De buena mañana [Alexander]

Era temprano, quizás incluso demasiado y el despertador ya estaba sonando, aquello era señal de que debía levantarme, cosa que, realmente, no era algo que llegara a entusiasmarme. Trabajar era, lo único que hoy en día me importaba y es que, yo, no tenía la suerte de ser una de esas modelos bellisimas que se pasean por la cafetería con ese cuerpo de escándalo con el que ganaban el suficiente dinero para vivir toda una eternidad. No, yo no había tenido esa suerte.

Yo era del lado trabajador, con un cuerpo mediocre medianamente decente y una cara normal, era una chica del montón, trabajadota y vivaz, alegre y feliz ante las adversidades, era una muchacha normal y corriente como el agua de la fuente. Por eso, mi despertador sonaba, no para una sesión de fotos, y tampoco para ir a colocarme el maquillaje, sonaba para ir al restaurante y servir cafés a todas aquellas a las que si les sonaba para ir a disfrutar de su trabajo.
Aún así no podía quejarme, y tampoco lo hacía era feliz como estaba, sin preocupaciones - o por lo menos las justas - sin dietas a las que atarme... una muchacha, normal.

Esta, no estaba muy concurrida aquella mañana así que por lo menos descansaría unos minutos hasta que empezara a llenarse. Me coloqué detrás de la barra de desayunos después de soltar un gran bostezo algo cansada preparándome un café ahora que podía y estaba sola.

Estaba mas sola que la una. Dormida y echa polvo pero trabajando, como siempre, y con esa sonrisa mía que nunca nada ni nadie había conseguido arrebatarme. Respiré profundamente mientras ya empezaba a oler a café recién hecho, la verdad es que necesitaría por lo menos tres para despertarme aquella mañana. Bostecé de nuevo cansada, deseaba que llegara el fin de semana cuanto antes, aunque tampoco serviría de mucho ya que tendría que ponerse a estudiar.

En acabar la maquina de hacer su café sonrió satisfecha, sus cafés eran de los mejores del lugar y podía arriesgarse a decirlo sin miedo a reproches. Cogí mi taza con cuidado pero, torpe como acostumbraba a ser a veces el ardor de esta quemo mi manos y así la taza cayó al suelo derramándose por completo.

- ¡Mierda! - mascullé.

Puto vertedero de casa en la que vivo...pero bueno, es mi vertedero y el del puto guitarrista frustrado de los cojones...maldito Eidan...si no fuera por que es mi mejor amigo y el único que ve la vida como yo lo largaba...pero en fin, a los colegas supongo que no se les hace eso...

-Buenos días cabroncete...recoge la caja de pizza esa anda, no me seas...Me piro a tomarme un cafe, ya nos vemos luego...y por amor de Dios...sal de casa.

Vale, si, le trato mal, él también a mi, supongo que es nuestra forma de decir: "Te quiero tío", pero sin decirlo, somos así y nos llevamos mejor que bien por ello; aunque hay días en los que cuando te levantas y ves cartones de pizza por todo el salón no puedes evitar que te entre la ira homicida, si es que ambos nos podemos llamar personas a nosotros mismos; teniendo en cuenta de que a veces es la viceversa y soy yo el que se deja los cartones de pizza en el salón...

En fin, dando un portazo tras de mi salgo de la casa con la cara de sueño y las ojeras que me caracterizan tras una noche de juerga, alcohol y bueno...algunas cosas más diferentes al alcohol, supongo que por eso el cuerpo me pide un cafe y si cae la breva, tortitas con sirope de chocolate, hay que reponer energías para el resto del día...o como mínimo, para aguantar despierto un par de horitas que me de tiempo aunque sea a estirar las piernas a la luz del sol.

Tras haber bajado por el ascensor hasta la calle, saco de mi bolsillo las llaves del Jaguar en el que me monto, y antes de arrancar, me enciendo un cigarro para despejarme y conducir mejor...no se como pueden prohíbir fumar conduciendo, no tienen sentimientos los señores juzgados...por culpa de esto ya acumulo tantas multas que ni siquiera podría contarlas con los dedos de mis manos y probablemente tampoco con el refuerzo extra de las manos de algún otro.

Comienzo a conducir a velocidad prudencial, se que voy dormido y una cosa es correr y otra cosa es querer matarme. Me dirijo mecánicamente a la cafetería donde suelo parar para desayunar en estos días, que como casi siempre a estas horas estará vacía y en efecto, unos minutos más tarde, cuando he aparcado en la puerta y he entrado estaba totalmente vacío y por lo que se ve he llegado justo a tiempo para ver que el vaso cae y se rompe.

