Liberación.[Libre]

Un día más de trabajo termina sucumbiéndome de pies a cabeza de cansancio, si estoy consciente de no haber dormido desde días atrás por lo que el estrés comienza a aparecer sobre mi cabeza con desesperación, me retiro lo más pronto posible de la oficina sin sucumbir ante mis inminentes latigazos de nerviosismo.

Caminando entre la malesa del bosque puedo guardar mi ropa en mi bolsillo dejándolo en aquél hueco del árbol que ya bien conosco; comienzo la transformación hasta tomar el modo del animal grisáceo que me hace ciertamente distintiva. A punto de arrancar la hierba por la carrera que había empezado pude sentir como ese sentimiento de libertad que esperaba cada noche al fin estaba apareciendo; me detuve un poco oliendo un rastro que andaba por allí.

No me sorprendió en lo absoluto que no estuviese sola, seguí el aroma a lo largo del lugar llegando hasta que divisé a un lobo ingirieno a un ciervo que yacía completamente tieso sobre el césped, lo miré con cierta expectación para después alejarme de allí pues sabía que no estaba siendo buena idea permanecer en el mismo sitio, me limité a asentir con la cabeza para seguir mi camino que no fue muy largo. A unos cuantos metros más adelante se encontraba uno de mis lugares favoritos para ir a disfrutar de la noche, un pequeño prado con la luz de la luna apuntando directamente.

Lancé un profundo aullido enorgullecida por sentirme deshinibida, sin obligaciones atadas a mí durante esos instantes; me limité a echarme sobre la hierba colocando mis patas delanteras a modo de recargadera pues pude colocar mi enorme hocico sobre las mismas sin inmutarme de nada más.

Un poco aburrida comencé a girar sobre el pasto una y otra vez quedándome de panza arriba para poder ver mejor la luna clavando mis ojos mieleros en ella, no perdía tiempo en hacerme saber que mi naturaleza a pesar de no poder decirla y algunas veces odiaba... no podía quitarla y era algo mío que precisamente en estos momentos aliviaba toda la tensión atraida por culpa de los humanos.

Escuché ruidos de nuevo parecían acercarse, si era humano no me detendría... si me acechaban terminarían en alguna muy mala situación, no quería afrontarme a nadie en esos momentos, no tenía las más mínimas ganas de chorrear sangre; sin embargo, lo medité un poco quizá era el mismo lobo que estaba alimentándose pero me coloqué en modo defensivo por si las dudas, abrí ligeramente el hocico dejando a la vista mis colmillos, ligeramente felxionándome sobre mis patas traseras lista para lanzarme si era necesario.

Bien, no me había equivocado en efecto, se trataba del mismo lobo que había observado instantes anteriores devorándose a un ciervo, volví a la posición original cuando observé con qué lealtad miraba a la luna; dando un vistazo bastante rápida a la misma quedé ensimismada durante unos instantes cuando noté que se puso a correr en círculos sin quitarme la vista de encima. Me dio la pauta para mostrarme un poco más amigable, pasé una de mis patas por delante de mi hocico rascándome.

Me quedé quieta durante unos segundos ladeando mi cabeza de un lado a otro mareándome yo sola con los movimientos circulares de mi acompañante, solté un resoplido sacando la lengua a modo de "rosa lobuna", mostrando un poco más mis dientes.

-Vaya... creo que has saciado tú apetito- le dije como casi no prestándole atención pero sabía perfectamente lo que sucedía, cuando dejábamos de comer era algo completamente desesperante; aquella sensación de no tener nada en el estómago era sumamente consumatoria pues perdíamos la noción de saber que había a nuestro alrededor, o a quienes podíamos dañar.

No importó que sucediera me dejé caer de espaldas sobre el césped removiéndome de un lado a otro como gusano, me divertía mucho; eran ratos que podía sacier mi estrés del día como huamana, a pesar, de todavía no estar muy acostumbrada a mi condición intentaba hacer lo necesario para ver el lado positivo.