Luna llena, la caza comieza... (Todos los lobos)

La noche que todos esperábamos había llegado, la luna se alzaba plena en el firmamento y esa era la señal para la reunión de los nuestros para, una vez más, dar caza a quien se lo merece y poder sentiros más unidos que nunca a nuestra bestia interior. Toda la manada había sido convocada. Todos estaban allí, esperando el que llegara y presentara a quien esa noche sería nuestra presa, lo que no sabían es que les esperaba una grata sorpresa –aunque no para todos- Aquella noche sería especialmente significativa, sobre todo para mi…

Los Lobos iban llegando encontrándose en aquel claro en mitad del bosque, lugar en el que el hombre no podía llegar, lugar que en el que podíamos estar tranquilos y dar rienda suelta a nuestro instinto. Podíamos correr en nuestra forma bestial, la forma majestuosa del lobo, sin problema. El único problema que aun recorría mi cabeza eran las trampas de oso que había hecho retirar, esperando que hubieran desaparecido todas y que ninguno de los míos sufriera ningún accidente.

Habían preparado una fogata en el centro del claro y algunas antorchas alrededor , para así iluminar a los “condenados”… Si efectivamente, esa era la sorpresa que les tengo preparada a los hijos de la luna, no será uno tan solo el cazado, ni dos… Muchos nos tacharían de asesinos, pero nosotros le llamamos supervivencia, somos depredadores, y la única forma de calmar el ansia era realizando aquel ritual para calmar nuestra bestia. Aunque…esta noche –como ya dije- era especial para TODOS, para bien o para mal.

El viento soplaba frio y leve y la una luchaba por deshacerse de aquellas nubes que querían cegarla de nuestro ritual, pero eso no nos impediría cumplir con lo que cada luna hacíamos y todos y cada uno de nosotros esperábamos…cazar


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Off: Id posteando uno a uno vuestra llegada, tenéis que esperar a mi siguiente post para establecer los turnos según el orden de llegada y así no liarla parda. Así que despacito y buena letra *guiño* .

Llegué al claro justo a tiempo. Aun no había empezado nada pero ya había bastantes lobos allí. Todas las caras me sonaban, sin duda de las otras reuniones, pero no veia entre ellos a los conocidos con los que tenía una amistad real. Empezaba a sentir mis instintos cada vez más a flor de piel a medida que el momento se acercaba, quería reprimirme pero me pasaba lo mismo de cada mes, me entraba el hambre voraz que luego no podría controlar.

Me quede en un sitio apartado esperando que llegara el momento. Por un lado tenía ganas de cazar y por el otro mi ser humano se debatía con mi bestia interior por lo bueno y lo malo de aquella caotica situación. Tendría que hacerlo. Pero como siempre esperaría a salir de los últimos para ir en pos de la presa. Miré fijamente al fuego y pensé si aparecería quien yo pensaba, alomejor no, pero era lo más seguro, conociendola.

Me froté las sienes al tiempo que mis ojos se volvian ambarinos dada la sed de sangre que tenía. Era asqueroso sentirme como un animal de aquella forma cuando yo consideraba que podía superar mis intintos. Estaba claro que la Bestia dominaba cuando llegaba el momento, tendría que dejarlo estar.

No había visto a Gabriel desde la última vez que nos vimos así que tendría que hablar con el para decirle que todas las trampas del bosque había sido quitadas, esta vez no habria heridos y eso me proporcionaba cierta calma.

Llegué al claro caminando con pasos lentos y chutando algunas piedrecitas que había por el camino de forma distraída mientras escuchaba a lo lejos los murmullos de las voces de las demás criaturas que eran como yo y que todas llevaban un mes deseando que ese día llegase, el día de la caza, el día que le quitarían la vida a alguien para alimentarse ellos, y aunque se suponía que eso solo se podía hacer en manada y una vez al mes, yo era un caso aparte, yo ya había cazado sola hacia dos semanas y media y ya había recibido el castigo por ese acto.

Al llegar al lugar en el que se encontraban todos me quedé apoyada en el tronco de un árbol mientras observaba todo desde atrás y jugueteaba con un mechón de mi pelo. Mi mirada se paseaba de persona en persona ignorando algunas de las miradas acosadoras que recibía por haber cazado antes que ellos, todo el mundo sabía que lo hacía pero… ¿la manada no estaba para compartir? Pues que se aplicasen el cuento y compartiesen su presa conmigo y si no les parecía bien que lo dijesen aunque la verdad es que me iba a dar igual lo que la mayoría de esas personas dijesen sobre que no tenía derecho a la caza y no sé que cuantas cosas más.

