La magia lunar... [Libre]

Lobo Mensajes : 99

Luna llena. Energía, intensidad, pasión, delirio, frenesí, vida, magia, lo oculto, lo desconocido... aquel cúmulo de conceptos bombardea sus sentidos cuando la reina de plata brilla en lo alto del cielo, como esa noche. Es un instante único en el que sus sentidos, su instinto y sus emociones afloran y rugen como una tormenta palpitando y estremeciendo cada fibra de su ser. Quizá comprendido a medas por los de su misma condición... a medias porque, muy seguramente, ni siquiera ellos alcanzarian el nivel de sensibilidad al que ella es capaz de llegar. Una maldición irrenunciable... y dolorosa.

Es así. Agónica. Lo es porque el placentero dolor de sus emociones intensificadas constituyen un alimento constante para los fantasmas germinados por su imaginación, apabullándola, asfixiándola, mordiendo poco a poco los hilos de su cordura para instarla a entrar en el trance hipnótico de la creación. Lo necesita, aunque a simple vista no lo parezca, tumbada como está entre los árboles y con el cabello rojo desperdigado salvaje como un río de lava nocturna sobre la alfombra de hojas; permanece serena en apariencia, dormida, quizá muerta un instante como la Ofelia de Shakespeare y con las manos entrelazadas sobre el abdomen desnudo. Su aspecto es igual de extraño y urbano que siempre, con su multitud de pulseras de cuero, su gargantilla de cascabel, cinturón de tachuelas, medias de rejilla, pantalones cortos y top encorsetado blanco con remiendos... pero en ese instante, y bajo el hechizo lunar, parece más bien una antigua muñeca de porcelana bella pese al devenir de los golpes del destino. Solo la rapidez con la que su pecho sube y baja denota el latir acelerado de su corazón, la necesidad vital de, ya al margen de la caza, liberar lo que comienza a brotar en su mente. Y lo hace entreabriendo los ojos y agarrando el violín negro que descansa en su mano, incorporándose para quedar de rodillas y abrazarlo casi febril. Algunas hojas se han adherido a su cabello, pero no se molesta en quitarlas ni tampoco en descubrirse el rostro. No: solo se coloca el violín en el hombro y, sin más, toca... o como una hechicera, realiza su magia.

Porque es magia lo que surge del violín, el poder de una virtuosa, de una tejedora de sueños capaz de forjar una ambigua historia ultraterrenal solo legible para todo aquel capacitado para escucharla. Pierde la noción del tiempo mientras los acordes llenan el bosque.

Lobo Mensajes : 105

Era miercoles,creo recordar.El viento frío soplaba con fuerza,sacudiendo los arboles con sus ráfagas.Un mar de silencio inunundaba el oscuro bosque que aquella noche se veía iluminado por una preciosa luna llena que relucía en todo su esplendor en el cielo,haciendo-nos sentir insignificantes frente a su grandeza,viendose acompañada de aquel ejercito de pequeños destellos,las estrellas,que podíamos ver brillar con tanta fuerza.Sin duda,una noche preciosa.

Nuestro chico, Evan,no era más que un animal, una curiosa especie de entre la gran variedad a las que había sido entregado aquel mundo. Esforzandose en aparentar un simple humano,todo cambiaba cuando la noche,que era su reino,se adueñaba de aquel pueblo,y más una noche tan especial como aquella,pues el muchacho podría pasarse horas hipnotizado,mirandola.
Los bloques,las deslumbrantes luces de las farolas,y demás cosas que abundaban por la zona residencial impedian admirar el cielo en su totalidad.Pero lejos de eso,cobijado entre los arboles y arropado por el viento se mantenía aisaldo en una burbuja de calma aquel chico tan delgado,perdiendose en todo aquello que veía que parecía absorberle como una aspiradora frente a la ligereza de una pequeña pluma.

Los latidos de su corazon,ni muy rapidos,ni muy lentos.Eran constantes y aquel silencio que le envolvia hacía que pudiera escucharlos como si nada.Creía imposible realizar un instante más tranquilo del que ese le estaba resultando ser.Creía,pero no fue así.. en unos segundos,un delicado y elegante sonido empezo a resonar por el bosque,mezclandose con el ruido de algunos buos hasta alcanzar sus timpanos y extrallendole de aquel trance en el que se había visto sumergido.

Seguiró rapido,buscando de donde venía o saber que demonios era eso,pero no vio nada,solo tubo la habilidad de poder intuir la dirección de aquel ruido.Curioso,el chico no pudo mantener su posición.Presionó su labio de forma sutil,sacando la mano de su bolsillo y dio un pequeño paso desde la roca sobre la que reposaba hacía el suelo,cayendo con elegancia e incluso estilo.Se rascó el cuello y tragó la espesa saliva antes de encaminarse hacia la oscuridad más profunda,viendolo desde lejos.

Pero poco a poco se acercaba y la luna iba iluminando su camino,así como el volumen en que aquella harmonios melódia llegaba hasta el.Un violin,le pareció que era.Aplastando bajo la suela de sus bambas toda oja seca o pequeña rama que osaba interponerse entre el y su destino llegó a escuchar la música con una claridad y fuerza mucho mayor que antes,al mismo tiempo que ante sus ojos y a unos vente metros,entre arboles,podía divisar una especie de ángel cabellos rojizos.Y digo ángel,por que alguien capaz de hacer una música tan hermosa,alguien con un rostro tan precioso,no podía ser más que un ángel.

Lobo Mensajes : 99

En otras circunstancias, ¿quién sabe?, quizá hubiera podido intuír la cercanía de aquel hermano de espíritu, pero el estado de trance en el que la sume el violín le impide oír otra cosa que el martilleo cnstante y desenfrenado de su mente y su alma, pidiendo a gritos expulsar de sí todo el cúmulo de duendes creadores en aquella magnífica melodía. No se trata únicamente de que la precisión de las cuerdas sea perfecta... ela consigue darle algo más: vida, cuerpo, corazón, existencia tangible... posee el don de generar un cuento con el poder de sus manos y es lo que hace. Cuentos que recuerdan a frondosos bosques de fresnos bajo la luz de la luna. Cuentos sobre Alicia y su madriguera del conejo, quizás. Cuentos extraños...

No es hasta que ya han pasado varios minutos que el pisar de las hierbas y una rama rota consiguen quebrar su burbuja apenas, pues está demasiado bien tejida y es lo bastante gruesa como para no ser quebrada con tal facilidad. Con un lánguido y último acorde entreabre los ojos, brillantes, humedecidos, casi oníricos al presenciar cosas solo visibles para ella... y en cuanto la música se detiene, ZAS, el hechizo se rompe. Aunque no del todo: la dama de cabellos rojos sigue ahí.

