Ecografía [Tyler]

Ya llegaba tarde... Otra vez. Jacqueline iba a matarme, yo nunca llegaba tarde y ultimamente lo hacía demasiado o bien por que me quedaba dormido o por que me quedaba arreglando el cuarto para LAS criaturas hasta altas horas de la noche. Si. No era uno, sino dos... Una doble alegría para mi ya que la idea me entusiasmaba por completo. No podía creermelo aun, dos hijos. Realmente la vida me había sorprendido de golpe y yo lo agradecía, demasiado tiempo habiamos pasado Jacqueline y yo estresados por muchas cosas, ahora nos tocaba respirar tranquilos. Me aseé todo lo rápido que pude y me palmeé la cara para no parecer un resacoso...Bueno, me dolía la cabeza, pero nada importante. Ahora Jacqueline vivia practicamente en mi casa, lo que esta vez ella se había levantado antes que yo para dejarme más rato descansando. Me encantaba.

Salí de mi casa corriendo y bajando las escaleras de dos en dos. Saludé a algunos de los vecinos que estaban en la puerta de sus casas con una sonrisa y salí a la calle. Empecé a andar con paso ligero hacia el hospital que verdaderamente no me quedaba demasiado lejos. En el transcurso de los meses había ido observando como el vientre de Jacque crecía poco a poco, era un poco más grande de lo normal, pero lo veia bien, eran dos criaturas y no una. Aunque a cualquier otro le hubieran parecido unos meses agotadores a mi me encantaba estar ocupado con el cuarto para las criaturas y pendiente de Jacqueline con sus antojos. Me había aliado con su ginecologo para que ella no hiciera nada que pudiera perjudicarla, pero me costaba por que ella quería hacer lo de siempre, llevar su vida con normalidad, aunque la batalla siempre la ganaba yo, por que acababa rendida y haciendolo yo todo, cosa que no me importaba. Además, el médico se ponía pesado con lo de estar vigilandola todo el día, que estuviera sentada, que fuera a pasear... Era algo de lo que ya me ocupaba yo, pero agradecía el apoyo y así Jacqueline parecía entrar antes en razón.

Hoy era el día de una ecografia. Y como no, estaba que cais iba dando saltos por la calle de la alegría que sentía en aquel momento. Al llegar al hospital pude ver a Jacque en la puerta... Como siempre estaba preciosa y aquel vientre de embarazada la hacía mas hermosa aun. Adoraba ver como algunas mujeres de casi su misma edad, pasaban a su lado y casi se morian de envidia al verla en tan perfecto estado y con uan buena tripa. Pero Jacqueline nunca había aparentado la edad que tenía, había veces que la gente pensaba que era incluso más joven que yo. Me acerqué a ella con aquella tipica sonrisa que se me dibujaba en los labios al verla. Le dí un besó corto y sonreí.

- Siento haber tardado tanto, se me pasaron un poco aquellos cinco minutos. Y mira que te he advertido que me tires un jarro de agua fria si no me levanto cuando tu lo haces, no me gusta hacerte esperar. - Casi era un reproche pero sin duda una broma, por que era verdad, si alguien tenía que esperar era yo y no ella.

Entramos en el hospital y como no, mis pulmones quedaron inundados de aquel olor asqueroso. Madre mia, nunca hubiera imaginado que lo limpio pudiera olerme tan mal. Pero bueno, no estaba allí por lal impieza del sitio, estaba allí por la ecografía así que podría aguantar tranquilamente. Miré a Jacqueline y pude ver en sus ojos que no empezaba a hacerle demasiada gracia el hecho de tener que ver al ginecologo una vez más, pero era lo propio y algo que debiamos de hacer aunque a ella no le gustara.

Entré en la consulta con ella y el ginecologo nos saludo con aquella efusividad tan caracteristica de el. No era mala persona, en absoluto, nos había contado que el también había tenido mellizos y estaba felizmente casado con su esposa a la que nos había presentado a Jacque y a mi un día que lo encontramos por la calle. Miré a Jacqueline cuando respondió al hombre, sabía que no lo hacía con malas intenciones, pero le molestaba que ambos estuvieramos tan deacuerdo para que ella se mantuviera a salvo de ningun accidente.

