La rutina de Aphrodite (Gabriel)

La seguía con la mirada, un descuido y la copa fue al suelo, realmente hice afán de inclinarme pero ella ya se arrodilló para recoger los cristales -Eso es porque son unos prejuiciosos, pero no te preocupes que a partir de hoy podrás entrar, esté o no yo- Respondí a lo de que no la dejaran entrar en el local, seguramente por su forma de vestir. Miraba como recogía con cuidado los trozos de cristal, aun teniendo los brazos sobre el respaldo del asiento. -Comprendo que sea extraño y creedme para mí lo es, no todos los días recojo a hermosas muchachas de la calle para invitarlas a tomar un trago en mi casa- Bajé los brazos uniendo las manos apoyando los codos en las rodillas, en cierta manera acortando más aun las distancias sin dejar de mirarla –Si en algún momento hago o digo algo que te incomode solo dilo- mantuve postura y mirada -Disfrutemos de la tranquilidad del lugar- Dije en aquella cercanía -Y de la absenta claro está- Sonreí levemente. Me comenzaba a gustar aquel juego de ocultar quien realmente era, por primera vez tenia frente a mí a alguien que no me temía por mi posición o antigüedad, o se rebelaba ante ella. En algún momento le diría de quien me trataba, o si no… se lo haría ver, si se lo haría ver…la invitaría a acompañarnos a la próxima cacería

Mantuve la mirada en ella escuchando las palabras -Me lo tomaré como un alago- Sonreí levemente -Y como decirlo…por mucho dinero que tenga eso o quita que yo pueda decidir con quién tomarme una copa, con quien pasear o con quien acostarme- Aquel comentario no iba con ella eran simples palabras -El dinero no me importa, solo busco el estar agusto cuando pueso estarlo ya sea en la cama o delante de una botella de absenta y si es con tan grata compañía como la tuya mejor aun- Alcé una mano moviendo uno de los mechones de su pelo hacia atra apartándolo.

-¿Quieres tomar otra copa o ya has tenido suficiente con las tres primeras?- dije regresando la mano para apoyar el codo en la rodilla, sin dejar de mirarla en momento alguno. ¿Qué buscaba de ella? Realmente nada, solo un rato apacible sin lo si señor como usted diga señor a sus ordenes señor y bla…bla…bla… Un rato sin tener a alguien temeroso enfrente de lo que pudiera pasar por lo que dijera delante mia.

Suspiré aun mirándola -Si la verdad es que es ciertamente…desalentador eso de no saber por qué se acerca alguien, si por verdadera amistad, por dinero o simplemente por poder decir haber estado cercanía- Ladeé el rostro mirándola -La soledad es lo peor que puede pasarle a nadie…- Y era cierto… ese era mi mayor temor, el sentirme solo…aunque poco a poco era lo que estaba consiguiendo, Jacqueline cada vez más alejada…no por el amor que sentía hacia mi –o al menos sentía anteriormente- si no como amiga, hacía días que no la había visto y ni hablemos de Jeremmy él ya era un caso perdido. Carraspeé un poco entrándome regresando a la habitación -Bien…la ultima pues…- Apoyé las manos en las rodillas incorporándome, recogiendo los cristales de sobre la mesa con cuidado. Caminé hacia la barra mirando por un momento hacia atrás invitándola a seguirme. Pasé tras la barra tirando en un cubo de basura pequeño los trozos de cristal, para después preparar la que sería la última copa de Eithne, sirviéndole absenta negra en una copa nueva al igual que a mí, opté por la absenta negra en esta ocasión.

Me coloqué al otro lado de la barra, como si me tratara de un camarero más. Observé el cómo se montaba en la barra de aquella manera mientras servía ambas bebidas de color noche -Siempre me fio de mi instinto y nunca me ha fallado- Dije chasqueando la cerilla contra el borde de la caja para prenderla y hacer que el terrón de azúcar se encendiera -Bueno dijimos que estábamos para disfrutar, no hablemos de cosas malas o peores sucedidas o que esté sucediendo- Apagué agitando la mano la cerilla, empujando la copa dejando que se deslizara por la barra acercándose a ella como si se moviera sola.

-Soy seguro de todo lo que hago y digo siempre, y eso es gracias a mi instinto es porque estoy aquí…- Concluí mirando la copa en pos de que fuera ella la que, si quería, dijera algo para brindar por lo que fuese.

