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| Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. | |
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Jeremmy Silverfang Alfa Junior
Mensajes : 172
| Tema: Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. Vie Abr 30, 2010 11:56 pm | |
| Mandar MP para solicitar entrada Haré lo que sea necesario para darle la vuelta a todo. Sé lo que esta en juego y sé que te he fallado, pero, si me das una oportunidad... debes confiar en que puedo cambiarlo. Entonces nos mantendríamos juntos costara lo que costara... Aeropuerto de Bucarest, Sábado 22:30
Una sonrisa lastimosamente cansada se dibujaba en su varonil rostro demacrado mientras una simple bolsa colgaba por un asa de su hombro derecho. Era una bolsa negra como su alma, oscura como su corazón, algo sucia como su mente y gastada como sus ganas de vivir. Se podría decir que compartían, tal vez, demasiados atributos. Los ojos le ardían de llorar, pero las lágrimas ya no tenían la suficiente fuerza de asomarse a sus ojos. Ya no. Había entendido de una vez por todas que ese no era su lugar, ni esa su gente. Él no pertenecía a nadie ni a nada. Solo era eso, un cachorro. Un ser sin nombre ni rostro que anhelaba perderse entre la multitud, a la espera de rehacer su vida muy muy lejos. Y allí estaba él, después de siete días de estar incomunicado tras la escena de la reunión en el claro, apoyando los antebrazos en las barras metálicas del aeropuerto, a la espera de sacar un billete. Había llegado a la, probablemente impulsiva, conclusión de que lo mejor era un cambio de aires. ¿Qué había sacado de ese encuentro esa misma noche? Nada. Una derrota como tantas otras, la costumbre no eliminaba el dolor, pero sí lo diluía como agua al azucar. Había perdido el honor, a Eith y todo rastro de dignidad entre los de la manada. ¿Cobarde? Seguramente. Liah ya había encontrado la respuesta final a todos sus problemas, se había fugado. Y el resto había rehecho su vida, como era de esperar. Diversos rumores le habían chismorreado que su padre había tenido problemas con Eith pero que la reconciliación se acercaba. Conocía, para su suerte o desgracia, demasiado a esa pelirroja, y sabía del cierto que trataría de alejar a Gabriel de ella en pos de perdonarse a sí misma sus errores. Seguramente la mujer de ojos azules era tan cobarde o más que él, pero ¿qué podía hacer? La amaba. Incondicionalmente. Bufó cuando sus pasos lograron topar con la línea amarilla que marcaba la posición de espera. Era el próximo en comprar los billetes y embarcar al próximo vuelo. Se relamió el mordisqueado labio inferior y siguió sonriendo con resginación mientras sus ojos dorados miraban de reojo como unos chavales recibían con todos los honores a un padre que volvía de un suspuesto viaje de negocios. Ambos enanos se le abrazaron a las piernas como en su día él lo hizo con Gabriel. Nostalgia. Dura y amarga nostalgia que nos arrebata segundos de vida, permitiéndonos experimentar en vida lo que se siente al arder en el más cruel de los infiernos. ¿Qué desea, caballero? Preguntó una mujer rubia desde detrás del panel. Jeremmy se inclinó hacia atrás para ojear por última vez la lista de vuelos que lo liberarían de ese antro. Se acercó en un par de zancadas y miró fijamente la ventanilla - Un billete para Otawa, Canadá. - Solicitó en un susurro cansado pero elegante, sin rastro de duda. ¿El de las 8:00 am de mañana por la mañana? ¿Ida y vuelta? Preguntó la incansable mujer, a lo que el lobo respondió - No, solo ida. Y que sea el de esta noche, mejor. - Ella asintió y le cobró sin mediar palabra. Esperó apoyado en la ventanilla mientras se preparaban los trámites. Por los altavoces sonaba una estúpida musiquilla que le recordaba a algo que no llegaba a visualizar con nitidez.
Ella pensó “si vamos a hacer que esto funcione me dejaras entrar en tu interior aun cuando esto duela, y no ocultarás los matices rotos que necesito ver" A lo que mi corazón respondió, sangrando, “te guste o no ésta es la manera en que va a ser" | |
| | | Cédric Targaryen Lobo
Mensajes : 60
| Tema: Re: Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. Sáb Mayo 01, 2010 1:50 am | |
| -Perdone, ¿ha visto a esta chica? -Pregunta, directo y raudo, a la mujer de una de los muchos puntos de venta de billetes del aeropuerto, enseñándole la foto de Níobe. Le da igual las colas o la gente esperando desde hace largos minutos, él llega como un terremoto, se mete en medio a base de codazos y empujones, pregunta y se va. Y sobretodo oculta perfectamente la preocupación que siente, y más allá, el dolor y el arrepentimiento por lo que ha hecho hace escasas horas. Le ha dado una bofetada, algo que jamás pensó que haría, algo que rompe totalmente con el modelo de hermano que se supone que tiene que ser y algo que le hace cerciorarse de que algo no va nada bien... Aunque sigue engañándose a sí mismo sin querer verlo.