Y sus ojos pardos horadan los del joven lobo cuando baja el violín, apoyándolo sobre sus muslos, y se dedica a contemplarlo. Todo en sus gestos es suave, parsimonioso, inexlicablemente frágil pero a la vez fuerte, como una rosa que ha sobrevivido a siglos de tempestades y mareas. Quizá no sean siglos dada la juventud que parece poseer, pero la ancianidad romántica de su mirada le otorga una cualidad atemporal, tan sorprendente ese dato como el poder de su música. Sonríe suavemente, aspirando con fuerza y tratando de controlar el corazón que sigue latiendo con fuerza bajo la luna. Es una sonrisa dulce, y en parte de reconocimiento: le huele y sabe lo que es tanto como él sabrá lo que es ella, repentinamente delatado por un fulgor más ambarino de lo normal en sus ojos verdes.

- ¿Vienes de algún reino lejano... o solo has perdido tu camino? - inquiere con voz arruyante, una caricia de seda. Para ella es como preguntar "¿quién eres y qué haces aquí?", pero darle el toque de cuento mágico a todas sus palabras constituye un ritual necesario para su propia supervivencia. Otra cosa que nadie entenderá. Alza la barbilla y mira con fijeza melancólica la luna, que incide sobre su rostro bañándolo con una luz perlina - Yo hoy no deseo encontrarlo...

Lobo Mensajes : 105

La música que aquella chica de cabellos rojizos dejaba escapar,deslizando con aquella sutileza y destreza el arco sobre las cuerdas de aquel elegante instrumento,igual como bailan los dedos de un hada sobre las cuerdas de un arpa de oro,liberando aquella música que había logrado embrujar al chico a tantos metros de distancia,igual que lograba recopilar la atención de todos los animales que allí habitaban,unidos con la naturaleza como la parte más feroz de los seres de su raza hacía cuando salía al exterior.

Y,por lo que el muchacho de los tatuajes había logrado descubrir,no se trataba de un ángel,ni una diosa, ni nada de las opciones que habían pasado por la cabeza de Evan al escuchar una melodia tan perfecta.Se trataba de algo más conocido para él,era otro licántropo.Otro,digo,pues era de su misma raza.. era de los suyos.
Casí ni respiraba,ni tenía fuerzas para moverse,toda la energia que tenía era destinada a prestar atención completa a los cambios de notas y los movimientos de la mano de la desconocida peliroja,una mano que se movía con tanta maestría que hacía creer que había nacido para eso,para enamorar a cualquier ser terrenal,con música totalmente divina.

Pudo sentir el crack de la burbuja de sueños que se partió en cuanto que la chica dejó de tocar,como se caía de culo sobre la tierra y sobre el mundo real,volviendo a tener los pies bien agerrados al suelo,viendo como la luna se alejaba.Unos segundos de silencio mientras el echizo poro a poco le liberaba pasaron antes de que Evan respirase con fuerza,tomando aire y reanudando la marcha para acercarse a la chica meintras tenía agarrarse con fuerza a los bolsillos para evitar empezar a aplaudir como un loco.

Cuando escuchó aquella desconcertante pregunta arrugó el ceño, provocando que los pelitos de sus cejas casi se pudieran rozar ,dandole a su rostro una expresión un tanto graciosa.Carraspeó un poco,aclarandose la garganta mientras pensaba en que podía decir,que lenguaje y que tono utilizar para estar a la altura de aquella pregunta No me he perdido, mas tampoco soy de ningún territorio lejano.Tan solo he venido aquí a admirar la luna,tan solo es que el destino ha querido guiarme hacía la magia de su música.. le dije y,después de hacerlo,me mordí el labio con una tenue sonrisa,dedicandole una complice mirada,esperando que mi actuación y mis palabras le hubieran complacido

Lobo Mensajes : 99

Ante la expresión de desconcierto del lobo Dafnée parpadea lánguida un par de veces, como obligándose a descender al fin de las nubes sobre las que dormiría si pudiera. Sus ojos, aunque aun profundos, pasan a tener un tinte tan divertido como la suave sonrisa sesgada que esboza: una ironía sutil que más bien emplea como disculpa.

Con la misma parsimonia grácil en todos sus gestos se sienta mejor, contrastando aquello con la manera más desenfadada y juvenil con que lo hace: cruzando las piernas. Guarda silencio, lo alarga, mientras coge el estuche negro del violín y lo abre para guardar su preciado stradivarius dentro. Un tesoro impropio de una vagabunda aunque ahora, realmente, no parezca tal. Pasa con suavidad la yema de los dedos sobre el cuero del estuche, ladeando ligeramente la cabeza de nuevo con un tinte soñador, como si solo existieran ella y el mundo. O ella y el bosque. Luego, sin embargo, su voz vuelve a elevarse como el susurro de una brisa de viento:

- Lo siento... - dice, alzando hacia él los ojos mientras se aparta un mechón rojo del rostro, y sujeta entre dos dedos una hoja seca prendida a él, que lanza lejos. Mientras lo hace en su expresión vuelve a aparecer aquella dualidad extraña que resulta chocante con su aspecto de hada: la astucia sutil de un gato travieso - Pero mañana el plenilunio será completo y mi cuerpo ya comienza a notarlo... como mi espíritu - Abraza el estuche y entorna los ojos para contemplar mejor al recién llegado, resplando suavemente por la nariz - Mi música no es la verdadera magia... es nuestra Madre la que consigue tejerla - se echa ligeramente hacia atrás, sin descruzar las piernas, para apoyar las palmas de las manos en el cesped recubierto de hojas y señalar con el índice y un suave cabeceo el cielo. Su ironía se acentúa, consciente de que no es necesario dar a entender que con Madre se refiere a la luna - Y me utiliza a mí como devota esclava.

No añade más, pues, generalmente silenciosa y discreta por naturaleza, no será ella la que comience a abordar a su acompañante con preguntas. Pese a su aparente quietud se denota las energías que trata de mantener bajo control, las pulsaciones aceleradas delatadas por el leve temblor que sacude febril su cuerpo; le huele a él como también huele al gamo cercano que se esconde allá, unos metros más al este. La caza arde en ella y sabe que es una necesidad vital incontrolable, pero aún no es el momento.

Lobo Mensajes : 105

La altura de la comisura de sus labios respecto al resto de ellos aumentó,formando una sonrisa todavía más amplia para responder a aquella con la que la loba le había deleitado a penas unos segundos atrás.Dio un paso más,con timidez,pero ganas al mismo tiempo de observar de cerca a aquella dama tan curiosa, con aquel aspecto gótico que ponía los pelos de punta, aquel don para la música que había demostrado tener, y por supuesto aquel modo de hablar que despertaba el lado más encuriosido de nuestro chico.

