Rol Global: La Manada se reune...

Menudo lío... Ahora alcanzaba a comprender el embrollo en el que me había metido. Sabía desde el principio que era inevitable, había actuado en conocimiento de ello.... Y sabiendo que si las cosas no seguían como debían, podía acabar mal. Muy mal. Y desde luego, no con una manada a la que pertenecer. No había llegado hace mucho y estaba viendo posible la necesidad de marcharse si, como la loba que nos había llamado herejes y desagradecidas, todos opinaban lo mismo. Casandra, no me odies por esto pensé. Tal vez me odiara por haberme saltado la discrección, y toda norma que el sentido común me dictaba. O tal vez le diera igual. ¿Pero qué importaba eso ahora? Ya no podía hacer nada, ¿no? Me quedé quieta, mirando al Alfa Junior que se alzaba, sintiendo la tensión del momento. Sabía que las palabras de aquella mujer... la que había descubierto a Jeremmy.... tenían un sentido oculto. Había algo más que despecho momentáneo... En cuanto a Gabriel y su hijo.... Estaba hecha un lío. ¿Qué pensar? Supongo que tras aquellas "desagradecidas" palabras, no quedaba otra que apoyar a Gabriel, o volver a quedarme fuera de manada alguna, como antes. Decidí esperar acontecimientos. Pensé que sería mejor meditar las cosas según se sucedieran.... Y esperé. De pie, como me había quedado, esperé tranquila a que la reunión continuara.

Mis ojos seguían sobre Liah, ambos sabíamos que aquello era absurdo, ella misma había negado una y otra vez aquello ¿Por qué regresaba con la profecía justo ahora? Justo cuando conseguía centrarme en parte... y justo cuando teníamos a los cazadores encima…

Sus palabras son calco de lo que un día había sido un discurso hecho con mis palabras, pero aquello había pasado a otro plano, ahora era parte del pasado, o al menos eso quería que así fuese.

Mis labios una vez más se entreabrieron para halar, quedando silenciados por las siguientes palabras de Liah, mis ojos siguieron la dirección que tomaba su mano mirando entonces a Eithne. Por un instante mi respiración se detuvo, no porque descubriera aquello si no por la puesta en evidencia de Eith, no me pronuncié en aquel momento para negar lo que Liah descubría. Mi rostro al contrario de lo que seguramente muchos esperaban, no mostraba cambio alguno, manteniendo aun aquella mascara que con esfuerzo impedía que cayese y dejara a la vista toda la que en aquel momento recorría mi cuerpo como si de plata se tratase.
Las palabras de mi sobrina se clavaban en mi pecho como dagas afiladas, mis puños se apretaron por un instante mientras mis ojos se desviaban por un momento a Jacqueline. Quería decir tantas cosas, pero no era ni el lugar ni el momento preciso, mas tarde quizás…

No culpé a Liah por aquellos comentarios sobre mi abandono, aquello había hecho nacer mucha discordia, tanto por el hecho de hacerlo como por todo lo que por detrás esconde, porque no es oro todo lo que reluce, pero no… tampoco es el momento de aquello. Y quizás el estar pensando en todo aquello me distrajo dejando que Liah siguiera cebándose.
Seguí con la mirada el caminar de Liah reparando en aquel momento en aquel encapuchado, por un instante mi ceño se frunció expectante de saber quién era. A mí como a todos había frustrado todo aquel ataque y más cuando veías como poco a poco todo se venía abajo.

Fue entonces, cuando aquel encapuchado fue descubierto cuando arte de aquella máscara dejó ver por unos instantes la sorpresa mirando a Jeremmy -…- Tanto tiempo buscándole y de u momento a otro aparecía y desaparecía , como ocurrió en el local, ahora estaba allí presente, cosa que no esperaba pero que en el fondo agradecía. Las palabras de Liah sonaron en un eco como si estuviera lejos. Ahora mis ojos estaban en Jeremmy habiendo regresado a aquel estado de serenidad que mostraba la máscara.

Mis ojos continuaban clavados en los de Jeremmy. Su rostro… su expresión… aquellos ojos eran esos dardos envenenados en plata -Jeremmy…- Respondí ante su saludo sin entonación alguna, neutro, aunque en el fondo deseaba gritarlo. Comenzó a moverse y mis orbes ambarinas le siguieron por aquel camino hasta alcanzar mi posición y una vez más mis palabras no salieron de entre mis labios interrumpidas por la precipitación de las de él. Tampoco era aquel el momento para decir según qué cosas…

Alternaba entre ambos ojos de él, aunque mi expresión continuaba serena costándome la misma vida el mantener aquello frente a todos -Jeremmy necesitamos hablar- Era lo que tenía que decir lo que quería decir, pero que la congoja interior no me dejaba dejar fluir. Me hubiera encantado el prender una vela en toda a aquella oscuridad que en aquel momento se cernía sobre mí, pero era imposible, cada vez que pretendía hacer aquello alguien soplaba para apagarla.

