Campeando el temporal. [Libre]

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El sonido del vidrio romperse le hace voltear a ver la mano del chico y por inercia estira su pequeña mano deteniendose a mitad del camino, él no era merecedor de su preocupación eso era obvio y poco le importaba si se hacía daño por sus tonterías de estar rompiendo el vaso... Aunque una pequeña parte de ella se quedo con la preocupación de tomar su mano y ver como podía curar esa pequeña herida que ahora tenía.

Escucha su comentario y no puede evitar levantar la mirada para fijarla en la suya sonriendo ampliamente -No pensamos entonces tan diferente Kiefer- comenta distraidamente mientras da dos pequeñas vueltas en el taburete para después detenerse fijando realmente su mirada en la del chico -El miedo no es bueno en nigún sentido- dijo desafiante mientras se quedaba mirándole mordiendo su labio inferior suavemente tratando de controlar los gritos de reclamo ante aquel chico. Se acomodo un poco de nuevo en el asiento para poder verle notando las diferentes emociones que pasan a través de sus ojos, realmente algo que no esperaba ver. No le gusta ver algunas de las emociones que pasan por su mirada, pero decir que no se siente complacida con lo que hizó sería mentir de la peor forma posible.

Mira como empieza a caminar hacía la salida y por alguna extraña razón de un salto se levanta caminando hasta él y tomandole de la mano para regresarle -con obvio esfuerzo debido a su poca fuerza- se queda callada notando como su mano empieza a sentirse humeda haciendo que baje la mirada a su mano ensangrentada su respiración se acelera un momento para después soltarle de golpe -No, no te vas a ír y dejar colgando todo lo que te dije.... Te molesto y te dolio, dime Kiefer que es lo que realmente sientes de que la gente hable de tí, porque quieres que te diga realmente como eres ¿Tanto lo disfrutas?- pregunta tratando por extrañas razones entenderle, pasa una mano por su falda rozando uno de sus muslos dejando que la sangre dejara mancha en aquel sitio.

Se queda callada esperando que responda o que se vaya dejandole ahi, esperaba por lo menos que respondiera aparte aún estaba esa ligera preocupación por la herida de su mano ¿Qué demonios estaba pensando? Bueno claro estaba que por más mal que le cayera no podía dejarle con esas heridas no importaba que fuese la persona más odiosa tenía que hacer algo y estaba dispuesta a hacerlo aún en contra de aquel chico.

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La tentación de cruzarle la cara al idiiota que se haya preocupado por él es algo más que grande, y de hecho va a hacerlo, se gira ya con la mano levantada, cuando ve el menudo cuerpo de Natasha tirando de él. Menos mal que está ocupada y no puede ver el rastro de sorpresa que surca su rostro durante una fracción de segundo.

Tan sorprendido está que se deja arrastrar, aunque rápidamente se suelta de la mano de ella, mirándola de forma ahora claramente agresiva, más aún cuando ella intenta seguir sonsacándole cosas, en sus trece. ¿No entiende que no la traga, que no va a contarle nada y que si se conocen es por qué pasaron un buen rato?

Podría decirle tantas cosas, herirla de tantas formas que no sabe por cual decantarse, pero lo peor no es eso, la mezcla de emociones negativas y el nerviosismo estimulan su lado más animal, lo potencian de forma más agresiva, y en mitad del local no puede dar señales de nada. Cierra los ojos y se masajea las sienes, manchándose el pelo ligeramente de su propia sangre:

-Me das dolor de cabeza... ¡QUE TE CALLES, JODER!-Le espeta ya ante su último comentario, como si fuese una jodida psicóloga que pudiese ver a través de su personalidad y encontrar lo oculto en esta. No está dispuesto a seguir montando el espectáculo, y vuelve a girarse, encontrándose con un chico que se las da de valiente e intenta hacerle entrar en razón por el comportamiento con Nat.

Un único puñetazo es el que le lanza antes de que caiga al suelo como un peso muerto, probablemente inconsciente, perdiéndose entre el gentío y escapando por la salida de emergencia, que da a un callejón mugriento. Lo primero que hace, apretando los dientes de pura rabia contenida, es asestarle una patada a un cubo de basura, mandándolo varios metros más lejos y derramando todos los desperdicios por el suelo.:

-Que va a saber ella de lo que siento o no siento, si ni siquiera tiene cerebro para pensar más allá de su conjunto... ¡Venga hombre, no me jodas! -Y, sin más, comienza a ensañarse con el cubo, patada tras patada hasta que finalmente lo abolla.