Todos sus sentidos funcionaban en ese instante como un ordenador, analizando el delicioso aroma que desprendía la chica,cada una de las palabras tan cultas y elegantes que de aquellos labios surgían y cada uno de los gestos que,con elegancia,la chica realizaba.Miró aquel estuche de cuero tan delicado que servía de hogar y cobijo para aquel instrumento que,pese a la opinión de la chica, el seguía creyendo-lo capaz de embrujar a cualquier ser.Lo cierto era es que todo en la muchacha le hacía estremecer,aquel aire que se mostraba en su rostro, que daba la impresión de que viviera en un sueño,un mundo perfecto que en el brillo de sus ojos claros se veía reflejado.

Observó con detenimiento como sus dedos acariciaban aquella cortina rojiza, apartando un rebelde mechón de pelo y dejando que pudiese ver sin obstaculos cada una de las facciones de aquel angelical rostro.Poco a poco su mirada descendió hacia sus piernas cuando su rodilla se montó sobre la otra y se percató de aquellas medias de rejilla,clasicas quizás,pero que para el muchacho de los tatuajes resultaban atractivas,igual que aquel top encorsetado.Atractivo,si, pero lejos del aspecto de zorra que tan de moda estaba ahora.

Tranquila.. murmuró al escuchar sus disculpas,unas innecesarias.Negó con la cabeza para restarle aún más importancia a eso y dio dos pasos más,lentos y sutiles, recortando la distancia mientras sentía la gelida brisa que chocaba contra su rostro,agitandole el flequillo.Alza su mirada hacia el cielo cuando escucha su frase,y con el se queda embobado cerca de diez segundos antes de lograr reaccionar.Realmente influía en la gente,en las personas,y sobre todo en los lícantropos.Quizas no los de su raza no se transformaban bajo aquella luna llena como tanta gente pensaba, pero si que tenía un efecto especial sobre todos los de su raza.

Terminó de acercarse a la chica con un ultimo paso más extenso que el resto y situandose frente a ella se acuclillo poco a poco para estar cerca de su altura,mirandole a hacia sus claros orbes con cierto nerviosismo Quizás no es magia tu música,mas si lo son tus ojos,y en ellos nada tiene que ver quien dices que guía tu melodía.... aquella fue si respuesta,siguiendo con el juego de un lenguaje tan sofisticado que Evan no estaba demasiado acostumbrado a utilizar,pero igualmente le encantaba hacer uso de él.

Lobo Mensajes : 99

Deja que se le acerque sin moverse un ápice, ni dejar de seguir con la mirada cada uno de sus gestos o el fulgor de sus pupilas. Su sonrisa se ha extinguido en su rostro, acentuando el grosor del velo de misterio que la envuelve como un manto de plata, real y tangible gracias al influjo lunar que incide sobre ella y la hace refulgir con luz propia. Parece un extraño gamo esculpido en plata fundida que se ha solidificado después, bendecido con vida, efimero y poco tangible... realmente, da la sensacón de que en cuanto él se acerque, la toque o continúe tan solo ahondando en sus ojos pardos, se extinguirá en una explosión de polvo argenteo y rúbeo: su pálida piel y sus cabellos rojos.

Y da una pequeña muestra de aquello, de que podría desaparecer como un sueño inexistente, cuando él se arrodilla a su lado. Es un leve gesto, sutil, calculado y lleno de gracia, pero Dafnée apoya las manos en el suelo y recula ligeramente para huír del posible contacto. Quién sabe qué es lo que la insta a ello: la cercanía, o tal vez la mera mirada embelesada del lobo, que aunque sea inconsciente busca desvelar los secretos de su alma... algo que muchos han intentado sin éxito. Tampoco sería la primera vez que un hombre se obsesona con ella...

Sin embargo, ese recelo que tan antinatural parece en ella da paso a una inevitable ternura al oírle, o contemplar simplemente cómo se queda extasiado ante la visión de la luna. Su sonrisa se acentúa y una suave y acunante risa escapa de su garganta, compartiendo con él la mágica comunión que les ofrece el plenilunio.

- Yo soy una hija condenada de la luna... mi poder procede de ella, y mis ojos solo son su medio para observar el mundo - replica las palabras del joven con aquel extraño y ambiguo enigma, acentuando repentinamente la sonrisa - Y quizá los tuyos... - en aquel instante, en el que parece ser capaz de horadar las pupilas del muchacho y leer quizá cosas invisibles, imperceptibles incluso para él, una brisa de viento sopla haciendo danzar los árboles con un lánguido susurro. La espiral de hojas gira en torno a ellos como un hechizo, y Dafnée cierra los ojos mirando al cielo con un suspiro de satisfacción - ¿No la sientes...? Está en mí... y en ti - entreabre los ojos y de nuevo le observa con atención. Luego, sin previo aviso, gatea con parsimonia hasta él y alarga los dedos para depositar sobre su cabello lo que parece una caricia estremecedora; aunque luego, otra vez con un brllo algo travieso, la aparta para mostrarle la hoja que le acaba de guitar y que suelta. Y mientras cae ella se aleja, incorporándose, dándole la espalda y avanzando sobre sus pies desnudos hasta un roble cercano. De nuevo cierra los ojos, acariciando el tronco con manos dulces y apoyando en él la cabeza, como si pretendiera sentir el latir del corazón del árbol... y quizá lo sienta. Tras unos instantes de silencio vuelve a abrirlos para mirarle a él, no sin antes volver a desviar los ojos hacia la luna - ¿Te gustaría honrarla conmigo?

Le ofrece claramente cazar. Sus sentidos siguen notando el sagrado espíritu del gamo muy cerca, y en aquellos instantes necesita desvestirse del todo, mostrar su auténtica forma, correr y formar parte del todo en aquella noche de intensa magia.

Lobo Mensajes : 105

Sus nervios se templaron cuando vio como al acercarse ella seguía allí,quieta ,como un sueño anclado a aquel frío césped,tan suave,delicado y humedo que tocarlo era como rozar con la yema de los dedos una de las blancas nuves que adornaban el cielo, o incluso tan agradable que le servía de ayuda para poder minimamente imaginar la sensación que sería el poder acariciar aquel rostro tan pálido y misterioso que le tenía cautivado.Aun que,por otro lado tenía miedo de hacerlo.. miedo de tocarle y que aquella chica se rompiese en mil pedazos,miedo de que al rozarle se desvaneciese en humo junto a la tenue y fría brisa que les azotaba sin descanso.Y es que,en verdad ¿Era real esa chica?

