Llegamos allí las dos, desde el parque, caminando con tranquilidad y seguridad, como si no hubiéramos matado a dos tipos hace apenas unos segundos. Eso era actuar y lo demás eran tonterías. Sonreí y me giré hacia ella, risueña como pocas veces lo estaba. Al final había sido hasta divertido y todo y nos habíamos hecho amigas, el día había sido bastante productivo la verdad. Eso me ponía de buen humor.
-Bah, no ha estado mal la cosa. Podríamos dedicarnos a ser asesinas a sueldo-bromeé con una sonrisa fiera, la verdad esque no me importaría. Pero no, a mí me gustaba más ser doctora. Me eché el pelo hacia atrás para que no me molestase delante de la cara ni tapase mis ojazos.
Miré a nuestro alrededor, nos encontrábamos en una plaza, era bastante bonita y tranquila. En realidad Bucarest no era un mal lugar para vivir, estaba bien, nada en comparación con mi amada Italia pero tampoco era un asco de ciudad. Podía haber ido a parar a un lugar peor, había tenido suerte, más o menos. Si esque tener que escapar de mi ciudad por culpa de un imbécil era tener suerte, sí yo tenía mucha suerte. Genial, aparté los pensamientos cortavenas de mi mente y miré a Mis, pensando curiosa como habría llegado aquí desde Grecia y preguntándome de donde vendría su apodo.