-Eyyyy, ¡cuidado Di!-Digo en tono alegre a la camarera, a la que ya conozco por venir muchas veces por aquí...no es mala chica, aunque su forma de ver la vida a veces me repugna...pero la envidio, tiene la luz que a mi siempre me hubiera gustado tener y que de alguna forma busco para mi mismo...pero no siguiendo su camino, no quiero ser una simple presa del voraz depredador llamado sociedad.-Ahora en serio...¿Te has hecho daño?-Pregunto más curioso que preocupado mientras me siento en un taburete en la barra apoyando mis codos sobre la misma y mi cabeza sobre la palma de mis manos.

Y como siempre, la torpeza se había mostrado en mi, porque si algo era, realmente era torpe, y el problema estaba ahí, que se me había caído una taza de café ardiendo y podía haberme quemado, y mucho, y haberme cortado haciéndome mucho daño, pero, la suerte siempre acababa acompañándome. Por lo menos, nadie me echaría bronca, nadie se carearía conmigo ya que, si algo era mio en aquellos momentos, era aquel restaurante, mi fuente de ingresos principal donde pasaba la mayoría de mi día y donde me pasaba los días trabajando sin cesar.

Tenía que ir a buscar una fregona cuanto antes pero cuando me di cuenta había entrado alguien, alguien que había presenciado aquella vergonzosa situación, y es que, solo a mi me pasaban aquellas cosas y solo a mi me pillaban siempre con las manos en la masa.

Era Alexander, un tipo... ¿Raro? Bueno para mi muchos tipos eran raro, aunque yo ya me consideraba rara de por si. Era un tipo dado a la droga, cosa que no lo hacía mala persona, la verdad es que, si lo cogías de buenas era fácil tener una buena e interesante conversación con él, pero debías cogerle de buenas, y por lo menos, aquella mañana parecía estar incluso caritativo, bueno, a algunos les sentaban mal, como a mi, el madrugar, y a otros, les sentaba de maravilla.

- ¡Lo siento! - dije encogiéndome de hombros al ver la que había liado en tan poco tiempo, realmente no entendía como podía ser tan torpe algunas veces, bufé un poco frustrada conmigo misma - Sí, estoy bien, solo ha sido un susto - dije respirando con tranquilidad después de todo.

Me dirigí a uno de los armarios para coger un cubo con agua y una fregona, no podía tener el café desparramado por el suelo todo el día, daría mala imagen y era mi restaurante, tenía que estar realmente impoluto.

- Ahora te atiendo Alexander ¿Te esperas un momentito? - le dije con una enorme sonrisa, amable y encantadora, de esas que me llenaban la cara de luz, de ilusión, de esas que no se suelen tener cuando te has quedado dormid ay se te ha caído una taza de café hirviendo al suelo.

Si, me ha llamado por mi nombre de pila y no es por que se lo hubiera contado estan demasiado borracho incluso para controlarle, sinceramente se lo conté a buena gana cuando me lo preguntó por primera vez, no use el estúpido apodo de Mady...¿El porqué de eso?Ni idea, supongo que por que no tiene pinta de ser la clásica chica que va a ponerte en peligro sabiendo tu nombre o que pudiera venderte al mejor postor...así que aunque normalmente no doy mi nombre a nadie en quien no confie (o mejor dicho, no doy mi nombre a nadie), ella es una de las contadas excepciones...aunque he de decir que se me hace raro que me llamen Alexander así con tanta naturalidad...tanto que incluso miro hacia atrás discretamente cuando lo pronuncia, hasta que con una sonrisa más interna que externa, me doy cuenta de que era a mi...

-Er...si claro, sin problema, ahora me atiendes...si total, no tengo ni fuerzas para levantarme...así que tranquila que aquí te espero...

Uff..aunque haya sido a modo de comentario gracioso, es verdad que no tengo ni fuerzas para levantarme...joder, necesito ese café para ver si me espavilo un poco... Acomodo mi cabeza entre mis brazos cruzados sobre la barra, tocando con la frente el metal, frío metal, de la misma...Puedo notar como cada vez pienso más espeso y los ojos me pesan...No puedo evitar soltar un profundo bostezo mientras mi mente empieza a volar a parajes lejanos a la cafetería, más ayá de mis intrincados pensamientos más distante de....ZzZzZzZz...(Y heme aquí, dormido sobre la barra...)

