Martirio al Amanecer [libre]

El bosque estaba totalmente sumido en silencio tan solo se escuchaban unos golpes a un ritmo constante. Golpes que sonaban firmes y fuertes contra la madera de algún árbol. Apenas estaba amaneciendo por lo que los rayos del sol no eran capaces aun de colarse totalmente entre la espesa capa de árboles formada en las alturas. Y bajo estos árboles con los nudillos sangrando y el pelo recogido en un coleta alta estaba yo.

Estaba yo martirizandome por los sucedido la otra noche en "Las Dos Caras de la Luna". Yo era la jefa de seguridad y sin embargo no había podído evitar nada de lo ocurrido ¿Por qué tendría que haberme pedido justo ese día libre?

Había sido una completa y absoluta estupida, esa noche habría sido mi oportunidad podría haber ayudado y haber terminado con algunos de la esvástica... pero no, yo estaba en mi casita durmiendo en el sofá con la televisión encendida y una tarrina de helado derritiendose encima de la mesa.

Di un grito de impotencia e ira y le di un golpe aun mayor al árbol. Necesitaba descargar tensiones y por eso mismo me había levantado a las cuatro de la madrugada para venir al bosque a correr un rato y despues a pegarle puñetazos sin más a un árbol. En cierta manera me culpaba por no haber estado allí y algo tenía muy claro se acabaron los días libres para mi.

Continué lanzando mis puños una y otra vez contra el árbol, siempre al mismo ritmo y daba igual lo magullados que ya estubieran, me daba igual la sangre que cubria mi mano y me daba igual lo que doliera estaba en este momento tan enfadada con el mundo y sobre todo conmigo misma que nada de lo que pudiera pasarme me importaba.

Proseguía ahí descargando mi enfado hasta que oí algo, algo a mi espalda. Eran pasos lentos y que se aproximaban. Bueno no me importaba demasiado ciertamente no creía que fuera un peligro para mi a menos que fuera alguien de la esvástica que me reconociera y dudaba mucho que hubiera alguno de ellos por aquí. Este no era su lugar ellos solian estar en iglesias y otros lugares más tranquilos eso cuando no estaban tras la pista de algún lobo para torturarlo, experimentar y asesinar.

Di un puñetazo más fuerte pensar en ellos hacía que me hirbiera la sangre entonces oí más que pasos, ahora era una voz y una voz ya no podía ignorarla aunque tampoco es que le fuera a poner demasiada atención. Di un par de puñetazos más antes de girarme lentamente para mirar a la joven que había allí - tan solo me sesahogaba - respondí con una simpleza abrumadora para examinarla de arriba abajo simplemente la analizaba para finalmente dictaminar el resultado de mi examen. Era sin lugar a dudas una loba.