Quizás aquello era algo que jamás sabría,pero puedo deciros como se sintió cuando al acucillarse frente a ella,la pelirroja deslizo con grácia su trasero sobre la hierba,alejandose de el.La inseguridad que le invadió,el nerviosismo,la verguenza e incluso timidez que hizo arder sus venas frente a aquella situación,haciendo que no puediera más que bajar la mirada y clabarla sobre el verde manto que cubría la tierra bajo sus pies,inclinandose al mismo tiempo hacia atrás para intentar alejarse y no molestarle,no provocar que aquel ángel,con la misma facilidad que había aparecido en aquel magico bosque bajo la enorme y cautivadora luna,sacase a luz sus alas y le abandonase con la misma facilidad que había acogido su alma.

Y aquella cristalina mirada de un tono celeste no volvió a suvir hasta que no escucharon como de aquellos labios carnosos y perfectos volvían ha surgir palabras tan enigmaticas y bien logradas que le hacían estrujarse las neuronas que le quedaban todabía,y es que un lenguaje tan culto y delicado como el que la pelirroja ponía en uso no era demasiado fácil de comprender.Quizas no era lo suyo el mantener una conversación de aquella manera,pero lo intentaría,todo por complacer a la adorable violinista.

Agradecida sin duda estará la luna de tener tal ventana hacía nuestro mundo.Pues no es cristal,sino diamante a través de lo que ve,igual que se a dejado atrás la desgastada madera para utilizar unas pestañas tan preciosas como marcos para esta vidriera.. replicó con astucia el chico,esbozando en sus labios una sutil sonrisa.Empezaba a cogerle el gusto a aquella forma de hablar y,aun que no fuera tan bueno como la dama de ojos claros,debo decir que tenía cierta elegancia.

Negó con la cabeza con incredulidad.No le costaba admitir que en un cuerpo tan precioso residiera tal poder,pero no había nada dentro de un muchacho que se ganaba la vida dibujando sobre la piel de la gente,o abujereandola para colgar pendientes en cualquier parte de ella.
Entonces,al ver como ese ángel sin más empezaba a gatear hacia el,su corazón funcionó como un reloj de cuenta atrás,latiendo con más fuerza en intensidad conforme la distancia iba ardiendo y consumiendose entre ellos a cada centimetro que la chica abanzaba.Su pulso era extremadamente alto,le dolían los tobillos del esfuerzo que suponía el sujetar aquel peso con todo lo que temblaba.

Pero al notar como con tansolo un par de dedos la chica le acariciaba, aquello fue suficiente para que un intenso calambrazo recorriese todo el cuerpo de muchacho,haciendole estremecerse y perder la respiración por completo por los tres largos segundos en que podía notar sus frías manos en su pelo.Entonces,como un torpe crio de cinco años, Evan perdió por completo el equilibrio y la fuerza callendo de culo contra el suelo y haciendose,la verdad algo de daño.

Se frotaba la nalga en el intento de calmar el dolor alza la vista y ve a la pelirroja alegarse del lugar.Se le oprime el pecho al pensar que va a marcharse y desaparecer con el mismo misterio con el que le habiá encontrado,pero entonces vé como se detiene frente a un fuerte arbol y esas manos suaves y fragiles lo acarician con tanto cariño que el chico deseo por un instante el ser de madera para poder gozar tambien de tal contacto,y más después de experimentar lo que notaba al tocarle.Entonces escuchó sus palabras,y estubo algo perdido hasta que quiso darse cuenta de que había una criatura más junto a ellos.Bajó la mirada poco a poco y negó con la cabeza

No me gusta.. matar animales.. confiesa aún sentado en el suelo después de su caida,abrazandose a sus piernas como un niño indefenso.

Off: Igual deberiamos hacerlos algo más cortos :$

Lobo Mensajes : 99

Gira el rostro con suavidad para contemplar de soslayo al lobo cuando cae con tal torpeza, disimulando una sonrisa divertida tras un mechón de pelo rojo. Una sonrisa que, pese a todo, no es en absoluto maliciosa, sino más bien culpable, y por ello vuelve a dedicarse a contemplar la altura del árbol mientras acaricia el tronco, de espaldas a él. No verá el extraño velo oscuro, taciturno, que repentinamente ha empañado sus facciones de porcelana; es consciente de lo que el hechizo lunar refleja en ella y, quizá, el magnetismo de un espíritu profundo que no debería pertenecer a una simple mortal. En ocasiones le gustaría deshacerse de él, ser sencillamente capaz de ser normal para, así, evitar reacciones como aquella. En cierto modo sentir ese deseo ajeno la vuelve aún más vulnerable.

Solo vuelve a girase para observarle fijamente cuando le oye balbucear aquello. No hay sorpresa en sus ojos, aunque realmente cueste discernir qué clase de emociones se agolpan tras el jade nocturno de sus pupilas. Más bien hay una extraña conmiseración, una que de nuevo genera el efecto adverso de una mirada anciana en un cuerpo demasiado joven, demasiado frágil. Así era siempre: una criatura dual en cualquier circunstancia, pero la fuente de esa dualidad nadie ha llegado a descubrirla jamás.

Sin más, las comisuras de sus labios se curvan para dibujar un amago de sonrisa, uno que no llega a serlo, que quizá no existe y no es más que un engaño de las fluctuaciones de la luna entre los árboles. Se desliza sigilosa hasta Evan, sorteando la alfombra de hojas con sus pies desnudos para arrodillarse frente a él y, de improviso, tomar una de sus manos entre las suyas. Sus manos son tan extrañas como ella misma: emanan una temperatura cálida incluso en aquella noche fría. Ladea la cabeza para atrapar sus ojos con los suyos y, enarbolando su actitud extraña y pícara habitual, se encoge de hombros y niegla con la cabeza.

- Entonces no lo hagamos... - susurra sin más. Puede que Evan perciba, o no, el sumo esfuerzo que le supone a ella decir eso. Aún siente la energía lunar entrar en ella, recorrer sus venas, estremecer su ser, palpitar su corazón con el ansia de desatar al lobo y honrar la sangre del gamo que sigue escondiéndose en el bosque. Pero no lo haría... no si su acompañante no lo desea; a fin de cuentas, desde siempre su compañero en las cacerías ha sido la soledad - Pero seamos libres.