Limpié el suelo con rapidez satisfecha, con una sonrisa en el rostro ¡Todo en orden! Pensé animada. Recogí todas aquellas cosas que había puesto en medio la verdad es que no me quedaba otra si quería tener un restaurante decente donde la gente se sintiera realmente bien.

Varias veces me había comentado que no lo llamase por su nombre, pero, a veces se me hacía imposible no hacerlo, no es que no me gustaran los apodos, porque, a mi siempre me había gustado mas que me llamaran Carol, por mi segundo nombre que no Diana, pero no sé, lo suyo, era, como más profundo. Alex era una persona realmente especial.
Me dirigí a la barra y cuando me di cuenta... ¿Se había quedado dormido? Agaché la cabeza mirando por un lado sus cara, con los ojos cerrado me acerqué un poco y le susurré para intentar no sobresaltarle.

- Mady - le susurré, esta vez si le llamé por su apodo, realmente era lo que quería y tampoco me costaba mucho complacerle, yo siempre complacía a la gente.

Abro los ojos lentamente cuando escucho que alguien me susurra al oído, me gusta su voz...pero eso no evita que me enfurruñe, no he dormido nada en absoluto y me han despertado...Bueno, de todas formas es normal, no da buena reputación tener a un bala perdida durmiendo en la barra...no suele ser de agrado de los demás clientes y mira, si me pongo en situación, a mi tampoco me daría mala impresión...Además...me ha despertado susurrándome al oído...¿Cuantos eones hará que no me hacían eso?En cierto modo es agradable, pero en cierto modo me crispa que me traten con dulzura, no se si es mi falta de costumbre ante esto o mi resignación a ser una causa perdida en cualquier gesto social...el único que me habla con dulzura es Eidan en el piso y sólo para cachondearse de mi haciéndose pasar por un homosexual, como según él, me gustan a mi...

-Er...perdona, me he quedado frito...-Sonrío mientras me paso la manga de la cazadora por la boca limpiándome la babilla que se suele quedar colgando tras una cabezadita como la que me he dado-Y bueno...no hace falta que me llames por mi apodo, se que a veces lo prefiero, pero si te he confiado mi nombre de pila es para que lo uses con tranquilidad...no voy a morderte, creo.-Le dedico una divertida sonrisa desperezándome ampliamente y frotándome los ojos, se que es de mala educación, pero comparado con mi costumbre de fumar porros en ascensores, mear en lugares públicos y demás lindeces; digamos que ya tengo el infierno ganado y no precisamente por desperezarme...-Bueeeno, si no te importa quiero lo de siempre, un café y unas tortitas con chocolate...y el café si no te importa muy cargado, sin leche..y ya que estamos si te enrollas y le echas un chorreón de wishky cojonudo-Benditos cafés irlandeses...uno de los grandes descubrimientos de mi vida.

-Por cierto, no me he mirado al espejo, pero se de ante mano que tengo que tener un careto horrible...pero veo que no soy el único...tienes cara de cansada Carol-Digo en tono amable, hoy supongo que no estoy mal del todo, ayer por la noche desfase y el matar neuronas me ha venido cojonudo.

Sonreí de lado cuando acabó por despertarse y me giré hacia la máquina. De cafés. Eramos polos completamente opuestos. Alex era un 'bala perdida' como él mismo se llamaba y yo era la bondad y la dulzura en persona. La diferencia era notable pero tampoco era desagradable. El problema es que, desde que venia por las mañanas a desayunar me estaba empezando a acostumbrar a sus tacos y barbaridades, ya que al principio simplemente no podía aguantar tanto insulto junto. Aunque a veces yo también me salía de mis casillas.

- No te preocupes, es normal, soy muy aburrida - dije riendo levemente ante su disculpa por haberse quedado dormido, y bueno, la verdad es que no era la más divertida del mundo, pero, era temprano, era lo más normal.

Acabé aquel café y respiré profundamente. Me encantaba el olor que el café desprendía, era realmente fantástico y acababa por despertarte y animarte, yo tardaba poco en animarme aunque llevaba unos días bastante decaída. Puse al café sobre la barra y bajé una botella de wishky de la estantería - Esto no debe ser bueno de buena mañana, pero, al cliente manda - dije divertida echándole un pequeño chorreón a la taza de café.

