¿Quién lo iba a decir? [Libre]

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No podía creerme que me hubiera tocado hacer un artículo sobre “Las dos caras de la Luna” uno de los locales más frecuentados por los lobos. Ese día iba a ser mi perdición, no me apetecía nada tener que rodearme con todos ellos, y menos cuando no me conocían de nada, me verían como un pequeño bichito raro que solo iba a incordiar un poco. No a todo el mundo le caían bien los periodistas, igualmente yo no pensaría decir que lo era, sería una cliente más, pondría mi mayor sonrisa fingida e intentaría disfrutar de una noche diferente y quizás podría decirse que especial. En el primer caso, Rose, una compañera del periódico iba a ir conmigo, pero finalmente se rajó, me soltó más de diez excusas, todas diferentes, finalmente me dí por vencida y le dije que no importaba pero que se quedara con Izel, ésta aceptó encantada y se llevó a Izel por la tarde, antes de que yo me empezara a arreglar.

Del armario cogí un vestido negro con detalles en azul marino, era cortito con unos ligeros tirantes que llevaban incrustados pequeños cristales de swarovski;El traje se me quedaba perfectamente ceñido dibujando las curvas de mi cuerpo, estilizando así mi figura y creando una ilusión óptica de unas piernas aún más altas de lo que ya lo eran; En los pies me puse unos tacones de Loubotin de la misma tonalidad del vestido, eran cerrados pero bastante curiosos por el dibujo abstracto que tenía en la punta. En el pelo me hice un medio recogido sujetándolo con unas orquillas de bronce dejando caer el resto del cabello en tirabuzones por mi espalda; los ojos me los maquillé ahumados entre azul marino y negro, dando toques de luz con color plateado en la parte interior del parpado, no iba sobrepasada, iba elegante y perfecta para la ocuasión. Para finalizar el conjunto me puse un abrigo de satén negro que me cubría hasta las rodillas, cogí mi bolso de CH y salí de casa como nunca había salido antes, me sentía especial esa noche.

Llegué al local con paso elegante y decidido, no estaba nerviosa y estaba dispuesta a hacer el mejor artículo sobre dicho lugar, me lo iba a pasar bien y además me llevaría una gran recompensa. Entré y dejé mi abrigo en un pequeño lugar donde los recogían, acto seguido me adentré por completo y me quedé quieta observándolo todo con lupa. Era muy grande, había muchísimo espacio, la pista de baile era increíble, una larga barra se encontraba en una zona perfecta para poder aislarte un poco de la pista de baile, también había un pequeño escenario y mucho ambiente, se respiraba diversión allí dentro.

Decidida a que iba a pasarlo bien a fin y al cabo, me dirigí a la barra con el bolso en la mano, paso decidido y una mirada seria que fulminaría a cualquiera que la mirase en esos momentos, mis ojos estaban más verdes que nunca, la situación del lugar hacía que se pusieran así. Me senté en la barra y me incliné hacia delante mirando el interior, con cierto descaro me llevé la mano a la barbilla esperando a que me atendiesen.

-Un vodka por favor, con mucho hielo –Remarqué.

Al instante me lo sirvieron, eran rápidos. Del bolso saqué mi móvil para comprobar que todo iba bien. Con lentitud tomé el vaso entre mis manos le di un pequeño sorbo y me giré para observar todo el lugar con más detenimiento, quizás encontrase a alguien con el que poder saber algo más sobre el lugar.

Tema: Re: ¿Quién lo iba a decir? [Libre] Lun Mar 22, 2010 6:51 am

Estaba cansado necesitaba una ducha y quizás comería algo ya que le había prometido a Jacque que me cuidaría al menos un poco. Conduje por las calles de Bucarest sobre mi moto, la búsqueda de Jeremmy la estaba llevando a cabo por mi cuenta, sin resultado eficiente alguno, pero seguía insistiendo a pesar de los pesares. Me adentré en el callejón junto a la puerta de entrada del local, dejando en la oscuridad la moto, seguro de que nadie haría nada por el mero hecho de ser mía, ya sea desde el perfil de líder para los lobos, como del dueño del Luna para los humanos, ambos respetaban aquello.

Apagué el motor sumiéndome en la oscuridad del callejón cuando el faro se apagó, con movimientos tranquilos, o mas bien cansados, me bajé de la moto para caminar fuera del local escuchándose el típico "bit bit" al poner la alarma de la moto. El seguridad que estaba en la puerta .lobo por su puesto, pudo reaccionar a tiempo al reconocerme y abrir la puerta. Yo no pedía tal trato, pero aquella noche agradecí el no tener que tirar de aquella pesada puerta, un tufo a aromas humanos mezclados con los licátropos añadiendo el humo y el sudor, abofeteó mi nariz haciendo que durante unos instantes me detuviera al entrar. Una vez dentro fui directamente a la barra -Pon me un vodka- Dije al primer camarero que me miró, pues me vio caminar hacia la barra y siempre que me acercaba era para o pedir algo de beber, o echar la bronca o para pedir algún papel.

