Por fin un rato libre (Libre)

-Te gustan los coches, ¿eh?

Desconocía el por qué de aquella intervención, teniendo en cuenta mi timidez habitual.... ¿Habitual¿ Más bien permanente. Supongo que un día extrovertido en 25 años no era muy normal... Pero habría que aprovecharlo.

Miré al hombre que hacía un momento estaba con la nariz pegada al cristal del concesionario. Yo también miraba discretamente a quien me rodeaba. Estaba apoyada en la pared, con una capucha puesta ocultando mi mirada inquieta, y una pierna apoyada sobre la pared. Levante apenas la cabeza para mirar a aquel lobo, pero la capucha negra aún ocultaba mis ojos en la sombra. Sonreí de medio lado. ¿Por qué esa actitud cínica y prepotente? Ni idea, pero ¿por qué no? No perdía nada.... Si acababa odiandome... Allá él. Esperé su reacción. Cabía barajar dos opciones. O que me ignorara... O que me mirara como tantos otros lo hacían en su paso por aquella calle, como si fuera de otro mundo, como si no pegara allí.

Sonreí ante su simple respuesta. Sinceramente, no me esperaba una reacción tan... ¿amigable? Así tenía algo ganado.
Se apartó del centro de la calle, acercándose más a mí, y abandoné mi posición original para mirarlo de frente. Me preguntó quién era, y antes siquiera que pudiera darme tiempo a hacer un amago de contestación, me dijo que se llamaba Lászlò. Un curioso nombre... No había oído nada parecido... Sabía de cocina rumana típica, pero no mucho de nombres comunes, así que podía ser un nombre como otro cualquiera, o uno verdaderamente extraño....

-Encantada-respondí-yo soy Kyrie.

Hice un amago de levantar las manos para quitarme la capucha, pero las volví a bajar. La sombra cubría mis dos ojos lo justo, y una especie de mechón de pelo largo caía por delante, aparte de algo de pelo suelto. Miré fijamente a Lászlò con los ocultos ojos, atisbando su mirada. Era la primera vez en años que miraba a un lobo hombre directamente a los ojos, siempre me había encontrado mujeres. Me quedé mirándolo directamente, con una ligera sonrisa, con aires de curiosidad y prepotencia.

Era húngaro.... La verdad es que al parecer, ninguno de los lobos que había conocido hasta ahora, que tampoco eran demasiados, era rumano.

-Es un nombre curioso.... y bonito.-dije-Yo vengo de Austria.... y mi nombre de Japón-sonreí.-Estaba aquí de paso... Pero creo que me voy a quedar. He encontrado gente interesante. ¿Vos?-Utilicé el vos por simple costumbre.... En mi pueblo siempre lo había utilizado. Lo más seguro es que aquí sonara extraño.... Que yo supiera, no había mucha... "costumbre victoriana".

Sonreí y levanté las manos hacia la capucha. Esta vez sí que me la quité. ¿Por qué ocultarme? La eché hacia atrás dejando ver mis ojos, ligeramente rasgados, recordando a los orientales. Ví que miraba el reloj.

-¿Tienes prisa?-Lo miré con los ojos ya descubiertos, directamente, manteniendo la sonrisa prepotente y curiosa.

Le devolví su sonrisa con sinceridad, cuando me dio las gracias por lo del nombre. Era más curioso que bonito, pero... tenía su encanto. Sonaba bien.

-Un placer.

¿Una curiosa combinación? Vaya, nunca lo había visto así.... Pero sí, realmente mis orígenes eran bastante mezclados y poco comunes... Supongo que por eso me gustaban. Conocía la cultura oriental gracias a mi madre, y las costumbres de occidente gracias a mi padre.
Parecía que había gente bastante interesante por la zona, pues todos conocían a gente interesante... Sonreí divertida cuando me descbrí la capucha. No estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones, pero por sensibilidad decidí no decir nada. No me molestaba. Tampoco era algo que me entusiasmara.... Pero no era un problema.

-¿A tomar algo? Oh, pues... vale.-Sonreí. ¿Por qué quedarse allí en medio pudiendo pasar un rato tomando algo?-Si no es impertinencia... ¿En qué trabajáis?