Me dirigí a la cocina y con rapidez saqué una masa para tortitas que aún quedaba del día anterior, más tarde me pondría a preparar una nueva. Y calenté la sartén, en un momento tuve el plato acabado echándole por encima el chocolate caliente, la verdad es que aquello también tenía buena pinta.

- Listo - le dije con una sonrisa ladeada mientras le ponía el plato delante también - No te preocupes, estás guapísimo - le dije con una sonrisa enorme, encantadora y dulce, cariñosa, puramente mía.
- Bueno, supongo que no estoy acostumbrada a pelearme y ayer me pasé toda la tarde intentando no matar a un imbécil - ¿Palabrotas? De mi boca. Pocas personas conseguían sacar de mi ese lado tan asalvajado y rebelde.

Mientras ella prepara el desayuno que le he pedido vuelvo a apoyar la cabeza entre mis brazos tendidos en la barra, pero esta vez sin cerrar los ojos, mirando a la chica, pero no viéndola, más bien ausente, como siempre...

Si bueno, cafe con wsihky desde por la mañana temprano no es precisamente lo más sano del mundo, pero su objetivo de espavilarme estoy seguro de que lo va a cumplir con creces, así que cuando escucho su divertido comentario me limito a levantar un poco una mano agitándola ligeramente en palma como gento para quitarle importancia a la cosa, después de todo no voy a morirme. Cuando me echa el chorreón que le pedí en el café levanto la cabeza y agarro la taza, quemándome la mano y apartándola rápido-¡Auch!Como que aún estoy medio dormido...-Comento justo antes de meterme los dedos que me he quemado en la boca para reducir el picor de la quemadura...será mejor que me espere al menos a que estén hechas las totitas para empezar a tomarme el café.

-Vaya...si que huele bien-El olor de las tortitas ya se hace presenta una vez están friéndose, me encanta ese olor vainillado que desprenden...mmm...que hambre, si de por mi fuera me habría comido la harinosa masa a secas, pero bueno, siempre hay que mantener un mínimo de comportamiento o acabaré pareciendo tan perturbado como lo soy en mi mundo interior y bueno, no es plan que los demás me vean así, después de todo mi verdadero yo es el que muestro, lo demás son simplemente impulsos reprimidos.

-¡Que buena cara!Como siempre, entran tanto como por los ojos como por el olor...y de sabor estarán perfectas...genial...-No es peloteo ni nada por el estilo, después de todo yo nunca suelto un halago que no considere merecido, y este sin duda lo és...vaya cara tienen las tortitas ya servidas con chocolate delante mia...tengo ganas de empezar ya a com...-¿Como?¿Tú pronunciando la palabra matar?Vaya vaya...todos tenemos un lado más malhumorado siempre...Joder, ¡cuenta cuenta!-No puedo evitar tener muchísima curiosidad ante ese comentario...no sólo por averiguar que todos podemos pronunciar la palabra que empieza por "m" e incluso insultar, incluídos los más inocentes, si no por que también siento curiosidad por saber que clase de persona hay que ser para que Diana te llame imbécil...¡Por dios...Diana!No dejaré de asombrarme...

Matar, era poco, pocas eran las personas que se ganaban mi odio, pero Andrew se lo había ganado a pulso, sus palabras despectivas y ese aire que se daba me sacaban de quicio y el problema era que, cuando le tenía cerca, me encantaba sacarle yo de sus propias casillas. No era la mejor persona del mundo después de todo, aunque estaba segura de que había mucha gente peor que yo misma, pero claro, cuando alguien se ganaba mis insultos, es que no era muy buena persona que digamos.

Era simple el alcohol siempre traía problemas y eso lo tenía más que comprobado, aunque yo no solía beber si no era que lo necesitaba demasiado, que estaba estresada, que estaba destruida o que simplemente, me apetecía. Pero aquella noche, justamente aquella, había bebdio, y, para colmo, había acabado en la cama de un maldito desconocido, ahora tan conocido la verdad.

Su prepotencia y su egocentrismo me ponían de los nervios, él se sentía superior por el simple hecho de ser él y yo adiaba esa actitud de machote que traía. Me tenía como un trofeo más de su colección, una noche loca, una noche de pasión más, otra para poner en la vitrina de ¿Lo dudabas, soy el mejor? Y aquella actitud, realmente, por lo menos bajo mi humilde punto de vista, era asquerosa.