Miré por encima de las cabezas de las personas que había allí hacia la roca en la que solía posarse Gabriel para estar más alto que nosotros, para que viésemos que él era el que mandaba, pero en ese momento no había nadie allí, estaba vacía y solté un bufido de aburrimiento mientras me dejaba resbalar por el tronco hasta quedar sentada sobre la hierba y empezar a arrancarla mientras después la soplaba y observaba como salía volando siendo llevada de un lado para el otro por el aire.

...Una noche más.

Eso era lo que iba a ser una noche más donde la mayoría de los lobos saciasen su sed de sangre y humano, aquella noche había escogido unos pantalones vaqueros, un jersey de cuello alto color cobrizo y sobre toda esta ropa un abrigo negro largo puesto que sabía que ocurriría cuando nos transformásemos, toda la ropa se rompería y se iría al traste así que más valía dejar un abrigo para la vuelta puesto que hacía frío lo que aún no sabía es cómo cambiarían las cosas. A medida que mis pasos lentos e introducidos en unas deportivas blancas se acercaban a aquel claro adornado con antorchas me entretuve recogiéndome el cabello en una coleta alta, con una sencilla goma del cabello que llevaba en el bolsillo de dicha chaqueta.

La figura femenina de Mia apareció lentamente entre el espeso follaje del bosque, saliendo lentamente hacia el claro – había escogido otro camino para llegar en vez de la carretera- e introduciéndose entre la multitud mientras sacaba su móvil y miraba si tenía alguna llamada o mensaje y en ambos casos no había nada, cosa que le extrañaba puesto que había quedado con Ethan que la llamaría pero claro a aquellas horas tampoco iba a llamarlo así que lo dejó estar, al menos hasta mañana. Su mirada parda buscó en silencio la figura de su tía Jacqueline y cuando la encontró se movió sutilmente entre las figuras allí paradas situandose al lado de ella y dándole un beso en la mejilla a modo de salud. No reparó en buscar a su primo y menos aún en Gabriel ya que era el que menos le interesaba.

Esperaba no llegar tarde a la habitual reunion de la manada que se celebraba todos los meses en donde siempre, el bosque. El punto de reunion de todos los lobos de la zona. Había tenido que contratar una niñera para que se quedara con May esa noche, y todas las demás, ya que no podía seguir aprovechandose de la hospitalidad de su vecina que se encargaba de cuidar a la pequeña todas las noches mientras él trabajaba.

Condujo su coche por la carretera hasta llegar a un lugar cercano al bosque en donde podía dejarlo seguro. Luego caminó entre los enormes árboles a la vez que se encendía un cigarrillo y lo colocaba entre sus labios. No podía ocultar lo preocupado que estaba por dejar a su hija pero tampoco podía ocultar las ganas que tenía por alimentarse esa noche, había estado aguantado todo el mes duramente, esperando aquella noche.

Llegó al punto de reunion, observando una fogata en medio. Pudo reconocer a a un par de lobos más, entre ellos a Mia LoveCraft, una de tantas personas con las que s llevaba mal, aunque reconocía que estaba buena. Se acercó a donde estaban, esperando a que comenzara a aquello.

Tras una larga discución com mi hermano sobre todo lo que significaba aquella noche,y tratar de convencerlo para que viniera una y otra vez.Más que nada porque era el día señalado,me harté de él y acabé llevándolo a rastras a través del bosque.Ya ni echaba cuenta a sus quejas,súplicas o tan si quiera sus palabras sensatas y razonadas.Teníamos que ir,a parte de que era nuestra obligación,porque lo necesitábamos.Era el único día que se podía,por poco que a él le gustara dar rienda suelta a su naturaleza.Asique sí.,caminaba por allí tirándole de la oreja a mi hermano para que avanzara.Menuda imagen...

