El aburrimiento después del turno de mañana (Alessia)

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-Aquel día habia sido horriblemente aburrido, en el trabajo no había pasado nada emocionante, que asco..Bueno no és que yo me fuera a meter, claro que no. A no ser que atacaran a alguno de mis compañeros. Pero era divertido ver como la gente que iba a pasar un buen rato acababa peleandose por cualquier chorrada. Y casi siempre por que iban borracho, rodé los ojos pensando en ello, no sabía por que la gente le gustaba emoborracharse.

Y esque no quita las penas, tan solo las hace desaparecer durante unas horas, luego te despiertas con la boca sabiendote a vomito y un horrible dolor de cabeza que no te deja levantarte de la cama. Era un idiotez senzillamente, y creía que lo hacian por que no pensaban con claridad...bueno..claro que ¿quien piensa con claridad en estos tiempos? Nadie, todo el mundo tiene algo que lo hace estar en las nubes. Un amor, un problema, una discusión...cosas tribiales pero que parece que sean el fin del mundo.

Después de que me dijeran que mi turno había acabado, con poca ilusión abandoné el local. Y esque después de trabajar no tenia nada que hacer,decidí ir al parque a que me diera el aire un rato y poder fumarme un cigarro con tranquilidad. Y eso hice ahora estoy paseando por el parque sin saber muy bien a donde voy y fumando un cigarrillo de mi marca favorita.-

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Llegué al parque camiinando tranquilamente. ¿Qué hacía yo en un parque? Los parques no eran divertidos además sieeempre estaba llenos de parejitas felices y melosas. Un asco. Miré a mi alrededor enormemente aburrida y sí, ahí estaban, una pareja de enamorados que se besaban y se decía cosas dulces, tiernas y noñas. Increíblemente noñas, hice una mueca asqueada ante tanta dulzura, puagh si fuera diabética ya me hubiera muerto de exceso de azúcar. Total lo más probable es que él acaba abandonándola antes o después, los hombres eran todos iguales, por eso era mejor seguir mi estilo de vida, usarlos antes de que ellos te usen a tí. Harta de la escena decidí dirigir mi mirada de un frío azul a cosas que no me dieran náuseas. Bah, ojalá hubiera una urgencia en el hospital y tuviera algo interesante que hacer porque desde luego más aburrida no podía estar. Entonces descubrí a una chica fumándose un cigarro, una chica sola. Sonreí de medio lado, satisfecha de que en el medio de tanta pareja hubiera alguien normal y solo. Me encaminé a ella con andares elegantes y ligeros. Al llegar cerca de ella la obsequié con una de mis medias sonrisas características, no iba a sonreirle ampliamente cuando aún no la conocía. No, mis sonrisas sinceras sólo estaban permitidas a un reducido grupo de personas a las que conocía como mis verdaderos amigos. Poca gente la verdad y en Bucarest ninguno, aunque tampoco es que me importase demasiado, estaba acostumbrada a estar sola.
-Perdona pero, me prestas un cigarro?-le pedí mirándola fijamente, sin quitar mi media sonrisa, espera que su respuesta fuera sí.

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-Este parque no era la monda la verdad. ¿A donde
había ido a parar la emocion? Seguro que a este parque no, era una autentica basura todo sea dicho. Lleno de gente que cree quererse, cuando estoy segura de que són los tipicos de a los dos días te digo te quiero y a los cuatro te dejo. Como pasaba con todas las parejas, lo mejor era lo de usar y tirar. Sonreí con cierta amargura, era triste que todo eso fuera cierto.

Que el amor realmente no existiera, una chica llegó ante mi, fruncí el ceño levemente ante su media sonrisa y le sonreí levemente, echando el humo del cigarro despacio asentí a su pregunta con un leve gesto de la cabeza- Claro -Dije sacando uno de la cajetilla y extendiendoselo. No sabía el afán de la gente de romper el hielo con alguna pregunta tonta. No era más fácil decir "Hola, que tal? Me llamo.." No primero pidamos algo a la persona que vamos a conocer para parecer unos gorrones.

Yo no había pensando así siempre. Pero la gente me había echo que tubiera un mala impresión y que sacara conclusiones precipitadas con nada más echarles un vistazo. Pero si algo me había enseñado mi querida madre es a no tener prejuicios..o almenos a no mostrarlos- Soy Katra, llamame Mis. Encantada -Susurré en un intento de ser amable. Yo soy un poco...como decirlo...¿anti-social? Eso decía mucha gente "¿Mis? ¿Esa? es una anti-social" siempre los mismos aburridos comentarios. Me llaman Mis de "Mistery" Por que nadie sabe nada de mi aparte de lo superfluo-