Me apoyé en la barra para mirar a Alex que parecía intrigado por saber como era que yo odiaba a alguien hasta el punto de querer matarle y de insultar de verdad, la verdad, era extraño pero, no imposible, soy persona, como todos los demás.
- Es simple, es una persona chula, prepotente, egocéntrica, que solamente está enamorada de si misma y que se dedica a desprestigiar a los demás, y cuando digo a los demás me incluyo a mi, claro está - dije con simpleza mientras veía como se comía las tortitas, sonreí de lado satisfecha, por lo menos algo que me salía medianamente bien.
- Es simple , una noche loca, perdí la noción del tiempo, iba demasiado borracha, me acosté con este tipo, y ahora no nos podemos ni ver, yo soy un trofeo, una tía más en su cama y él es... vomitivo - dije bufando un poco mientras negaba con la cabeza, no le soportaba, no podía soportarle.

No puedo evitar toser atragantándome un pooc mientras me como las deliciosas tortitas...Parece que odia a un tipo bastante similar a mi, o mejor dicho, a mi yo pasado...cuando salía cada día en busca de...¿Desahogarme?Que coño, salía a buscar ciego y punto, a ver a cuantas me tiraba y a ver cuanto me bebía antes de desplomarme...Pero eso se acabó, no me he reformado, porque simplemente no quiero hacerlo, soy feliz como estoy ahora, tampoco es que me modere a posta o que haya madurado, creo que simplemente mi corazón aborreció todo lo que hacía...es algo así como aquella película, la Naranja Mecánica, pues siempre he pensado que no sólo comparto nombre con el protagonista, si no que también he aborrecido lo que hacía...sólo que bueno, él lo hizo por las malas...y yo también, pero prefiero no recordar aquel día...aún soy demasiado joven para romer mi alma, o al menos romperla del todo...

-Vaya...¿que tipo tan indeseable parece no?-Vale, se que suena hipócrita que sea yo quien lo diga, pero joder, ya simplemente soy un pasota ejercedor del mayor acto de rebeldía, ser yo mismo...mi lado chulo lo he dejado ligeramente atrás, aunque bueno, a veces me sale, sobre todo cuando me canso de separar la razón del corazón...A veces pienso que me estoy volviendo un poco bipolar...-¿Uuuuu polvo de una noche?¿Y te jode ser un trofeo?Tssss piensa que tú también puedes usarle a él como trofeo, quizá tenías ganas de hacerlo y simplemente lo has hecho...¿Por que mortificarte?En fin tu misma...yo soy de esos que considera que la moral no es más que otro lastre más que impone la sociedad...peeeeero, no me hagas caso, después de todo tu vives una vida completa y yo estoy vacío por dentro-Me encojo de hombros y me llevo un buen trozo de tortitas a la boca, engulléndolo con ansias...no comprenderé jamás a la gente que hace ese tipo de cosas...coaccionarse a si mismas para encajar o para considerarse mejores personas...Si él se ha acostado con ella es por que de algún modo ella también ha querido, le apetecía marcha y ya esta joder, ¿por que la gente lo ve mal?Son impulsos...pero bueno, como siempre responder a ellos está mal visto...-En fin, de todas formas no me parece un buen tipo...pero espera...-Joder, he estado tan distraído con mis cavilaciones que ni siquiera había caido en la cuenta, yo que soy tan observador...-¿Te fuiste de copas?Que pena que no cuincidieramos...Yo también estube por hay, hubiera sido una imagen curiosa verte con unas copillas de más-Le sonrío amigablemente, la verdad es que se que es una persona y como persona también necesita desfogarse, ¡pero se me hace raro!

Reí levemente, la verdad es que u filosofía de vida era interesante, pero impecable para mi. Siempre había sido la mujer correcta, la niña perfecta, educada, trabajadora, amable y cordial, un ejemplo a seguir, siempre. Pero era humana, los humanos se vuelven locos de vez en cuando, salen de sus casillas, vuelan, viven y se dejan llevar por los impulsos, por los pecados si lo veíamos de aquella manera religiosa, como siempre lo había visto mi madre.
El haber estado criada siempre por hombres también había influido mucho en mi forma de ser, mi hermano mayor, Oliver, siempre, siempre había sido demasiado sobreprotector conmigo, siempre, y eso había influido mucho, eso de verme con otros hombres que no sea con él siempre lo había puesto un tanto celoso, era su hermana pequeña, su protegida.