Cuando llegamos me paré en seco antes de entrar en aquella congregación de hijos de la noche que se extendía en aquella esplanada.Hice que mi hermano guardara silencio,para que no molestara a nadie y de paso descansaba un poco mis oidos de su incesante tono de voz.Empecé a rodear todos los demás,los cuales algunos me eran conocidos,otros no tanto y los demás implemente era la primera vez que los veía.Pues si los había visto alguna vez,no me acordaba.

Me situé,junto a mi hermano,en un hueco que estaba relativamente libre de personas o más bien,donde cabíamos mejor ambos.Me crucé de brazos,lanzando miradas a todas partes.Esperando a que todo aquello comenzase.Y la verdad estaba algo ansioso por todo aquello,mas me obligué a mi mismo a permanecer en calma y tranquilidad.Sacándo la paciencia que no tenía.

No, no, no , no, no, no Creo que esa fue la plabra que más veces le había repetido a mi hermano. No quería ir a cazar humanos. Odiaba ese maldito instinto... yo también me consideraba un ser humano. Esa idea se la expuse a mi hermano, pero que va... no me hacía ni caso. Me acabó llevando arrastras. Ya que me resistía con todas mi fuerzas. Me iba agarrandoa cada árbol que pasaba. Y a cada instante dejandole msi ideas claras de que no quería ir.- Venga.... nadie obligaba a Obi a ayudar a Luke. Tú no me puedes obligarme a ir a matar humanos....- me quejaba una y otra vez pero mi hermano pasaba de mi...

Noté como se paraba y me enderecé para seguir quejandome. Pero entonces me calló. Le iba a reprochar pero me di cuenta de toda la gente que iba. Rápidamente mi verguenza me ganó y no fui capaz de hablar incluso me costaba moverme. Me movía pegado a mi hermano pero sin molestarlo en sus pasos... perfectamente cordinación. Digamos que me escondía detrás de él. Aunque eramos exactamente iguales como una copia del uno del otro.

Me coloqué a su lado cuando me indicó donde ponerme. Miraba al suelo sin atreverme a levantar la cabeza. Por pura verguenza.... había demasiada gente para mi gusto. Y encima habría que acabar transformandose. Cosa que odiaba. Encima llevaba mi camiseta favorita y seguro que se me acabab manchando o lo que fuera.... todos andaban callados y supongo que pensando en sus cosas entonces... mi movil sonó. La música de Star Wars sonó en todo el lugar. Abríi mucho los ojos y metí la mano en mi bolsillo sacando mi movil. Era la alarma que me indicaba que salía un nuevo capitulo de One piece. Loa pagé corriendo y miré a mi hermano. Pidiendole perdón con la mirada. Después miré hacia el suelo de nuevo. Esperando....

Como cualquier otro lobo hice el saludo ante la presencia de Gabriel. Tras su discurso me tomé la libertad de mirar a los tres que iban a ser cazados, poniendo especial interes en el último, aquel que sabía nuestro secreto. Tras esto busqué a Jacqueline con la mirada, si Gabriel la había mencionado era por que estaba allí.

¿Quien era la que estaba junto a ella? ¿Mia? Ya sabía por que aquel humano conocía entonces nuestro secreto. Me volví a sentar en mi puesto mirando de reojo a Ariel que estaba a mi lado y al cual no había contestado respecto a su comentario sobre las mujeres. Solo me había limitado a sonreir con cierta ironia, fuera del lugar y de mi vida de lobo no me persegía ninguna mujer, aunque no sabía nada sobre el.

Observé en silencio y pronto el olor de la sangre humana llenó mis pulmones. Lo consideraba un acto injusto, ya estaban en clara desventaja contra nosotros como para dejarnos más facil la caceria. Además, el desangramiento debilitaba a los humanos considerablemente.

Injusto a o no a Gabriel parecía gustarle aquello. Y a mi me gustaba el olor de la sangre que despertaba mis instintos de lobo. La cacería estaba apunto de empezar.