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Miré a la chica que al parecer pensaba lo mismo que yo, por como miraba a las malditas parejas. Cogí uno de los cigarros que me ofrecía y le agradecí con otra media sonrisa. Escuché como se presentaba, genial yo sólo quería un cigarro pero ya que se presentaba pues no iba a ser tan maleducada de no constestarle, además puede que hasta resultase una conversación interesante.
Encendí el cigarro y lo llevé a mi carnosos y rosados labios, dando una calada para luego exhalar el humo con lentitud.
-Gracias, yo soy Alessia, Lexi si lo prefieres o Lessia, realmente puedes acortar mi nombre como te parezca, no es algo que me importe demasiado. Un placer-le dije pensando en mis palabras, pero es que no podía sonreír y decir mi nombre como todo el mundo? Ah no, es cierto, era yo y yo nunca era como todo el mundo. Por ejemplo en estas mínimas cosas, la gente no se pregunta porqué dice ciertas cosas, pero yo sí. La verdad esque yo no era lo que se dice normal, no sólo por mi licantropía sino también en mi carácter.
Era algo amargada para tener 20 años, aunque considerando que tenía 40 en verdad...puede que no fuera tan raro. Sacudí levemente la cabeza, apartándome algunos mechones indomables de cabello castaño que me caían por el rostro y la miré con interés, dando otra calada al cigarro.
Era una chica guapa, morena y de ojos penetrantes. Apostaría cualquier cosa a que era medierránea aunque no italiana, no tenía ese aire delicioso propio de los italianos aunque estaba cerca. Y su nombre no sonaba para nada italiano, lástima, no estaría mal conocer a alguno, hacía tanto que no hablaba en italiano....
No, no podía volver a pensar en eso, a pesar de que yo amara Italia, era el lugar de recuerdos que prefería olvidar.

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-Joder, genial. Aunque parecía una chica interesante y no tonta como todas las que venian al bar. Por favor..que pena que tubieran que caer tan bajo algunas para un maldito polvo con un tio que jamás les devolvería la llamada, me cabreaba muchisimo ver eso en el bar. Era un autentico asco, ver como se retregaban contra ellos como si fuera lo único que querian hacer como...como...como unas desesperadas si.

Era un punto afavor de la chica- Lessia..suena a italiano -Comenté en voz alta, aunque realmente fuera un pensamiento para mi misma. Las cosas aveces se me escapaban, no esque fuera muy habladora. Odiaba hablar desde que tenía cinco años. Parecía que si hablaba me iba a delatar y volverían a cojerme para hacerme...cerré los ojos un segundo, tan rápido que no se pudo dar cuenta. O eso esperaba. La analicé un segundo, tenía toda la pinta de una italiana, piel olivacea, cabello castaño..aunque generalmente los italianos tenian los ojos oscuros, ella los tenia claros, bonitos.

Seguramente ella no adivinaría mi procedencia griega, no era pálida ni tenia los ojos marrones. Que era el prototipo de griega o eso o una rubia perfecta. Que tampoco lo era. Podría pasar por cualquier nacionalidad europea sin que ella se diese cuenta, pero amaba Grecia con todo mi corazón y...no quería ocultar que era de allí. Era lo unico que decía de mi, aún no había llegado la persona a la que le contara nada-

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Observé a la chica con interés dando un par de caladas al cigarro que se iba consumiendo rápidamente, hasta que ya no quedó nada más que la parte coloreada, supuestamente la que daba cáncer. Bah como si me preocupara coger un cáncer, probablemente nadie se enteraría, puede que tan sólo mis padres me lloraran, eso me haría sufrir, pero ellos no tendrían porqué enterarse. Así podría morir en paz y punto. Luego resoplé, ¿que coño hago hablando de mi muerte? Dios esque no podía ponerme a pensar porque me daban paranoyas y luego a saber lo que hacía, quizá se me daba por volverme una de esas desesperadas suicidas, o aún peor, igual me daba por ir por ahí tirándome a todo bicho viviente.
Tiré el cigarro al suelo y lo pisé con la punta de mis altísimos zapatos de tacón, llamativos como todo el resto de mi vestuario porque yo odiaba pasar desapercibida.
Escuché lo que decía y le devolví una media sonrisa, me encantaba que supiese de mis orígenes, era italiana y bien orgullosa que estaba de ello.
-Italia sí, de Roma concretamente. ¿Y tú eres..? -dije interesada, dejando la pregunta en suspenso, incapaz de adivinar su nacionalidad exacta.
Observé como cerraba los ojos durante un momento, consternada. La miré fijamente con mis ojos azules pero no dije nada, si algo había aprendido era a no entrometerme en los asuntos de la gente, al igual que no quería que nadie se metiera en los míos.