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Se queda mirando como empieza a masajear cada lado de su cabeza haciendo que una leve sonrisa saliese de sus labios, risilla que termino tan rápido como había empezado el grito que suelta el chico hace que la chica se lleve una sorpresa y brinque un poco tratando de poner distancia aunque estaba segura esa distancia no era tanta ya que había demasiada gente y no podía moverse con facilidad. Se queda callada mordiendo su labio inferior olvidando por el momento la heridad del chico y de que ella misma tenía un poco de su sangre en la ropa.

Al ver como se voltea está decidida a seguirle cuando ve como uno de los chicos con los que bailaba anteriormente se interponía en el paso de Kiefer ganandose con eso un buen golpe en la mandibula haciendo que el chico cayera al suelo y la chica soltara un pequeño grito -IDIOTA- gritó a sus espaldas arrodillandose a lado del chico y pasando una mano por la mandibula notando como de sus labios salía un hilillo de sangre, demonios. Se quedo mirando a algunos chicos para después dar instrucciones de lo que tenían que hacer con su amigo, simplemente se lo tenían que llevar, ahora.

De un rápido movimiento se levanta del suelo saliendo del local en busca de aquel chico que hasta hace unos segundos quería curar, ahora solamente quería matarle. Escucha golpes por lo que lentamente se acerca al callejón más cercano mirando entre las sombras al chico patear el bote de basura sacando de la pequeña una sonrisa de medio lado. Se queda callada observandole hasta que escucha sus palabras. Sus labios inmediatamente se hicierón una línea y su respiración se acelero provocando que sus ojos se humedecieran un poco, tardó unos minutos en componer su postura, pero de manera lenta empezó a caminar hacía donde el chico -No, no te atrevas a seguir hablando de mi de esa manera- dijo entre dientes cerrando sus pequeñas manos en puños haciendo que sus nudillos se pusieran blancos.

Se queda mirándole mordiendo su labio inferior con suficiente fuerza para dejar ver unas pequeñas gotas de sangre caer por sus labios, la luz en aquel lugar no era buena después de todo estaban en un callejón. Se queda ahí de pie enfrente de alguien mucho más alto y fuerte, pero no esta de momento con ganas de soportar sus palabras y menos diciendo cosas que no sabía, estaba cansada de quedarse sin hacer nada aunque no fuese capáz de mucho con Kiefer haría lo que pudiese sabiendo que al final terminaría muy mal y necesitaría regresar al lócal para emborracharse buscar a un vendedor y conseguir sus pequeñas pastillas y de nuevo quizá recaer en la adicción.

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Cuando se quiere dar cuenta el cubo, más que un cubo, parece una chapa del material del que están hechos los cubos. Aún así no es capaz de calmarse, su acelerada respiración y su turbia mirada así lo indican. Lo único positivo es que está solo y no tiene que preocuparse por nadie, si es que fuese capaz de hacer eso estando como está.

Lástima que la soledad no dure lo que a él le gustaría, ya se encarga Natasha de joderle una rutina que lleva teniendo desde hace más de 6 años. Tiene que bufar para centrarse, más aún cuando ella parece tener ganas de bronca.

Joder, joder, joder... Pensaba que dejando K.O al otro lo dejaría estar, pero no, encima viene a recriminarle en el peor momento. No le salen ni ideas, ni siquiera encuentra ese punto irónico, ácido e indiferente que le suele dar a todo.

¿Por qué se lo piensa? Es simple, están solos, alejados del ruido, nadie los verá... No sería difícil, en absoluto, siendo tan pequeña, humana... Lástima que lo de quitar vidas no le vaya demasiado, por no decir nada...

Y lástima que Natasha no sea consciente de que acaba de firmar su propia sentencia.Observa el pequeño hilillo de sangre resbalar por los labios de ella, quién le mira de forma impasible aunque temerosa... Peor él solo tiene ojos para esos labios ahora teñidos de rojo.

