[Libre para todos menos para Mia y Jeremmy] xDD

(Espero que no te importe mi intromisión >.<)

Nibelheim. Sin duda el lugar al que todo el mundo quiere ir. Todo el mundo exceptuando a la policia, aunque nunca se sabe. No iba en ningun tipo de misión, simplemente quería saber como era el sitio, me movia la curiosidad. No sabía si iba adecuado a la moda de la gente que frecuentaba el local pero algo era algo. Me había puesto una camisa blanca y unos vaqueros oscuros. No me esmeré demasiado en mi peinado ya que me queda mejor el pelo alborotado, al menos en mi opinion. Me adentré en el lugar caminando despacio. Si, definitivamente aquel era el sitio para la ''gentuza'' de la ciudad.

Me acerqué a la barra y pedí una copa de whisky y tras esto me puse a mirar a la gente que allí había. El panorama era bastante amplio, desde ricos hasta arriba de extasis hasta yonkis medio muertos en las esquinas.

Sin duda esto debe ser el paraiso del crimen en esta ciudad. Menuda gracia. Que la policia sepa esto y no haga nada, ¿como lo haran para librarse de la denuncia o del cierre?

No iba a encontrar respuesta, por lo pronto así que me centré en mi copa a la que di un trago. Pronto pude ver como alguien entraba al local, definitivamente no parecía alguien que lo frecuentara normalmente. Tengo que admitir que la visión de aquella mujer me dejo impresionado, sin duda no encajaba nada con el sitio. Aunque por las ropas que llevaba, quizás si.

Off: Al contrario ^^ la agradezco.

No, desde luego ese no era para nada mi ambiente, los olores me aturdían y la visión del sitio no era agradable, podía oler el alcohol en el aire y las drogas…fruncí ligeramente el ceño, odiaba ambas cosas y me parecían sumamente despreciable, incluido el tabaco, todo lo que alterara el organismo…claro que yo no era de juzgar…al menos no allí ni en la situación en la que me encontraba.

Era la primera vez que entraba en ese sitio y me vi sorprendida por un decorado algo infernal…me paré un par de pasos después de la puerta y suspire, si, había perdido la razón de ser pero ya no iba a echarme atrás.
Me dirigí a la barra con mis habituales pasos con cuidado de no pisar nada ni a nadie.

Donde diablos me había metido…llegué a la barra y me pedí una coca cola, aunque la persona tras la barra parecía ignorarme, me empezaba a sentir pequeña entre humanos…

Mi vista se movía de un lado a otro estudiando la situación y el lugar, un tanto desorientada y confusa, pero manteniendo el porte, tal y como me habían enseñado.

Suspiré recordando los años en los que esto me resultaba más habitual, los años en los que cantar en un escenario era mi vida, al parecer, de aquellos años quedaba bien poco…

Miré al camarero que seguía ignorándome, en una de esa miradas que si matasen…

Sabía que era algo poco educado el quedarme mirando a una persona tan fijamente pero... Yo tenía razón, aquella mujer no encajaba para nada en el local. Quizás era demasiado seria o tenía demasiado porte para aquel sitio. En cualquier caso no le sirvió de nada pues el camarero no le hacia ningun caso, estaba demasiado ocupado en otras cosas. Suspiré, vaya forma de ignorar a la gente tenía el tio.

Cuando me cansé de ver como pasaba de la mujer le silbé para atraer su atención.

- Oye tio, ¿no te fijas o qué? La señorita lleva llamandote un buen rato. Dejate de ligar con las niñas y haz tu trabajo anda. - Quizás no era el mejor comportamiento, pero la verdad es que me ponía de los nervios.

A decir verdad el barman si se había dado cuenta de que la mujer lo estaba llamando, pero como le interesaba más la niñata rubia pues había decidido pasar de ella. Miré a la mujer de reojo sin saber si decirle algo o no. No parecía querer hablar con nadie, pero nunca se sabe.

Asentí levemente cuando la mujer me dio las gracias. No supe el por que, pero... Necesitaba hablar con alguien, alguien que no pareciera que se pasaba la vida metido en aquel antro de mala muerte. Miré a la mujer de reojo y luego me decidí por hablar, se la notaba incomoda, pero quizás era por que no estaba acostumbrada al lugar.

- No quiero parecer desconsiderado ni nada parecido pero permitame decirle que una mujer como usted no pega nada con este sitio. Usted parece una mujer demasiado seria y con mucho talante para estar en un antro como este. -Dije con naturalidad, intentando que mis palabras sonaran los más adecuadas posibles.