Seguía sentada en el suelo cuando escuché el sonido de los motores de los vehículos que acababan de llegar, ni siquiera me levanté pues ya sabía de quien se trataban y además, si me levantaba me iba a tener que agachar en uno segundos para saludar de manera “respetuosa” a Gabriel y lo encontraba una tontería. Cuando el resto de personas se arrodillo inclinando su cabeza a un lado mientras se echaban el pelo hacia el mismo lugar yo permanecí de igual manera y cuando se levantaron yo lo hice con ellos. Cuando empezó a hablar me apoyé de manera aburrida en el tronco, el mismo discurso de siempre pero cuando trajo a los que serían nuestra comida me llevé una gran sorpresa, eran tres hombres y a dos de ellos los conocía. El narco era el hombre al que yo le compraba, el hombre al que conocía desde hacía 5 años y que me hacía unos buenos descuentos, no iba a arriesgar mi vida por él, le tenía aprecio pero no tanto pero aún así miré a Gabriel furiosa, la última vez que había visto al narco fue la misma noche en la que Gab me expulsó, había ido hasta el bar para llevarme lo que le había pedido, seguro que Gabriel lo había visto y lo había cazado.

La otra persona era Ethan, uno de los humanos con los que había estado saliendo una temporada aunque hacia uno o dos meses que lo habíamos dejado por…¿problemas de pareja? Que mas daba, pero el caso es que no me hacía ninguna gracia el que él estuviese allí, había compartido mucho con Ethan y no quería verle morir y mucho menos matarle yo, tal vez ahora no nos llevásemos muy bien pero aún así no le deseaba la muerte. Me agaché y cogí una piedra de considerable tamaño, solo necesitaba ganar tiempo para pensar algo y llegar hasta el lado de Mía pues sabía que en cuanto sintiese el olor de la sangre me daría igual todo lo demás. Tiré la piedra hacia donde estaba Gab con fuerza y me moví rápidamente de mi posición para pasar entre los cuerpos de los demás presentes con intención de llegar a Mía, justo lo hice cuando Jacq se iba, estaba segura de que era ella quien se lo había dicho, yo me enteraba de todo.

-Mía…tienes que hacer algo, en cuanto empiece a correr por el bosque estará muerto, lo sabes.-Dije hablando en un susurro mientras mi mirada era seria observando a los tres hombres que había allí atados.-

Al ver la llegada de Gabriel la mujer, al igual que el resto, se inclinó lentamente apartando el cabello para dejar el claro cuello a la vista del resto poco después volvió a recuperar una posición erguida sonriendo de soslayo a su tía al notar el beso en la mejilla y observar que entre la “cena” de hoy estaba Ethan. Ella se llevó una mano a los labios notando como su rostro se contraía presa del miedo y además se tornaba blanca como como el mármol, segundos más tarde la figura de Sophia se dispuso a su lado y sólo escuchó su voz dejando de fondo la de Gabriel como si para ella no significase nada algo que era completamente cierto. Observó a la loba en silencio asintiendo hasta que comenzó a a avanzar en la gente gritando:

-¡¡No supone un peligro para nosotros Gabriel!!-Gritó ella mientras avanzaba evitando ser cogida por algún que otro amigo y conocido que quería evitar que todo aquello llegase a más.- Él no es una amenaza.- Gritó ella notando como su garganta se cerraba y sus gritos no podían salir con total normalidad del interior de su garganta, no estaba enfadada aunque sí sentía pánico por lo que a el humano que era objeto de sus pasiones pudiese ocurrir algo ya que sabía que no llegaría al río puesto que nadie lo había hecho.

La figura femenina continuó avanzando hasta situarse frente a la de Gabriel mirándole con desaprobación y olvidando por unos instantes que él era el jefe de la manada y que aquel gesto podía suponer un insulto a él y a toda la manada pero...¿Qué más daba? Ahora sólo importaba la vida de su obsesión.

-¡Déjalo¡ él NO hará nada que pudiese dañar a la manada Gabriel-Ordenó ella acercándose un paso hacia el jefe de la manada mirándolo con recelo y un profundo odio. No iba a permitir que le pasase nada costase lo que le costase...

A pesar de que había oído el móvil del tonto de mi hermano,no me dio tiempo a decrirle nada.Pues en ese momento todo el mundo se inclinó,como siempre,haciendo el saludo.Pues ya era evidente la presencia de Gabriel en el lugar.Yo me limité ha hacer lo mismo,esperando que mi hermano también lo hiciera y que no faltara al respeto.

Luego más callado que en misa,escuché el discurso que él estaba soltando.Que si amenza,que si tal y demás.Por un instante posé mi mirada en la de los tres "condenados",por llamarlos de alguna manera.Luego me enteré de algo que no tenía ni pajorela idea, y era que alguien había contado nuestro secreto a un humano.O eso fue lo que entendí.Si todos los que estaban allí ya se habían enterado de eso...yo era el último mono en todo colega,vivía en el mundo de yupi o algo porque siempre era el último enenterarme de las cosas.