El vaso estaba en frente mío de forma rápido, vodka solo con un único hielo en un vaso con de rock alto, no tanto como un vaso de tubo, le di un trago, buscaba calentarme algo antes de subir a darme esa ansiada ducha. Busqué en los bolsillos del pantalón el paquete de tabaco sin éxito, teniendo que abrir la cremallera de la cazadora para buscar dentro del bolsillo de esta con suerte de encontrarlo ahí, sonreí de manera irónica, si fuese tan fácil de encontrar a Jeremmy como a aquel paquete de tabaco...me ahorraría muchos ratos de debate moral en los momentos de vagar por la ciudad y el bosque. Guardé el paquete de nuevo en el interior de la chaqueta junto con el encendedor, dando una lenta calada al cigarro después.

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Sólo habían pasado un par de minutos desde que había llegado y el ambiente ya había aumentado el doble, se notaba que el lugar era famoso, no era agobiante, era más un lugar donde pasárselo bien sin llegar a volverte loco, una manera diferente de disfrutar de la noche, pocos sitios eran como ese, muy poco sin duda. De vez en cuando podías ponerte a analizar a alguna persona, era divertido ponerte a observar a alguien y adivinar de donde era, que clase de familia tendría u otras cosas con las que llegar a averiguar la vida de alguien, yo me centraba más en buscar a alguien que no mereciese vivir para mi próxima presa,aunque tenía que reconocer que no me hacía ninguna gracia, no me apetecía lo más mínimo, pero ya que estaba allí para escribir un artículo ¿Por qué no para buscar una nueva víctima? Pensé un rato más y me dí cuenta de que eso era trabajo extra, así que volví a la vida ficticia, una vida en la que solo tenía que preocuparme por el trabajo normal y por divertirme.

Inspeccionando el lugar desde la barra pude observar como un hombre entraba por la puerta, no parecía como los demás, algo le hacía diferente ¿Quién era? Tenía un gran semblante, elegante e incluso apuesto, diría que no era normal encontrarse a un hombre así según en qué lugares pero en ese se podía encontrar de todo. De reojo seguí observándolo, algo me hacia tenerle respeto, algo que no entendía en mí, yo le tenía respeto a todo el mundo pero no de esa manera. Siempre hay una vez para todo me dije a mí misma, bebí un poco más de vodka y seguí observándolo cuidadosamente. El hombre pidió un vodka, el camarero se lo sirvió enseguida y de una manera especial, como si ya fuese un cliente de los de siempre, algo ya me empezaba a oler mal ¿Sería el dueño? Poco después me fijé en que no paraba de buscar algo, empezó a recorrer su cuerpo, buscaba en los bolsillos, dentro de la chaqueta... en todas partes hasta que finalmente encontró lo que quería, su tabaco. No pude evitar reirme débilmente y pensar en que sería una buena oportunidad para hablar con él, quizás él pudiese decirme más cosas sobre el local.

- La próxima vez ponle un rastreador al tabaco, como esos para las llaves, seguro que así lo encontrarás antes -Le dije de forma irónica sin moverme de mi sitio mirando con una sonrisa a mi vaso con Vodka. Me acerqué despacio hasta él- O mejor no, porque si tuviera rastreador no podría palpar lo bueno que está - Susurre por si no deseaba que alguien oyera aquello. Parecía una afirmación pero mi tono en realidad era en plan cuestión. Reí para mí misma, no quería que pensara que era una zorra ni nada por el estilo- Disculpa mi atrevimiento, pero creí que sería una buena forma de ayudar a un hombre a que supiese como encontrar su tabaco con mejor exito, o al menos que llegue a recordar donde lo ha guardado, y si no hace ninguna de las dos cosas eso significa que finalmente desea palpar su cuerpo, una teoría muy básica -Con mirada sería le di un último sorbo al vodka lamentándome por dentro, estaba segura de que no le sentaría nada bien mis palabras y si de lo contrario se las tomaba a broma era un milagro.