Por primera vez en mucho tiempo estaba totalmente relajado, siempre que estaba con alguien ese alguien estaba tenso a la defensiva o simplemente sumiso… Siempre me había gustado conoce r a alguien nuevo sin que temiese porque cargo desempeñaba en aquella ciudad. Estaba rodeado de gente, pero a la vez me sentía solo…estaba Jacque, Ty Ariel…amigos… pero realmente la soledad era lo que me abrumaba al entrar por la puerta de mi apartamento, sin nadie esperando y sin tener que esperar a nadie. Había dedicado el actual de mi vida a realizar mis actos como líder olvidando que yo también un día tuve vida…tuve una esposa…tuve un hijo…Todo aquello caía sobre mi espalda, que por muy fuerte que fuera terminaría rompiéndose.

Off: perdón me quedó corto ><

-Esperemos entonces que nunca te falle, aunque no hay que dejárselo todo al instinto, viejo lobo... -Le responde, observando como enciende la cerilla para prender con esta el terrón- Sí, tienes razón... Es mejor olvidarse de nuestra amiga la soledad en momentos como este... -Admite, yendo a coger la copa cuando la empuja hacia ella.

Sin embargo, el alcohol que ya lleva en el cuerpo, hace que sus reflejos fallen un momento, al cogerla, le falle la mano, derramando una pequeña parte del contenido sobre su corsé y lo que a través de este se insinúa. Parpadea, utilizando la mano libre para limpiarse en la medida que puede el escote, pasándose los dedos por la nívea piel de este...

-Lo siento... Se me ha ido la mano en un momento -Se disculpa, desistiendo en secarse- ¿Y qué te dice tu instinto de mí? -Pregunta, observando su copa, aún lo bastante llena, y pensando en que brindis hacer...- Por que sigas estando aquí... -Dice finalmente, brindando y bebiéndose el contenido que le quedaba de un trago, pasándose la lengua por los labios para disfrutar del todo el sabor de su última copa.

El sentirse evadida por el alcohol no solo tiene un lado bochornoso como el derramar unas gotas de absenta y azúcar sobre si misma, también tiene un lado positivo... Y es que estando más desinhibida no se preocupa tanto por mantener sus barreras, su disfraz y su máscara, relajándose inconscientemente y mostrando una pequeña parte de su verdadera esencia. Siempre se ha preocupado, al relacionarse con la gente, de que fachada mostrar para evitar que accedan a ella, y ahora mismo no está tan pendiente de ello... Cree estar frente a alguien que, aunque sea de una clase social totalmente distinta, es un igual después de todo, y es una sensación que casi nunca tiene con nadie.

OFF: Eso no es corto ¬¬ Y a mí también me pasa a veces xD.

La observé con ambas manos sobre la barra escuchando sus palabras, dejando escapar una discreta risa y sonrisa ante lo de viejo lobo. Alcé la ceja ante su “torpeza” mirando con descaro -y sin importarme si se percataba o no- donde había caído aquel poco de licor. Bajé la mirada separando una de las manos de la barra para agarrar una servilleta de papel, alzando luego la mirada a ella -No te preocupes- Dije justo antes de que dijera aquel brindis -Porque podamos seguir aquí- Añadí para luego golpear la cuchara para dejar caer el azucarillo en la oscura bebida acabando por apagarse el fuego azulino que lo rodeaba. Alcé la copa para beber su oscuro contenido.

Tras dejar la copa sobre la barra y mientras masticaba el terrón, alargué la mano con la servilleta para secar con verdadera delicadeza aquella zona manchada con la absenta oscura, mirando aquella zona donde limpiaba para después alzar la mirada a ella. Separé la servilleta doblándola, desplazándome a la vez hacia el lado justo frente a ella, poniendo una mano sobre la garra al lado de donde ella estaba sentada, para acabar de secar con la servilleta –un poco ennegrecida por el color del licor- aquel accidente. -Mi instinto me dice que podríamos repetir este momento en más de una ocasión ¿Tu instinto te dice algo de mí?- Dije mirándola con una medio sonrisa clavando mis ambarinos ojos –que poco se diferenciaban de los que mi bestia interior mostraba- Sobre los de ella, tan expresivos aunque no quisiera.