Entonces una voz comenzó a protestar por la vida del humano.Yo me atrasé un poco hasta mi hermano.-¿Tú estabas al tanto de todo esto?.-lo dudaba mucho,aunque mira alomejor me sorprendíaa y todo el friki.Sin decir nada más esperé su contestación pendiente de todo lo demás lo más que pude.

Noté como cada lobo se agachaba y enseñaba su nuca. Miré al lobo que acababa de llegar. Ese era Gabriel. Suspiré. ¿Tenía qué agacharme? Pero creí que si no lo hacía me emtería en problema. Eso sí... fuí de los ultimos en agacharme.

Clavé mi mirada en el suelo y esuché cada palabra de aquel lobo. ¿Condenados? ¿Quién eramos nosotros para juzgar las acciones de los demás? Decían que los nor habían cazado...¿pero no lo cazabamos nosotros ahora a ellos? ¿No eramos iguales entonces? ¿Asesinos despiadados? Todo aquello me hacia hervir la sangre. Realmente me repugnaba.

Esuchaba cada condena. Yo creía en las palabras de Sócrate... y creía que si se les enseñaba podían llegar a ser seres civilizados y bueno. Pero como aquñi cada uno se tomaba la justicia por donde le daba la gana. Me mordí el labio al esuchar la ultima acusación. ¿Nadie se enteraba que había humanos buenos? Menos mal que saltó aquella loba porque sino lo hacia yo. No... yo no iba a cazar esa noche. Si era posible ayudaba a caspar al ultimo humano. Sabía que él podía callar. Qué no diría nada. Ya que aquella loba lo defendía. Si no creíamos en los nuestros....¿cómo podríamos llegar a creer en otras especies?

Levanté mi cabeza, por primera vez desde que la agaché, y miré al ultimo humano. En el preciso momento en que la loba alfa le daba los besos a cada uno. ¿Cómo era posible? Todo esto escapaba de mi mente. ´No iba a negar que no había matado humanos...porque me mentiría a mi mismo. Pero seguro que menos humanos que todos los que estaban aquí. Las palabras de Gabriel no me convencieron.

Esuché la voz de mi hermano y lo miré..- No... no sabía nada...- dije entre susurros mirando a los presos.- Ryan... yo no puedo...- no terminé la frase. Sabía que mi hermano me entendería. Él era el que mejor conocía mis pensamientos

El muchacho seguía plantado en medio de aquel claro,mezclando-se con el resto de aquella manada de la que con orgullo formaba parte y deteniendo-se a ver la cantidad de gente tan distinta entre ellos que la formaba.La cuestión era que estaba eufórico.El corazón le latía a mil por hora,tan rápido como cada noche que podía dar-le algo de libertad a la bestia que vivía dentro de el,y además sentirse bien por haber eliminado de Bucarest a gente indeseable como la que Gabriel les ofrecía como manjar.Por eso idolatraba ha ese tío, antes de conocerle se sentía super mal cada vez que acababa con la vida de alguien,la conciencia le reconcomía por dentro,pero ya no.Gracias a aquel tipo.

Buscaba una cara conocida,y vio varias,como la de Mia con el teléfono,y no pudo evitar soltar una pequeña risita.Se trataba de que aquella noche la aprovecharan todos para sacar a la luz su lado animal, y lo de animal no incluía tecnologías tan modernas.Negó con la cabeza,penando que no tenía remedio,aun que podía entender-le después de lo mucho que a el le había costado despedirse del suyo.Ya os podéis imaginar la escena tan dramática que fue la despedida al dejarlo en la mesita de su apartamento.

Podría haber seguido su vistazo y quizás ver a algún amigo por allí,pero no le dio tiempo pues el rugido de unos motores acercando-se al punto de reunió llamó su atención,e hizo que se centrara en ellos.Clavó su mirada en la dirección que teóricamente era la entrada,a pesar de que la enorme roca que hacía la función de altar para su líder le impidiese ver mucho.Entonces le vio,el hombre al que servía junto al resto de la manada se presentó ante ellos y al momento se hizo el silencio,produciendo-se una reverencia col·lectiva.