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Griega, de un pueblo al lado de Atenas -Contesté, dando un par de caladas al cigarro, dejé escapar el humo y observé como se filtraba en el aire hasta que no se veía. Me acabé el cigarro y lo tiré al suelo dandole un pisotón con mi converse de color negro. Iba toda de negro, me gustaban los colores apagados, cuando era pequeña iba de mil colores pero después comencé a vestirme de colores apagados hasta ahora, que iba medio gotica

Lamiré a ella que iba todo lo contrario de lo que sería discreta. Bueno, para gustos los colores, parecía eramos más diferentes de lo que asimple vista parecía. Por que lo que sería superficialmente podríamos pasar por familiares fácilmente. De lejos vi a una pareja discutir y no pude evitar sonreir. Ella se lo tenía merecido habría creido en ese imbécil..y mira ahi tienes tu premio.

Metí una de mis manos en el bolsillo para sacar otro cigarro. Era una mania encenderlos aunque luego no me los fumara o tan solo le diera una calada, tan solo por tener algo entre las manos con lo que jugar. Por que dentro de mi seguia siendo una niña inquieta que era hiperactiva. Pero esa parte jamas saldría a la luz. Ahora era otra chica diferente- ¿No parece que sea Griega cierto? -Pregunté, aun quedaba algun resquicio de mi acento griego aunque la mayoria de gente no lo notaba.-

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Escuché lo que decía mientras veía como una pareja discutía, esbocé una sonrisa maliciosa. Al final yo tenía razón mucho amor y todo eso pero todo acababa siendo un verdadero asco, seguro que él la había engañado.
No sabía como podía haber gente que aún creyera en esas chorradas. El amor era un asco y no existía.
Luego la miré curiosa, griega? Quién lo hubiera dicho, parecía más bien croata o mediterránea. Rumana incluso. Luego me fijé en como iba vestida, todo lo contrario de mi. Negro igual que mis ropas pero también discreta, justo como yo no iba.
Sinceramente no, pareces cualquier otra cosa, no te veo el prototipo de griega la verdad-respondí sincera pensando en mi propio aspecto, italiana en todo excepto en los ojos. Todo en mí era adecuado con el modelo de chica guapa italiana menos mis intensos ojos azul pálido, normalmente fríos y duros.
Me eché hacia atrás el cabello y saqué un paquete de chicles de mi bolsillo, cogí uno de menta y lo llevé a mi boca, mascándolo lentamente, dejando que su sabor se extendiera por mi boca, eliminando los restos de nicotina.
Adoraba mascar chicle, cualquier tipo de chicle me iba bien, era una manía algo estúpida ya que al cabo de poco tiempo el sabor se iba pero yo seguía mascando, a saber de dónde me habría salido la manía.
-¿Y cuántos años tienes?-le pregunté para iniciar una conversación, la de nuestra nacionalidades ya no daba mucho más de sí, había que empezar una nueva. Me fijé también en lo mucho que nos parecíamos físicamente y por lo que veía hasta ahora también de carácter. Quién sabe? A lo mejor esta chica podía ser mi amiga en Bucarest, no parecía una zorra idiota como las demás que andaban por ahí y tampoco una ilusa enamorada.
Sólo por eso ya me caía bien.

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-Sonreí y me encogí de hombros, emepzaba a caerme bien. Di un calada suave al cigarro y solté el humo hacia otra dirección que no fuera donde estaba ella. Yo odiaba que me echaran el humo en la cara, así que procuraba no hacerselo a los demas y esque "Lo que no te gusta que te hagan, no lo hagas a los demas" recordé las palabras de mi hermana mayor..comola echaba demenos..desgraciadamente nola volvería a ver jamás. Pasé los dedos por mi cabello para echarlo hacia atrás en un movimiento

Tengo 20 años -Dije, bueno realmente eran cuarenta años..pero bueno..- ¿Y tu? Por ahi supongo -Le dije, no parecía ser mucho mayor que yo. Pero ya se sabe las mujeres no se gustaban a ellas mismas y se hacian mil operaciones o alomejor era como yo. Mi móvil vibró y resoplé alver que era un mensaje de mi hermana. Apagué el maldito trasto y me lo guardé de nuevo. No tenia que decirle nada a la vaca esa. La odiaba con todas mis fuerzas. Volviendo al tema de que Lessia comenzaba a caerme bien, puede ser que fuera la primera amiga que hiciera, la gente se aburria de mi rápidamente. Por que era poco hablador o por tal o por cual. La gente era idiota. Por algo decian que era antisocial. No me extraña si se comportan como unos capullos.-