- Tienes una filosofía de vida interesante, influida por ti mismo - le dije con una sonrisa ladeada aún apoyada en la barra observando como comía - Yo tengo una filosofía de vida común, influenciada por mi madre y mis hermanos. Mi madre, que en paz descanse se dedicaba, el poco tiempo que me dedicaba, a convertirme en una persona correcta, dulce, encantadora, culta, perfecta, impecable, un ejemplo a seguir, y mi hermano, me protege como si fuera su hija, Oliver me tiene en un altar, no deja que ningún hombre se me acerque, y mucho menos que me pase con el alcohol - dije soltando una leve risita, tampoco sabía porque le contaba eso él, quizás me había venido la ocasión de desahogarme.

Reí, si Andrew era un capullo, por lo menos para mi, que me había acostado con él, lo sabía, que había querido, que había disfrutado, muchísimo y que ahora él era historia era realmente evidente, aunque, seguía odiando su egocentrismo.
Aquello ultimo me pareció divertido ¿Tan raro era escuchar que había bebido de verdad?
- Bueno, mientras mi hermano no se entere, algún día podemos emborracharnos juntos - comenté con diversión.

Si bueno...una filosofía infundada por mi mismo, eso es cierto, pero a que precio...como dijo Nietzche el que es diferente siempre se sentirá sólo...pero es un pequeño precio a pagar por la libertad...y estoy totalmente de acuerdo con él. Sonreí a Diana hasta que me metí el último trozo de tortita en la boca y seguí bebiéndome el café ahora que no abrasaba.

-Bueno, si te sirve de consuelo yo también he tenido padres y tal...y bueno, digamos que tengo a medias la carrera de empresariales por ello.-Me río de buenas, el café y la ruptura del ayuno me han sentado genial, soy un hombre nuevo la verdad.-Por cierto, tu madre consiguió el objetivo...eres encantadora, dulce, correcta...culta no lo se por que no he hablado contigo demasiado...pero desde luego no eres perfecta en absoluto-Me rasco un poco el pelo a la altura de la nuca, para sacar posteriormente la pitillera y el zipo que dejo encima de la mesa-¿Te importa?-No quiero importunarla-Y que conste que lo digo como un halago, ser perfecto es lo peor que puede pasarte...tiene que ser el mayor vacío que puedas llegar a sentir, pero hay gente que trata de conseguirlo y como no lo consiguen infunden a los demás a intentarlo para así conseguir un mínimo de gloria por el logro...no te ofendas, pero tu madre que en paz descanse me recuerda a la mia, que en paz dencanse también...y por eso la odio...Y respecto a tu hermano, bueno, a él si que le comprendo un poco más, a veces es difícil no sobreproteger lo que más quieres...pero no me hagas caso, sólo soy un borracho drogadicto que se llega a veces por aquí para saborear unas buenas tortias y beberme un café decente.-Le dedico una melancólica sonrisa...es verdad que me ha recordado a mis padres la historia...supongo que tampoco debería odiarles tanto, en realidad ellos son los que me convirtieron involuntariamente en lo que soy...un ser automoarginado, vacío y que ve la vida como algo monótono y repetitivo...pero que aún así piensa que se hace demasiado corta...en realidad y aunque rompa mis propios esquemas...soy feliz siendo como soy.

-Y bueno, prometo no chivarme a tu hermano si algún día decides venirte a dar una vuelta a algún antro-Me encojo de hombros con cara inocente, mientras la miro sacándole la lengua...en realidad no se por que le he dicho todo lo que le he dicho, no es propio de mi...mierda.

Off: perdona por tardar en responder Di!andaba liadillo D:

A mi me gustaba ser perfectamente imperfecta ¿Porque ser perfecta cuando podía ser yo? Mi madre, ¿Yo la odiaba? Yo no sabía lo que en realidad sentía por ella, ni por ella ni por mi padre, ya que podría decir que las personas que me cuidaron fueron mi abuela y Oliver, por eso siempre quería tenerle cerca, más que mi hermano, era casi como mi padre.

- Realmente, yo no se si odio o no a mis padres por querer hacerme perfecta, no lo consiguieron y el porque es fácil, nunca estuvieron a mi lado, lo daban todo por mi y mis hermanos y casi nunca estaban en casa, hace un año que murieron, y no siento ese dolor que en realidad debería sentir, y a veces, me siento mala hija por ello - sabía que si aquello les hubiera pasado a mis hermanos hubiera entrado en una profunda depresión pero, le paso a mis padres y no estaba deprimida, mi vida seguía, como siempre.
- No te preocupes, no se puede fumar pero, a estas horas de la mañana y con todo vacío siendo yo la dueña creo que haremos la excepción - le dije con una sonrisa ladeada, por lo menos estaba él y me hacia compañía, ya que odiaba profundamente la soledad, le escuché con atención - Eso es lo que le pasó a mi madre, ella no era perfecta, su vida nunca fue perfecta y quiso que la mía lo fuera, sin éxito, gracias a dios - le dije mientras sonreía de lado, realmente nunca quise ser perfecta, quise ser yo, nada mas.
Le di un suave golpecito en el hombro frunciendo el ceño al escuchar su auto descripción - No eres un borracho drogadicto, eres mucho más inteligente y más amable que muchos otro, que muchos médicos o policías que parecen ser el mejor ejemplo y en realidad son unos malditos corruptos- solté una leve risita.