Sin más vuelve a incorporarse, con lenta gracia, instándole a él a seguirla para quedar así los dos de pie. Luego suelta su mano y retrocede unos pasos, volviendo a esbozar una sonrisa que, de un plumazo, borra toda la ancianidad desatada antes: es tierna e inocente, infantil, y representa los años humanos que en realidad tiene. Y, mientras la muestra, sus pupilas se han ido tornando cada vez y con más intensidad dos brillantes lunas de ambar. Sus pulsaciones aumentan, su pecho sube y baja más acelerado y se da la vuelta lentamente,, no mostrándole a Evan más que el salvaje cortinaje de cabello rojo enredado en multitud de hojas y ramitas secas. Comienza entonces a desvestirse, mostrando primero sus hombros desnudos, tan pálidos como el plenilunio reinante, su espalda y el resto de su cuerpo. La desnudez no es algo que la incomode en absoluto, y ella hace gala de ella con tal naturalidad que, lejos de poder despertar lujuria, lo que transmite es belleza. Se acuclilla abrazándose las rodillas y bajando la cabeza, acentuándose sus temblores, dejando escapar tenues jadeos y algún esporádico gemido que muestra el esfuerzo, el dolor, que supone la conversión. Y, sin embargo, es una agonía plena y dulce... la de la liberación.

Su piel se perla en sudor, pero pronto no es piel humana lo que se muestra en medio del hechizo lunar, sino un espeso pelaje blanco como la nieve. Dafnée, el lobo, sacude la testa y trota sobre las hojas hasta Evan, con torpeza al principio debido al mareante dolor del que poco a poco se recupera con placer. El bello animal frota la nariz contra su mano y alza la vista para mirarle, mostrándole los ojos del lobo: siguen teniendo esa mirada tornante entre el jade y el ámbar, ese resplandor soñador que la delata como algo más que humana o animal. Da media vuelta y avanza hasta la entrada de uno de los senderos, mirándole una última vez para invitarle a transformarse con ella y correr. Solo correr... solo ser uno con el bosque.

Lobo Mensajes : 105

Un notable ardor empezó a atentar contra sus mejillas cuando después del golpe que se llevo escuchó como aquel ángel de cabellos rojizos se reía y no pudo más que maldecir su torpeza con todas sus fuerzas.Aún así,ni siquiera un ridículo así,como era el ver que se reía de el,hizo que dejase de parecerle una muchacha perfecta,digna de ser retratada sobre un manto blanco para que nada pudiese privar al mundo de morir por un rostro tan maduro a la par que juvenil,tan atractivo a la vez que inocente, tan sumamente único que hacía que nuestro chico casi no lograra ni respirar

Desvió la mirada casi avergonzado tras su confesión,pues resultaba irreal el pensar que un lobo rechazase una caza tan tentadora,pero es que Evan era de los lobos que no disfrutaba de aquella manera.Podía cazar humanos,matarlos y no sentir ningún tipo de remordimiento.Al fin y al cabo esos no eran más que una especie asquerosa bajo su punto de vista.Supervivencia,honor.. eran muchos los motivos nobles que llevaban a las bestias salvajes a assessinar,pero en cambio,los humanos,llegaban a hacerlo por razones tan estupidas que al muchacho llegaba incluso a doler-le.

Ve como la violinista sonríe de aquella forma tan única que todos sus sentidos dejan de funcionar en un solo instate,volviendose como medio idiota por tres segundos hasta que logra volver en si y retomar las riendas de su racionalidad,ser capaz de pensar por si mismo e ignorar con esfuerzos el tremendo cosquilleo que recorre su columna.Cuando vio que se acercaba de nuevo a el se abrazo con más fuerza a sus piernas,como modo de defensa pues sabía que aquella muchacha era peligrosa.. peligrosa por que,de una sola caricia,podría paralizar su corazón con aquella magia negra o blanca que la loba parecía dominar.

Le seiguió con la mirada cuando ante sus ojos celestes y cristalinos la chica se arrodillo,tragando con fuerza saliba para conseguir soportar los nervios que en ese momento cargaban su mente y todo su cuerpo.Entonces lo notó,como unas suaves,delicadas y calidas manos tomaban las suyas y un casi inaudible jadeo escapó de sus finos llabios.Asiente con la cabeza,satisfecho por haber salvado la vida del gamo y cierra la boca para evitar lo que parecía que iba a pasar de un momento a otro,para evitar que su alma escapase por ella,y es que eran tan intensas las sensaciones que casi no había espacio para ella Gracias.. susurró,bajando la mirada hacia sus manos que la chica había cogido sin darle mayor importancia ,y sin pensar las emociones que provocaría eso en el chico.

Sabía que esa chica era más animal que humana y,por consecuente,podía percibir cuanto le costaba el rechazar una cacería como aquella,y debía agradecer que por él lo hiciera.Movió el dedo pulgar con delicadeza sobre el dulce dorso de su mano,acariciando la pálida piel de la muchacha y notando como en ese preciso instante los pelitos que recubrían su nuca se erizaban por segundos.Aquella chica era demasiado misteriosa,demasiado sub realista y demasiado perfecta para si quiera pensar que aquello fuese más que un mero sueño.

Le mira de nuevo a los ojos cuando con la misma gracia que se había postrado junto a el se pone en pie.Intenta sujetar su mano hasta que le es posible,pero ella se aleja y debe soltarla si no quiere dislocarse el brazo.No retira sus orbes de ella mientras se aleja,anelando ya el contacto de su piel que por tan breves segundos a logrado tener.Entrelaza los dedos de ambas manos entre ellos,soñando que son los de la chica los que abrazan su palma y dorso. Pero,cuando la muchacha empezo a liberarse de las prendas que cubrían su cuerpo de diosa sintió como su corazón empezaba a latir con fuerza,como se estremecía y un nudo se formaba en su garganta al verle y desear acariciarle,desear tocarle ,y desear tenerle..
¿Como luchar contra algo así?

Lo ve,lo huele,lo intuye.Quizás no cazar,pero aquella chica había decido liberar el animal que portaba en su alma y la intriga por saber si recubierta de pelo seguiría siendo igual de hermosa el impedían retirar su mirada de ella.Y comprueba que así es cuando una fria brisa sacudió el blanco pelaje que entonces recorría su cuerpo.Le miró acercarse,embrujandole con la forma tan grácil que tenía de mover sus patas y el se inclinó hacia adelante, apoyando-se sobre la fría hierba.Sonrie cuando nota aquel agradable roce de pelo sobre su mano y acaricia el lobuno rostro del animal que ahora le hacía compañia.

Deja caer la mano lentamente cuando ella se aleja,enmarcando en sus pupilas cada paso con el que la loba abanzaba hacia la espesura del bosque.Y no se decidió a nada cuando se volvió para mirarle una vez más y el asintió.Poco a poco empezo a liberarse de la ropa,que no era más que un lastre para la transformación.Fue dejandola caer sobre el césped una sobre otra,aplastando las hojas secas y ramas con sus prendas.
Suspiró con fuerza antes de cerrar los ojos y dar partida a su tortura,aquel dolor tan fuerte que ocasionaba el querer cambiar el cuerpo de forma tan radical.Aquella cara de niño poco a poco dejaba de serlo,volviendose más fuerte y basta mientras un bello blanco empezaba a salir,mientras todo su cuerpo se retorcía de dolor y el luchaba por no gritar la tortura que sentía.