- Dice la verdad, ahora come más que yo, así que al que le toca morirse de hambre es a mi, pero lo soportaré si es por ella. - Dije en tono de broma guiñandole un tono a mi pelirroja, ella sabía perfectamente que ultimamente me gustaba bromear mucho con el hambre que tenía, pero también sabía que no eran bromas malas, además, a ella también le gustaban- Pero la verdad, no sabía que fuera necesaria otra ecografia antes de lo previsto. ¿Algón motivo en especial? - Pregunté alzando una ceja. El hombre nos había dicho que para la edad de Jacque el embarazo estaba transcurriendo de maravilla, sin complicación alguna, pero me extrañaba que tuvieramos que ir tantas veces.

Alomejor el hecho de que eran dos y no uno cambiaba las cosas. Pero eso ya lo había notado yo desde hacía tiempo. Jacqueline dormia largas siestas y se acostaba muy pronto por las noches, se la veia cansada a veces pero feliz y yo estaba contento de que se cuidara tanto, aunque se esforzara a veces sin necesidad de ello.

Escuché con atención las palabras del médico, estupendo, solo había que tener más cuidado. Eso no garantizaba nada malo, por que el embarazo iba estupendamente. La verdad es que esperaba que todo pasará con tranquilidad, no tenía ganas de que hubiera ningun percance. Quizás era por eso por lo que me pasaba el día pegado a Jacque, aunque a veces ella dijera que yo también necesitaba mi espacio, realmente no era así, me gustaba estar cerca de ella y la verdad esperaba que a ella también le gustara mi cercanía.

Observé como Jacqueline se dirigió a la camilla y se levantó la camiseta para dejar a la vista el redondeado vientre, tras esto el médico le aplicó el gel y fue cuando me pidió que me acercara. Una vez junto a ella tomé su mano y sonreí mirando a la pantalla, realmente aquel momento me gustaba, podía ver como se movian las figuras a traves del aparato. El médico me miró cuando preguntó sobre las pataditas y yo directamente miré a Jacqueline, ella era la que sentía a veces como se movian y yo también pero ella lo sabía mejor que nadie.

Era increible ver como todo cambiaba cuando mirabamos el movimiento del interior del vientre de Jacque. Pensar que aquellas dos figuras iban a nacer en unos meses y serian nuestros hijos la verdad es que me hacía el hombre más feliz del mundo.

''Tyler Hawk; padre'' ¿Quien lo hubiera imaginado? Yo en un principio la verdad es que no, bueno sí, pero no me hubiera esperado que fuera a pasar. Iba a ser un padre un poco mayor, pero ya había quedado claro que por los lobos la edad pasa más lento y a mi ese tema no me afectaba en absoluto. Y había convencido a Jacqueline de que a ella tampoco, es más había veces que se comportaba como una joven ilusionada con la idea de dar a luz a dos niños.

El médico formuló la pregunta sobre los nombres y miré a Jacqueline. La verdad es que ninguno de los dos habiamos pensado nada por que no sabiamo aun que sexo iban a tener los cachorrillos, esta vez fui yo el que contestó a la pregunta.

- La verdad es que no, por que aun no sabiamos que iban a ser y la verdad no queriamos precipitarnos demasiado. -Dije tranquilamente, acariciando la mano que sujetaba de Jacqueline y dedicandole una sonrisa.

El hombre anunció que en un par de semanas podriamos saber lo que eran. La pregunta era, ¿queriamos saberlo? Ibamos a saberlo viendo las ecografias, pero aun así me gustaba la idea. Aunque fueran lo que fueran les iba a querer igual, eran parte de mi y de Jacqueline, eran nuestros futuros hijos. Se suponía que estaba Jeremmy también, pero era eviente que si este no aparecía de poco se iba a enterar. Sonreí a mi amada pelirroja cuando el médico dijo que teniamos que continuar como hasta ahora.

- Puede estar seguro de que no va a cambiar nada. La tendre vigilada día y noche como he hecho hasta ahora. - Mostré la mejor de mis sonrisas a Jacqueline y volví la mirada al hombre- Además Jacqueline sabe cuidarse y creo que ya esta un poco harta de mi, no me separo de ella en todo el día.