No ha tardado muchos minutos de más en salir detrás de ella y perderla de vista,y ya se ha recorrido media ciudad en su busca, estando ahora en el aeropuerto, barajando una posibilidad remota pero terrorífica... ¿Y si realmente coge un vuelo y le deja solo, qué va a hacer? Prefiere no pensarlo, porque de hacerlo le dan escalofríos y un vacío enorme le sacude el pecho, entrándole naúseas, y no pierde la esperanza de encontrarla aún cuando no sabría qué decir.
Pero entonces vislumbra una figura fácilmente reconocible, una figura que no ve desde hace más de una semana. Su aspecto es bastante pésimo, pero el suyo, con la camiseta gris algo sucia y los tejanos desgastados, el pelo revuelto y una ligera barba de varios días sin afeitar, tampoco es el más indicado... Ahora mismo lo único que se pregunta es qué cojones hace Jeremmy comprando un billete de avión. Por un momento solo piensa en la posibilidad de preguntarle sobre su hermana, pero la intriga termina por poderle más cuando se lleva los dedos a los labios y emite un rudo silbido que llama la atención de más de uno, a los que responde con miradas furibundas:
-¡Eh, J! -Camufla de nuevo, esconde, cualquier tipo de preocupación o miedo, esbozando un amago de sonrisa y acercándose a él a grandes y potentes zancadas. No puede evitar que sus ojos se desvíen al billete de avión que tiene en la mano, intentando ojear algo.- ¿Qué coño es eso, y para quién es? No sabía ahora que eras el lobo de los recados. -Bromea a su forma, una forma que Jeremmy entiende... Prefiere no mencionar el tema del claro, agua pasada que no le conviene remover, sobretodo porque ese ha sido otro motivo de discusión con su hermana que no ha tolerado, de ahi la bofetada. | |
| | | Jeremmy Silverfang Alfa Junior
Mensajes : 172
| Tema: Re: Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. Sáb Mayo 01, 2010 12:42 pm | |
| Sus ojos dorados seguían vagabundeando por la escena, sin reparar en un hombretón que se movía metros allá. Primer se entretuvo observando a esos dos chicos abrazarse a las piernas de su padre. Los miró fijamente y sí, sintió una profunda y ofuscada envídia desde lo más hondo de su ser. Frunció el ceño pero no perdió esa sonrisa de perro sarnoso, cargada de lástima e ironía. Una sonrisa burlona en toda regla. ¿De qué se mofaba? De él. De su realidad. Del amor. De los enamorados. Del mundo. De la dignidad humana. De la impulsividad lobuna. De los pecadores y de los pecados. De los que tenían corazones sangrando y de los que hacían sangrar dichos corazones. Hoy, él, se reía de todo y de todos.
Volvió su vista a la ventanilla, para asegurarse que la mujer rubia de facciones aniñadas seguía trabajando y no se había quedado embobada tratando de averiguar qué albergaba esa misteriosamente única sonrisa. Al parecer los trámites siempre tardaban tanto en efectuarse, se supuso. Posteriormente, Jeremmy Silverfang sintió la debilidad de mirarse fijamente en el reflejo del impecable cristal. Alzó una mano y se acarició las pequeñas heridas que le otorgaban cierto aspecto de tipo duro. Esa barba descuidada, esas marcadas ojeras oscuras, esos potentes ojos dorados, esos labios cansados de besar... todo un deshecho, basicamente. Volvió a sonreír, pero esta vez riéndose de sí mismo y de su desdichada suerte.