Y fue esa tortura lo que hizo que segundos después unas garras se clavaran en la tierra,las garras de Evan. Ahora era un lobo,un lobo grande,de constitución fuerte.Todo su cuerpo era blanco como un puñado de nieve,y sus ojos,penetrantes e hipnóticos,de un tono ceniza intenso.Lanzó una mirada al cielo,a la madre de los de su raza,aquella luna que con tanto esplendor relucía en el cielo, y soltó un tenue aullido hacia ella antes de empezar a galopar hacia su compañera.

Lobo Mensajes : 99

La hembra de lobo blanco aguarda como un espectro nocturno a que la transformación de su acompañante comience y termine. Detenida a la entrada del sendero, serena, quieta y demasiado extraña con aquellos ojos lobunos de impactante profundidad, parece realmente una figura etérea, completamente intangible: era como si la luna hubiese dispersado sus rayos sobre la alfombra de hojas para darles forma, moldeando así una figura que se volatilizaría al más mínimo roce.

Al aullido solo corresponde inclinando ligeramente la testa, elegante y sinuosa. Su pelaje es plata y sus ojos jade licuado en ambar, fulgurantes como antorchas en la nocturnidad del bosque. Sin más da media vuelta, tantea con las patas el agreste sendero, le dedica una última mirada cómplice al joven lobo, tan albino como ella... y sin más echa a correr. Su silueta no tarda en revelar la agilidad de su especie, quizá en su caso más pulida de lo normal, y pronto es una estela blanca llenando en un zigzag de luz blanca cada sendero a través de los árboles.

Como tantas otras veces en sus correrías siente palpitar su corazón. Se siente... viva; percibe la tierra blanda y las hojas secas bajo sus pies, humedecidas por la última nevada; la caricia de cada matorral; el susurro de las copas de los árboles entrelazándose entre sí; la luz de la Madre filtrándose entre ellos para aliviar con tibieza el frío invernal... siente los gamos corretear cerca, huyendo del predador; siente incluso sus venas, recorridas por la sangre cálida que su paladar ansía degustar. Controla el impulso, sin embargo, abandonándose a otro igual de extasiante: sentirse una con el entorno, con el animal interior y con su compañero, que siente correr junto a ella.

En un momento dado alcanza un claro del bosque. En un acto completamente instintivo salta sobre la roca, alza la cabeza y eleva un profundo, lánguido y sonoro aullido, saludando así a la luna llena que impera impoluta y protectora. Invita a Evan a hacer lo mismo, como ya lo hacen los lobos circundantes de los bosques de Bucarest: aullidos, quizá menos sobrenaturales, más mundanos al ser animales corrientes... Hijos de la Luna, como ellos, pero carentes del don de la dualidad de esencias. Y ella sigue aullando, entregando todo su aliento en ese sonido...

...de improviso tiembla y con una convulsión violenta baja la cabeza, pareciendo que va a caer redonda desde la roca al suelo. En lugar de ello solo se deja caer sobre las patas delanteras cerrando los ojos, jadeando y emitiendo un quedo gemido mientras una de sus patas se frota la nariz. Tirita ahora de forma sutil, aunque parece débil, más onírica aún que nunca... y, desde luego, demasiado frágil para ser lo que es.

Lobo Mensajes : 105

Su tortura había terminado,y siendo ya un precioso lobo con aquel manto de pelaje blanco recubriendo su cuerpo empezó a andar,tambaleandose en los primeros dos pasos y notando como poco a poco aquel dolor que sobre el césped le había echo retorcerse y gritar ahora empezaba a desaparecer.Transformación era sinónimo de sufrimiento,de malestar general,pero compensaba si tras ella obtenías una recompensa tan valiosa como la que les había sido otorgada a aquel par de jovenes,ese curioso muchacho con el flequillo y el pendiente y aquella dama de cabellos rojizos,tan misteriosa,atrayente y preciosa,esa especie de ángel que con cada nota de su violín había caussado tal embrujo sobre el chico que en ese momento solo podía pensar en ella y sus ojos.

Mira a aquella especie de hada,dando pequeños y gráciles pasos sobre el espeso manto de hierba verde,acercando-se a la muchacha con timidez y al mismo tiempo ansias de tenerle cerca.Pero,cuando ve que tras una mirada más echa a correr entre la oscuridad de los imponentes arboles que a tantos metros respecto al cielo zarandeaba sus ramas en la lucha contra el viento que se esforzaba en tumbarles,viento al que debían de llevar resistiendo durante decadas.La loba era ágil y veloz y,ante el miedo que le ocasionaba la posibilidad de perderle de vista y no volver a saber jamás de ella empezó a correr,pisando sobre cada una de sus huellas mientras su corazón empezaba a latir con más fuerza de lo habitual, fruto de la adrenalina que causaba aquel sobre esfuerzo por alcanzar la fémina que tanta ventaja le llevaba.

Con su pecho subiendo y bajando cada vez más rápido por la agitada respiración consigue por fin ponerse junto a ella.Entonces le mira,sintiendo-se preso de la belleza que destila por cada uno de aquellos alvinos pelos y notando como a cada tres tres metros que avanzaba un rayo de aquel plenilunio se colaba entre las ojas ,brillando en su ceniza mirada,igual que nota como a su alrededor las criaturas que tenían aquel bosque como hogar iban huyendo
ante la inminente amenaza.Y finalmente ve un punto en el que termina ese pasillo de troncos fuertes y matorrales,dando lugar a un claro donde Madre descargaba toda su blanquecina luz contra aquel desprotegido punto.La ve subir hasta la cima de una roca y lanzar aquel aullido que llamó a todos los lobos que cerca de ellos habían.El tambien suvió,peo sin embargo se quedó al pie de la roca,con una de sus patas tocando todabía la tierra humeda y mirando con deleite a su compañera,sin molestarse a aullar junto a los suyos.. solo mirandole

Y no había dejado todabía de hacerlo cuando el lobo que por el tono de su pelo parecía estar recubierto de nieve ve a la violinista caer en la roca,rendida sobre sus ahora debiles patas y quejarse por un dolor que el desconocía,pero que empezaba a preocuparle.Caminó con elegancia y breves pasos sobre la piedra hacia ella,inclinandose sobre la loba que parecía estar tiritando y se inclina hacia adelante,acariciando con su peludo rostro el de su amiga,colocando el morro bajo su cuello y empujandole con delicadeza hacia arriba,como intentando que se pusiera en pie y demostrase que ya estaba bien.