Esperaba que tuviera el tiempo suficiente como para pasar un buen rato.... Yo descansaba. Debería llamar a mi jefa... Quizá esa misma tarde lo hiciera.

-Oh, está bien, Lászlò-dije, abandonado el vos por el tú. La verdad es que la mayoría de la gente se sentía extraña cuando la trataba de vos.... Cosas que tenía la gente.

Lo seguí hasta una cafetería bastante concurrida, que no estaba muy lejos. Al fondo, había unas mesas libres, y me llevó hasta allí. Me senté y esperé a que él lo hiciera, tras llamar a la camarera, que asintió y se acercó a nuestra mesa. Me dijo dónde trabajaba.

-¿El Nibelheim? Me suena, pero creo que nunca he estado allí....

La camarera llegó, y el pidió un café con leche. Levanté la vista del lobo un momento para mirar a la camarera pidiéndole otro con una sonrisa. Volví a fijar la vista en los ojos de Lászlò, sin borrar la sonrisa de mi rostro. Ya no era prepotente, al menos no tanto... Siempre quedaba un tinte arrogante en mi sonrisa y mi mirada, pero ahora era una sonrisa sincera.

-Yo trabajo en el restaurante Flinzhait... ¿Lo conoces?-esperé su respuesta tranquilamente.

-Me lo tomaré como un halago-dije sonriendo ampliamente.-No me verás mucho, me paso el día en la cocina... Solo salgo de vez en cuando.

Le di las gracias a la camarera por los cafés, y volví a mirar a Lászlò. Me gustaban sus ojos. Hablaban mucho, pero no demasiado. Dejaban ver lo justo. Era una mirada lo suficientemente profunda como para mantenerla fijamente....
Reí ligeramente ante el comentario del Nibelheim.

- Vaya.... ¿Un trabajo difícil?-susurré sonriendo. -¿Qué menos que ir a visitarte si tu vienes? Sería descortés que no te devolviera la visita... ¿No crees? - lo miré curiosa. Sabía lo difícil que era tratar con borrachos, porque muchas veces los había tenido que sacar yo.... pero también sabía que tenía mucha suerte, pues ni drogadictos ni demasiadas peleas se daban lugar en el Flinzhait. Era un sitio tranquilo....

[[Off: Estaré una semana fuera.... Volveré el domingo que viene. Nos vemos!^^]]

[[Off: Tengo tiempo para uno más ;D]]

-Aceptaré encantada, será un placer. -dije sin borrar aún la sonrisa.-Espero que te guste la comida típica de aquí....

Reí un poco ante el halago que me acababa de soltar. No estaba acostumbrada a aquellas "delicadezas", me resultaba.... extraño. Pero no me desagradaba, en absoluto.
Llevaba mucho tiempo mirándome, el mismo que yo llevaba mirándolo a él.... No evitábamos en ningún momento el cruce de miradas, es más, lo manteníamos continuo. No toqué el café aún, estaba caliente, y no llevaba demasiado bien lo de quemarme la lengua.

-¿De verdad me invitas a tu casa? Vas rápido-bromeé. No me molestaba para nada que me hubiera invitado... Tendría que devolverle yo misma la invitación, pero no me suponía un problema. Estaría encantada de invitarle.
El café se enfrió un poco más, y lo cogí para tomar un sorbo, pero no dejé de mirar a Lászlò. Me había perdido en su mirada, en la sinceridad de sus ojos. Y no tenía prisa por encontrarme.

- Seguro que cualquier cosa que cocines me gusta Kyrie, por eso no te preocupes, no habra problema alguno - le dije sonriendo de oreja a oreja. No me importaba que me viera mirandola, no tenia problema en que me pillara observando su rostro o su hermoso cuerpo, la verdad es que pocas veces solia importarme aunque por lo visto a Kyrie tampoco le importaba que lo hiciera, lo que me alegraba, habia otras mujeres que se sentian mas incomodas cuando alguien las miraba como yo lo estaba haciendo.