Sin torcer en ningún momento las piernas,torció,en cambio sí,la cabeza hacia un lado,hacia el mismo lado al que se diriguío su mano al pasar por su pelo y arrastrando-lo tambien,mostrando mi cuello para demostrarle mi respeto hacia el,y lealdad.Todos lo habían echo,todos excepto una chica un tanto gótica cuyo rostro le resultaba conocido,que se quedó de pie mirando-nos a todos con cara de "que hacen estos imbéciles?" Tú! Reverencia,joder! le avisó,exclamando aun que en un susurro,por lo bajo para no llamar mucho la atención.En realidad tampoco creía que mucho fuera a pasar,pero por si acaso era mejor no tentar a la suerte,ni a su impredecible jefe.

Escuchó con atención sus palabras,deleitando-se con el esquisito vocabulario que tenía aquel tipo.El don de la palabra nadie podía negar que lo tenía,en realidad creo que ese tipo sería capaz de venderle un peine a un calvo.Pero se le olvidó cualquier pensamiento cuando en realidad de la habitual presa única habían tres,y la boca se le empezó a hacer agua pensando en su manjar.De todos modos quedaba escuchar los delitos por los que les juzgaban,y condenaban.Los primeros dos le convencieron, aquellos capullos no merecían vivir si era cierto lo que Gabriel narraba,pero el tercero.. el tercerlo no lo vio tan claro,no podía decidir si aquello se merecía la muerte,pero nada pudo objetar cuando vio la navaja y la hora de cenar acercandose.
Empezó a quitarse la chaqueta,la ropa no era más que lastres en la transformación.

Movía la navaja en la mano mientras Jacqueline deseaba aquella suerte a las presas de esa noche. Cuando Jacqueline besó al primero, me incliné para cortar las cuerdas de sus manos para liberarlo -Al otro lado del bosque…- Mi comienzo de discurso fue interrumpido por Mia –era de suponer- Mis ojos se posaron en ella tranquilo .Si lo es y lo sabes!- Respondí a su interrupción –Si le dejamos vivo traerá mas cazadores y tu has de saberlo mejor que nadie- La miré entrecerrando los ojos, de sobra sabía el pasado de Mia y qué había pasado con ellos, pues yo mismo la acogí cuando lo necesitó -Acaso quieres que se repita ¿eh?- Mirándola fijamente haciendo alusión a aquello. Se acecó hasta mi posición, soltando aquella…¿orden? Mantuve su mirada notando todas aquellas sensaciónes que manavan. Alcé la mano estirándola hacia ella para agarrala de la ropa acercándola, dejando nuestros rostros a escasos centímetros -Si le dejamos libre… irá a por otros humanos…cazadores… y nos cazarñan aquí…y será tu culpa…de nuevo..- Susurré para que tan solo ella lo escuchase, tras esas palabras di un revésd en su mejilla a la vez que la soltaba, no empleé toda mi fuerzao peus le haría demasiado daño, tan solo el justo para hacerla apartar el rostro además portaba en esa mano la navaja -Al otro lado del bosque…- Continué mi discurso sin reparar en Mia más -Hay un río…- Dije atestando un corte en el antebrazo del primer hombre -Si conseguiis cruzarlo…- Me incliné para cortar la segunda cuerda de las manos del juzgado realizando el corte pertinente -Salvareis la vida...- Caminé entonces poniéndome a la espalda de Ethan inclinándome para liberar sus manos y atestar también un corte en su antebrazo -Nadie… a conseguido llegar…- Susurré cerca de él mirándole el perfil.

Cerré la navaja aspirando el nuevo aroma que nos embiagaba a todos, la sangre, comencé a retirar mis ropas esprando a que aquellos tres seres emprendieran la carrera, siempre se les daba un poco de ventaja. Dejé caer el abrigo al suelo para después deshacerme de la camisa, observando a todos lo que no lo hubieran hecho apra que se deshicieran de sus ropas. La caza comenzaba…

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Off: Ahora repetimos turnos y después de Ethan se mastearan a los otros dos humanos (pnj) además de las situaciones que vayan surgiendo entre los pj. Recorad, ahora el ansia de caza os llama mas que cualquier pelea y o charla con otros pj.

Pongo de nuevo la lista de posteo para refrescar:

Spoiler: