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| Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] | |
| | Autor | Mensaje |
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Vladimir Mijalkov Humano
Mensajes : 37
| Tema: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Vie Abr 16, 2010 3:40 am | |
| Por fin había llegado el día. Casi no había dormido, demasiado expectante, demasiado eufórico y ansioso como para poder relajarse y conciliar el sueño, y esa falta de horas le pasaban factura e su rostor, con unas ojeras suavemente remarcadas.
Por lo demás su aspecto es impoluto, vestido negro de corte elegante y caro, con zapatos a juego, una pose muy elegante para lo que está dispuesto a conseguir, el vestuario indicado para quién va a conseguir uno de los objetivos de su vida.
Por ello mismo está sonriendo, sentado en una de las mesas reservadas, alejadas del bullicio general que tiene el restaurante de su hotel a estas horas, bebiendo una copa de un buen vino tinto y esperando a su particular invitado...
Gabriel, el líder de la manada. No sabe que es mejor, el saberlo, o el ser consciente de que para Gabriel es un mero asunto de negocios con una persona desconocida. El tacto del revólver en la espalda le arde, como si sintiese la necesidad de acribillarlo a tiros en cuanto hiciese acto de presencia.
Por suerte, y esta vez, es capaz de calmar sus instintos asesinos, guardnaod una calma estoica y cambiando su expresión a una más normal y típica, la de alguien que espera a una persona que comienza a ser impuntual. | |
| | | Gabriel Silverfang Jefe de la Manada
Localización : Las dos caras de la luna Mensajes : 618
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Vie Abr 16, 2010 7:53 pm | |
| Odiaba encontrarme con los clientes cara a cara, aunque este en concreto pidió verme personalmente, en otra ocasión habría mandado a alguno de mis hombres de confianza, pero este no era el caso. A pesar de todo cedí en hacer yo mismo la visita.
Tras meterme dentro del traje "de los negocios" -un traje de chaqueta negro, camisa blanca y corbata estrecha- salí de mi apartamento, atravesando la pista de baile del Luna, fuera dos de mis hombres me esperaban para acompañarme conduciendo uno de ellos el Jaguar -no me apetecía ese día conducir...- Tras los saludos pertinentes o más bien reverencias por parte de ellos, yo simplemente me limité como siempre a mirarles y luego a entrar en la parte trasera del coche.
El lugar de encuentro era el Hotel Mijalkov, un hotel de lujo cinco estrellas y mi encuentro era con el director de tal establecimiento, Vladimir Mijalkov. No le conocía directamente, solo de oídas y por el simple hecho de su hotel ser el más visitado de todo Bucarest, nada más. Aquel era el primer negocio que iba a proponerme y realmente no sabía que podía tener que ver un pub con un hotel... a no ser que quisiera mandarme clientes o hacer alguna fiesta, o quería contratar alguno de los grupos que llevábamos...Avanzamos por las calles de nuestra querida Bucarest...mientras yo me rompía la cabeza pensando en que asunto sería aquel, si era beneficioso para el Luna lo aceptaría sin problemas, todo es ver cómo y qué propone.
Miraba a través de la ventanilla a la gente pasar caminando tranquilamente por la calle, haciendo sus vidas -Son tan ignorantes...- Susurré con la mano puesta en la mejilla y el codo del mismo brazo en el paño de la puerta. Si todos aquellos supieran de la existencia de los nuestros no estarían tan tranquilos seguramente caminando por la calle, estarían preocupados por protegerse por acabar con nosotros, porque todo lo que se teme o lo que no se entiende hay que hacerlo desaparecer.
Desvié la mirada de la ventanilla posando las orbes ambarinas en el asiento de al lado, vacío, una leve sonrisa se dibujó en mis labios recordando cuando Eith ocupó ese lugar, es decir, a mi lado -en aquella ocasión conducía yo- Recordando el cómo fue nuestro encuentro, el cómo había transcurrido todo, al principio parecían pasos lentos y ahora tenía la impresión que hace años que nos conocemos.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la voz del conductor mientras el copiloto abría la puerta - Señor hemos llegado - Miré al que me habló para luego desviar los ojos hacia el que abría la puerta. El Hotel Mijalkov se alzaba frente a mí de aquella manera tan imponente como se caracterizaba en los edificios de lujo de Bucarest. Ajusté la chaqueta sacudiendo con las manos el frente para quitarle las posibles arrugas. Realmente no soportaba los trajes de chaqueta, pero cuando tenía que ponérmelos no me lo pensaba, cuanto más lo pensaba menos cómodo me sentaría con el puesto. Adelanté mis pasos para pasar al hall de entrada, el conductor del coche avanzó para aparcar y el segundo me siguió pasando por un guarda espaldas, al llegar a la recepción pregunté por el tal Mijalkov, indicándome que estaba en el restaurante desde hacía un rato.
