Y entonces, te paras a pensar [Ben]

Era uno de esos días en los que no tenía ganas de nada, era uno de esos días en los que mejor era quedarse en la cama, pro no, debía ir a trabajar, y no tenía ganas. Había llamado al restaurante diciendo que llegaría tarde, era la dueña ¿Qué más daba? Podía llegar como y cuando me diera la gana, y aquel no era el día para ir, para ir por lo menos desde la mañana con una sonrisa en los labios. Y es que, se cumplía un año de la muerte de sus padres. Un año... respiré profundamente, aún no podía crearlo, aunque realmente nunca había tenido una verdadera relación con ellos eran mis padres, y si intento de dárnoslo todo había acabado en muerte.

Mi hermano mayor, Olvier, había decidido ir a la misa que se celebraba en su honor aquella mañana, había decidido ir a rezar por ellos, ir a verles y llevarles flores, y yo, hacía sis meses que no me aparecía por el cementerio. No es que no quisiera, era simplemente que a veces no me veía con fuerzas de enfrentarme a la realidad, a la pura y cruel realidad. Oliver, siempre tan protector me había aconsejado, y solo aconsejado esta vez, que no fuera a la misa, y no lo haría, ni yo ni el pequeño de la familia, era lo mejor. Aquello era demasiado para mi, estaba segura que no lo hubiera aguantado y, bueno, Darren no se merecía aquello.

Mis pasos se perdían entre las calles y avenidas, no me daba cuenta de por donde iba, todo aquello a veces se me hacía confuso y es que en días como aquel en que le corazón palpitaba mas fuerte y me sentía mucho más sola había cosas que estaban de más. Cerré los ojos dejándome llevar por el azotar del viento en mi piel, dejando que las imágenes volaran solas por mi mente sin miedo a verlas, a recordarlas, sin miedo a dejarme llevar por mis emociones.

Después de todo, era aquello lo que me quedaba aún por vivir, el enfrentarme a todo y a todos antes de empezar a perder la noción del tiempo. Nunca había sido una chica fuerte y eso influyó mucho también en los resultados, en los llantos y en el dolor, aunque a veces eso poco importaba., estaba cansada, estaba abatida y agotada con todo.

Y entonces fue cuando el cielo se tornó gris, y cuando me di cuenta un chaparrón caía sobre mi, el agua caía a cantaros y me estaba mojando, me estaba mojando demasiado. Con la mirada busqué un lugar para refugiarme, para estar bien, y aquello era demasiado difícil. Debajo de un parkingn acabé, intentando pensar o descifrar que vendría ahora y que haría yo despues.

Otro día mas en la vida de Benjamin Rousseau, ahora, hacia apenas una semana, su vida transcurría lo mas tranquilamente que podía en Bucarest, el traslado des de Francia a aquel lugar había sido un avance, un avance bastante grande mas por el sueldo que por otra cosa, y vamos, no le importaba haber cambiado de aires, sabia que necesitaba sacarse de encima a la gente que le había rodeado durante toda su vida, al menos por un tiempo, sacarlos de estar tan protectores con él, porque era un hombre ¿no? Tenía veintisiete años y ya era hora de que le dejaran andar sin ir detrás por si se caía.

De buena mañana había ido a correr, y aunque pareciera extraño seguía haciéndolo aunque ya había pasado bastante tiempo, él necesitaba acostumbrarse a la ciudad, por eso antes de empezar a trabajar seriamente en el hospital decidió salir a hacer aquel ejercicio que tanto le gustaba, para moverse entre las calles, entre la gente, por la ciudad, observando cada una de las cosas, intentando quedarse con un mapa mental para próximas veces que quisiera ir a algún lugar, necesitaba saber como era aquella ciudad, y el único modo que él conocía era con la música en sus oídos, sus pies corriendo sobre el asfalto y totalmente absorto de los demás.

Y así seguía corriendo, despreocupadamente, apenas observaba a la gente con la que se cruzaban, sino que intentaba descifrar las calles por las que ya había pasado hacia un rato ya que llevaba corriendo sin sentido durante un rato, ahora ya empezaba a frustrarse, odiaba perderse, y ahora justamente lo estaba, no tenia ni idea de donde había terminado, maldito fuera el momento en que había salido de aquel apartamento que tenia alquilado.

Entonces fue el colmo, empezó a llover, a llover muchísimo de un segundo a otro, la única suerte fue que él ya estaba corriendo en ese momento, la gente empezaba a moverse mas deprisa, como él, para intentar resguardarse de la lluvia y él intento lo mismo, en cuanto vio un parking se dirigió allí con mas rapidez, encontrándose con una chica que le parecía conocida, no recordaba del todo porque la conocía, pero no pudo evitar sonreír observándola como si fuera lo mas normal del mundo – Maldita lluvia eh, parecía que iba a ser un día soleado y ha terminado empapándome hasta los huesos – comento, desenfadadamente, así era él, podía no conocer a nadie y comportarse como si le conociera de toda la vida.