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Escuché lo que decía y le sonreí, vaya tenía la misma edad que yo. Bueno en realidad yo tenía el doble aunque puede que ella también fuera loba, quién sabía. Puede que algún día lo descubriera, Mis era una persona interesante, no de las que sólo veía una vez y quería perderlas de vista para siempre.
Hasta me esforzaría por volver a hablar con ella y todo.
-Tengo exactamente los mismo años que tú-respondí, no era una mentira del todo, en realidad aparentaba 20 años y sin necesidad de llenarme los labios de silicona ni de estirarme la piel hacia atrás como si fuera plastilina. La envidia de toda cuarentona vamos, bueno la envidia de cualquier cuarentona humana, porque si fuera loba estaría exactamente en la misma situación que yo.
Observé su mueca de fastidio al ver el mensaje que le llegó al móvil e hice una mueca, tendría algún admirador de esos obsesivos que no dejan de joderte?
Buf odiaba a esos tipos, porqué no podían entender que simplemente los quería para una cosa? Pero sí es su filosofía de vida. Tsk era algo que me molestaba muchísimo, los hombres eran todos iguales pero tú te comportas como ellos alguna vez y son incapaz de entenderlo. Idiotas.
-¿Todo bien?-le pregunté mirándola fijamente, no quería entrometerme en su vida y eso pero si alguien la molestaba no tenía ningún problema en deshacerme de él. Sería un placer de hecho, me encantaba liberarme de las molestias. Mis ojos relucieron levemente y esbocé una sonrisa maliciosa ante esos pensamientos.
Luegos sacudí ligeramente la cabeza, céntrate Lessia, ahora eres médica, si les haces daño luego tendrías que curar a esos idiotas. Aunque tampoco sería tan mala idea, no tenía mucho trabajo últimamente, no estaría mal hacer algo para variar.
La miré mientras séguía mascando mi chicle, el cual ya había perdido todo su sabor. Agh que timo, gastar dinero en un trozo de goma era una chorrada pero era mi manía, menos mal que era esa y no la de morderme las uñas porque entonces sí que me gastaría una millonada en manicura.

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-Sonreí levemente, vaya de la misma quinta como se suele decir. Era bueno tener una persona conocida de tu misma edad. Y amiga ni te cuento..aunque tenia cuarenta años. Me gustaría saber que era ella ¿sería loba? sería otro punto a su favor la verdad. Tiré el cigarrillo encestando en los hueco de una alcantarilla. Si algo tenia era buena punteria, por eso me gustaba descargarme jugando a cualquier deporte que requisiera punteria, siempre ganaba. Sonreí con malicia al recordar las caras de frustración de alguna gente (sobre todo tios) que ganaba.

Escuché su pregunta y sacudí la cabeza como un gesto de negación- No, bueno es mi hermana mediana. Me odia y..yo que se, me manda mensajes. Creo que martirizarme le pone -Dije con toda la depreocupación del mundo, no me importaba ser una mal hablada. ¿Que pasa? Odiaba eso de eres una señorita no tendrías que decir esas cosas nosequé. Oh venga vamos. Eso es machismo puro y duro ¿Los tios lo pueden decir pero yo no. Claro. Venga y que les den a todos. Vi su sonrisa y pensé en que se le habría ocurrido que era el mensaje

Odiaba que sintieran lastima por mi, pero ella no lo había echo, todolo contrario.Y eso me gustó.. ¿Enserio a la gente le gustaba tanto que sintieran lastima por ellos? Osea les gustaba tener a la gente ahi pendiente de ellos y de lo que les pasaba y eso a la larga te juega malas pasadas...la traición. Algo que puede perdonarse, depende de la persona, pero no olvidarse-

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El aburrimiento después del turno de mañana (Alessia) 21cfsyv

La orden había sido dada y el pago era algo más que sustancioso, demasiado como para no arriesgar la vida en ello. Una exploradora ya se había encargado antes de seguir al par de lobas y dar el aviso, y ellos no habían tardado demasiado en acudir a la escena.

Ocultos tras unos árboles a varios metros del par de mujeres, esperan con cierto nerviosismo. Dos hombres, vestidos de negro y con pasamontañas, con las pistolas en las manos, aunque sin munición de plata, y ese era el principal fallo, tener que secuestrar a un licántropo sin nada de plata... Claro que eso ellas no podían saberlo.

Pocas veces les pagaban por secuestros, generalmente eran asesinatos, y en esas escasas situaciones la situación se tornaba algo más que complicada. Si a eso se le suma que no llevan demasiado tiempo en la Camada, las probabilidades de victoria son más bien escasas.

Sin embargo lo intentan, la ambición y la avaricia supera a cualquier otro tipo de miedo y, en cuanto tienen la oportunidad y las dos lobas se quedan en una zona más apartada, salen de su escondite, corriendo con todo el sigilo que sus aún torpes piernas les permiten.

En cuanto están a un par de metros alzan las armas, de forma firme y segura:

-¡Las manos arriba, sucias lobas, o la plata os reventará los sesos!! -Chilla uno, en lo que el otro asiente como si no tuviese boca o no supiese qué decir por el nudo en la garganta. Su primera "cacería", si es que podía llamarse así.

