Analizándolo todo...LIBRE

-Ok, esto de ir a cubrir la campaña en Los Ángeles me tomará más tiempo del deseado- vociferé en voz alta mientras escribía en mi pequeño libro de notitas, no pensaba quedarme allí por mucho tiempo, pues mi ánimo no me lo permitía; últimamente estaba triste, desanimada y con pocas ganas de salir. Había decidido ir al café para intentar establecer relaciones con algunos humanos o estar rodeados de ellos para no adentrarme en la soledad; perfecto ese no era un pretexto que realmente valiera la pena; jugué con la plumilla unos instantes hasta que el camarero se acercó.

-Pediré... un Capuchinno frío por favor- alcé la mirada intentado dibujar una sonrisa de lo más convinecente, que creo ni slaió bien, por un instante pensé en desplomarme justo allí pero no podía, algunos me miraban con curiosidad, otros estaban ocupados determinando sus conversaciones de las cuales podía obetener conocimiento debido al oído.

Cuando por fin llegó el café, estaba un poco más animada, una pequeña había puéstose a jugar con unas muñecas; su rostro desprendía inocencia, tranquildad, ternura y dulzura, algo que se estaba perdiedo al paso de los años con suma facilidad, un ruido sordo despertó la atención de todos cuando cayó todo el café sobre el piso y sobre mí salpicando a más personas.

-Lo siento- me sonrojé apenada tomando una servilleta sobre mi atuendo.

Mi cara daba mucho que pensar y dar vueltas a la cabeza para deducir que era lo que hacia en concreto, descolocado, y mirando una revista del Times, más bien ojeandola, a la vez que tenia en la mesa una de Vogue, otra de ELLE y Glamour, observando como habian salido mis nuevos hallazgos, las jovenes promesas en el mundo de la moda, esas bellezas inconfundibles, únicas que no se repiten pero que ya comenzaban a aburrirme...
Llevaba tiempo sentado en una de las mesas de Flash Coffee, habia pedido un café americano muy fuerte y con mucho azúcar mientras me fumaba un cigarro West, casí cruzado de piernas con el tobillo más bien muslo colocado sobre la rodilla contraria, modo típico de sentarse y parecer interesante. ¿No creeis?. A lo que iba...estaba cansado de ver siempre las mismas caras en las revistas, y lo que realmente hacia allí...era buscar una nueva imagen. Alguien que me diera una nueva imagen, sí, eso era. Así que..., qué demonios hacia ahí sentando y no buscandolo?. Me puse en pie rápidamente, arreglandome y colocandome correctamente el abrigo; cogí las revistas más el zippo y los cigarros. Iba analizando mi alrededor como un buho, buscando mi nueva "presa" y no me referia a devorar nada; ya que hasta para eso...era demasiado fantasioso y creativo.

Estaba apunto de salir, pero entonces pase al lado de una mujer catando su aroma, ese olor que tan sólo nosotros teniamos, y ví como se derramó algo, café. Ella una de nosotros, y no parecia estár nada mal...más bien, parecia ser exactamente lo que estaba buscando, su gesto bajo avergonzado por la bochornosa caida de su café intentando eliminar el liquido antes de que se filtrase definitivamente en la tela; gesto semejante al suyo no habia visto, al menos no hasta ahora, y si lo iba a hacer, la tenia ante mis ojos. Decidí apoyar las revistas que llevaba conmigo sobre la mesa que ocupaba, mientras cogia un pañuelo se lo entregaba con delicadeza y colocaba nuevamente bien la taza; todo al mismo tiempo, lo más rápido posible.

- ¿Estás bien? - observe las manchas en su atuendo, las manchas de café no eran agradables y muy dificiles de sacar, dependiendo de en que típo de telas. Queria mirarla directamente a los ojos, al gesto, queria saber si no me equivocaba y la imagen que daba desde el primer plano, como si yo fuese la cámara apunto de capturarla. Los humanos nos observaban, bueno, la gente, como no, los curiosos siempre observaban, como si estuviesen viendo una telenovela en directo.

Todo estaba pasando exageradamente rápido pues después de haber batido a mi alrededor un chico se acercó con bastante amabilidad tendiéndome el pañuelo reteniendo la taza entre sus manos; no me pasó por la mente en ese instante su escencia de hecho estaba un poco más consternada por haber arruinado mis bellos zapatos Steve Madden recién adquiridos. Sacudí lo que pude en el atuendo rogando por que las estúpidas manchas de café se disolvieran pero él me ganó haciéndome una pregunta antes de dirigirme al tocador.

-Si, creo que si, sólo un poco ardida- suspíré observando la piel roja a sabiendas con el correr del tiempo volvería a la normalidad, así sucedía todo el tiempo sólo muy de vez en cuando optimizaba la curiosidad de los humanos realmente fingiendo lesiones en gravedad, era divertido. Poniéndome en pie volteé directamente a observar al caballero que se había tomado la molestia para entregarme su pañuelo: con sentido común distaba mucho de devolvérselo en malas condiciones.

-Le agradesco infinitamente- clavé mis ojos enormes de color ambarino sobre los suyos, sobre mi rostro se dibujó una leve sonrisa mostrando parte de una blanca dentadura constrastante a la par con el tono blanquizco de mi piel, acomodé algún mechón conspiratorio de cabello detrás del oído con las miradas sobre mí aún ¿Qué no podían seguir con su vida los chismosos? aparentemente estaba en lo cierto.

La escena parecía como de película después de un crimen cometido, partes del líquido regado por el suelo, la taza echa medio añicos en medio de la mesa, las cosas del bolso salidas, y entonces las vi... unas pequeñas gotas sangrientas desprendían del brazo; me había enterrado algunos de los cristales de la taza transparente.

-Ay... esto no está bien- alcé el codo con un gesto doloroso al ver en efecto la herida, no era muy profunda más se hallaba impactante a la vista, tomé el pañuelo del chico colocándolo sobre la misma, esto era el colmo.