Off: perdona me llamaron al telefono.

Una discreta risa emergió de mi cuando dijo que ocultaba más de lo que mostraba, si supiera… -Me alegra saber que podremos volver a repetir en otra ocasión de igualar o mejorar este encuentro...- Dije retirando la mano tirando la servilleta a la papelera donde también descansaban definitivamente los cristales de la copa rota. Yo prepare otra copa más para mí, acerqué la botella en amago pausado para servir o no más a ella que de sobra sabía qué diría que no pues antes hizo mención de la última. Sin esperar respuesta prendí el azucarillo después de colocarlo en mi copa dejándolo caer y bebiendo el licor de la copa. Estaba acostumbrado a al absenta y para sentirme desinhibido aun quedaban bastantes copas.

Apoyé una mano a cada lado de ella sobre la barra sin dejar de mirarla -Si quieres podemos pasar de nuevo al salón para estar más cómodos, no creo que una fría barra sea el mejor sitio para acomodarse, a no ser que pretendas bailar en ella- Dije medio bromeando, no iba a pedirle que bailara ni mucho menos, era una mera broma, pero si lo había tampoco iba negárselo.

Observa como se prepara otra copa, negando con la cabeza ante el ofrecimiento...No le conviene evadirse más, podría acabar mostrando cosas de ella que mejor que no se sepan. Asiente ante sus palabras, mientras le ve beber, a ella también le alegra... Espera, ¿le alegra? Bueno, solo es una forma de hablar, ¿no? Claro que sí...

-Eso espero -Responde, sin molestarle que apoye una mano a cada lado suyo, sino inclinándose un poco hacia él- Mmm... -Ladea el rostro, pensativa, ante su medio broma- ¿Por qué no? -Resuelve, rebuscando algo entre su ropa, sacando su móvil. Es viejo para considerarse pasado de moda, pero lo suficientemente moderno como para poder usarlo de mp3, y eso último es lo que le interesa.

No es fácil determinar si lo que va a hacer, lo hace porque está acostumbrada a no tener reparos y ser descarada, o por el alcohol que lleva en sangre, probablemente sea una mezcla de ambas... El caso es que rebusca entre toda su música, buscando una de las pocas canciones que no es o del género clásico o de metal/rock y poniéndose en pie tras darle al play, dejando el móvil en una de las sillas que tiene detrás.

La música comienza a sonar, inundando la estancia, y ella, ni corta ni perezosa, comienza a moverse al son que esta marca. Baila de forma provocativa pero sin ser vulgar, sino sensual e incitante, fijando sus ojos en los de Gabriel con picardía mientras sigue moviéndose.

Off: No pasa nada ^^

Alcé una ceja separándome dando un paso atrás cruzándome de brazos mirándola, el cómo ponía la música en aquel teléfono, pasando mi mirada de este a los ojos de ella, manteniendo la ceja alzada viendo como comenzaba a bailar de aquella manera. ¿Había tomado en serio mi comentario? Aun así como tenía pensado no la interrumpiría y tan solo observaba sus movimientos haciendo descender la ceja dejando la leve sonrisa en mis labios.

Era evidente que mis ojos se paseaban por su cuerpo observando cómo se movía, pero posaba la mirada en la suya observando su expresión, sin perder el contacto visual en el mayor de las ocasiones. No iba a detenerla tampoco a “sucumbir” cual humano a instintos básicos y carnales, al menos no por ahora, simplemente la observé apoyando la espalda levemente en el estante de cristal donde estaban las botellas. Realmente me parecía atractiva y disfrutaría visualmente con su provocativa danza. Ladeé la cabeza un poco aun observándola esperando a que acabase o que hiciera lo que pensara.

Mis ojos permanecían el 70% del tiempo en los suyos, el otro 30% repasando cada movimiento del baile que estaba ofreciéndome. La música se acababa u con ella el baile de Eithne, bajó de la barra, bebió de la botella –lo que provocó una medio sonrisa en mis labios- y se acercó a mí, por supuesto mis ojos seguían en los suyos.