Ahora observaba su nuca, desviando luego la mirada a la manada para poder observar sus rostros, consiguiendo solo ver los lobos que vitoreaban a Jeremmy. Tras su discurso, digno de líder de líderes regresé la mirada a él, en sus palabas denotaba el odio que me ofrecía como recompensa por todos estos años y no se lo negaba pero… yo también tenía algo que decir…

-Nuestra unión como manada no ha de depender del enlace matrimonial de dos de nosotros…- Hable en pos de defenderme –Si, es cierto que durante muchos años yo he seguido las normas y así sigue siendo, pero esa tal profecía no es más que una imposición de nuestros antepasados. Y si yo era quien quería seguir imponiendo tal era por la costumbre, pero…- desvié la mirada de la manada centrando los ojos Liah –Todos podemos retractarnos de nuestras decisiones- Haciendo clara referencia a su cambio de opinión con respecto a la profecía y todo aquello.

De nuevo pase la mirada por todos y cada uno de los allí presentes para finalmente posarla en Jeremmy, alzando una mano para ponerla sobre su hombro aun a riesgo de que rechazara aquel contacto -Jeremmy…- Le hablé en la cercanía avanzando lo poco que nos separaba para ponerme a su altura -Un día.. Y no hace mucho, esperaba que esto ocurriera- Cierto era, todo lo sucedido mi cambio… el suyo… -Solo quiero que sepas, aunque no lo creas, que me siento orgulloso y que tan solo espero que esto sea por el bien de la manada y no forme parte de rencillas en mi contra- Estreché por un momento su hombro retirando la mano después encarando a la manada.

-Hermanos…- Suspiré brevemente observándolos -Podré pecar de muchas cosas... pero de lo que siempre me he enorgullecido es de no ser un mentiroso- hice una leve pausa -Ciertas circunstancias me hicieron actuar como lo hice y creedme, mas a pesar de lo que vosotros creéis u os pueden hacer ver ellos- mirando a lía refiriéndome claramente a ella -Seas cuales sean mis razones, las cuales a pesar de no estar en posición me guardaré, siempre fueron en pos de la manada…Es cierto que la noche del incendio poco hice para apagarlo y no buscaré justificación alguna para exculparme- Alcé el mentón aun escuchando los vítores en apoyo a Liah y Jeremmy, forzándome a ignorarlos.

-El debate está abierto, muy a mi pesar, debéis de tomar esa decisión que nunca antes se había tomado…en esta ocasión sois vosotros quien decidiréis a quien seguir…- Concluí moviendo mis ojos de uno a otro rostro, todo había acabado… ya solo quedaba mi digna retirada…

Caos... En menos de unos minutos todo se ha vuelto un terrible caos. ¿Liah? ¿Qué demonios hace ella apoyando el matrimonio y la profecía? ¿Y ahora Jeremmy? Vaya... Así que el heredero Silverfang no estaba muerto. Miró a Jacqueline preocupado que debe de haber sufrido una conmoción al enterarse de lo dicho por Gabriel, el cual ha abolido la profecía... Todo se ha vuelto extraño. ¿Quienes son esos jovenes que apoyan a Jeremmy como líder? Extraños que no había visto nunca y que ahora aparecen como grupo con una nueva y extraña idea. ¿Apoyar el joven Silverfang cuya actitud ha sido deplorable al desaparecer sin dejar rastro? Mantengo a Jacqueline pegada a mi, me preocupa ella, me preocupa la manada y quien más me preocupa es Gabriel.

No me importa en absoluto sus lios con Eithne. Es libre de ser feliz lejos de toda profecía, lejos de toda manada y por supuesto lejos de aquel grupo extraño que se había formado. No veo unión en la cara de esos jovenes, solo veo un objetivo egoista. Desvió la mirada hacia Gabriel, el sabe de sobra que mantendre mi lealtad hacia su manada, hacía la manada que el siempre ha protegido y guardado. Por eso cuando dice que tenemos que elegir me quedo cerca de la roca junto a Jacqueline, dando a entender mi postura en todo eso.

