Un local distinto para una cena poco común [ Maryse ]

Off: Daré por sentado que recién empiezas a tragar y aun no conoces a todo el mundo en la ciudad. Si no estás de acuerdo dímelo y así no habrá confusiones por mi parte

On:
Aquella noche decidí cenar fuera de casa y me acompañaron un par de muchachos. Habíamos pasado todo el día de un lado a otro y quería compensarles por su atención ante todo lo que hacían. Así que decidí invitarles a un restaurante, nada del otro mundo algo normal, tampoco es que yo escogiera el sitio, fueron ellos, habían oído hablar bien del lugar así que... ¿Por qué no? Para que después vengan a decirme que no era capaz de sentirme uno de la manada más.

Llegamos al local, era un día entre semana así que no había demasiada gente, Bajé del coche tras haber aparcado -claro está esta vez no conducía yo si no uno de los muchachos- Alcé la vista al letrero de la entrada, mientras mis iguales cerraban con seguridad el coche. Comencé a caminar hacia la puerta a unos metros de donde estábamos y en ese corto trayecto... un hermano. Se inclinó apartando su bufanda mostrándome su cuello a modo de saludo respetuoso pues claro esta quien caminaba por esa calle. Yo no había impuesto aquella "norma" pero no era desagradable el que otros mostraran tal respeto por la posición que ocupaba.

Entramos al local y pudimos sentarnos en una mesa cerca de la ventana, con paciencia, esperamos a que uno de los camareros se acercara a tomarnos nota. Uno de ellos muchachos hizo afán de sacar un cigarro, a lo que recibió una mirada de mi parte como si de mil alfileres se tratasen y sin siquiera mirarme supo que no debía hacer aquello, al menos en mi presencia. Guardó el cigarro y se predispuso a esperar tal como hacíamos nosotros.

Off. Me parece muy bien, será mi primer día de trabajo ^^.

On.

Luego de que en la mañana tuviera cierto problema con el despertador y las sábanas... Me levanté estirándome en el lugar. Me di cuenta del día que era hoy: Mi primer día en el Restaurante Flinzhait. Así que tomando un baño rápido y vistiéndome lo más rápido posible salí disparada en el Audi hacia mi destino.

Para mi fortuna era temprano, así que no tuve demasiados problemas para adaptarme a la memorización de los pedidos, el equilibrio que debía usar para no tirar ni platillos ni vasos, hacer las cuentas... En fin, las cosas que una camarera -que quería ser eficiente- debía ser.

Lo único sorprendente era que al ser entre semana, no había mucha gente. Así que lo tomé con bastante calma. Llegando la tarde un grupo de hombres hizo acto de prescencia en el Restaurante tomando asiento en una de las mesas más cercanas a la ventana. Tomé aire y me acerqué hasta ellos con varios menús, y mi libreta lista por si deseaba ordenar.

-Hola, bienvenidos.- les sonreí amablmenete entragando los menús.-Me llamo Maryse y les atenderé.

Reposé la espalda en la silla, a espera del servició, mi mirada y la de nuestros acompañantes se giraron al tiempo hacia quien se dirigía a nosotros, pudiendo reconocer el olor -Señor...- Susurró uno de ellos y asentí levemente. Observé a la muchacha, se presentó como Maryse -Buenas noches...- Saludé mirándola fijamente con ese característico mi color de ojos. Entrecrucé los dedos de las manos sobre la carta, la cual dejé reposando sobre la mesa para así fijar mi atención en investigar.

Tomé la carta al igual que mis muchachos, los cuales por una mirada mia pasaron a mirar la carta al igual que yo, pero era una simple tapadera pues de nuevo, hablé -Encantado...Maryse... yo me llamo Gabriel...- Me presenté para igualar condiciones -¿Hace mucho que trabajas aquí?- Pregunté para sacar información, pues no la conocía, o al menos no me sonaba.

Los muchachos hacían bien su papel, hablaban entre ellos comantando los platos, pero estaban pendientes de todo lo que yo hablaba y de nuestro alrededor, de los presentes de quien pudiera escuchar.

Los muchachos pidieron cerveza, mientras yo continuaba mirando a Maryse -¿Y de dónde eres...? Maryse?- Me acomodé en la silla aun manteniendo las manos con los dedos entrecruzados -Por cierto yo quisiera agua- Respondiendo al lo que quería beber. Esa muchacha era nueva en el lugar y tenía que averiguar todo sobre ella.

-Dime... ¿siempre ha sido camarera?- Continué la conversación, sin apartar la mirada de ella, y como el que está despistado dejé revelar mi identidad con una medio sonrisa. Mis ojos se volvieron amarillos desapareciendo los tonos marrones del ambarino normal. Me acababa de presentar como lupus. Si era vivaz se hubiera dado cuenta de quien éramos nosotros, mi afán era tener a todos los lobos de la ciudad controlados, ya estuvieran en la manada o no, si no lo estaban era más peligroso para ambos si no se cuidaban de hacer según que cosas

Anoté en la pequeña libreta las palabras "cerveza" y "agua" con ortografía un poco atropellada y rápida pero no por eso se dejó de entender. Escuché una a una las preguntas de Gabriel, tenía que ser completamente sincera... Era extraño todo esto. ¿Desde cuando los comensales eran tan interesados con los trabajadores de un restaurante? ¿No debería ser al revés? Sacudí mi cabeza. Meditando las respuestas.

-Soy de Grecia.- contesté añorando el calor del Sol en las pequeñas islas en las cuales siempre viví. Iba a contestar su pregunta cuando mi pequeña teoria se convirtió en descubrimiento completamente comprobada. ¿La razón? Que yo supiera el color de ojos de una persona "normal" no podía cambiar, así que...

- Yo...- meneé la cabeza.- No siempre he sido camarera. He tenido otros empleos y estudios claro está.- complementé desconcertada, asque mi nuca y me aclaré la garganta bueno seguridad en ella.- ¿Ya saben que van a pedir?