Aun con el "guarda espaldas" siguiéndome caminé hacia el restaurante deteniéndome antes de entrar -Quédate aquí, si te necesito te llamaré- Tras aquellas palabras y un si silencioso de aquel hombre, entré en el restaurante algo perdido por no conocer el lugar. Detuve a un camarero que se me cruzó, de nuevo preguntando por aquel hombre, tras indicarme en que mesa se encontraba caminé de manera directa deteniéndome frente a él al otro lado de la mesa para poder ser visto, aparte de que no me gustaba abordar a nadie por la espalda sin ser visto -¿Vladimir Mijalkov?- Pregunté mirándole, observándole como siempre hacía con todo el mundo, intentando prever movimientos por gestos mínimos, el tic de un ojo, el movimiento de un dedo... Me quedé en pié esperando a que revelara si era o no el nombrado, o que simplemente hablara. | |
| | | Vladimir Mijalkov Humano
Mensajes : 37
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Vie Abr 16, 2010 8:26 pm | |
| No le gusta esperar, la impaciencia comienza a intentar apoderarse de su ser, y parcialmente lo logra cuando comienza a marcar un ritmo inexistente con uno de sus pies. SU mirada va analizando a los comensales, situados en otra zona, separadoas de él por una cristalera que hace que esta mesa sea aún más privada.
SOn tan insignificantes, peor al mismo tiempo tan útiles. Resulta hasta irónico ver esa extraña dualidad, los mataría a todos, desde su punto de vista él es el único que merece vivir, que merece gobernar, el que realmente vale. El resto, son escoria.
Menos los lobos, claro están, otro tipo de escoria, perseguida y cazada, pero más útil que un humano normal. Un brillo en sus ojos aparece de repente, reflejando por unos pocos segundos sus oscuros y turbios pensamientos, mirando el rólex de su muñeca, cmprobando que, en efecto, está llegando tarde. SI no fuese quién es lo mataría en cuanto entrase por la puerta, pero tiene que aguantar el teatro. Inconscientemente mira a la cámara de la esquina, como era de esperar lo tiene todo preparado, la cámara en la zona adecuada...
Solo falta el co protagonista de esta enferma película, el cual no tarda en aparecer. No da muestra ninguna de sorprenderse o de saber algo ante la entrada de Gabriel, indicándole ya antes de que hable con un gesto que se acerque, esbozando un amago de sonrisa perfectamente fingido, cordial y en cierto modo amistoso:
-El mismo. Ah, Gabriel Silverfang, ¿correcto? He oído hablar mucho de ti, espero que no te importe que te tutee, el trato formal me reuslta incómodo para una comida. -En apariencia es un perfecto y educado hombre de negocios, incluso afable, ocultando todo lo oscuro, podrido y malvado que tiene muy dentro de su ser, esperando a ser liberado como el léon que ve a un cervatillo y decide jugar con él antes de cazarlo. Las cartas llegan y él abre la propia, analizando los platos. Otra cosa no, pero se encargaba de que tuviese los mejores cocineros, permitiéndose alzar la mirada por encima de la carta para recomendar a su acompañante en esta tarde:
-El entrecot con salsa de Setas está delicioso, igual que el salmón ahumado, por si no sabes qué pedirte. Yo tomaré un plato de salmón, Edgar, gracias. -Le entrega la carta, mostrándose educado hastacon su camarero... Que no es tanto tal, porque es uno de sus hombres, atento a si la situación se le escapa de las manos. Apoya ambos codos en la mesa y se lo queda mirando, con los puños sujetándole la barbilla.-¿Empezamos ya, o prefieres esperar al postre? -Pregunta, gasttando una pequeña broma para acercar posturas...
Disfrutando interiormente como pocas veces ha hecho. | |
| | | Gabriel Silverfang Jefe de la Manada
Localización : Las dos caras de la luna Mensajes : 618
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Vie Abr 16, 2010 11:17 pm | |
| Mi faz era la serenidad representada, siendo esta la máscara que llevaba en aquel momento. Asentí cuando dijo mi nombre, sentándome frente a él -Me gusta mantener las distancias- Dije desabrochándome dos de los tres botones de la chaqueta -Así que si no le importa, no lo haga- Respondí ante el tutearme, no me gustaban aquellas primeras confianzas, estaba allí para hacer negocios no para hacer amigos y menos de un humano…
El camarero nos entregó las cartas la cual hojeé escuchando sus recomendaciones, tras acabar de pasar todas las hojas de aquel libro gastronómico, lo cerré entregándola al camarero -Tomaré lo mismo que él- Acomodando la espalda en el respaldo de la silla regresando luego la mirada a Vladimir escuchando su ¿Broma? Sin tomármela como tal asiento -Cuanto antes comencemos mejor- Apoyé las manos sobre el borde de la mesa con los dedos entrecruzados.
Aquel humano pretendía ser afable para que sus negocios salieran bien, pero a mí no me servía el ser amable para que aceptase negocios y más si se trataban de humanos, de los cuales desconfiaba eternamente. Aunque quién lo diría viéndome allí frente a uno de ellos hablando como si tal cosa… | |
| | | Vladimir Mijalkov Humano
Mensajes : 37
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Vie Abr 16, 2010 11:32 pm | |
| La verdad es que no le importa demasiado tutearle o no, le da absolutamente igual, únicamente lo había hecho como mera pregunta cortés, pero tampoco está dispuesto a discutir y asiente, sin poner objección alguna.
Una vez se ha pedido y comprueba que Gabriel quiere ir directamente al grano bebe un ligero trago de su copa de vino, qué desconfianza, al final iba a ser cierto lo que había leído y lo que había oído de Martha...
Sin embargo, eso hace la situación sumamente divertida, por lo que sin más vuelve a apoyarse en la mesa, sintiendo ya como la culata de su revólver le arde en la espalda, no sólo está caliente:
-Como desee entonces, caballero... Tengo interés en formar una alianza con usted. Como probablemente sepa Bucarest es un destino turístio bastante concurrido. El problema es que digamos que el alojamiento no suele ser uno de los aspectos que más cuiden los que vienen... Por ello mismo, y en pos de generar mayores beneficios para ambos, podríamos hacer ciertas ofertas que incluyan entradas a su local. Nosotros conseguimos más gente y ustedes tambén, en resumen, un plan perfecto.
AUnque para plan perfecto el que ya lleva en su mente, sintiendo el deseo de soltarlo... De hecho lo siente tanto que no puede evitarlo, es superior a él, y áún inclinado sonríe, mirándolo despacio y dejando que pasen unos segundos de silencio:
-Por cierto, ¿Cómo es eso de liderar una manada de hombres lobo, señor Silverfang...? - Lentamente y de forma disimulada se lleva la mano a los cubiertos, cogiendo el cuchillo y alzándolo ante sus ojos, oscuros y ahora más brillantes.-Ah, se me olvidaba... Los cubiertos son de plata, será mejor que se ande con ojo, no sea que se corte... Usted ya me entiende, ¿verdad? -Ya no solo se encarga de desvelarle que lo sabe, sino que también conoce más detalles de lo normal, detalles que sí ponen en peligro directo a Gabriel. | |
| | | Gabriel Silverfang Jefe de la Manada
Localización : Las dos caras de la luna Mensajes : 618
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Sáb Abr 17, 2010 12:25 am | |
| Observé a aquel humano en la mas plena serenidad, escuchando sus palabras, ladeé levemente el rostro, ciertamente era un negocio interesante, ofertar habitaciones de hotel con entradas al Luna, un negocio redondo para cualquier empresario para poder cumplimentar sus ganancias.
Iba a hablar cuando de nuevo fue el él que se pronunció. Mis orbes ambarinas seguían posadas en él con una aparente tranquilidad, aunque por otra parte tras aquellas dos declaraciones hubiera deseado saltar sobre él y acabar con su vida en un solo mordisco. Pero no, mantuve las manos entrecruzadas sobre la mesa -Si se refiere a la cantidad de grupos que entran y salen del local… no se me da nada mal…- Dije de forma tranquila, como si aquello hubiera sido un simple error de aquel humano, no apartaba los ojos de los de él usando mi persuasión* para hacer mas hincapié en mis palabras y hacerlas creíbles -Por cierto bonitos cubiertos…- Acabé moviendo una de las manos para tomar el tenedor, eran de plata podía notarlo, el peso el tacto… pero como él mismo había dicho, mientras no me cortase no habría problema alguno.
Tras aquella mascara de tranquilidad, un lobo se inquietaba en mi interior ¿Cómo sabía todo aquello? ¿Cómo sabía quién era? En aquel encuentro mi insistencia a los míos sobre los humanos no hacían más que dar más base a lo que constantemente les recordaba, no había que mantener relaciones mas allá de las necesarias con los humanos…Seguramente alguno de los intrépidos lobos había sido más sincero de lo que me hubiera gustado.
Después de mirar el cubierto como si apreciara una obra de un famoso pintor lo dejé en su sitio volviendo a mirarle -¿Y bien señor Mijalkov…Hablamos sobre esos negocios? O seguirá jugando con cuentos de niños- Dije manteniendo aquella postura, asegurando la máscara que ocultaba a la bestia que deseaba morderle la yugular allí mismo. Mi objetivo ahora era desviar tal tema, acabar con aquello y salir de allí cuanto antes...
*Hace referencia a su Don Base | |
| | | Vladimir Mijalkov Humano
Mensajes : 37
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Sáb Abr 17, 2010 2:10 am | |
| No esperaba una reacción menos alabable por parte de el líder de la manada, manteniendo una calma que helaría la sangre al más pintado.. El problema es que a él no, no tiene esa capacidad de sorprenderse, de sentir miedo o respeto, excepto en las contadas ocasiones en las que se ve obligado a hacerlo por intereses propios.
No desvia su mirada de la de Gabriel, observándolo con curiosidad y al mismo tiempo diversión, porque apenas acaba de empezar, decírselo ha sido la primera parte, y está dispuesto a que su particular película de terror termine como él quiere. Sin embargo, algo deja de encajar cuando su mente parece deshilacharse, fragmentarse en varios trozos y volver a unirse de una forma totalmente opuesta a lo que es él, ganando potencia las palabras de Gabriel, hasta el punto en que su expresión se relaja un poco y está dispuesto a ceder:
-Sí, estaba hablando de los g... -Algo no encaja, lo sabe, lo siente, y por ello fuerza su mente a retornar al punto de partida, al punto en el que está hablando con el líder de los lobos de la ciudad y no un mero dueño de local.
Y por ello mismo, en un último impulso, agarra su tenedor con violencia y sin pensárselo dos veces se lo clava en el dorso de la mano. El dolor, punzante, supera cualquier tipo de hechzo y su expresión vuelve a ser la que era, excepto por la respiración algo más acelerada y la sangre que sale de los tres agujeritos que se ha provocado él mismo:
-Muy astuto, Gabriel, muy astuto... -Ya no le mira a los ojos, le mira a la cara, desenfocando la mirada con pericia.-No sé que has hecho, pero no volverá a suceder... Ahora sí, hablemos de negocios, pero de los de verdad.
Es consciente de que la sangre le atrae y le hará perder mínimamente la concentración, así que ha matado dos pájaros de un tiro, manteniendo el tenedor entre sus dedos:
-Eres perfectamente consciente de que puedo hundirte en la máxima miseria, a ti y a tus compañeros de manada... No voy a entrar en detalles, así que, como tú has dicho antes, iremos al grano.
Deja pasar los segundos de silencio, sin prisa alguna, escuchando la sangre gotear del tenedor, disfrutando con el sonido:
-Trabajad para mí. | |
| | | Gabriel Silverfang Jefe de la Manada
Localización : Las dos caras de la luna Mensajes : 618
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Sáb Abr 17, 2010 4:13 am | |
| Continuaba con la mirada en la de él, alzando levemente el mentón al notar como mis palabras surtieron efecto. Noté la duda en sus ojos ante las palabras que comenzaba a decir, pero sus palabras se cortan dando lustre de una fuerza de voluntad grande o quizás una obsesión por el tema a tratar. Cuando veía el round ganado, su gesto brusco me hizo bajar la mirada hasta su mano con los ojos un poco más abiertos de lo normal, realmente sorprendido por una acción así -…- Cuando la herida comenzó a sangrar, mi nariz captó su olor, ese olor tan conocido y tan perseguido en las noches de luna llena por los míos.
