocuparse mucho por los demás ha hecho que quede un poco de lado el preocuparse por sí misma: eso está empezando a cambiar ahora que se muda a Bucarest. Busca encontrar la esencia de sí misma que quedó perdida en el tiempo.
Ella es como una niña, siempre cariñosa con los demás. Se despierta todos los días de buen humor, con una sonrisa de oro reluciendo en su rostro. Cuando tiene tiempo se toma el trabajo de comprar unas flores y regalarlas a alguien que también trabaje en el hospital, para alegrarle el día. Es bastante fuerte en cuanto a las situaciones emocionales, aunque esto no significa que sea así en todos los casos. 
Es ordenada, prolija, cuidadosa, aplicada, responsable. Jamás se olvidará de nada ni nadie: tiene una memoria prodigiosa. No suele equivocarse en su trabajo, y cuando lo hace no le alcanzan las disculpas para sentirse tranquila consigo misma. Rara vez está nerviosa o enojada, en el segundo caso cuando sucede, ella simplemente enfrenta el tema hasta solucionarlo. No le gusta que las cosas queden a medio hacer.
Es muy exigente consigo misma, y a veces con los demás. Ese es su mayor defecto, pretender que todo salga bien y ser poco tolerable ante los errores. 

• Pasado, presente y futuro •
De algún lado venimos y hacia algún lado vamos.

Historia ~ Crina se convirtió en una diseñadora de modas cuando era joven, y sabía que sería mejor abandonar su país para poder seguir su sueño. Terminó en Estados Unidos, encontrando al hombre de su vida: Gerard Warren.
Contrajeron matrimonio y tuvieron dos hermosos hijos. El primer niño fue llamado Carter, y la mujercita, Alexandrina. La familia vivía en perfecta armonía. Los afortunados señores Warren pudieron pagar toda clase de estudios extras para sus hijos, incluyendo una educación privada. Lexie era la niña de papá, y compartían cada momento que podían, juntos.
Durante su adolescencia, la joven tuvo infinidad de peleas con su madre. Ella participaba de clubes de ciencia y siempre que podía se daba vueltas por el hospital estudiando el trabajo de su padre. Crina quería que amara la moda como ella, pero fue imposible. El corazón de Lexie le dictaba que ser enfermera era su vocación.
Al finalizar la escuela, se dirigió a esa carrera. Se graduó y en poco tiempo estaba ejerciendo junto a su padre y a su hermano en el hospital de su Chicago natal. ¿Podía pedirle algo más a la vida? Todo era perfecto.
Las cosas dieron un giro brusco cuando Gerard tuvo un paro cardíaco. Para Alexandrina su vida se desmoronó en un instante, mientras que su madre y su hermano podían seguir la vida como si nada hubiera ocurrido. Ella no los entendía, y por eso les dio la espalda sumiéndose en dos largos años de depresión. Pero entonces apareció un hombre en su vida que lo cambió todo e hizo renacer a la Lexie que amaba su padre.
Al final las cosas no salieron bien con este muchacho, pero ella ya estaba feliz. Ya era una nueva Alexandrina dispuesta a enfrentar la vida. Para eso tomó la decisión de mudarse a Rumania, donde vivía parte de su familia. Adrian le hizo un lugar en su apartamento, y el idioma no fue nada difícil ya que ella aprendió rumano desde pequeña. Entonces, consiguió el puesto de enfermera en el Hospital General de Bucarest, llena de energía para una nueva vida. 

Era un conocido médico estadounidense en Chicago. Falleció a los cuarenta y siete años de edad por un paro cardíaco.
La relación entre Lexie y papá era perfecta. Ella le adoraba, él era su maestro de vida. Le enseñó quién ser, le enseñó a elegir y amar sin miedo. Era un hombre muy querido dedicado a los demás, y lo demostraba en su profesión. Siempre tenía las palabras correctas para calmar a su hija. Su muerte fue dolorosa para todos, pero para Alexandrina fue como si parte de ella misma se hubiera ido con su padre. 

Diseñadora de modas rumana que se mudó a Chicago, donde conoció a su marido. Todavía está viva, con cincuenta años, y continúa diseñando ropa.
Crina no fue una mujer muy presente en la vida de sus hijos. Ella pasaba demasiado tiempo ocupada con su trabajo como para jugar con ellos o ayudarle en sus tareas escolares. Cuando Lexie creció, Crina sintió al obligación de ser la madre que toda adolescente necesita. La ayudó con el maquillaje y las ropas, y por supuesto no faltaron discusiones entre ambas: quería que su hija fuera más sociable y dejara de estudiar tanto, pero no lo logró. La muerte de Gerard la hizo más fuerte, porque sabe que él aún vela por su vida, y está mejor allí que aquí.

Cirujano plástico estadounidense en Chicago. De treinta años de edad, con el beneficio de ser hijo del queridísimo Dr. Warren.
Entre Carter y Lex las cosas siempre fueron tranquilas. Jamás se amaron con locura, pero tampoco se odiaban. Podían compartir gratos momentos juntos, como una película, y también podían ser indiferentes el uno con el otro. Después de la muerte de su padre, ya ni siquiera volvieron a ver una película juntos. Como Carter sintió lo mismo que su madre respecto de su muerte, Lexie los expulsó a ambos de su vida. 

Rumano hijo de su tío, hermano de Crina. Es empleado en el Hospital General de Bucarest y tiene veintiocho años.
Adrian recibió a su prima con los brazos abiertos a pesar de no conocerla. Se llevan bastante bien, además de que él fue quien la presentó en el hospital para que consiguiera su trabajo.

• Otros datos •
No sólo somos por lo nuestro carácter,
sino también por nuestros gustos, miedos, odios...