-Realmente me has sorprendido…- Comenté sin descruzar los brazos -Gratamente por cierto…- Sonreí más ampliamente de lado. -Lastima que la música acabar, estaba a punto de ponerme a bailar contigo- Bromeé siendo evidentemente mentira, no iba aponerme a bailar como si de un ritual de cortejo se tratara. Descrucé los brazos haciendo mi cuerpo hacia delante y por consecuencia acercándome más a ella, cualquiera pensaría que intentaba hacer algo con ella, beso algún susurro…pero nada lejos de lo citado. Estiré la mano para alcanzar la botella que momentos antes ella había dejado sobre la barra, recuperé mi posición y le di un trago de perfil a la botella, mirándola de reojo. Tras aquello le ofrecí -Se que no debería tentarte pero… ¿Quieres?- Dije casi en un susurro pues aquella cercanía se veía reducida, y mis ojos seguían clavados en los de ella moviendo levemente la botella a la altura de mi cabeza.

Off: un poco mas adelante se verá lo del chocolate...

Se repite lo mismo de siempre: quiere sonreír cuando él lo hace... Y no puede. Parece imposible que alguien le arranque ese gesto, como si estuviese bloqueada esa opción. Sus irises celestes, que muestran una mezcla de claridad y frialdad enigmática, siguen fijos en los ambarinos de Gabriel, observándole en silencio a la espera de alguna respuesta.

-Vaya... Me alegra oír eso -Responde tras escucharle- Oh, si llego a saberlo, le habría dado a repetir -Dice, siguiéndole la broma, alzando el rostro levemente para poder continuar aguantándole la mirada cuando se echa hacia delante, incrementando aún más la cercanía que él mismo ha aumentado. Sus ojos siguen el trayecto de su brazo hasta la botella, y de esta a los labios del licántropo cuando bebe.

Permanece en silencio unos segundos, limitándose a seguir escrutando sus ojos, hasta que él le ofrece la bebida. Sabe, por un lado, que no debe pero... Bah, no está borracha, solo algo desinhibida... ¿Qué tiene de malo mantener ese estado de relajación? Se encoge de hombros, aceptando así beber un poco más.

-Se supone que soy yo quien debería tentarte a ti, pero... -Susurra igual que él, estirando una mano para coger la botella que el mueve a la altura de su cabeza- ...Gracias, de nuevo -Le da un trago, bastante largo, lamiéndose después los labios y devolviéndola la botella, sin haber apartado en ningún momento la mirada.

Off: Mmm... No sé yo si te veo capaz, ¿eh? ^^

Dejé que agarrara la botella y mantuve la mirada en ella mientras bebía -A sí que se supone que tú tendrías que tentarme… y ¿Por qué?- pregunté recuperando la botella. Realmente me gustaría comprobar aquello sería divertido, ya que hacía tiempo que no realizaba ninguno de esos…juegos. En un principio mi intención era meramente informativa con Eithne, pero nada quita que pueda continuar con la máscara puesta un rato más y sacar algo de egoísta tajada.

Alcé la botella de nuevo para dar otro trago -al contrario que ella, corto- Bajé la botella teniéndola agarrada por el cuello, poniendo la otra mano en mi cadera apoyando el peso en una de las piernas. Continué mirándola esperando que dijera o hiciera algo -Y no me des mas las gracias, suena como si estuviera haciendo algún favor- Dije a su gracias, aunque era mejor escuchar las gracias que sí señor, claro señor..

Observé su acercamiento dejando que agarrara la botella, sosteniéndola cuando la devolvió de donde la había cogido, mantuve su mirada notando su cercanía, su aliento salir de su boca acariciando la piel de mi rostro. Una sonrisa ladeada emergió cuando se retiró tan súbitamente -Hum…un hombre de negocios…te pediría cuenta por esos favores…un hombre de negocios no hace favores pro que si ¿no crees?-Pregunté haciendo una pausa para alzar la botella de absenta dándole un trago mirándola de reojo. Cierto mareo ya atacaba mi cuerpo aunque no dejaba ver aquel efecto, era normal que tras más de dos copas en vena, antes o después se notaría, aunque me alegrara que fuese frente a ella ya que no ponía en peligro mi autoridad.

-Y si no estuviera interesado en mujeres– Remarcando aquello –callejeras creo que no estarías aquí ¿no?- Ladeé la cabeza -No habrias entrado aqui...no habrías subido a mi casa...ni habrías terminado bailando para mi sobre la barra- No pretendía echar en cara nada de aquello. Me había percatado de la falta de correspondencia de sonrisa, así que una vez más sonreí levemente a esperas de aquella respuesta, sin dejar de mirarla.