No creo en los ideales de un nuevo grupo. No creo en sus argumentos, creo lo que dice Gabriel y como confio en el y nunca ha hecho mal a la manada me mantengo a su lado, independiente de todos aquellos que vayan a unirse al grupo nuevo. Confio en la palabra de Gabriel como siempre lo e hecho y aunque algunas veces he demostrado desacuerdo como su brazo derecho, todas sus decisiones siempre han sido buenas.

De repente todo se habia convertido en gente diciendo sus ideas, Kyrie entre ellos, yo no hable simplemente, aunque yo apoyaba en no creer en la profecia, habia sido educada por lobos y nunca habia oido jamas sobre tal profecia, y no aceptaba que ahora me viniesen con cuentos y leyendas, yo no creia en ellas. Lance a Kyrie una mirada de apoyo silenciosa.
Me fije en el nuevo lobo que estaba en la roca, el hijo del Alfa y que segun oia habia sido destituido de su cargo como futuro Alfa por tal profecia, era algo injusto, no podian romper el orden de mando de generaciones por una simple profecia. Oi a una loba exclamar la union del Alfa Junior y la supuesta loba de la profecia, yo apoyaba aquello, si ese lobo era el destinado a ser Alfa pues era hijo del actual, era el quien debia unirse con aquella loba. Mire a Kyrie ¿de que lado se pondria ella? yo no sabia que hacer pues no pertenecia a la manada de Gabriel y no conocia como habia sido su liderazgo en sus años, y tampoco conocia al Alfa Junior, cualquier desicion era arriesgada, pero todos teniamos algo en comun, acabar con la amenaza que acechaba a nuestra raza y que se habia llevado a tantos de los nuestros. Alce la mirada y mire hacia la roca fijamente, con expresion seria.

- Todos queremos algo en comun, y es acabar con aquella amenaza que haceha a nuestra raza, que se a llevado a tantos hermanos, todos queremos luchar contra esa amenaza, mi opinion seria mantenernos unidos, juntos, luchar todos codo con codo para acabar con cada uno de aquellos que han cometido crimenes hacia nuestra raza. Si unimos fuerzas seremos mas poderosos, ahora estais pidiendo que cada lobo escoga un bando, y yo pienso ¿por que no unirnos? dejemos a un lado de quien seamos mas fieles, con quien compartamos mas nuestras ideas, y luchemos, ganemos esta lucha encarnizada y volvamos a vivir tiempos de paz y tranquilidad. Con profecia o no, uno a uno somos fuertes, todos juntos mas, y si luchamos juntos la victoria sera casi segura, a lo mejor muchos podriamos perder vidas, pero lo hacemos por la manada, por la raza licantropa en si; unamos y cuando acabe toda esta guerra cada uno escoga su bando, yo simplemente luchare para que no descubran a la raza y no peligren mas vidas, pues ya se han perdido muchas- dije en voz alta, con el semblante inexpresivo pero con voz fuerte y segura; al igual que Kyrie hace un momento deje al lado la desconfianza y dije lo que pensaba, lo que todos debiamos hacer.

Mire a Kyrie un momento para ver su reaccion a mis palabras, para volver a mirar despues al resto de los lobos.