"Bum-bum"Es capaz de escuchar el retumbar de sus latidos cuando sus instintos despiertan, demasiado rápido, algo que, unido a su nerviosismo e inestabilidad inicial, hacen imposible un autocontrol completo.Las opciones se le agotan y el tiempo también. Respira profundamente, calmándose sin conseguirlo, ese jodido olor ya ha inundado sus fosas nasales e invade su cerebro, con la calara orden presente en su mente...

"Aliméntate" Pero no puede, tiene que suprimirlo y lo consigue, aunque a un alto precio. No la mira, con la vista perdida en el suelo, en lo que avanza hacia ella. Lo único que se le ocurre, es huir y desfogarse en el bosque, no le queda otra:

-Quítate de en medio. -Se lo pediría, pero tal y como está prácticamente se lo ordena. Su voz suena más ronca, más pastosa y al mismo tiempo más inquietante.

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Sú mirada esta en la de él, pero de pronto nota como desvía la mirada haciendole suspirar largamente, sus labio inferior aún capturado entre sus dientes mordiendo la herida que hasta hace un momento se había ocasionado. Escucha al chico y no puede evitar soltar una risa nerviosa -No ¿Quién te crees para mandarme?- preguntó molesta aunque realmente no estaba esperando una respuesta al comentario quería enfentrarse a él, pero no estaba segura de como claro estaba que ella tenía poca fuerza en su cuerpo e hiciera lo que hiciera solamente lograría salir herida.

Se queda mirándole pasando una de sus manos por su cabello para hacer este hacia atras alzando su otra mano para amarrar su corto cabello en una pequeña coleta tenía que estar preparada para cualquier situación, su respiración es agitada haciendo que su pecho suba y baje de manera continua y que su corazón empieze a latir con fuerza en su pecho haciendo que sus ojos se oscurezcan por el simple hecho de que estaba completamente nerviosa de lo que estaba a punto de pasar.

Algo en ella le decía que tenía correr, huir de aquel lugar que no estaba segura ahora con Kiefer en frente, pero claro su orgullo era más grande que cualquier otra cosa quería que el chico dejara hablar de ella que se limitara a hacer de su vida lo que quisiera y que dejara de meterse con ella de una buena vez por todas. Por alguna extraña razón sus manos bajarón un poco para acomodar un poco la falda y por el rabillo del ojo pudo ver la sangre del chico y también en su piel expuesta, eso era simplemente perfecto.

Su cuerpo estaba tenso por la anticipación y de sus labios empezarón a salir pequeños suspiros -Vamos, dí algo- le dijo la chica dejando que sus labios se separaran un poco dejando ve los dientes marcados en su labio inferior y algunas gotas de sangre amenazaban con salir... Era extraño como por el nerviosismo el ser humano se podía lastimar de aquella manera aunque claro había cosas peores.

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Cada palabra de ella empeora la situación. Sabía que era tozuda y orgullosa a más no poder, pero esperaba que en una situación así entendiese que la seguridad va antes que el peligro. Y para colmo de males no es que no lo comprenda, no, si no que encima se prepara como si fuesen a tener una pelea. Podría rajarle la garganta antes de que fuese capaz de empezar un chillido, joder, y ahi la tiene, como si pudiese hacer algo, siendo consciente de lo indefensa que se encuentra, pero sin moverse un puto centímetro del sitio.

No le basta con eso que, aunque de forma inconsciente, empieza a resaltar las heridas de sus labios. Entreabre los propios ligeramente, una expresión que si no fuese porque su mirada aún la controla sería de clara hambre o algo similar. Agita la cabeza fijando sus ojos en los de ella, sintiendo como esa voz se vuelve más fuerte...

Se le acaban los recursos, apartarla por la fuerza duda que sirva, le seguirá, está seguro... Y no tiene el control suficiente como para dejarla inconsciente sin hacerle más daño. Sólo le queda una opción, la de agotarse, pero estando aquí no puede, sería demasiado cantoso...

...

Espera... Ya lo tiene. Era tan simple que hasta sonríe, aunque la amargura de su sonrisa es heladora. Puede matar dos pájaros de un tiro y de forma más o menos... Gustosa. Se arrepentirá luego, eso no lo duda, pero mejor eso que mancharse las manos de muerte. Se centra, y mucho, en transformar ese instinto asesino en otra cosa, algo no muy difícil dado el atuendo de ella y la mancha de sangre en el muslo, más que incitante.