- Eso espero, si se enterara nos mataría a los dos, a mi por desobedecer y "poner mi vida en peligro" y a ti por intenta "mal influenciarme" - le dije sonriendo de lado mientras le guiñaba un ojo.

Tranquilamente ahora que tenía la autorización de Diana, abrí mi pitillera que dejé sobre la mesa y saqué un cigarro que me llevé a la boca, para más tarde coger otro y acercárselo a Diana.-Sinceramente se que lo más probable es que no fumes Di, pero aún así estaría feo no ofrecerte...y encima después de haberme valorado por encima de maderos y matasanos...me toca defender el estatus que me has concedido.-Sonrío con el cigarro en la boca sugetándolo un poco con los labios, reteniendo el otro cigarro en mi mano tendiéndoselo a ella.-Y bueno, si lo coges descuida, no le diré nada a tu hermano acerca de ello...así nos ahorramos una muerte demasiado prematura.-Vuelvo a sonreir, la verdad es que no se el porqué, pero me siento bien hablando con Di, es tan positiva y tan sonriente que en cierto modo hace que me anime incluso después de una noche de juerga y desahogo producto de mis bajones espotáneos...así que supongo que bueno, tanta sonrisa no fingida no debería extrañarme.

-Respecto a lo de tus padres...bueno...no se si pega decirlo, pero lo siento...ya sabes, por lo de que murieron hace un año, aunque bueno, después de haber dicho que odiaba a la gente como tus padres no se si es ético...tsssss...tu me entiendes.-La verdad es que es cierto que no se como tratar con estos asuntos, a veces hasta yo procuro tener un poco de tacto, pero no me sale, parece que no venía en el paquete básico de mi programación.

Con la mano que me queda libre tomo mi mechero zipo y lo abro con la misma de un golpe seco y preciso con el que además se enciende. Aproximo mi boca con el cigarro aún a la llama para que prenda, acercando ahora además del cigarro el mechero.-Y bueno...¿Para cuando esa escapadita entonces?Como ya te dije no me chivaré a tu hermano...

Me apoyé en un tabrete que había detrás de la barra mientras miraba a la nada, la verdad es parecía que Alex tenía razón pero, igualmente, tampoco importaba mucho ya que mi vida seguía siendo la misma. Lo miré con una sonrisa ladeada negando con la cabeza cuando este me ofreció un cigarro - No gracias, muy amable por tu parte pero intento evitar al máximo los malos habitos, aunque suelo beber de vez en cuando no me gusta fumar, no es algo que me llame la atención - le dije con una sornisa ladeada simple y cariñosa - Y en realidad, me da igual lo que figa mi hermano, supongo que, es así - dije mientras me encogia de hombros añun sonriendole con simpleza, a mis clientes les encantaba mi vigorosidad por las mañanas esa sonrisa que les ayudaba a llegar mejor al trabajo, esas sonrisa que se contagiaba a los demás.

- No te preocupes, al verdad es que ni siquiera yo se si les quería de verdad, nunca fueron realmente unos padres, se que dieron su vida por nosotros, para darnos de comer, pero, nunca estubieron así realmente - dije mientras me encogía de hombros esta vez debilitando un pocomo mi sonrisa volviendola dulce y ladeada sobre mi rostro.

La verdad es que ellos nunca fueron lo que yo yllamaría apdres, se desvivieron por ahcerme feliz pero tampoco es que fuera realmente impostante lo que yo sentí por ellos, quizás mi hermano, Oliver, si que sintíó de verdad aprecio y amor por ellos, yo, simplemente, los veía como personas más en el mundo.
Sonreí de lado al escucharle y me miré con atención - Pues cuando tu quieras, a las doce abao de trabajar - le dije divertida riendo levemente.

Vale, la chica tenía unos padres que se desvivieron por ella, pero que jamás estubieron hay cuando los necesitó...esa historia me suena muchísimo, tanto tanto que es la mia propia...padres trabajando y pendientes de ganar dinero para cubrir todas mis necesidades y caprichos, luchando siempre por mantener su imperio financiero para que yo algún día lo heredases...todo para mi, pero sin mi...¿Y para que? Para que se mueran y yo malgaste todo lo que consiguieron y pese a todo no me pesa en el sentimiento ni me provoca remordimiento alguno, gracias a su dejadez hacia mi persona consiguieron que me convirtiera en el individuo que soy ahora y bueno, si dedicí por mi mismo hacer todo lo que he hecho, para mi está bien...

-Bueno...comprendo lo que dices, aunque no lo parezca yo tube el mismo problema con mis padres...con la diferencia de que no tengo hermanos...-Creo que mejor omito la historia completa o la voy a saturar de información de buena mañana.

Un par de caladas después ya me había fumado el cigarro, el primero de la mañana ha de ser rápido y directo, para ir calentando los pulmones. Sacando la cartera del bolsillo miro a Diana sonriente y divertido, me había propuesto hora para una cita, vaya vaya.

-Bueeeeno, tú me dirás cuanto te debo...y sobre todo...¿Eso quiere decir que te recojo a las doce?

Le sonreío de lado sin poder evitarlo, realmente si que encesitaba aquello de desconectar un poco, todo me había venido de golpe y estaba segura que aquel sería un dia un tanto ajetreado, además, tenía a mi hermano en casa así que debería cuidar de él. Respiré porfundamente, por lo menos nos entendiamos, aunque él se dedicaba, si más no, a ahogar las penas de otra manera y yo mataba mi tiempo trabajando en el restaurante, y ya noe ra ni siqueira por el dinero aunque desde que Darren estaba en casa el trabajo se había vuelto más que necesario, en realidad me gustaba mi trabajo y disgrutaba con eñ que era lo más importante en aquellos tiempos que corrían.

Él, se había ofrecido a salir conmigo una noche y yo, no iba a desprobechar la oportunidad, no por nada is no por el simple y natural hecho de que lo encesitaba. Llevaba días trabajando y encerrada en casa por las noches viendo peliculas malas en la televisión y ahora lo que más necesitaba era salir y despjar un poco la mente, le sonreí de lado de nuevo meintras reocgía su plato y taza.

- Invita la casa - le dije con esa sonrisa dulce y ladeada que se dibujaba en mi rostro cada día mientras veía como hacía el intento de pagar, me había hecho más amena la mañana y eso era más que suficiente, no necesitaba dinero.
- Respecto a lo de esta noche, primero debería pasar por casa comprobar si mi hermano a muerto - comenté riendo levemente mientras negaba con la cabeza - O aún está vivo, aunque quizás ni siquiera esté en casa - suspiré un poco, diecisiete años y se me iba de las manos, le gustaba demasiado el vicio y eso me asustaba - Y despues pudes llevarme donde quieras, y evrás como yo también se lo que es divertirse - le dije con una sonrisa dulce y duradera mientras me encogía de hombros.

-Bha, no voy a dejar que invite la casa, ya sabes que no me va ese rollo.-Comento a Diana sonriendo mientras dejo un billete que cubre el gasto en el desayuno sobrela barra-Y no me des la vuelta, si quieres me invitas luego a una copa, ¡así me aseguro que al estar en deuda conmigo no te eches atrás!

Colocándome bien la chaqueta me levanto de la silla y me alejo tranquilamente de la barra, hoy ya tengo planes por lo que se ve, no está mal, aunque quizá llevar a Diana a mi ritmo sea demasiado para ella, por mucho que diga que sabe como divertirse...saber divertirse...que amplitud de acepciones puede tener esa simple expresión, después de todo para cada persona divertirse tiene un significado diferente, a mi me divierte por ejemplo...vaya, a veces pienso que ya nada en este mundo me divierte, todo es tan banal y mundano...creo que ya sólo hago cosas para matar el tiempo...estúpido sentimiento de vacío, en fin, de todas formas no soy tan infeliz como intento hacerme creer...

Entre cabilaciones y pensamientos llego hasta la puerta del local, donde me doy la vuelta y con una amplia sonrisa y la mejor y más afable cara que puedo poner teniéndo en cuenta que no he dormido, miro a Diana mientras alzo la mano a modo de despedida:-A la 1 nos vemos en la puerta de tu restaurante...¡No me falles!