- No me gusta perder el tiempo Kyrie, nuestras vidas no son eternas - le dije sonriendo, mirandola directamente a los ojos una vez mas, mientras disimuladamente acercaba mi silla a la suya como quien no quiere la cosa, "sin querer". Mis intenciones eran otras pero tampoco podia andar por ahi lanzandome al cuello de toda mujer hermosa que viera, estas cosas debian de hacerse despacio, sin prisa ninguna, disfrutando del momento del cortejo, hasta conseguir, o no, el tan ansiado objetivo. Mire un momento a mi alrededor para comprobar que no hubiera nadie "raro" a nuestro alrededor, era una costumbre mas que nada.

Reí con el comentario de Lászlò. ¿Cualquier cosa que yo cocinara? Bueno, si realmente era así, sería un placer. Sonreí. Y seguí mirándolo, investigando sus ojos, sobre todo, mirando más allá, pero sin invadir su intimidad..... De hecho, creo que hacía tiempo que miraba sus ojos por el simple placer de descubrir el color de su mirada, y el brillo en sus pupilas. Observaba sus facciones, sus labios.... pero en especial sus ojos.

-Supongo que tienes razón, el tiempo no regresa.... Y se va demasiado rápido.
Seguí sonriendo, sin dejar de mirarle. Me di cuenta de que se acercaba a mi, bien fuera "sin querer" o bien fuera "sin queriendo".... Pero hice como que no me daba cuenta. No me importaba, me gustaba tenerlo cerca, pero no me atreví a acercarme yo a él. ¿Afloraba la timidez de nuevo? Sería un buen momento para superarla... Dejé que se acercara, que me observara, haciendo yo lo mismo, perdiéndome en su mirada, y, de vez en cuando, echando una discreta mirada furtiva a sus labios....

Su mirada reflejaba tal cantidad de cosas que era impresionante que esos dos ojos reflejaran tantas cosas a la vez. Sus ojos eran muy muy hermosos y no podia evitar mirarlos sinsiquiera darme cuenta si a ella le molestaba que lo hiciera, a mi me daba la sensacion de que no le molestaba, pero claro, uno nunca sabia a ciencia cierta nada pues todo podia cambiar en tan solo un abrir y cerrar de ojos.

- Es asi Kyrie, yo deje escapar valiosos años - le dije pensando en la situacion actual de mi padre, no habia pasado suficiente tiempo con el en mi vida y ahora que ya estaba realmente enfermo me daba cuenta de ello, probablemente seria demasiado tarde para arreglarlo aunque para algo iba a irme unos dias a Budapest. Note como no se movia un apice cuando me acerque por lo que simplemente me quede donde estaba, no iba a meter mas presion a la situacion, ni queria ni debia, aunque notaba sutiles señales era mejor esperar a que fueran mas claras, tal vez solo estuviera imaginando cosas y no queria lanzarme a la piscina sin saber si estaba llena o estaba vacia, no queria darme otro golpe.

No dejábamos de mirarnos... Supongo que desde fuera, parecíamos estatuas, si no fuera por el ligero movimiento de nuestros labios al hablar del tiempo. Si, era algo extraño, no un simple café una tarde aburrida.... Yo seguía perdida en sus ojos, con una ligera sonrisa entre inocente y pícara. Pero de vez en cuando, cuando empezaba a encontrarme entre sus ojos, bajaba la vista algo más notoriamente hacia sus labios, aunque aún sin atreverme demasiado. No quería lanzarme tanto, no me atrevía... Supongo que era demasiado para mí atreverme a lanzarme.

No sabía que decir cuando habló. Me había quedado en blanco, y cualquier cosa que se me ocurría decir, me sonaba sin sentido, por lo que opté por dejarlo a un lado. Reuniendo valor me atreví a acercarme algo a él. No sabía cuanto me había movido. Podía haber sido una ínfima parte de lo que quería o más de lo que yo pretendía... No sabía como se veía desde fuera. Pero ya estaba hecho.... Luego esperé su reacción.

