Lianna Sculdz

Lianna Schuldz

-Edad-
42 años, aunque aparenta 21.

-Don-
Persuasión.

-Nacionalidad-
Alemana.

-Actividad-
Cantante

-Raza-
Loba

-Orientación sexual-
Heterosexual

Descripciones

-Descripción física-
De constitución más bien ancha, da la sensación de que a la chica quizá le sobren un par de quilos, pero si se mira más detalladamente se verá que cuenta con un cuerpo saludable, ni entrada en quilos ni falta de ellos. Puede presumir de unas curvas bastante pronunciadas. De estatura media-alta (1.72m), piel bastante pálida y larga cabellera negra azabache, que tanto puede no haber peinado, o parecerlo, a hacerse verdaderas obras de arte por peinado. Ojos pequeños y grises, casi siempre maquillados en tonos oscuros para hacer resaltar su color y coronados por unas finas y oscuras cejas. A un lado de su ceja izquierda tiene un lunar que según le de la luz es más oscuro o más claro. Nariz larga y estrecha y boquita de piñón, de labios finos y rosados. Atributos más bien poco proporcionados.

Viste un estilo gótico muy propio. Suele hacerse su ropa y si no es así, suele modificarla para hacerla más suya. El negro y los tonos oscuros predominan en su armario. Suele usar bastantes complementos y adora las faldas largas, los corsés y las botas.

-Descripción psicológica-
Lianna solía ser una chica cariñosa y atenta. Eso sí, con los que ella considera que lo merecen. Era sincera y honesta, no se cortaba en decir las cosas tal y como las pensaba, puede que incluso lo dijera de un modo que no era el adecuado, pero si no le importabas, le daba lo mismo como te sentase. Lianna era también el hombro en el que llorar para aquél que realmente lo necesitaba, pero dentro de un reducido círculo de amistades, especialmente del chico del que estaba enamorada y con quién estaba, Kiefer Kirchner. Escuchaba, era comprensiva y no solía juzgar, y si lo hacía, se lo guardaba para ella. Hay que decir que un defecto (de entre tantos, pues nadie es perfecto) que la hizo perder muchas cosas preciadas fue un egoísmo que ha ido creciendo con el paso del tiempo, tanto que fue capaz de dejar en segundo plano un amor sincero por ser demasiado avariciosa.

Un momento determinado de su pasado hizo que cambiara por completo. La desaparición de Kiefer, en su caso. Que la abandonara de la noche a la mañana, sin una explicación ni nada. Borrado del mapa. Eso hizo que su corazón se llenase de rencor. Era la persona a la que amaba, en quién más confió nunca, y ésta la traicionó. A partir de ahí, todo cambió. Antes, se mantenía distante solamente con la gente que no le era cercana, ahora con todo el mundo. Construyó una coraza a su alrededor. Todo ese rencor hizo que acabara bastante amargada. Su capacidad de estar por los demás se vio mermada y ahora solo se rige por sus propias normas. Lo que oculta esa coraza es a la antigua Lianna, pero una mucho más frágil.

El hecho de que sus padres no estuvieran demasiado por ella, hizo que desarrollara una fuerte afición por la fiesta, la juerga y la diversión. Por esa misma razón, aunque ha tenido medios para mantenerse sin problemas, no ha recurrido a sus padres, valiéndose por sí sola, siendo independiente más por autoconvencimiento y ganas que otra cosa. El que ni sus propios padres se preocuparan por ella hizo que se hiciera una pequeña coraza de modo que así nadie pudiera dañarla, la cual Kiefer haría aparecer del todo, mostrando una apariencia dura, por eso mismo son tan pocos los que llegan a conocerla de verdad y a ser cercanos.

Pasado,presente y futuro

-Historia-
Lianna creció y se crío en un pueblo al Norte de Berlín. De familia adinerada, loba de nacimiento y miembro de una de las manadas dominantes de la región, supo disfrutar al máximo de los privilegios que ello conllevaba. Sin embargo, no todo era como debería ser, y sus padres, demasiado tradicionales, se sintieron algo defraudados al ver que había nacido niña y no niño, quedándose sin la posibilidad de, con ciertas circunstancias de por medio, llegar a ser líder de la manada.