Lobo Mensajes : 99

La forma sinuosa de la bella loba hembra apenas se mueve durante varios instantes, tan solo haciendo notar el monótono subir y bajar de su lomo al tomar una respiración que ahora resulta lenta. Con cada gesto su pelaje parece un prado nevado o un desierto nocturno bajo el haz lunar, que transforma cada grano de arena en plata espolvoreada por algún tipo de dios. Quizá Selene, quizá Isis, quizá Astarté... quizá simplemente Dafnée, la hija maldita de esas diosas exiliada tiempo atrás de su reino y obligada a caminar entre los mortales.

La suave ternura del hocico de su compañero consigue que sus almendrados ojos pardos se entreabran, fulgurando con aquel haz ambarino en la nocturnidad del bosque. De su garganta escapa un suave gemido animal, un eco de su voz arruyante como una canción de cuna en su forma humana, y con dificultad se apoya sobre sus patas delanteras para luego sacudir la testa y volver a ponerse en pie. Elegante dificultad, todo sea dicho, y también frágil y quebradiza como el más fino cristal. La loba se acerca a su compañero y lame suavemente su también blanca mejilla, para después cerrar los ojos y apoyar la mandíbula en su cuello quedando ahí, quieta y en silencio...

La lobezna, porque es lo que es, comienza a cambiar de súbito una vez más. Su cuerpo tiembla en aras de la agonía que le supone la conversión, pero aun así no se mueve y toda muestra de dolor la da su rostro cuando se tensa y su entreceño se arruga, efecto de sus ojos fuertemente cerrados. Un leve destello y vuelve a ser humana, desnuda y pálida como el marfil, anegada de los ríos rojos que conforman su cabello y que delinean salvajes senderos que se abren paso, a través de las gotas de sudor perladas, desde su cuello y sus brazos hasta su espalda, su cintura y sus níveos y curvilíneos pechos. El abrazo de la loba ha mutado, pero sigue siendo igual de cálido: sus brazos rodean el cuello del joven lobo con fuerza y su rostro se hunde a medias en su pelaje, aspirando el aroma silvestre del animal.

- Gracias... - susurra suavemente contra su oído. Lentamente se aparta de él, toma su rostro animal de largo hocico entre sus dedos y lo masajea regalándole una dulce sonrisa, como la gracia de alguna musa. Fluída y etérea como solo puede serlo ella se echa boca abajo sobre la alfombra de hojas del claro, cruzando los brazos bajo el pecho para arquear la espalda y alzando la barbilla para observar el argenteo rostro de la Madre. No se siente incómoda en absoluto, y ni mucho menos por mostrarse desnuda ante él, como cuando se deshizo de sus ropas. Ahora se siente plena, libre y salvaje, tal y como su naturaleza ansía. Mira a Evan y ladea la cabeza, alargando una mano hacia él - Ven... - no suena a orden: es solo una petición dulce, casi la que necesitaría cualquier doncella indefensa que anhela tener a su lado un guardián. El que le proporcione la fuerza de la que ella carece - Hace frío... a veces noto su azote con demasiada crueldad.

Lobo Mensajes : 105

Aquella hembra de lobo tan singular que había cautivado a nuestro chico seguía inmóvil,con aquel débil aspecto de estar vencida que hacía que la blanquecina bestia no pudiese evitar preocuparse por ella.Su hocico bien acomodado en el cuello de la chica no dejó de insistir con sus constantes empujones hacia arriba,convencido de que tarde o temprano servirían de algo.Y no tubo que esperar demasiado para ver como aquellos delicados parpados se abrían tenuemente, dejando ver esa penetrante mirada lobuno.Empujó con más ganas prediciendo que iba a intentar levantarse,y así lo hizo,volviendo a mostrarse en pie,tan elegante y majestuosa,siendo así una loba especial.

Aquel intenso nudo en su garganta empezó a deshacerse cuando le vio por fin alzada.Ya no estaba al borde del infarto y el lobo le miraba con la figura erguida,inclinando levemente el cuello hacia adelante para poder observar con más detenimiento a su compañera,quien parecía fatigada,pero al menos a se sostenía sobre sus patas.Le siguió con sus orbes grises cuando se acercó a el,cerrando sus ojos con un dulce ronroneo al notar la tierna lamida de su amiga sobre su sedoso pelaje,agachando las orejas frente a tal muestra de afecto de una forma tímida y sumisa.Recostó su cabeza sobre la loba,sintiendo como esas capas de pelo se pegaban la una a la otra y podía verse con más claridad la identidad de estas,quizás más platina la de Dafneé,pero la claridad del tono seguía siendo similar,y aquel color tan precioso que era el blanco,que destilaba relajación por cada brillo.

Ve como la hembra vuelve a andar,bajando con aquella fragilidad de la roca sobre la que reposan.El salta hacia el césped,cayendo en el de forma grácil y la rodea para encontrarse de nuevo frente a aquellos ojos pardos,que desbordaban respeto,ternura,y tantas sensaciones que formaban un cóctel extasiante para el lobo que desde un principio había quedado sin aliento delante de aquella licántropa tan.. única.Camina hacía ella,despacio,cuando en un breve destello esa figura vuelve a perder esa capa de pelo blanco,dejando de ser una hermosa loba para retomar el aspecto de preciosa humana.Ladea la cabeza hacia un lado al sentir aquella pálida piel hundirse en su blanquecina mata de pelo,y como aquellos brazos atrapando su cuello le hacen tiritar por algún motivo.

El lobo suelta un tenue gruñido cuando la chica agradece algo,zarandeando la cabeza de un lado a otro para negar con ella le mira a los ojos cuando se separa.De arriba abajo,su mirada le analiza,y solo piensa en que cada curva de su figura,cada detalle de su cuerpo vienen del mejor marfil,picado por el mejor esculpidor, y cada peca,imperfección o la simple tez de su piel,ideada a conciencia por el mejor pintor de la antigua Italia.Esta desnuda por completo pero.. ¿Eso que importa? No hay ningún gesto obsceno en la mirada del lobo,tan solo la admiración ante algo así,no mira a la chica como "algo que podría follarse",más bien percibe la silueta de esa violinista como una obra de arte,algo mágico.

Tras largos segundos aparta su mirada de ella,alzando-la a la preciosa luna que se alza en el cielo,aquella que es como una luz para los de su raza que ansían correr en plena noche,cabalgar rodeados de eso suave pelaje de lobo.Avanza un par de pasos,elevando su cuello mientras sueña con poder correr por el aire con la misma facilidad con la que se mueve entre los arboles,cabalgar sobre el viento hasta alcanzar aquella brillante esfera.Entonces escucha la llamada de la pelirroja y vuelve a poner sus patas sobre la tierra,ladeando la cabeza.Se enternece por el aire de necesidad de su petición y con un paso lento y sutil avanza hasta situarse a su lado.Sus fuertes y robustas patas sostienen el equilibrio mientras las traseras se doblan y adoptan una pose firme junto a ella,mientras el vaivén inconsciente de su blanca cola cosquillea la cintura de la dama.