Abre la boca, como si fuese a decir algo, pero en menos de lo que se cuenta tres la ha empujado contra la pared y la está besando con una intensidad y una pasión salvaje, derramando todos sus instintos en cada uno de los gestos, mandando a la mierda ahora mismo esa faceta suya más calmada e intrigante, probando su dulce sangre de los labios de ella, cosa que le incita aún más, como se nota cuando aumenta la velocidad y la intensidad del gesto.

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Realmente no entiende la mirada que tiene su compañero en aquel instante, su cuerpo aún tenso se estremece por alguna razón y un suspiro sale de sus labios. Al ver que ignora sus palabras decide volver a hablar, pero algo le hace soltar un pequeño gritillo, su cuerpo esta de pronto esta entre la pared y el cuerpo de Kiefer -Qu- su comentario es cortado por los labios del chico haciendo que la chica abriera sus ojos por la sorpresa. Pero al parecer sus labios se empiezan a mover al mismo ritmo que los del chico, de un momento a otro sus ojos se encuentran cerrados y sus manos se colocan en su cuello deslizandose por su cabello para enredar sus dedos en los mechones desordenados de él, jalandole un poco más hacia su cuerpo de manera distraída mientras sus labios se mueven con la misma intensidad sobre los suyos.

Puede sentir las pequeñas gotas de sangre caer en los labios de aquel chico algo que le hace estremecer e incitar al chico a acercarle un tanto más... "No, no controlate no te dejes llevar" su voz interna le incitaba a separarse de los labios de él, pero por alguna u otra razón no podía hacerlo. Sus pensamientos estaban confusos, pero era obvio que sufría por todo lo que le había pasado en la última semana y que mejor que olvidar que estar con ese chico al cual aún después le diría todas sus verdades, no se quedaría sin saber lo que ella pensaba de él, no por ningún motivo sería así.

Realmente estar en aquella posición con él le saca de sus propias casillas, mil escenarios diferentes atraviesan su mente y aunque quiere quedarse con el mejor no puede siempre pensando lo peor para ella. A falta de aire se separa de los labios de él mirándole fijamente a los ojos sus labios un tanto hinchados por aquel beso y sus ojos reflejando lo que quiere en aquel momento, los dedos que tiene sobre su cabello se relajan un poco mientras trata de conseguir aliento, sus labios le piden volver a acercarse a los de él, pero no esta segura de nada. La mirada de la chica buscaba respuestas en la de él claro estaba no encontró nada, pero si esperaba ansiosa su siguiente movimiento, era interesante encontrar algo nuevo todos los días y al parecer siempre lo encontraba con la persona que menos se lo esperaba.

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No puede evitar soltar un gruñido, que por suerte para él no suena demasiado animal, sino más bien excitado, cuando ella se aparta, mirándola fijamente, el rostro serio y al mismo tiempo muy claro, vislumbrándose deseo, ansía y necesidad sin necesidad de indagar mucho más allá.

Ni siquiera se pregunta por qué le ha correspondido o por qué parece querer más, ahora mismo lo único que quiere es saciarse, y lo que más cerca tiene es ella, sin más. Irónico que, pese a todo, no quiera mancharse las manos y por ello esté recurriendo a esto...

Algún día tendría que empezar a borrar su humanidad, cuando ya no le fuese necesaria y la viese como un obstáculo. No le da mucho tiempo a Natasha para pensar cuando se vuelve a abalanzar hacia su boca, devorándola con la misma intensidad de antes y profundizando más allá, palpando cada heridita que se ha hecho con la punta de su lengua de forma un tanto placentera.

Sus manos no paran quietas, está demasiado desbocado como para andarse con remilgos, lo quiere aquí y ahora, lo necesita... Se celan por debajo de la camiseta, ascendiendo y arañando la piel de forma placentera y dolorosa ala vez, dejando un leve rastro que desaparece a los pocos segundos, hasta alcanzar su busto, donde se detiene, masajeando y acariciando de forma rápida y continúa, todo esto sin dejar de danzar entre sus labios, una danza violenta, salvaje, instintiva y natural.