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Escuché lo que decía Mis acerca del mensaje que le mandaba. Vaya así que una hermana odiosa, por suerte la mía era un ángel, aunque estaba realmente lejos. Sacudí la cabeza y la miré. No sentía lástima de ella, ya que si yo fuera ella odiaría la compasión y todo eso. Simplemente la comprendía.
-Entonces es que es subnormal-dije chasqueando la lengua con desagrado. Me gustó su lenguaje, claro y natural, odiaba los remilgos y esas estupideces, si todos dijéramos lo que pensábamos realmente el mundo sería mejor.
En ese momento escuché unas voces y ví delante nuestra a unos de la tribu que nos amenazaban alzando las armas, plata decían. Siseé enfadada por la interrupción, malditos cazadores. Y aún encima nos insultaban.
Bueno al menos algo que había adivinado gracias a esta historia era que Mis era loba, genial, ya tenía todo para caerme realmente bien.
Miré las armas con una mirada desdeñosa. Pistolas, genial. Porqué no utilizaban dagas? Sería mucho más fácil.
-Atreveos a dispararnos, ¿por qué no probáis mejor con dagas? Véreis lo que pasa si lo hacéis-dije con frialdad, amenazante y tralandrándolos con la mirada.
Odiaba verdaderamente a los cazadores y estos no eran la excepción, sacudí la cabeza con una mueca de odio en mi cara, preparada para defenderme y atacar si era necesario.

Off Topic: Una pregunta, podemos transformarnos y atacar? Y si atacamos es Rp o Rol Histórico? Es algo que no me ha quedado muy claro e.e

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-Sonreí divertida ante lo que dijo de mi hermana y asentí totalmente deacuerdo con ella- No sabes la razón que tienes -Dije rodando los ojos. Lo mejor es que su voz había sonado a comprensión no ha lastima de "oh pobrecita su hermana la odia" Odiaba eso. Seguro que ella tenía una familia que la queria. Me mordí el labio inferior recordando todas las veces que yo había soñado con eso.

Entonces esuché unas voces tipo espartanos de "3OO" y me giré sobre los talones para descubrir a unos de la tribu que nos apuntaban con armas, me aguanté una carcajada. Aunque se merecía que me riera de ellos, pero a cambio les gruñí con enfado. Almenos sabía que Lessia era loba. Genial, ya tenia otro punto a su favor para que fueramos amigas. Rodé los ojos a los cazadores que parecian nerviosos y asustados- Venga..os huelo el miedo chicos. -Chasqueé la lengua un par de veces, irónicamente como si mepreocupara el echo de que tubieran miedo.

Los miré con verdadero odio, haciendo que siseara con enfado hacia ellos. Estaba preparada para defenderme de cualquiera de ellos. Me tranformaría y les dejaria lo que se dice secos-

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Otros cazadores más experimentados no hubiesen cedido o sucumbido a las provocaciones, pero ellos dos, presas también del nerviosismo, caen fácilmente. Las cosas no han empezado como esperaban, cuando las dos lobas les han contestado con suma frialdad y odio, como si no fuesen absolutamente nada comprado con ellos, y es eso mismo, la herida en el orgullo, lo que provoca que el que parece el jefe de los dos mire a su compañero de soslayo:

-¿Has oído? Se creen que no podemos con ellas sin pistolas de por medio... Malditas zorras. -Escupe al suelo, bajando el caón del arma hacia el vientre de una (Katra), bajándolo aún más y disparándole entre los pies con suma diversión. No son idiotas y las pistolas llevan silenciadores, evitando así armar demasiado escándalo. El otro hombre, o chico más bien, no habla, únicamente se dedica a mirar a la otra loba (Alessia) de forma fija, quizá demasiado. Sin embargo es el supuesto jefe quién vuelve a hablar, mirando también a Alessia y señalando con un gesto a la otra.-Vigila a esa, voy a darle un escarmiento a la bocazas. -

Obedece sin rechistar y apunta a Katra, cambiando las tornas en lo que su jefe guarda la pistola y desenvaina una pequeña daga de plata, que, la verdad, no maneja con demasiada soltura:

-Total, con una tenemos bastante, la otra es prescindible... -Comienza a buscar los puntos flacos de Alessia, abanzando en círculos, cercándola... Hasta que en un momento dado y con un gruñido sordo se lanza a por ella, buscando clavarle la daga en el pecho.