Una loba que no pertenecia a la manada hablo, y tras ella, otra, aunque essta ultima parecia no muy contenta de que aquella loba que algunos consideraban la elegida fuese la Alfa, recordo (al menos de los que sabian sobre el tema, yo no lo sabia) que aquella loba habia contado nuestro secreto a un humano del que estaba enamorada, y que ese mismo humano podria haberse chivado de nuestro secreto, aunque aquello ultimo no me convencia del todo, si aquel chico amaba a la loba, nunca haria algo que hiciese peligrar su vida. La loba tambien comento sobre el lobo Alfa Junior, que habia estado desaparecido durante un tiempo, sin que nadie conociese su paradero por que se habia enfadado por que su padre le denego de ser el Alfa; hablaba sobre la profecia, que ella no era la unica licantropa huerfana con paadres lideres, y estaba segura de que aquella loba era hija de lideres al igual que yo u otra loba del claro, llevabamos sangre de lideres en nuestras venas y a la vez eramos huerfanas, en eso le daba la razon, pero de momento no opinaba, yo ya habia dicho lo que deberiamos hacer, y ya esta. Se volvio hacia el Alfa Junior y le dijo unas palabras, que al principio le hubiera seguido a donde fuera, pero ahora ella lo veia como una marioneta de la loba que era la supuesta elegida.
Al terminar de hablar, la loba salto hacia la roca y le asesto un puñetazo limpio en toda la nariz a la joven loba, seguramente le habia roto la nariz, le escupio y tan rapido como lo habia echo bajo, pense que aquella accion ya habia sido demasiado precipitada y no me extrañaria ver a los lobos mas mayores lanzarse contra ella, pero no debian pelearse entre ellos ¿es que no se daban cuenta de que asi las cosas irian a peor?
Una loba, la que segun habia oido era de la que Gabriel, el sabio Alfa estaba enamorado parecia alterar, me fije en su rostro, sus ojos y su cara se alteraban en distintos animos, como odio o tristeza. Me fije en sus ojos azules, como cambiaron a los ambarinos que dejaban ver nuestro lado salvaje, dijo unas palabras y algo en sus palabras vi un doble sentido, pero no supe interpretarlo con rapidez pues el Alfa Junio dijo varias palabras, le mire fijamente para oirle, yo pensaba que merecia una oportunidad, pero si resultaba no ser un buen Alfa que se sustituyese, pero para mi se merecia una oportunidad, todos mereciamos alguna.
Pero deje de mirarle y volvi a mirar a la loba de melena rojiza al oir procedente de su garganta un gruñido de dolor, abri los ojos sorprendida al ver que se habia mordido ella misma su muñeca, con mucha fuerza, la sangre manchaba su mano y sus labios; la loba se tambaleo y cayo al verde cesped, tintandolo de rojo con su sangre, inconsciente. El Alfa Junior reacciono con rapidez y se acerco a la loba, presionando la herida para que dejase de sangrar; sin pensar mucho, cosa que no solia hacer me acerque con rapidez, apartando algun que otro lobo de mi camino.
Sin ni si quiera pedir permiso ni inclinar la cabeza me acerque al Alfa Junior y la loba inconsciente, mi lado racional me gritaba que estaba loca, pero era una loba, una licantropa, una hermana. Me agacho al lado y mire a la loba y despues al Alfa Junior.

Pregunta a alguno de los lobos presentes si tiene el don de manos curativas, podra salvarse si actuamos con rapidez dije con voz severa no debe de perder mas sangre

Antes de oir un respuesta de el o cualquier lobo se ollo un nuevo aullido, y los arboles se volvieron a estremecer. De entre los arboles aparecio un lobo, el mas grande que habia visto en mi vida, de unos extraños e intimidantes ojos plateados, se subio a la roca echando al Alfa de ella y nos observo. Tense el cuerpo mientras mis ojos se volvian amabrinos, era eso lo que habia estado observandonos y lo que habiamos oido antes, pero ¿que demonios era ese lobo? nunca habia visto a un licantropo de tamaño semejante.

La chica se acerco a donde nos encontrabamos alrededor de la loba, me nego con la cabeza en un gesto de que me apartara, me tense y mis ojos seguian ambarinos, la chica decia que la loba tan solo queria llamar la atencion y dar pena. Alzo la voz a los presentes diciendo que lo que queria la loba era arrebatarle a ella su lugar de hembra Alfa en la manada. Pero no me aparte, la loba seguia sangrando y no merecia morir, era una hermana.

- No me voy a apartar, esta herida y no voy a dejarla, piensa si soy una ñoña o que me dejo llevar por la lastima, pero no voy a dejar que se desangre delante de mis narices, esa pelea por ser Alfa me importa un rabano, yo solo se que ella esta herida y es una licantropa, vuestras peleitas no me incumben- dije en tono tranquilo y severo.

La loba al tirar del Alfa Junior, yo seguia tensa tambien por la presencia de ese enorme lobo, que mire de reojo sin dejar de apretar la herida de la loba. No sabia si aquello era un licantropo, pero intimidaba bastante, eso no era un licantropo, lo tenia claro, ni si quiera tenia pupilas, tan solo un iris plateado, frio, que al mirar fijamente parecia que te atravesaba y miraba tras de ti ¿Nos atacaria aquel lobo? dudaba mucho que alguien pudiese vencer a ese lobo tan imponente, habria que estar loco, parecia una locura con pensarlo simplemente.

Todo estaba hecho, desde mi posición me limité a escuchar a unos y a otros. De fondo aquellos vítores se hacían más vivos apoyando el cambio y yo no me veía en pos de seguir luchando por algo que ya veía perdido. Paseaba mi mirada entre todos los congregados, mirando a Lilith cuando hizo su discurso y tras ella de nuevo Narvla.

