Paseo en la noche (libre)

Salí esa noche y sentí de nuevo la llamada de la naturaleza,derrepente aparqué a un lado del camino la motocicleta y seguí caminando por el oscuro camino iluminado por la tenue luz de la luna,a cualquiera le podía haber asustado esto, pero yo no, era valiente, y solo se tiene miedo a lo desconocido, y estaba segura de que conocía mejor que cualquier humano normal todos los entresijos de este mundo, sobretodo el de la licantropía.
Caminé entre los árboles atraida hasta un remanso de paz, junto a un pequeño lago, la luna reflejaba en el su silueta y mágicamente brillaba entre el movimiento del agua emitiendo suaves destellos,observé la belleza de unas flores de color blanquecino en la oscuridad y me senté en la orilla de aquel lugar.Fue entonces cuando en mi silencio comencé a escuchar a los animales del bosque, el sonido del viento, y el sonido del silencio, estaba ahora mismo en perfecta unión con la naturaleza.Respiré profundamente inhalando el aire no contaminado de aquel lugar.Pero algo me hizo sobresaltarme y me hizo abandonar mi posición relajada, el ruido de pisadas que parecían humanas, aunque claro uno nunca podía fiarse hasta que pudiera verlo con mis propios ojos, podía tratare de un licántropo oculto en la noche merodeando por los alrededores del bosque, o simplemente de un animal lo bastante grande para realizar ese ruido, en cualquiera de los casos esaba preparada para combatir a lo que fuera.Me envaré y me acerqué al lugar de dónde procedía el ruido, si algo venía a asustarme, esta vez nos asustaríamos los dos, eso siempre era mejor que quedarse quieta y esperar solo mi sobresalto.Me acerqué con sigilo entre los matorrales, intentando averiguar de que o quien se trataba.

Me asomé levemente para distinguir a una chica sentada en una roca, sin la más mínima intención de moverse , estaba tranquila por lo que me puse enseguida a analizar su lenguaje corporal.Sin duda era una loba había que estar alerta, quizás no le gustaba que un humano rondara por allí, quizás eso lo consideraba su territorio, nos miramos, ella parecía estar esperando mi llegada, como si me hubiera escuchado, al igual que yo a ella saludé timidamente con la mano.

-Hola...-y esbocé una curvatura en mis labios que se convirtió en una improvisada y amable sonrisa, aún envarada por la situación,no esque no me gustaran los lobos, pero después de lo de mi madre los consideraba una amenaza, aunque creía en el equilibrio y la posibilidad de convivir con ellos.

En el fondo de mi alma no los odiaba, simplemente había que hacer que respetaran las reglas, y para ello necesitaban buenos líderes como nosotros en su bando contrario.Al final no dejaban de ser personas igualitas a nosotros , quizás con una sociedad algo más compleja, pero no dejaban de tener su humanidad en la mayoría de los casos.

-¿Qué haces aquí sola?-Pregunté inocentemente,pues yo también estaba aquí sola, probablemente al igual que yo solo paseaba; enseguida analicé sus gestos para buscar alguno que me indicara su estado de ánimo o si suponía un peligro para mí en estos momentos, no todos los lobos eran buenos, había que andarse con cautela.

-También, supongo que esto nos ayuda a encontrarnos con nosotras mismas ¿Eh?La naturaleza nos puede dar todo lo que necesitamos en momentos como estos.Me acerqué suavemente y me senté a su lado le dediqué una sonrisa para presentarme ante ella.Mientras le tendía mi mano para estrechársela buscando un atisbo en sus ojos que me indicara su forma de pensar acerca de todo esto.Aunque imabginaba que al ser loba y estar en constante contacto con la naturaleza estaría deacuerdo con mi punto de vista.

-Me llamo Anna, ¿Y tú eres?-Le dije esperando su respuesta-Tranquila, se lo que eres y no voy a hacerte daño, espero que se encuentre el equilibrio pleno algún día entre nuestras dos razas.-Afirme con sinceridad mientras asentía con la cabeza.
Esperaba que ella estuviera deacuerdo con todo esto, parecía que sí, sino nisiquiera hubiera dado conversación a una simple humana, simples, eso era lo que opinaban algunos de los lobos de nosotros.Como jefa exploradora de Artemis mi obligación era ponerme al día en cuanto a los lobos, así que este paseo se había convertido en parte en un pequeño traajo para mi, todo por mantener el equilibrio., ese era uno de mis lemas, mantener el equilibrio en constante respeto con la naturaleza.