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Ví lo que hacían los dos cazadores, se les veían inexpertos, inseguros y sobretodo nosotras los habíamos herido en su orgullo. Además eran bastante jóvenes y de hecho uno de ellos no dejaba de observarme. Le dediqué una sonrisa seductora para luego ver como uno disparaba hacia Katra, con lo que me hizo sisear.
Los escuché y sentí como uno de ellos, el que parecía el jefe se abalanzaba sobre mí con una daga de plata en alto. Gruñí amenazadora, con mis ojos azules brillando furiosos con ira. Me retorcí intenando liberarme del cazador, no permitiría que me tocase además me había llamado zorra, un grave error.
-Morirás-le dije con voz oscura y letal, intentando arrebartarle la daga para utilizarla contra él.
Además de cazador era un hombre, era mi oportunidad de venganza.
Le dí una patada en la entrepierna, con la rodilla flexionada, que lo hiciera doblarse de dolor y así yo pudiera apropiarme de su daga y matarlo, para así librarme de esa incómoda molestia.
Nos había interrumpido y eso me había puesto de mal humor y yo, de mal humor era peligrosa. Emití un gruñido amenazador, ni siquiera me haría falta treansformarme para acabar con ellos. Eran unos niños, inexpertos y además inútiles, incluso el jefe no sabía que jamás debían caer en nuestras provocaciones. Lástima, iban a morir muy jóvenes. Era una verdadera pena. Esbocé una sonrisa sarcástica, contenta de que mi comentario hubiera surtido efecto, no me gustaría para nada perderme la diversión.

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-Soltándo un gruñido ronco salté cuando me disparó era obvio que no iba a dispararme a la primera de cambio, demasiado jovenes e inexpertos. Luego espera..¿nos había llamado zorras? Un fallo muy gordo. Y encima habían interrumpido una conversación con la primera amiga que había tenido aqui. Otro error ya van dos nenes. Observé como se avalanzaba sobre Lessia y siseé rabiosa. Me gire al que me apuntaba con la pistola y le pegué una fuerte patada en la muñeca haciendo que soltara la pistola.La cual sería mia y me serviria para volarle los sesos sin ningún tipo de remordimiento.

No sé que se habían creido para atacar a dos lobas de cuarenta años, creciditas ya. No iba a permitir que un par de niñatos me matan ni a mi ni a Lessia. Por lo que corrí hacia donde había caido la pistola y la cojí apuntandole con precisión- No os teniais que aver metido aquí -Susurré con voz grave y fria como el hielo.

Además eran tios, no podrían hacer mucho más, su capacidad intelectual era limitada. Muy limitada, sonreí divertida ante mi propio pensamiento-

Pregonero de Bucarest Mensajes : 23

Otro fallo que cualquier cazador con cabeza no debe cometer es el de lanzarse directamente sobre alguien que en fuerza y agilidad e ssuperior a ti. Un fallo que el hombre que se lanza contra Alessia comete, y del que se da cuenta demasiado tarde. Esquiva su golpe como si de un juego entre niños se tratase y, demasiado desequilibrado, no puede evitar recibir el rodillazo dónde más le duele. La fuerza es la suficiente como para hacer que pierda el resuello y que la daga se le escape de entre los dedos, cayendo al suelo y observando, impotente, como es la loba quién tiene ahora el arma.

Mientras tanto, el otro muchacho, porque apenas tendrá 24 años, pierde la atención sobre Katra al ver la situaciaón de su compañero, viendo peor la posibilidad de quedarse solo que de la muerte del mismo, desviando el cañón de la pistola en otro fallo garrafal que no debería haberse permitido:

-¡Roy! -Exclama su nombre antes de emitir un gemido de dolor cuando recibe la patada de Katra y la pistola sale disparada un par de metros más alla. Y en vez de lanzarse a por ella, se queda frotándose la muñeca amoratada, siendo ya demasiado tarde cuando se da cuent,a porque Katra ya tiene el arma entre sus dedos...

Sin embargo el susodicho Roy, aún algo jadeante y arrodillado en el suelo parece no rendirse y desenfunda su pistola, disparando un par de balas rápidas en dirección a las piernas de Alessia, en un intento de mantener las distancias para con la loba y evitar así una muerte segura.

Sin embargo, ambos ya saben, son conscientes, de que tal y como están las cosas tienen muy difícil el escapar.

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Alcé la daga con facilidad, acostumbrada a este tipo de armas y fijándome en la situación que se desarrolla entre Katra y el otro inútil del cazador. Fijándome en como cogía la pistola de él y lo amenazaba. Sonreí maliciosamente cuando escuché como uno llamaba al que estaba tirado a mis pies. Un tal Roy al parecer. Fijé mi mirada en él a tiempo de ver como me disparaba dos veces y dí un salto, ágil y velo esquivando por los pelos las balas, que pasaron rozando mis piernas. Siseé una vez más furiosa y me acerqué al tal Roy poniéndole la daga en el cuello, con facilidad y una superioridad absoluta. Con un leve giro de mi muñeca podría matarlo, directamente.
-Veamos, me has llamado zorra, sucia loba, me has apuntado con una pistola, disparaste y te abanlanzaste contra mí alzando una daga de plata. Además, por si eso fuera poco has interrumpido mi conversación-enumeré con los ojos brillantes de ira, estaba de muy mal humor y además no me había tomado nada bien que me llamara zorra. Yo no era ninguna zorra y mucho menos permitiría que saliera ileso del encuentro.
-Todo esos errores habéis cometido, la próxima vez os lo pensaréis antes de meteros con unas lobas como nosotras, niñitos-le dije amenazadora aparentaban tener un par de años más que nosotras pero nosotras teníamos cuarenta realmente así que prácticamente les doblábamos la edad , luego solté una risa burlona.[/i]
-Olvidaba que no tendréis una próxima vez-gruñí, sin apartar la daga de su cuello.