Mis ojos se movían de una a otro cuando hablaban, con aquel rostro imperturbable, todo estaba fuera de mis manos ahora era la manada la que decidía, la que definiría cual sería mi futuro de ahí en adelante, el cual aceptaría con dignidad y resignación.

De nuevo Jeremmy habló a la manada, explicando sus motivos, los cuales realmente yo estaba interesado en saber. Tanto Jacque como yo necesitábamos, nos merecíamos una explicación. Mis ojos seguían en él y se posaron en aquellos ojos tan iguales a los míos cuando nuestras miradas se cruzaron escuchando aquella pregunta. Continué en silencio escuchándole, sin poder responder a aquella pregunta por su presurosa continuación de sus palabras.

Una vez más les observé a todos queriendo saber sus inquietudes pero...Eithne se adelanto entre la gente hablando, mis ojos se encontraron con los suyos tan expresivos ahora, como nunca los había visto. ¿Qué? Estaba dando la razón a Liah, ahora mis ojos no ocultaban la confusión que aquello me provocaba ¿A qué se refería? ¿Acaso era lo mismo que pensaba yo hacer? No le había contado nada sobre aquella “reunión” con aquel tipo… Su rostro expresaba una mezcla de sentimiento, mis labios deseaban llamarla atraer su atención, pero la tensión del momento impidió tal acción.

Mi ceño se frunció aun más confuso por su mirada encendida en salvajismo viendo el cómo alza la muñeca y… Mi rostro palidece viendo lo que hacía, quedando mis ojos en los cerrados de ella viendo el cómo su cuerpo se desplomaba... Fue entonces cuando toda mascara cayo por su peso.

Ante la llamada de Jeremmy, desperté de aquel estado paralizado, un nuevo aullido resonó en el bosque y lo que todos esperábamos hizo acto de presencia. Mi cuerpo se hizo hacia delantea la par que aquella gran criatura saltaba sobre donde yo estaba, cayendo yo al suelo de cuclillas apresurándome a correr hasta donde Jeremmy y Eith estaban, apartando a cualquiera que estuviera en medio -Eith... No…No….- Derrapé junto a ellos tomándola con sumo cuidado mientras Jeremmy taponaba aquella herida.

Ignoré las palabras de Liah, tan solo alcé mi mirada ahora del color de la bestia cuando tiró del brazo de Jeremmy para apartarlo acompañando aquella mirada de un profundo gruñido que a cualquiera asustaría* desaprobando en el que en aquel instante osara intervenir

-¡¡Tyler!!- alcé la voz llamándole en un gruñido buscándole con la mirada, por mucho que ignorara a los de nuestro alrededor en aquel momento sus criticas sus opiniones, aquella joven, de la cual desconocía el nombre, muchacha tenía razón, había que hacer algo.

-Lucha Eith… no me hagas esto ahora…- Susurré acomodándola entre mis brazos mirando por un momento a Jeremmy, notando como mi cuerpo vibraba y no de emoción si no por miedo, por primera vez me permitía mostrar aquel sentimiento ante el resto de la manada –Aprieta con fuerza…hemos de contener el sangrado hasta que pueda regenerarse- Dije intentando aclamar a una calma que ni siquiera yo era capaz de mantener.

-¡¡Tyler joder!!- Alcé el rostro de nuevo llamándole ante su tardanza, aunque ya estuviera al lado nuestro.

Aquel lobo estaba presente, pero los Silverfang estaban centrados en aquella que había atentado contra su vida, con aquella manera tan salvaje. Ambos ignorábamos a aquella criatura centrándonos en salvar la vida de la pelirroja.


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FDR: *Hace referencia al Don: Sonrisa de cazador.

El Alfa se acerco con rapidez y aunque me habia encarado con la loba joven ante la mirada y el gruñido del Alfa me incorpore y retrocedi hasta donde se encontraba el resto de la manada, no me importaba desobedecer a esa joven loba, pero el Alfa era al fin y al cabo un Alfa y no queria enfrentarme a el, seria una lucha estupida, pues yo perderia seguramente.

Me interne entre la multitud y me coloque de nuevo junto a Kyrie en silencio, mire el bosque y despues al lobo extraño, mi mirada ambarina fue tomando su color normal, aunque seguia habiendo un brillo salvaje en mi mirada; mire mi mano llena de la sangre de la loba pelirroja y pase mi mano por el tronco de un arbol para quitarmela. Gabriel llamaba a un tal Tyler, seguramente alguien de su confianza, y bastante, pues tenia que serlo para que dejase que se acercase a la pelirroja.