Por ello, una vez ya no era tan cría y era más consciente de las cosas, comenzaron a ignorarla, de forma gradual pero constante, conllevando ello a una falta de atención que a Lianna no le sentó nada bien. Esa falta de atención fue la que le llevó a realizar ciertas cosas no demasiado correctas o a meterse en problemas, y la que, irónicamente, hizo que conociese al que sería su pareja después, Kiefer Kirchner. En un principio no vio más que un lobo interesante con el que poder disfrutar un par de noches, pero lo que no se esperaba eran las cualidades que poseía él. Así, Kiefer fue desestabilizando todas las barreras que se había impuesto y, al mismo tiempo, ella logró hacer lo propio con él, llegando a ambos a conocerse completamente.

La situación parecía cambiar a favor de Lianna, había conseguido encontrar un apoyo que, si las cosas seguían yendo por ese camino, no iba a perder. Por desgracia no fue así, y una serie de acontecimientos se sucedieron demasiado rápido como para que Lianna fuese capaz de encajarlos. Primero, la incapacidad del líder de la manada para procrear, y segundo, la decisión de que Kiefer, su pareja, fuese quién le sucediese en el cargo, al ser el lobo en mejores condiciones para ello. En ese momento Lianna pecó de inocencia, pensando que, en efecto, era una maravillosa noticia que a ambos beneficiaba, movida también por un interés que sus padres le habían inculcado desde pequeña de forma sutil, indicándole que, para ser alguien, tendría que ostentar un cargo importante (Aunque sus padres nunca pensaron que lo conseguiría, claro está).

El problema fue que Kiefer no pensó igual. El brusco cambio de la falta de atención a tener todas las miradas encima, la presión y la sensación de obligación terminaron por desbordarle. En una única noche desapareció sin dejar rastro, dejando a Lianna sin explicación alguna. No supo en ese momento qué es lo que le dolió más: SI haber perdido al hombre al que amaba, o haber perdido la posibilidad de ser la hembra alfa de una manada reconocida.

Desde ese mismo momento Lianna comenzó a engendrar un profundo rencor tras el cual se ocultaba el dolor, convirtiéndose en una mujer ya no tan dada a escuchar y comprender a los demás, mirando por sí misma para evitar que otra persona pudiese traicionarla y hacerla daño. Comenzó a volver a su vida normal, trabajando como cantante y camarera a tiempo parcial, y ganándose la vida, volviendo de nuevo al segundo plano que siempre había estado ocupando, en el que, si antes se encontraba cómoda con compañía, ahora se sentía sola y en cierto modo amargada....

Hasta hace un año, momento en el que recibió la orden de buscar a Kiefer. El líder comenzaba a hacerse demasiado anciano, ya no era lo mismo que antes y la perspectiva de una rebelión comenzaba a hacer temblar los movimientos de la manada entera. Viendo esta situación Lianna aceptó el encargo y, sabiendo de los gustos de Kiefer, logró escuchar su música, rastreándole de forma más que eficiente...

Y dando con él aquí, en Bucarest.

-Familiares-
Günter Schuldz – Padre de Lianna - Lobo - Vivo
Christine Schuldz, Schips de soltera – Madre de Lianna - Loba - Viva

Otros datos

-Nivel de adquisición-
Medio-Alto

-Vehículo-
Audi TT descapotable negro

-Enfermedades-
Alergia al polen.

-Antecedentes-
Cosas pequeñas, alborotos, conducción temeraria y bajo el influjo del alcohol.

-Manías-
Retorcerse el pelo
Morderse los labios
Hacer rechinar las uñas
Crujirse los huesos
Nadie puede tocar lo suyo ni moverlo de lugar
Enarcar las cejas
Hacer mohines con los labios
Entrecerrar los ojos
Mordisquear todo lo que se lleva a la boca, desde un dedo, pasando por el pelo, hasta llegar a un bolígrafo.

-Fobias-
Las abejas y semejantes.
A los lugares cerrados.

-Gustos-
Cantar – Coser - Salir de fiesta – El sexo - El alcohol – Bailar – Escuchar música – Leer – Tocar el piano – Tocar el violín – Componer letras y melodías – Ir a conciertos -

-Otros-
Cuando se enfada, coge las llaves del Audi y se va a conducir hasta que se relaja.
No tiene mascota.
Es adicta a las fresas con nata y a las regalices de fresa.