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-Oh como estaba disfrutando de esto, si. Era más bien divertido que no preocupante. Aunque cuando escuché los dos disparos giré la cabeza sin dejar de apuntar al otro. Suspire tranquila cuando vi que Alessia las esquivaba. Por lo que avancé rápida hacia mi oponente y le puse la pistola en la sien-

Bien ¿sabes que lindo? No deberías averte echo cazador. Además..tampoco deberías avernos insultado a mi amiga y a mi y menos -Aprenté más la pistola contra su sien con los ojos oscurecidos por la furia- Interrumpirnos mientras hablamos...És de mala educación ¿sabes? -Dije mirandole con superioridad. Había sido más fácil de lo que había creido al principio y esque no debían dejar que los cazadores inexpertos salieran solos.

Reí y le cojí de una muñeca retorciendola para inmovilizarle y que no tubiera oportunidad de escapar y quedar con vida, reí ante lo que dijo Alessia- No podría estar más reacuerdo con mi compañera -Dije sonriendo con malicia-

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Joder, maldita agilidad sobrehumana... Una humana normnal no hubiese esquivado esos dos disparos, y lo único que ha conseguido, al margen de hacerle dos arañazos, es enfurecerla más. SImplemente genial. No le da tiempo a volver a disparar porque tiene la daga puesta en el cuello en lo que pestañea. El sudor frío que comienza a recorrer su espalda no indica nada bueno, así como el temblor de la mano, el cual provoca que la pistola se le escape de entre los dedos.

Y encima al otro tampoco le va nada bien, totalmente inmóvil, con la pistola en la sien y la muñeca atrapada evitando cualquier tipo de escape. Ahora piensa con frialdad y egoísmo, quizá el chico no pueda salvarse, peor él... Tiene que aferrarse a esa posibilidad, la única que se le ocurre. Su expresión cambia a una mueca de miedo y de súplica, plantándose de rodillas enfrente de Alessia, inclinado en el suelo, postrado, como pidiendo perdón:

-Por favor, no... Sólo cumplimos órdenes, si nos dejáis marchar no lo volveremos a hacer, buscaremos otor oficio, lo juramos... - SUne ademasiado creíble, lo suficiente como para poder hacer dudar.

Justo lo que quiere, porque en cuanto Alessia baja la guardia desenfunda un pequeño puñal de acero normal y se lo clava en el muslo. Sin siquiera mirar si de verdad la detiene o qué, y sin siquiera dedicarle una mirada a su compañero, totalmente vendido, se levanta y echa a correr sin dirección fija, dispuesto a intentar escapar.

Mientras tanto, el chico, observa estupefacto, totalmente pálido, como Roy intenta escapar en lo que ve que su vida pasa lentamente a través de sus ojos. Definitivamente, de esta no sale.

FdR: Pueden matarles, son todo suyos ^^.

Lobo Localización : Bucarest Mensajes : 25

Miré a los cazadores con una sonrisa maliciosa, observando como Katra tenía al otro completamente inmovilizado. Miré al mío escuchando lo que decía y vacilé por un momento.
Entonces antes de que pudiera evitarlo ví como desenfundaba un puñal normal y corriente y me lo clavaba en el muslo, rasgando mis vaqueros y mi piel, pero no haciendo una herida demasiado profunda ni seria por suerte. Había sido demasiado a la desesperada como para que me hiciera daño de verdad, pero me había herido, y eso le costaría muy caro. Mis ojos se estrecharon hasta convertirse en dos finas rendijas de odio y le hice un gesto a Katra para que matara al otro ya. Sin darle posibilidad de escapar. Entonces fijé mi mirada en el otro, que corría intentando salvar su vida. Lancé la daga de plata con todas mis fuerzas en su dirección, en un movimiento rápido y letal que cortó el aire con un silbido amenazador en su veloz trayecto hacia la espalda del joven cazador que corría intentando salvar una vida que ya estaba decidida, y la decisión era us muerte.

Si fuera una humana normal la que lanzó el puñal jamás hubiera llegado hasta su espalda, pero con mi fuerza de loba sobrehumana conseguí que llegara y se clavara en su espalda, produciéndole una herida mortal de la que enseguida comenzó a brotar sangre.

El chico se tambaleó, cayendo al suelo con un ruido sordo, sino estaba muerto en el momento en el que se le clavó el puñal sí que lo estaba cuando su cuerpo tocó el suelo. No me paré a ver como la vida del otro terminaba también, no merecía la pena. Me extraje el pequeño puñal del muslo, que no estab muy profundo y arranqué un trozo de mi camiseta para hacerme un torniqueta. Por suerte mi rápida curación haría que no fuera necesario ir al hospital.