Note que no dejaba de mirarme y que tan simplemente se habia quedado en blanco mirandome a los ojos o a los labios, estaba esperando a que se moviera, a que diera un primer paso que me diera pie a mi a lanzarme o para saber que no tenia oportunidad alguna de ligar con Kyrie. Entonces como por arte de magia note que hizo ademan de moverse, apenas unos centimetros se movio, pero lo suficiente como para que me diera cuenta, por lo que me acerque levemente a ella, quedando nuestras sillas pegadas - sabes, espero que esto no te moleste - le dije sonriendo y acariciandole la mejilla suavemente mientras me acercaba a sus labios, dandole un suave y tierno beso. A los pocos segundos me separe de ella apenas unos milimetros, sonriendo y sin dejar de acariciar su mejilla - ¿esto no te molesta no? - le pregunte sonriendo sin dejar de acariciar su mejilla.

Cuando hice aquel amago de moverme, él se acercó aún más a mí. Me habló, y me dijo que esperaba que aquello no me molestara, sonriendo, y mirándome con esos ojos que me perdían, mientras me acariciaba la mejilla.... Me estremecí discretamente mientras me acariciaba, y finalmente, me besó con ternura. Correspondí al beso, y cuando se separó, lo miré sonriente y sonrojada.
-Claro que no me molesta....-contesté, con una sonrisa y clavando mi mirada en aquellos ojos, perdiéndolos de vista un instante para volver a encontrar sus labios, acercándome a él los pocos milímetros que nos separaban, y pasando una de mis manos por su brazo, llevando la otra hacia su cuello.
Me sentía bien. Me agradaba Lászlò, me había parecido una buena persona desde que lo había encontrado en la calle... Y no me había decepcionado. Ahora, él estaba entre mis brazos, y yo entre los suyos....
Mi piel se erizó ligeramente al volver a sentir sus labios en los míos. Hacía tanto tiempo que no me besaban, que había olvidado esa sensación. Ahora recordaba lo bien que sentaba.

Me sentia atraido por Kyrie, era una chica simpatica y muy bonita, lo suficiente para llamar la atencion de cualquier hombre que se topara en su camino. La mire tras el beso, sonriendo antes de recibir su beso, respondiendolo de igual forma, notando como ponia una de sus manos en mi cuello y la otra en mi brazo, le puse una de mis manos en el muslo mientras la otra la posaba en su cintura, acercandola levemente a mi, teniamos que ser disimulados pues a fin de cuentas nos encontrabamos en un sitio publico.

Su beso fue magnifico y cuando nos separamos me quede mirandola a los ojos, mientras la mano que tenia en su muslo la puse en su mejilla, acariciandola suavemente, sonriendole mientras perdia mi mirada en sus ojos, tenia unos ojos realmente bonitos, no me hubiera cansado de mirarlos por mas tiempo que me hubiera pasado mirandola. Me acerque a su oido lentamente, queria susurrarle ya que no queria que todo el local se enterara de nuestra conversacion - eres una chica fantastica Kyrie - le dije en un susurro, dandole despues un suave beso en su cuello antes de separarme un poco de ella para poder volver a mirarla sin dejar de sonreir, acariciando su mejilla mientras la miraba sin decir nada, aunque me daba la impresion que mi mirada decia mas de lo que decian mis palabras.

No era el mejor sitio para aquella situación, supongo... Quizá lo mejor sería ir a algún otro sitio menos... concurrido. Pero yo no me atrevía a proponer dónde, ni sabía cómo hacerlo.
Era la primera vez que me encontraba en una situación como esta, y bueno, Lászlò me gustaba... No quería que la cosa acabara ahí, aunque tampoco estaba segura de dónde quería que acabase.

Me acercó a él en el beso, y agradecí el contacto, sonriendo ligeramente mientras unía mis labios con los suyos. Cuando nos separamos, ambos nos perdimos en los ojos del otro. Sonreí un poco, y me susurró. Aquellas palabras hicieron que me sonrojara, no estaba acostumbrada a ellas, y tenía la guardia baja... El beso en el cuello me erizó la piel. Acababa de descubrir mi punto débil. Respondí a sus palabras mirándolo profundamente, no pensé en romper aquel silencio con banalidades. La mano que mantenía tras su cuello la deslicé por su mejilla, sus labios y su cuello, sin dejar de mirarle sonriente y sonrojada. Aquella mirada suya... Parecía desvelar todo lo que había en su interior.