-Tu inocencia y confianza en alguien como yo me sorprende ¿A qué bando crees que pertenezco?-Pregunté casi más con ironía, era extraño que no supiera con quien trataba después de todo lo que le había dicho

-Si perteneciera a la esvástica ten por seguro que estarías muerta, y no estaríamos teniendo esta conversación-Sonreí amargamente-No entiendo ese empeño en matar a los tuyos...los tuyos...bueno, me arrebataron a mi madre, supongo que es uno de los pilares que me obligan a intentar mantener el orden,en lugar de ir cegada por el odio; no soy tu enemiga.Solo velo por que los lobos no se excedan en sus cacerías cargando con muertes de inocentes, digamos que somos los que hacemos cumplir las reglas, cuando vuestro sistema social falla.-Le expliqué con total tranquilidad mientras hacía gestos con las manos para explicarme mejor.

-Pertenezco a la hermandad de Artemis-Aclaré por si había quedado alguna duda, aunque ni mucho menos le iba a contar a lo que me dedicaba, no era cuestión de desvelar todos nuestros secretos, no le iba a decir que era jefa de los esploradores ni iba a dar muchos datos sobre lo que hacemos allí eso sería traicionar a la hermandad, nunca se sabía como un lobo utilizaría demasiada información, aunque esta loba parecía buena.

-Eso que dices es muy triste...no debe de ser agradable hacer algo que tu instinto obliga, si en el fondo de ti no es lo que te gustaría-
Miré como la chica se levantaba gracilmente probablemente para estirar las piernas,yo sinembargo me acoplé aún más a la piedra a la que estaba sentada estirando los brazos hacia atrás.Mirando a la luna de nuevo por un instante.-¿Vosotros también teneis leyendas sobre ella?-Pregunté, siempre había tenido curiosidad sobre el influjo que ejercía la luna sobre los licántropos y la relación que guardaba con sus leyendas, nosotros también teníamos las nuestras pero no conocía mucho acerca de las suyas.

Miré a la chica, no se porque pero tenía la impresión de qué a pesar de venir de mundos completamente diferentes nos íbamos a llevar de maravilla, tenía pinta de ser una chica muy simpática y con un transfondo y un halo cargado de misterio que me resultaba muy interesante.Esperé que me respondiera mientras ladeaba un poco la cabeza mirándola, como esperando que me contara alguna historia bonita.Después de todo, lo que me había contado antes, había resultado serbastante triste,y no me gustaba tener que recordar ciertas csas imaginando cacerías, mi madre murió precisamente en una.

Escuché atentamente lo de sus padres, medio lupina, y medio homínida....vaya, era sorprendente que dentro del cerrado círculo de la manada lo hubieran aceptado sin ningún impedimento.Imaginé lo triste que se tiene que sentir uno si ya es dificil intentar pertenecer a la sociedad para algunas personas, más lo sería haciendolo en dos sociedades diferentes.Escuché cuanto continuó y preguntándome si odiaba a los licántropos, me sobresalté un poco, y tomé aire de forma repentina para contestar.No sabía como podía pensar eso.

-Oh...no...no os odio, además de que nadie se merece el odio, es un sentimiento muy feo, mi madre murió en una cacería, pero...lejos de guardar un odio enfermizo hacia los lobos, decidí remediar las muertes de personas inocentes como mi madre, mi padre ya estaba en la hermandad, cuando ocurrió todo aquello, supuso un duro golpe para todos, pero decidí que tenía que evitar las muertes inocentes, me dedicaría a que se aplicaran las reglas en cuanto a los licántropos.Nosotros somos los guardianes del equilibrio, mantenemos el secreto ante los humanos, y cuidamos de que los licántropos no abusen de su poder y de sus cualidades, solo deben cazar por necesidad, y a aquellos que han hecho algún mal contra su raza.

Le expliqué todo aquello de forma tranquila mientras la miraba de forma dulce, intentando que comprendiera mi punto de vista en toda esta historia.

-Tienes suerte de tener a tus padres contigo.-Esbocé una pequeña sonrisa, por un momento me acordé de mi hermana, a la que por otra parte siempre tenía presente, intentaba imaginarme dónde estaría o qué estaría haciendo, no entendía el porque se había marchado.No entendía porque no quería seguir a mi lado durante más tiempo.Quizás fui demasiado exigente con ella.