Mi respiración se vio ligeramente afectada por unos instantes, la sangre, la sangre… uno de los puntos flacos de los nuestros… Ascendiendo la mirada hasta si rostro o lo que dejaba ver, controlaba la respiración y evitaba el ver aquella “carnicería”, pues era lo que me faltaba para acabar saltándole a la garganta de un solo salto…Era lobo viejo y por lo tanto era capaz de por una parte disimular bien y por otra sujetar la bestia que intentaba salir de mi interior.
Escuché sus palabras su”alago” -Señor Silverfang…- Recalqué recordando las distancias el seguir tratándonos de usted -Sinceramente Señor Mijalkov no le entiendo…- Claro que le entendía...y muy bien...demasiado para mi gusto. Retiré las manos de sobre la mesa y retiré la silla para ponerme en pié -Pensaba que venía a una reunión seria y no hacéis mas que salir con ¿Amenazas? Y cuentos infantiles- Cerré los botones de la chaqueta ahora de pié. Luchaba por mantener la mirada en su rostro, evitando el posarla en aquella herida que ya me “llamaba la atención” bastante por el olor, eso, unido a mi falta de alimentación era un coctel molotov, pero sin prender, pues tenía el temperamento suficiente como para poder controlarme.
Alcé la ceja ante su última declaración, negando levemente -Tras este encuentro dudo mucho que Las dos Caras de la Luna ofrezca sus servicios para asociarse con su hotel señor Mijalkov- Dije de forma tajante –Ahora si me disculpa, hay asuntos importantes que si requieren de mi presencia- Tras aquello, me hice a un lado de la silla no sin antes dedicarle una última mirada y una educada inclinación de cabeza -La revedere Domnul Mijalkov…*- Tras echar esa, la que creía, ultima mirada a aquel humano, me giré para retomar los pasos, con afán de marcharme.
Off: Que ponga que se va, no quiere decir que sea definitivo, puedes interrumpirle si quieres. *-Adios señor Mijalkov- | |
| | | Vladimir Mijalkov Humano
Mensajes : 37
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Sáb Abr 17, 2010 5:10 am | |
| Su respiración comienza a relajarse pese al punzante dolor que siente en la mano, su mirada continúa desenfocada y sus oídos centrados en las palabras de Gabriel.
Si quisiese podría hacerle callar de forma rápida y eficaz, la cabeza de un líder de manada muierto adornaría muy bien su salón, pero con ello no se ganaría el apoyo de los demás, por lo que, de momento, lo necesita vivo. Tampoco desvela quién es, es mejor que el idiota siga pensando que simplemente es un gerente de hotel un poco ido de la cabeza a que dirige una de las mayores redes de proxenetismo en el Este de Europa, algo que, ahora mismo, le da mucha ventaja.
Lo mejor de todo es que tiene la insensatez de darle la espalda y encaminarse a la salida. Ahora ya no se molesta en disimular absolutamente nada, su rostro cambia a una mueca de ira irracional, sus ojos oscuros adquierne un brillo en cierto modo demente y psicótico, y su respiración se asemeja más a un gruñido que a una respiración en sí.
Sin pensarlo dos veces, y ni mucho menos avisando, se lleva la mano a la espalda y desenfunda su pistola, esta vez una Beretta de 15 balas (el revólver solo tiene 6, demasiado pocas para su gusto) y apunta a la perfección con la mano sana.
El estruendo del disparo queda tapado por las paredes insonorizadas de la estancia, y la bala de plata sale disparada a una velocidad imposible de distinguir para el ojo humano... Rozando la oreja derecha de Gabriel y provocando un roce, el suficiente como para que la plata comiencce a extenderse. Y él, en cambio, sonríe abiertamente:
-De aquí no se va hasta que yo se lo diga, Señor Silverfang... U ahora puede marcharse, no porque usted se va, sino porque yo le dejo. Ya cambiará de opinión, Silverfang, ya lo verá... -
Susurra, más bien un murmullo ronco, porque pese a haber apuntado bien se ha visto tentado de matarle. Pero, sin embargo, se mantiene sonriendo, contaba con el "No" de antemano, no esperaba menos, ypor ello mismo ya está moviendo las piezas del tablero antes de que su contrincate se haya puesto a jugar siquiera.
Le deja avanzar, pero en cuanto Gabriel da un par de pasos llama su atención:
-¡Ah, una cosa que se me olvidaba! Lara Ivanova le manda recuerdos, creo que eran algo así como... "¡Por favor, Gabriel, sálvame!" -Imita un tono de miedo, puro terror, con una voz aguda y falsamente femenina, volviendo al instante a su tono habitual una vez se ha burlado suficiente- Una chica encantadora, en todos los sentidos... Hágame un favor: llévele unas flores de mi parte dónde sea que esté enterrada, ¿quiere?
No es la indirecta en sí lo que asusta, sino el tono meloso, dulce y sobretodo placentero que utiliza para dejarle claro que el asesino de la modelo fue él, y que encima disfrutó con ello, ya no solo eso, sino que también se mofa como quién cuenta un chiste de mal gusto:
-Ahora sí, puede retirarse, no quiero que se me indigeste la comida con este olor a chucho. Tendrá noticias mías, Silverfang. -Como si realmente hubiesen mantenido una charla de negocios y hubiese salido bien, le despide con un gesto en el momento en el que le sirven su salmón, comenzando a devorarlo sin prisa alguna, aún con la mano ensangrentada. | |
| | | Gabriel Silverfang Jefe de la Manada
Localización : Las dos caras de la luna Mensajes : 618
| Tema: Re: Conozco el secreto, lobo... [Gabriel] Sáb Abr 17, 2010 5:56 am | |
| Apretando la mandíbula ahora de espaldas a él mantenía el rostro lo mas sereno que mi bestia me dejaba, no paraba de darle vueltas al como aquel humano tenia esa información, todo aquello me inquietaba de sobremanera, pero me obligaba a ocultarlo en aquel lugar repleto de humanos. Aparte del olor a humanos aun persistía en mi nariz animando a mi bestia a salir, pero no lo permitiría, no en aquel lugar.
Mis pasos se vieron bruscamente interrumpidos cuando cuando escuché aquel estruendo a mi espalda y segundos después mis manos reaccionaron acabando sobre la oreja, había sentido como si un cuchillo me cortara, escozor, dolor...y una sensación demasiado conocida para mi. Me mantuve de pie aun de espaldas mientras el humano hablaba. Apreté mis manos sobre aquella herida y no por cortar el sangrado, que también, si no para poder tomarme eun tiempo, en lo que escupía sus palabras para evitar el girarme y que descubriese mi mirada, habiendo cambiado de forma tan rápida como la bala surcó el aire. Respiré profundamente entrecerrando los ojos, abriendolos eternos segundos después habiendo recobrado mi color natural.
Ahora si me medio giré con una mano aun en la oreja, para cortar el sangrado y ocultar el tono grisáceo que tomaban los vasos sanguíneos de esta por el contaminar de la plata pronto toda la oreja estaría cubierta de aquel apagado color. Fruncí el ceño observándole, ahora sin disimular el movimiento algo mas agitado de mi pecho -Así que fue él quien la mató...- Continué con la mandíbula apretada, notando como cada vez mas la oreja quemaba, tenía que salir de ahí si o si...
Dediqué una mirada fija, fiera, salvaje, hacia aquel loco humano, siendo esa la única muestra de salvajismo que vería en mí, al menos aquella noche -Volveremos a vernos Vladimir Mijalkov... eso no lo dude...- Escupí cada una de esas palabras envenenadas en el desprecio. Sin perder mas tiempo, volví a girarme esta vez caminando con premura, sosteniendo la mano en la oreja.
-¿Señor que ha pasado?- Me encontré con uno de los hombres que venía en dirección contraria al escuchar el disparo. Yo simplemente negué mientras seguía caminando y él descolgaba el teléfono llamando a su compañero. Para cuando salimos el Jaguar estaba en la puerta del hotel. Subí al auto aun con el odio presente en mi rostro, con el ceño fruncido. Me dejé caer en el asiento trasero retirando la mano de la oreja, teniendo esta llena de sangre de un color mas oscuro de lo habitual, sangre contaminada de plata, sangre que, si no me daba prisa, correría por todo mi cuerpo en cuestión de un rato. A prisa, el coche se puso en marcha sin tener que decirles destino a los que delante se encontraban. | |
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