No quería que me confundieran con un ligon de tres al cuarto que intentaba algo con ella. Ni mucho menos. A decir verdad mi única intención era algo de conversación y nada más. Allí no conocía a nadie y al ser nuevo era evidente que las miradas se posaban sobre mi, aunque parecian más atraidas por el físico de la mujer que estaba a mi lado.

En mi rostro se dibujo una sonrisa ante las palabras de la mujer. ¿Incognito? Bueno, si, podría ser un buen lugar para una escapada o cuando no quieres que te encuentren.

- Insisto en no haber querido ofenderla con lo que dije. Pero yo la veo más sobre un escenario, como actriz quizás o en un desfile de belleza. - ¿Lo último había sido un piropo?

Pues si, lo parecía. No queria decirlo como un piropo, solo quería decirlo como lo que veia en ella. Estupendo Tyler, inicias una conversación con una mujer y ya va a pensar que eres el tipico don Juan que quiere llevarsela a la cama. Espera que no fueran esos sus pensamientos. Siempre había tenido cuidado de medir mis palabras en todo momento y de que no se malinterpretaran, pero ¡eh! le había sacado una sonrisa con lo dicho anteriormente, ¿o simplemente era su disimulo para hacerme creer que le había gustado lo que le dije?

Negué para mis adentros. La cosa parecía ir mejorando. La música tenía buen ritmo, el whisky sabía bien y la compañia... Aun no la conocía bien, pero por lo menos tenía, seguramente todo mejoraria en mayor o menor medida.

Quizás no era la forma más ''moderna'' de saludar, pero... Ella era toda una señorita así que...

- Yo soy Tyler, es un placer conocerla.[/b] -Cogí su mano despacio y besé el dorso de esta levemente, sonriendo luego.

Cuando terminé la presentación solté despacio su mano. Un tacto encantador a mi modo de ver. Vi en sus mejillas lo que me pareció un ligero rubor, vaya... Así que el ''piropo'' de antes había surtido efecto. Bueno, no iba con esas intenciones pero si le había gustado mucho mejor.

- ¿También esta aqui como yo? ¿Para escapar del aburrimiento de una vida demasiado tranquila o quizás para olvidar algo? - Era una pregunta demasiado atrevida, pero sentía que había cierta confianza.

Si no queria contestarme siempre le quedaba la opción de decir que había sido demasiado atrevido o simplemente no contestarme a la pregunta.

Volví a fijarme en sus mejillas. El rubor no se iba. Sonreí ante la pregunta, me gustaba el trato que nos estabamos dando, era relajante ver que uno podía mantener una conversación tranquila con alguien de vez en cuando.

- No le miento si le digo que por ambas. Ultimamente tengo muy poca cosa que hacer y mi mente necesita olvidarse de ciertos sucesos no muy agradables de mi vida. - La caza, ese era el peor recuerdo.

No tenía miedo de nada. A pesar de lo que era y a lo que me dedicaba, pero si había algo que quería olvidar con total seguridad eran los gritos de la gente que moria para satisfacer mi hambre una vez al mes. Esas personas, si, se lo merecian, pero ¿y sus familiares? Por muchas veces que lo hiciera jamás iba a acostumbrarme, era algo horrible y estaba encontra de ello. Pero uno no puede oponerse a su propia naturaleza.

Por lo menos me quedaba el consuelo de la conversación con Jacqueline. Que mujer tan interesante que venía al peor antro de la ciudad a olvidarse del aburrimiento.

Negué despacio con la cabeza. Casi podía resultar gracioso, ambos era la primera vez que visitabamos el local y nos habiamos conocido precisamente por eso.

- Es la primera vez que vengo y la verdad, dudo de volver algun día. Aunque creo que he tenido suerte. Te he conocido a ti. - Era algo arriesgado pasar a tutearnos, pero bueno, había que intentarlo- Así que supongo que es mi día de suerte. Sin embargo... Por tu parte no lo veo muy claro, conocerme a mi es lo peor que puede pasarte, soy un ser completamente antisocial y nada amigable. - Bromeé.

¿Hola ahi alguien ahi? ¿qué cosas estoy diciendo? Normalmente no solía ser así con nadie. A decir verdad no me comportaba de esa forma con nadie, ni siquiera con mis familiares, pero que podía decir. La encantadora pelirroja había sacado mi lado bromista, ahora si me quedaba claro que ya había cierta confianza entre nosotros.

- Entonces no eres ingenua. Debes de ser muy buena persona si no ves que encaje con esos adjetivos. - Contesté con otra sonrisa.