Lobo Mensajes : 99

Permanece con la mano extendida hacia él, sin apartar sus felinos y ahora relucientes ojos de los suyos, hasta que él por fin se aproxima hasta ella. El único gesto que deja ver mientras lo hace, sin embargo, es el de recoger las piernas sutilmente y abrazarse las rodillas, ocultando así en parte sus atributos desnudos. ¿Ha sido un mero gesto casual o una acción consciente y sumamente sutil, un acceso de pudor inaudito en ella? A simple vista, no queda claro. Tal vez no lo sea... o, tal vez, es que ha notado en los ojos del lobo el brillo, quizá obsesivo, que ya ha visto en otros hombres antes.

Podría definirse como un acto, inconsciente o no, de protección: no por vergüenza al mostrar su desnudez, sino porque en parte no desea volver a ver ese brillo. Quién sabe por qué.

Sin embargo, en compañía de su amigo no se siente amenazada ni tensa como un ciervo huyendo de un depredador. Sí, amigo, o al menos para ella es un término normal dado el desarrollo del encuentro: solo lo ha visto una vez, pero bajo la luna llena y abrazada por el bosque su alma lo asocia a una jugada incierta e indescifrable del destino. Incluso marchándose, incluso sin saber aún su nombre ni ella haber dicho el suyo, ya ha establecido un vínculo con él... y sabe que volverá a verle.

Se acurruca apoyando la cabeza en su cuello, sintiendo la pulsión de la sangre del lobo recorriendo las venas bajo su blanco pelaje, y se protege del frío invernal abrazándose a sí misma y mordisqueándose suavemente el pulgar. Su mirada, de nuevo sumida en alguna ensoñación desconocida, solo mira la luna... y, probablemente, vea cosas vetadas a los demás mortales. Don y maldición.

Un leve asomo de sonrisa se dibuja en sus labios, quizá en parte desganada, y con un lánguido suspiro se remueve y cierra los ojos, susurrando al hacerlo:

- Duerme conmigo...

Sabe que, bajo el hechizo lunar, su compañero sería su guardián silencioso. Al menos, por esa noche. Su mano, suave y cálida, se desliza por sus orejas y se entierra en su cuello en una tierna caricia, invitándole a relajarse con ella hasta que Morfeo les suma a ambos en la oscuridad. Ella no tarda en hacerlo, acompasando su respiración y soñando: que ella duerma sin soñar es tan posible como que el océano en peso se congele en un solo día.

Al alba, cuando los rayos de sol despunten a través de las copas de los árboles y el hechizo nocturno se haya quebrado, Evan descubrirá que la dama lunar ya no está. Como si ella hubiera sido un hechizo en sí mismo, desvanecido e inexistente...

Lobo Mensajes : 105

Las fuertes patas del blanco lobo aplastan el césped a medida que va avanzando,acercandose a ella.Su pelo se va ensuciando poco a poco por la tierra del suelo mientras su mirada sigue analizando a la chica.Cada poro de su pálida piel que estando desnuda tan preciosa se ve,cada reflejo de la intensa luna llena que presidiendo el cielo lanza su blanquecina luz hacia la cobriza melena de la pelirroja.Su respiración es agitada y el se siente raro,tan nervioso y sereno al mismo tiempo.Y es que son tan extrañas las sensaciones que la chica provoca en Evan,él,que con cuarenta y dos años ya había dejado hace tiempo de creer en cuentos de hadas y esa noche aparece lo que parece ser un ángel,atralléndole con el hechizo los dulces acordes de su violín y después terminando de inyectar esa ambarina mirada en su celebro con esa actitud,tan misteriosa,tan dulce,tan única..

Sigue acercando poco a poco a aquel reflejo de lo que un día debió ser un sueño para el,con cautela para que no se desvanezca.Entonces ve como recoge sus piernas,defendiéndose de su mirada y agacha la cabeza,desviando sus grisáceos ojos al suelo mientras sigue caminando. No quiere que se sienta molesta,por lo que no vuelve a mirarle directamente hasta que llega a situarse frente a ella,tal y como ella a pedido,a ido a donde está.. Alza la mirada,buscando sus ojos con una irritada mirada,el cachorrito tiene sueño.. Siente como le abraza,el calor de su cuerpo contra la peluda capa que recubre al lobo.Se sienta sobre el césped,con las patas traseras bien firmes y la cola doblada.Cierra los ojos,apoyando el hocico en su pelo mientras nota el reconfortante cosquilleo que provoca el que se acurruque en su cuello.

Entreabre su ceniza mirada cuando escucha aquel susurro,aquella petición.Mueve sus orejitas,asintiendo levemente mientras dobla también las patas delanteras,quedando elegantemente estirado con la suave brisa arropándoles.El lobo lame suavemente la mejilla de la chica,como un dulce beso de buenas noches y protegiendo a la joven del frío con su pelaje cierra los ojos,quedándose dormido con su húmedo hocico acariciando la nariz de la loba.El éxtasis no tarda en llegar a su mente,descansando sobre la cómoda alfombra de hojas.Evan siempre suele soñar,aun que sean chorradas,pero siempre sueña.Sin embargo,aquella noche no lo hizo,y es que el sueño ya lo había tenido estando despierto..

A la mañana siguiente,un intenso rayo de luz se cuela entre los arboles y de la directamente en los ojos.Los abre suavemente,el pelo blanquecino ha desaparecido y ahora ya es de nuevo humano.Desnudo sobre la hierba,se frota los ojos,intentando ver más allá de las la gañas que los empañan.Cuando logra desperezarse,mira a su derecha,esta solo.Con el mismo misterio con el que aparece,esa chica se había marchado.Se incorpora,quedando sentado,intentando asimilar aquello que le había pasado.Piensa que es un sueño,que quizás a bebido y no recuerda.. esta a punto de considerarse a si mismo un loco cuando mira la palma de su mano y enredado en sus dedos ve un pelo rojizo,de la cabellera de la chica.

Lo acaricia con el dedo pulgar,soltando un suspiro antes de levantarse.Cruza en bosque entre los arboles,andando y pensando en todo aquello hasta llegar al claro donde habían dejado la ropa.La de la chica ya no está,solo la suya.. Se viste y,lo primero que hace es mirar la hora en el móvil que había dejado en el pantalón.Tiene tiempo de ir a desayunar algo a una cafetería antes de entrar a trabajar,así que se marcha,sin soltar el pelo de la chica..

» Liberación.[Libre]
» ¿En qué me he convertido? [Libre]
» Fotografias...[Libre]
» Con el pie izquierdo (libre)
» Basta {Libre}