Era la verdad, en ningun momento del día me separaba de Jacqueline, estaba todo el día con ella. Ella me confesaba que le gustaba tenerme cerca pero yo a veces llegaba a pensar que podía agobiarla, esperaba que no fuera así.

Ayudé a Jacqueline a limpiarse el vientre y luego a colocarse la camiseta. La visita ya había acabado y ahora seguramente esperaba un bonito paseo por el parque. Es cierto que ella se cansaba con más rápidez, pero lo que también era cierto es que se la veia con ganas de hacer más cosas.

Salí del hospital junto a Jacqueline tras una breve despedida. La verdad es que me apetecía salir del lugar por que el olor y la incomodidad que sentía Jacque no me ayudaban a querer quedarme. El aire del exterior nos golpeó el rostro al salir y yo suspiré aliviado de poder estar fuera. Mire a Jacqueline cuando la escuché reir.

- Eso es algo que nunca sabras... - Dije a modo de broma cuando mencionó si la vigilaba mientras dormia. A veces cuando ella estaba dormida si me limitaba a observarla, pero no para vigilarla sino por que realmente me gustaba verla dormir, me gustaba ver aquella carita tan dulce que ponía cuando estaba sumida en un profundo sueño. Cogió mi mano y comenzamos caminar, ya me suponía que querría dar un paseo y la verdad es que yo también lo necesitaba - Si, lo he oido. Y me alegra saber que todo va perfectamente. Ya tengo ganas de saber que van a ser. - Dije sonriendole.

Si, la idea de saber que iban a ser nuestros hijos me gustaba. Era por ese mismo motivo por el que aun no había acabado de pintar el cuarto. Quería que quedara perfecto para nuestros hijos, aunque Jacqueline aseguraba que estaba quedando bastante bien, yo nunca me conformaba con mi trabajo, necesitaba perfeccionarlo.

Estaba pensando en que serian nuestros futuros hijos cuando Jacqueline me sorprendió con la pregunta. ¿Qué me gustaría que fueran? Uff... Pues la verdad, no importaba sinceramente. Es decir, no tenía preferencia alguna, eran nuestros hijos e iba aceptar lo que viniera sin poner pega alguna y sin quejarme lo más minimo.

- Ya sabes cielo, que me es indiferente, voy a quererlos por igual por que son nuestros hijos. Aunque si salen dos hermosas niñas como tu, estaré encantado. - Dije sonriendo - ¿Y a ti qué te gustaría que fueran? - Pregunté acariciando la mano que tenia entrelazada con la suya.

Creía conocer ya la respuesta de Jacqueline. Ella tampoco tenía preferencía. Llegamos al parque y la verdad es que el día estaba bastante soleado y era estupendo. Había varias parejas y familias por allí, ver aquello le alegraba a uno. Aunque fueran humanos, nosotros, como lobos, compartiamos sus sentimientos de felicidad. Sobre todo en aquel momento tan especial.

¿Los preciosos ojos azules de quien? Pensé con una sonrisa en el rostro, por que para mi quien tenía de verdad los ojos perfectos y azules era ella, aunque seguramente lo decía por mi, que era lo más seguro. Aun no sabiamos que iban a ser y no podiamos dejar de planear cosas para ellos. Había que empezar a pensar nombres tanto de niño como de niña. ¿Y si nacian dos niños? ¿O dos niñas? ¿O uno de cada? Era posible, pero la verdad es que podía ser cualquiera.

- Apuesto a que seguro que nace una niña clavadita a ti. - No había llegado al cuarto mes y ya casi babeaba con la idea de poder coger en brazos a mis hijos. Si ya se me ablandaba el corazón con Jacque, seguramente con mis hijos aun más- Uff... Tengo que ser paciente, por que a cada día que pasa me pongo más euforio con la idea de ser padre.

Continuamos paseando por el parque cogidos de la mano. Había gente que incluso se paraba a felicitarnos por el embarazo de Jacqueline y nos preguntaba. Al parecer un embarazo era motivo de alegría para mucha gente, incluso para aquella que no tenía nada que ver con nosotros o que ni siquiera conociamos. El hecho de que nos felicitaran me gustaba, era agradable ver que la gente podía ver tan bien cosas como aquellas. Dos cachorritos... Dos... la idea no se me iba de la cabeza y no podía dejar de sonreir.