Con la botella baja, observé sus movimientos en amplitud, pues mi mirada no se desprendía de la de ella, buscaba siempre la sinceridad y los ojos eran el reflejo de la verdad. Me gustaba tener el control sobre todo lo que…no poseía si no sobre todo lo que trataba -En efecto…hay muchos tipos de interés…- Por primera vez en toda la noche desvié la mirada al salón tras ella, separándome de la estantería caminando hacia aquella estancia pasando por su lado -Está el interés monetario…que supongo que es el que te mueve a ti para poder vivir…el interés físico…que es el que mueve a tus clientes…- Hablaba mientras caminaba hacia el sofá sentándome en el, apoyando los codos en las rodillas sujetando en una de las manos la botella -Y está el desinterés…que no quiere decir que no importe nada, sino que hay cosas que se hacen por que se quieren…porque se sienten…- Había hablado u poco de más para mi gusto, culpa del alcohol y como a él lo culpaba, alcé la botella para dar un largo trago, quedando menos de la mitad ya. Exhalé el ardiente aliento gracias a la bebida altamente graduada, para después dejar la botella sobre la mesa frente al sofá.

Lo cierto es que hacía mucho q no bebía hasta emborracharme y puede que esa noche fuera la elegida para ello ¿Motivos? Ninguno, solo por puro placer, pura nostalgia al alcoholismo nocturno, sabía controlarme cuando bebía, en la mayoría de los casos, pero con todo lo sucedido últimamente lo peor que podría pasarme era ponerme agresivo, lo cual dudaba enormemente, pues l sentimiento que atacaba mi mente era el sentimiento de mi mayor miedo, la soledad…La soledad atacaba mi mente, mi ser, mi corazón.

El silencio fue el dueño del lugar al acabar mi “charla” mis ojos ambarinos –los cuales solos se diferenciaban de los de la bestia por los toques marrones de aquel color- miraban fijamente la botella, mi mano navegó sola hasta está llevándola de nuevo hacia mis labios alzándola para dar otro trago. Apoyé los antebrazos en las rodillas dejando colgar la botella sin soltarla, mirando al frente. Un flash del pasado recorrió la estancia, unas risas… Pestañeé varias veces moviendo los ojos para encontrar el origen de estas, pero me encontré con los ojos azules de Eith mirándome. La botella ya no estaba en mi poder.

Escuché sus palabras, echando mu cuerpo hacia atrás pasándome la mano por la cara suspirando profundamente, notando un ligero mareo producido por el rápido movimiento y gracias al alcohol. -Un buen hombre dices…- Sonreí irónicamente mirando a un lado evitando el mirarla, había bebido y mis ojos quizás dejaban ver demasiado mi interior -Un buen hombre no se pasaría las noches solo ahí- Señalé con la mano la barra, eran muchas las noches q pasaba bebiendo un único trago, sin poder dormir, y cuando lo conseguía ya era de día, pudiendo dormir tan solo unas pocas horas y algunas veces era medio recostado sobre la barra.

Mis ojos estaban posados en la puerta de la habitación, habitación que veía cada mañana como por la venta entraban aquellos molestos rayos de sol del medio día que me despertaban, eso cuando dormía en la cama y no en la barra. Una leve sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar como Jeremmy saltaba sobre la cama para despertarme los fines de semana, para ir al bosque a correr…aquello eran otros tiempos…Mi divagación se vio interrumpida por el tacto de una mano en mi mejilla, sin poder evitar suspirar levemente ante aquel contacto, mi rostro se giró mirando nuevamente a Eithne, con mirada fija serena aparentemente tranquila, al volver a estar en mi campo de visión oculté lo que mis ojos pudieran delatar.

Escuché sus palabras apretando levemente la mandíbula –Soledad…soledad…soledad….- Aquella palabra resonó en mi cabeza varias veces. Mis ojos seguían sobre los azules de Eithne clavados como dos lámparas ambarinas que iluminan la oscura noche. –Me pareces…- Hable cuando ella dejó de hacerlo, tras formular aquella pregunta –Que como yo…escondes más de lo que muestras…- Dije, haciendo alusión a la falta de sonrisa, la respuesta a esa sonrisa que había intentado sacar con cada muestra de las mías, sin respuesta