Rodó los ojos y miró la mano de la humana que le tendía el billete y la daba las instrucciones para embarcar en el avión que salía en un par de horas. Dos interminables horas solo. Ciento veinte infinitos minutos para comerse la cabeza pensando en lo que hizo y lo que no pudo hacer. Sietemil doscientos segundos para meditar su existencia y dárse cuenta de que ese día le sobraban razones para dejar de ser lo que era y empezar a ansiar convertirse en aquello que nunca sería... alguien por quien merecería la pena luchar. ¿Victimista? No, completamente hundido, me atrevería a apuntar. Un imponente silvido reclamó sus atenciones y salió de delante de la taquilla para observar a esa figura que se le acercaba con un par de zancadas dignas de las botas de siete leguas del cuento ese. Miró fijamente a Cédric, su mejor amigo hasta el momento, y maldijo -por primera vez en mucho tiempo- el hecho de encontrárselo. No era el momento. Conocía el carácter del mismo, por lo que se apresuró, en la medida de lo posible, para abrir la cremallera de su mochila negra y enfundar el billete en su interior. Lo cerró con otro idéntico zzzip y volvió su ambarina mirada a la castaña de él. Céd era el típico hombre que desde su más tierna infancia, atemorizaba por su metabolismo físico. Pero Jeremmy hacía tiempo que le había perdido el miedo, pero no por ello el respeto. - Me marcho, Céd. - Se limitó a decir, dándole a entender que no era un recado. Él tenía que entenderlo, era su mejor amigo. ¿O eso era precisamente lo contrario de lo que haría un mejor amigo? No lo sabía. Tampoco le importaba excesivamente. Su rostro no varió en ningún momento. Seguía medio serio, impasible, implacable, indescrifrable. Sencillamente así era Jeremmy Silverfang desde pequeño, y tras el incidente -no solo el del claro, sino el de darse cuenta de que su marmóreo corazón amaba con locura- esa forma de ser se había acentuado grotescamente. Esperó un grito, un empujón, un derechazo... lo que viniera, que viniera ya. | |
| | | Cédric Targaryen Lobo
Mensajes : 60
| Tema: Re: Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. Sáb Mayo 01, 2010 2:58 pm | |
| Aguarda con bastante paciencia la respuesta de Jeremmy, una paciencia que realmente es una fachad,a in teriormente le mueve la curiosidad, los nervios y el miedo hacia perder a Níobe, algo que, ahora mismo, resultaría demasiado insoportable estando tan maltrecho como está. Si fuese un poco más inteligente, no, si usase más la cabeza, se daría cuenta de los motivos por los cuales su hermana se escapa y hace lo que hace, pero no, es incapaz, porque por encima de todo no puede aceptar que la muerte de su padre, de la única persona que les quedaba a ambos, fue culpa suya... De hecho, apenas visita el cementerio, incapaz de mirar la tumba a los ojos sin que su cuerpo le clame a chillidos llorar como un niño.
"Me marcho, Céd". Tres palabras, tres simples yúnicas palabras que a él se le clavan como dagas en el estómago, ascendiendo y destripando hasta alcanzar la zona del pecho, hasta alcanzar su corazón. En un principio parece no entenderlo, porque parpadea un par de veces y se lo queda mirando, como si fuese una broma a la cual esta vez no le ve la gracia. Pero le basta una mirada a esos dos ojos ambarinos para darse cuensa de que no ya mentira, de que eso es precisamente lo que él quiere, necesita y desea ver. Su rostro instantáneamente se frunce en una mueca que no deja muy claro lo que va por dentro. ¿Dolor, miedo, confusión, inseguridad...? Demasiadas sensaciones como para ponerse a describirlo, como para que su mente las ordene y les de una manifestación física, la cual es mil veces menos de lo que realmente quiere decir:
-¿Cómo.. que te vas, por qué? -A su mente le viene el hecho del claro, pero jamás pensó que Jeremmy fuese capaz de plantearse tal salida, de marcharse definitivamente de Rumanía. De hecho es tan incapaz que le vuelve a mirar, volviendo a esbozar un amago de sonrisa, como si acabase de coger el chiste o algo así.- Ah, ya lo pillo, abronazo, te vas de viaje de placer, ¿no? Sí, lo veo lógico con lo sucedido... -Pero de nuevo otra mirada a esos dos ojos ambarinos y algo le sacude por dentro. No lo entiende, no entiende por qué esto y lo que es peor, ahora mismo que no tiene a nadie. Sólo tiene a dos personas en el mundo, una está desaparecida y otra está dispuesta a coger un avión para no volver. Su rostor queda descompungido en una mueca ahora de ira entremezclada con impotencia, y sus puños se crispan sobre los pantalones:
-No puedes irte. -No da explicación alguna respecto a esa única frase que sale susurrada, como si le costase decir todas y cada una de sus palabras pero se esforzase a ello, su corazón necesitado de decirlas. Sus ojos miel no se separan de los de Jeremmy, analizando, escudriñando, buscando por encima de todo que lo que le está diciendo sea una jodida broma y no la puta verdad. | |
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| Tema: Re: Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. | |
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| | | | Hoy me sobran razones para dejar de ser lo que fui y empezar a ansiar convertirme en lo que nunca alcanzaré a ser. | |
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