Primer paseo (libre)

Tras haber conseguido encontrar el camino correcto hacia el bosque para poder dejar sus maletas, Fraiah decidió ir a dar un paseo.
Necesitaba dispersarse un poco de los recientes acontecimientos. Se sentía agobiada, cansada, y por qué no un poco molesta.
No entendía por qué a ella le pasaban esas cosas ¿Qué habría hecho mal?
Suspiró y se sentó en un banco cercano, a contemplar el atardecer, y respirar aquel aire fresco que le proporcionaba una nueva vida en la ciudad.
Miraba hacia un lado y a otro, distraídamente, como quien quiere la cosa, viendo la gente pasar ¿Acaso siempre andaría tan atropellada la multitud? Aquel invierno la indundaba de melancolía, pero aquella melancolía perfectamente discimulada. No iba a dejarse caer tan fácilmente en aquel pozo profundo de tristeza que millones de sitios y personas le sugerían.
Suspiró nuevamente, ya era hábito en ella dar un suspiro al aire, así porque sí, simplemente, para cambiar el aire, para darle un respiro a su agobiado espíritu juvenil.
Cerró los ojos por unos instantes, pero sus pensamientos fueron arrebatados en el instante en que sintió a alguien parado frente a ella.
Abrió los ojos rápiamente, viendo fijamente, y de manera profunda, aquella silueta que estaba parada frente a ella. Sin decir nada, se quedó mirando a la persona, quizás porque en su mente estaba haciendo un scaneo general de quién podría tratarse, cómo era, y si estaba a salvo o debía salir corriendo.

El dia se presentaba agotador, tanto, que quizás hubiese sido mejor quedarse encerrado en casa mientras me inventaba alguna excusa idiota para poder relajarme y dejar de pensar en todo. Pero, en realidad, no me quedaba otra pues lo que ahora me tocaba era cojer e ir a trabajar, como siempre, aún así aún me quedaban un par de horas para que empezara mi turno y eso se agradecía, era realmente reconfortante el saber que aún tenía tiempo para pasear por la ciudad y conocer a alguien interesante, me encantaba conocer a gente intereseante de camino a comisaría, era realmente divertido y se pasaba el tiempo rapidamente con una buena conversación si la persona en questión era interesante.
Se me hacía pesado el tener que dar vueltas todos los días por la misma zona, vigilando a jovenes más que nada ya que hacñia tiempo que no pasaba nada interesante por allí, solo los atentaods y nji siquiera me tocaba a mi, aunque en realidad hubiese sido mejor que no pasaran, pero, ya que habían pasado hubiese estado mejor que hiubiera intervenido yo.
Respiré porfundamente y rebusqusé en los bolsilos del uniforme para encontrar un paquete de tabaco y un mechero.
Fumar era un mal vicio pero no podía evitarlo, la evrdad es que no estaba nervioso como para ponerme a fumar como un idiota pero en realidad era algo que me gustaba hacer, que sí, ya sabía yo que era malo para la salud pero no podía evitarlo y tampoco es que quisiera hacerlo. Mi mechero encendió el cigarro de una forma realmente magistral y lo llevé a mi boca para dar una calada de este, el humo de un buen cigarro antes de ir a trabajar.
Entonces fue cuando divise la silueta de una joven bastante bella observandome no pude evitar sonreirle de laod, parecia eso que ya había pensado yo antes, una chica interesante para tener con ella una conversación interesante.

Observó a quien tenía en frente fijamente ¿A quién tendría el placer de conocer? Al ver la insignia en lo que sería un uniforme, se dio cuenta que era un policía. Eso le recordó a los callejones, cuando conoció a otro federal que le salvó las papas del fuego, por así decirlo. Tenía suerte a decir verdad, conocer federales no estaba mal, porque suponía que serían buenas personas, descartando la posibilidad de corrupción existente en casi todos los países, claro.

Aquel hombre que estaba situado a unos metros de ella, encendió un cigarro. 'El fumar es perjudicial para la salud', dicen todos los envaces del producto, pero nadie le hace caso.
A ella no le gustaban los vicios. No fumaba, no tomaba.. nada. Era una chica sana, pero mas que decirlo de esa forma, era inocente. Pero he aquí el dilema: ¿ser inocente la llevaría a ser estúpida a veces? Sí, puede ser. Generalmente eso pasaba, pero ella sabía la medida en que debía confiar en alguien y cuando no, aunque le pareciese que la desconfiaza es algo tremendamente detestable, pero cierto.

Lo continuó mirando. Ojos celestes, rubio.. definitivamente era muy apuesto ¿Acaso todos los federales de la ciudad tenían esa carácterística? Todos mas que policías parecían modelos.
Se rió para si misma ante aquel pensamiento, intentando que no lo notara con éxito.
Esbozó, ahora, una sonrisa ante el sujeto que estaba a unos mínimos metros parado frente a ella. Una sonrisa espléndida y tranquila.
- Buenas tardes-noches..- musitó con cierta gracia, típica de ella. Con cierta dulzura en la voz, delicadamente. Quizás pudiera entablar una conversación decente con él. Parecía un buen sujeto, pero dicen que las apariencias engañan, ¿no? Esperaba, simplemente, no equivocarse.