Lobo Mensajes : 25

-Abrí los ojos sorprendida por la reacción desesperada del tal Roy. Oh por favor...rodé los ojos. Desesperado, podría aver enfrentado su muerte con la poca dignidad que le quedaba. Asentí con un solomovimiento y solté el chico sin apartar la pistola de su cabeza- No quiero que me manches -Dije alzando una ceja divertida. Apreté el gatillo con decisión y con la cabeza ensangrentada cayó al suelo muerto. Sonreí son superioridad mirando el cuerpo de mi oponente. Después corrí hacia Alessia y puse las manos sobre su herida. Poco a poco la herida se curó antes incluso de lo que ubiera sido como lobo. Mi don curativo lo había acelerado.- Imbéciles...-Susurré aún cabreada, no sabía si cojer los cuerpos y llevarnoslos o que hacer...La miré indecisa, mordiendome el labio inferior- Que crees ¿nos los llevamos o los dejamos a su suerte?

-Pregunté, aunque sabía que lo más sensanto era cojer y llevarnoslos no dejaríamos sospecha alguna. Pero...alomejor alguien lo había oido y teniamos que salir corriendo. Me levanté de aver estado agachada al lado de Alessia y miré alrededor. No había nadie de momento. Esperé que Alessia se levantara también y pudieramos decidir que hacer-

Lobo Localización : Bucarest Mensajes : 25

Siseé enfadada de que me hubiesen herido y sentí como Mis me curaba, vaya tenía el mismo don que yo. Genial, ahora ya habíamos matado a dos inútiles juntas, eso nos uniría de por vida.
Sacudí la cabeza y le sonreí de verdad, esa sonrisa sincera que sólo le mostraba a mis amigos y que aquí en Bucarest aún no había visto nadie. Me fijé en los dos cuerpos ensangrentados y luego miré a nuestro alrededor a la vez que me ponía en pie, ya curada.
-Gracias-le agradecí sonriéndole, luego me acerqué al tipo y le quité la daga, la limpié de sangre en la hierba y luego pisoteé la hierba, sin dejar marcas de sangre. Luego tiraría el puñal en cualquier parte.
Hice una mueca asqueada, esos tipos ya me daban asco vivos pero muertos eran aún peor.

-Tendremos que llevárnoslos supongo. Si los dejamos aquí pueden traernos problemas y sinceramente no tengo ganas de acabar en la cárcel por la muerte de estos dos cazadores insignificantes. ¿Pero en qué estaban pensando?-dije sacudiendo la cabeza disgustada.

-Me alegro de que seas loba, es genial. Ahora podremos ser amigas, los humanos y yo no solemos congeniar demasiado-dije risueña, sinceramente desde mi incidente con el chico aquel nunca me había llevado demasiado bien con los humanos, les había cogido cierta manía. Dediqué un leve pensamiento lleno de desprecio a ese asqueroso gusano que me había llamado monstrou, a pesar de que había pasado un montón de tiempo aún no había olvidado a ese capullo. Por lo que sabía, seguía en el manicomio y tenñia suerte porque si me enteraba de que salía, iría a Roma y lo mataría.
Volví al presente y miré a Mis esperando que decidiera si nos los llevábamos o no.

Lobo Mensajes : 25

No hay de que -El simple echo de aver matado a dos cazadores inexpertos marcaría nuestra amistad durante todo lo que vivieramos. Le sonreí, al ver sus sonrisa sincera. Vaya, había echo una amiga. Genial, probablemente el echo de tener amigas me emocionaba más de lo que me tendría que emocionar pero...me gustaba saber que tendría alguien con quien hablar y con quien quedar después del trabajo.- Si, nos los llevaremos. Yo tampoco quiero ir a la carcel por un par de inútiles -Dije rodando los ojos. Saqué las balas de la pistola y las guardé en el bolsillo. Me guardaría la pistola..sería útil para futuros acontecimientos como estos-

Si, la verdad esque a mi también me ha quitado un peso de encima que seas loba. Le tengo cierta tirria a los humanos..desde hace mucho tiempo -Desde que tenia cinco años para ser exactos. Y desde que me convertí en loba y llegué aqui solo me acercaba a los huumanos para dos cosas. Atenderles y saciar el apetito sexual. No solía tener más relación con los humanos no me gustaba para nada. Hize lo mismo que Alessia y revolví la tierra dejandola sin sangre. Cojí el cuerpo del hombre, chico más bien.- ¿Que hacemos con ellos? ¿Los quemamos? O ¿los tiramos por algún lado? -Lo primero sería más eficaz ya que así seguro que no los encontraban y nos librariamos de toda culpa. Sería genial para completar el circulo (?)-

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