Tema: Re: ¿Quién lo iba a decir? [Libre] Lun Mar 22, 2010 7:58 am

Sujetando el cigarrillo entre los labios me deshice de la cazadora de cuero, eso si, sacando el tabaco y el encendedor del bolsillo para guardarlos en el del pantalón, en aquel momento una voz femenina habló lo que me hizo girar el rostro para mirar quien era. Su voz no me era familiar y al localizar quien era tampoco su cara, intenté oler el ambiente, retirando previamente el cigarrillo de entre mis labios, la mezcla de "perfumes" en el local hacía difícil su reconocimiento como igual o como humano. Alcé la ceja por su comentario, aquello significaba que me estaba observando momentos antes -¿Así empiezas todas tus conversaciones con todo el mundo?- Miré de nuevo hacia la barra alzando la mano portando la cazadora, silbando para llamar la atención del mismo camarero que me había servido, este agarró la cazadora poniéndola en un improvisado perchero al otro lado de la barra.

De nuevo miré a aquella muchacha que de manera tan peculiar había comenzado nuestra conversación. Con la mano libre agarré el vaso para darle otro sorbo al ardiente y traslucido licor. -¿Quién eres si puede saberse?- Pregunté con aire molesto por aquellos comentario, ¿ Quien se creía para hablarme de aquella manera? Ya no por ser el macho Alfa de la manada, si no por el respeto mutuo que había de haber entre dos personas. Mi ceño se mostró levemente fruncido mostrando el notorio desacuerdo con aquella manera de dirigirse a mi persona. Di otra calada al cigarro sin apartar la mirada de los ojos de ella, dicen que los ojos son el reflejo del alma y yo siempre miraba a las orbes de la gente para intentar descubrir las intenciones que moraban en su interior, a veces consiguiéndolo y otras no.

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Como bien era de esperar, ante todo se extrañó de mí presencia y de que me encontrase en esos momentos hablándole, pero una de las cosas que más le molestó fue mi forma de hacerlo, como a muchas personas les hubiese pasado, era divertido imaginarse como sería la reacción pero lo mejor era cuando ya saltaban y las veías, era una manera diferente de averiguar la personalidad de uno, podría incluso decir que era interesante, así te percatabas de las rarezas de unos y de otros, de lo que eran capaces de hacer en según que siatuaciones, o mejor, ver con quienes se relacionaban bien y con quienes no, todo era un enigma tras otro, lo único que hacia que la vida fuera interesante vivirla.

El hombre cuyo nombre desconocia y al cual ya me había ganado un punto de desaprobación hizo que los camareros guardaran su cazadora detrás de la barra, lo que hizo que me diera cuenta de que era por lo menos el dueño del local, y si no lo era, seguro que sería un trabajador de allí, quién sabía. Con atención escuché lo que me decía, no me importaba lo más mínimo en ese momento lo que pudiese llegar a pensar, al fin y al cabo no podía juzgarme, yo simplemente le había hecho un comentario desagradable para algunos, gracioso para otros, seguramente para mí habría sido desagradable pero lo habría seguido con estilo y distinción, hubiera sido divertido que fuera al revés la situación.

- Sinceramente no empiezo así todas mis conversaciones, normalmente son en plan "Buenas noches ¿Podría entablar una conversación con usted si esta de acuerdo?" O de cualquier otra manera de lo más educada, mis modales son mayores de lo que jamás usted podrá comprobar -Le dije con una seriedad en mi rostro poco común en mí. Mi tono de voz era serio y educado, como si hablase con alguien importante- Igualmente no soy de dar explicaciones, todos saben solo con mirarme cuales son mis intenciones y he de decirle que en este momento no hay ninguna mala en mi mente, creame o no, no me conoce.

Seguro que creía que no era nadie para hablarle de esa manera pero era hora de poner las cosas en su sitio, no iba de malas, simplemente deseaba empezar la conversación con un aire diferente a todas aquellas conversaciones aburridas sin sentido, en un local como aquel deberían haber personas con mejor humor, pero no era así, seguían existiendo aquellas personas que se creían algo más en el mundo, como si no fueran alguien normal como todos, ni siquiera yo siendo loba no podría decir que era especial aunque lo fuese, no me creía nadie, era irónico lo que estaba ocurriendo. El hombre me pidió que si podía decirle quien era, le miré a los ojos como él hacia conmigo y observé como le daba otra calada al cigarro.

-Mi nombre es CiBach Blaidd, soy periodista del periódico y me ha tocado escribir un artículo sobre el local ¿Con eso le parece suficiente descripción? -Le pregunté con educación sin perder la compostura- De momento todo va bien, solo necesito a alguien que pueda darme detalles más específicos para dar más información -Seguí diciéndole- Y disculpe si le ha molestado mi comentario, no era mi intención causarle molestia alguna, ahora podría decirme ¿Quién es usted? -Pregunté mientras le daba otro sorbo al vodka y dejaba el vaso en la mesa.

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