Me quede en un silencio sepulcral observando la escena, pero deje de mirarles y mire fijamente al lobo negro ¿que hacia un lobo como aquel en el claro? la presencia de ese lobo no era normal y no me gustaba, ademas parecia ignorar la escena que habia ante su morro oscuro. Aun permanecia con el cuerpo en tension, y dudaba que relajase la postura mientras aquel extraño lobo permaneciese cerca.

¿Qué? Jeremmy había cambiado todo por completo... Dios, vaya lio empezaba a tener en la cabeza. Bueno, lo importante era que el joven Silverfang solo estaba frustrado por que no sabía que cometido tenía como líder. Lo siguiente pasó todo muy rápido, Eithne... Liah... Observé la actuación de Eithne mientras mis ojos se abrian sorprendidos por lo que hacía... ¿Qué demonios estaba haciendo? Joder, aquella chica había perdido la cabeza por completo, miré a Jeremmy que pronto se abalanzo para asistirla y luego Liah intervino. ¿Lo acordado eh? Bien, la pequeña loba había dejado bien claro que todo era una complot que ella misma acabab de descubrir. Me puse a pensar rápiamente echando una rápida mirada a Jacqueline que no parecía poder reaccionar ante la escena que se estaba sucediendo. Un aullido nuevamente... Y de pronto irrumpió en el claro aquel lobo que echo a Gabriel de la roca y se alzó ante nosotros de forma imponente. Acojonaba, si, pero no tenía la cabeza para pensar en el en aquel preciso instante.

Los gritos de Gabriel me sacaron de mi propio ensimismamiento por lo que tan rápido como pude me volví hacia el y corrí hasta ellos, justo donde se encontraba él, Jeremmy, Eithne y aquella chica a la que no conocía de nada. El segundo grito de Gabriel llamandome resonó cuando ya estaba arrancandome una manga de la camisa y arrodillandome a su lado para hacer un torniquete - Venga... Apretad en lo que yo me encargo de esto. - Dije manteniendo la calma, por muy nervioso que estuviera interiormente debía de actuar con la cabeza fria y las ideas claras. Me puse a trabajar en la herida rápidamente haciendo el torniquete y aprentandolo tanto como pude, como había dicho Gabriel tenía que cortar el sangrado hasta que pudiera regenerar ella sola. No me hizo falta demasiado tiempo y cuando acabé me aseguré de que ya no sangraba más - Ya esta, pero lo mejor será no dejarla aqui en el suelo. - Murmuré mirando a Gabriel y a Jeremmy - Podeis calmaros, no soy un experto médico, pero se va a recuperar de esta. - Dije en tono tranquilizador.

Tenía que alabar a padre e hijo por actuar tan rápidamente. Si no me hubiera despistado tanto seguramente también me hubiera dado cuenta antes de que necesitaban mi ayuda. Lo sentía enormemente, pero tenía la cabeza hecha un lio, aunque no era suficiente excusa. Volví a mirar a Jacqueline, a Liah, a los dos jovenes que habian apoyado a Jeremmy en su ''rebelión''... Y volví a mirar al gran lobo que seguía sobre la roca. ¿Quien demonios era? ¿Y como había llegado hasta allí aquel enorme ser?

Mire la escena. Eithne.... ¿Un intento de suicidio? Supuse que se sentía culpable... Estaba en medio de dos bandos totalmente enfrentados. Observé la reacción de todos. Muchos corrieron a la ayuda de Eithne.... Casandra también, aunque volvió a mi lado cuando Gabriel llegó junto a la loba.

Miré al gran lobo negro directamente a sus ojos plateados, sin pupila, sin historia visible. Era verdaderamente imponente.... Caminé hacia la roca. Bordeé el tumulto que rodeaba a la pelirroja, y seguí mi camino hacia la roca. ¿Por qué lo hacía? Ni idea. Esa noche al parecer el sentido común del que gozaba siempre parecía estar algo atrofiado... Me quedé a tres metros de la roca y seguí mirando fijamente a aquel extraño ser, negro como la sombra. Quieta, calmada. No podía evitar acercarme. Podría costarme la vida, era una insensatez.... Pero me llamaba de tal manera la atención que necesitaba analizarlo mejor.... Verlo de cerca, sentir su presencia inusual.... No me gustaba, era muy extraño, pero sentía el poder de lo desconocido....