Ella parecía anirmase y la verdad, eso me animaba aun más. El trato de tu no lo vi mal, es más, me agradaba que hubiera esa confianza para poder tutearnos tranquilamente. Me acomodé en mi asiento girandome por completo hacia ella, mirandola directamente a los ojos. Jacqueline era de las pocas personas que conocía de la ciudad y aunque apenas sabiamos del otro sentí que era alguien en quien confiar. Pero nunca se sabe. Lo cierto era que no queria pensar en ella como alguien a quien dar un trato hostil.

- A mi me parece.. Que aparte de muy buena persona, eres una mujer que debería ser más alegre. Siento si te molesta, pero cuando te vi entrando al local no parecias demasiado animada y ahora que hemos hablado un poco te veo de forma distinta. Me resultas más atractiva en tu forma alegre, que triste. - Sonreí nuevamente.

¿Qué no era precisamente una quinceañera? ¿Y qué edad tenía? Por que la verdad es que la veia más joven que yo. Bueno, yo siempre he tenido pinta de viejo, así que no había problema.

- Es cierto que a veces, muchas cosas te roban la alegría. Siempre pasa y si no pasara, estariamos en un mundo que no es el que nos toca. Ha de ser así, hemos de sufrir y pasar calamidades para poder vivir felices y disfrutar esos cortos momentos bonitos que nos da la vida. Además, ¿qué importa que no sea una quinceañera? Me juego lo que quieras a que eres más joven que yo. - Dije animadamente, tratando de que no se apagara su chispa de alegría- Así que piensalo bien y date cuenta de que podemos ser felices dejando atras el pasado y no te deprimas. - Si, esas eran las apalbras que intetaban animar a aquella preciosidad de mujer con la que estaba hablando.

Me habian salido del corazón, así que por lo menos esperaba que le hiciera un poco de efecto.

Sentí que no podía reprimir una sonrisa cuando Jacqueline me decía que era uan buena persona. ¿Yo? Pues sería solo con ella, por que con el resto del mundo apenas tenía trato alguno. Le devolví la mirada, sus ojos eran azules al igual que los mios. Una bonita coincidencia.

- No exageres tanto. Solo te digo lo que pienso. ¿Qué me dices de salir de aqui y dar un paseo? Aunque si quieres podemos quedarnos, mi objetivo esta noche es que te olvides un poco de esas cosas que tanto te apenan. -No tenía ni idea de cuales eran sus problema, pero la verdad, quería que se olvidara de ellos.

Le guiñé un ojo de forma divertida y esperé a ver que respondía. A cada segundo que pasaba la confianza iba en aumento y no me importaba, es más me encantaba como iba evolucionando poco a poco... Aunque a decir verdad, habiamos cogido confianza demasiado rápido. ¿Pero qué importaba?

Deje el dinero sobre la barra y me adecenté un poco la camisa y el pelo. Jacqueline me esperaba así que me apresuré lo que pude para salir junto a ella del local. Había estado en el peor local de la ciudad, había conocido a una mujer que tenía toda lap inta de ser estupenda y había salido sin montar bronca del sitio. Era todo un logro. Miré a mi hermosa acompañante un segundo y luego le hice un gesto con la cabeza invitandola a caminar.

- Espero que no te importe que caminemos un rato. Tengo la cabeza algo embotada por la música y el ambiente cargado del bar. - Inspiré profundamente, por fin el aire parecía algo más puro que el del interior del antro. Olía a humo de coche y suciedad de la calle, pero era oxigeno igualmente.

Mi coche estaba aparcado unas calles más lejos del local. Lo recordaba en caso de que hubiera que cogerlo por algun motivo, pero esperaba que no. Volví la vista hacia Jacque una vez más. Ahora me daba cuenta de lo bien vestida que iba, no me había podido fijar bien en el bar debido a las luces, pero ahora que la miraba bien... Era una mujer perfecta. Por lo menos a mi modo de ver.

Tranquilizate Tyler que la belleza te puede...Pensé para mi mismo.

Ahora ella había tomado la iniciativa preguntando. Eso me gustaba, me liberaba a mi un poco de la carga de parecer un acosador con tanta pregunta. Sonreí, seguramente no se lo creería después de haber salido de aquel antro dedicado al crimen.

- Pues soy policia. Esta claro que no soy de esos que van de uniforme, pero soy policia de todas formas. - Dije sonriendo ligeramente para ver la expresión de su rostro.

No todo el mundo sabía a que me dedicaba, pero no importaba los más minimo. Es más casi me daba igual que lo supieran o no. Me quede pensativo durante unos instantes, sopesando la idea de preguntarle a que se dedicaba ella, hasta que finalmente decidi hacerlo.

- ¿Y tu a qué te dedicas? - Pregunté con mucho interes. ¿Se trataba de conocernos verdad? Pues así se conocía a la gente, haciendo preguntas, aunque yo siempre he preferido que me las hagan.