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Al escuhar su gruñido sonríe con suficiencia acomodandose donde estaba soltando un pequeño gemido de dolor ya que su espalda había dado contra la pared de una forma brutal. Se queda callada cuando ve en su mirada aquel destello de necesidad y lujuria aunque no esta segura si lo que ve es el brillo de sus propios ojos de los de él. Muerde de nuevo su labio inferior acto que hace cada vez que esta nerviosa, inevitable no hacerlo en una situación como la que estaba viviendo en aquel instante.

Había una parte en ella que le decía que corriera y escapara de ese momento, pero ya no estaba para echarse hacia atras, después de responder aquel beso se había metido en eso hasta el tope. No puedo seguir pensando más debido a como los labios de él regresan a los suyos haciendo que un pequeño suspiro escape de sus labios al sentir como su lengua toca cada una de las pequeñas marcas de sus labios, no resiste la tentación y saca su propia lengua para poderla entralazar con la de él en un beso completamente cargado de esa lujuria que ambos en algún sentido necesitaban.

Siente como las manos de él se colan por debajo de su blusa dandole pequeños rasguños que por alguna razón excitaron a la pequeña castaña haciendo que su espalda se arqueara un poco por el toque de sus manos, sus labios moviendose sobre los de él con lujuria e intensidad dejando que sus propias manos se deslizen por su cuello acariciando este hasta llegar al cuello de su playera. No puede evitar disfrutar del toque que las manos de Kiefer proporcionan en sus pechos, sus labios siguen moviendose contra los de él hasta que de nuevo la necesidad de aire hace que se separe, pero no así completamente de su piel por lo que empieza a bajar por la suave piel de su cuello dejando que sus labios aun ensangrentados dejen pequeñas marcas.

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Sus sentidos comienzan a nublarse, y esa voz que esperaba callar no hace más que gritar con más fuerza, hasta un punto en el que el dolor comienza a hacerse difícil de soportar. Va teniendo la sensación de que no es una buena idea, intentando al mismo tiempo acallarla como puede...

Pero el constante vaivén entre bocas, el olor, el sabor a sangre, provocan que su intento de autocontrol quede en eso, un intento, cuando se le escapa un arañazo que esta vez sí deja marca permanenente en la piel. Instintivamente quita las manos de ahi, sintiéndose embadurnado por los labios de ella...

Si sigue así la mata ahi mismo, sacia su sed y deja el cadáver a disposición de la policía, cosa que no le interesa, menos aún tras el espectáculo que han dado dentro del loca.

Por lo que, aún a tiempo, hace lo único que puede hacer. Se separa de forma brusca, sintiendo el corazón latirle con fuerza, con ansia. Las ganas de hincarle el diente aumentan al verla así, pero, en un último atisbo de cordura, da media vuelta y echa a correr por el callejón, lo más rápido que sus piernas le permiten...

Y, al girar la esquina, dos ojos ámbares se iluminan en sustitución de los verdes, en lo que él se dispone a cazar algo en el bosque. Necesita sangre fresca, y está dispuesto a conseguirla.

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Un rasguño... Aun con sus labios en su cuello frunce la nariz de manera inmediata ya que el dolor si bien no es demasiado si arde. Se queda quieta en aquel instante notando como el chico se quita de pronto de su cuerpo, suspira un poco sin poderlo evitar... ¿Qué demonios fue eso? Se preguntaba curiosa claro jamás tendría esa respuesta. Se queda de pie y se levanta la blusa para ver el rasguño, no le gustaba la manera en que estaba, pero fuera de eso no era tan profundo.

Se quedo de pie durante unos minutos más, para después quitarse los tacones y acomodarse la falda empezando a caminar con dirección a su pequeño apartamento era hora de dormir, no le daba buena vibra lo que había pasado y dudaba que el chico regresara, bueno no estaba segura de nada en ese momento. Sus pies se arrastraban sobre el suelo tratando de pensar un poco y quitar el dolor de cabeza que le había dado, también el golpe contra la pared había sido algo brusco.

Tenía que dejar de frecuentar esos lugares, quizá su proxima salida fuese al parque o quizá el rio... Opciones seguras que no le traerían problema alguno, pero ahora dormiría largas horas de nuevo no iría a trabajar y estaba segura que serían días largos ya que había llegado un sobre con pertenencias de sus padres la mañana anterior, suponía sería buena ocasión para abrirlo... O quizá no.

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