Me gusta este sitio [Gabriel]

Estaba recostado en el sofá con los ojos entrecerrados y la botella de absenta sobre la mesa frente al sofá, junto a esta un vaso de chupito, no tenía ganas de preparar todo el rito de absenta. Me estiré en el sofá acomodándome, estando descalza y tan solo con unos vaqueros, teniendo el torso al descubierto.

Al pié de la escalera los dos hombres paraban los pies de Kiefer -Si ya…y luego…- El que estaba en silencio le interrumpió tocándole el brazo -No es nuestro trabajo juzgar…- Le dijo, el otro asintió sacando el teléfono, marcando un numero. El sonar del teléfono me interrumpió en mi trance, chasquee la lengua metiendo la mano en el bolsillo sacando el teléfono móvil descolgando sin mirar quien era -Qué…- Respondí de mal manera -Señor aquí hay un chico que dice que quiere hablar con usted- Me incorporé en el sofá. Mientras tanto ambos hombres miraban a Kiefer vigilándole -Dile que suba…- Llevé dos dedos al puente de la nariz masajeándolo colgando después, dejando el teléfono en la mesa, sirviéndome otro chupito de absenta a esperas de que aquel “invitado subiera.

El hombre que obstaculizaba el paso colgó -Sígueme- Se giró ascendiendo por la escalera abriendo la puerta con una llave dejándole pasar, una vez está dentro cierra a su espalda.

El lobo intimidatorio que acompañó a Kiefer a la puerta bajó regresando a aun puesto. Yo escuché la puerta cerrarse, pero no desvié la mirada a la entrada al salón para servirme otro chupito simple de absenta verde -Depende de quién pregunte y para que- Estaba claro que aquel que me buscaba era un lobo, a mi nariz vino la “bofetada” de olor a lobo. Claro estaba que no sabía quién era yo, pues habló directamente sin insinuar inclinación de respeto como hacían los demás.

Últimamente eran muchos los nuevos que estaban llegando a la ciudad, y no todos acudían como aquel cachorro a presentarse y dudaba que aquel estuviera allí por lo mismo. Alcé el chupito llevándolo a mis labios alzando la cabeza para hacer que aquel licor descendiera de manera ardiente por mi garganta dándome aquella sensación artificial de calor. A pesar del frío que hacía en la calle yo estaba en casa con simplemente los vaqueros y sin calzar, Mi cuerpo no era de lo más curtidos, mis músculos no estaban excesivamente marcados, pero si eran visibles. En el no había rastro de cicatriz alguna pues había curado y cuidado bien las heridas de guerra.

Alcé la ceja mirándole clavando mis ambarinos ojos en los del chico -¿He dicho que te sientes acaso?- Dije ignorando por el momento sus palabras. Con un gesto de la mano le indiqué que se pusiera en pie y una vez que lo hace entonces hablé. - Gabriel Silverfang…Dueño total de Las dos caras de la Luna…- Serví otro chupito de absenta tomándolo de manera rápida, regresando la mirada al lobo -Y como dato extra te diré…porque veo que no lo sabes…líder de la manada en Bucarest…- Añadí aun mirándole -Ahora si…siéntate y dime lo que hayas venido a decir- Me acomodé en el sofá apoyando la espalda en el respaldo del sofá mirándole, a esperas de que dijese lo que fuera a decir.
Normalmente era gente que me pedía favores monetarios o simplemente gente que quería cantar en el local, que de eso había muchos cantautores y grupillos que quieren saltar a la fama y se ayudaban de la fama del local para hacerlo

Le observé con ojos tranquilos, sirviéndome otro chupito más de absenta -¿Que cantas? Pop…rock…country…- Pregunté, no es que me gustaran todos esos estilos, pero por allí había pasado de casi todos los tipos, tan solo el estilo tejano no lo permitía, no tenía cabida en el local. Alcé el vaso tragándome el contenido de este de una sola toma, para luego echar mi cuerpo hacia atrás apoyando la espalda en el respaldo del sofá. Estaba con el torso al descubierto pero poco me importaba, estaba en mi casa, mi casa mis normas, tampoco iba a asustarse nadie por ver mi cuerpo, no demasiado remarcado pero se notaba la fuerza que podría tener, aunque esta fuese el doble.

El silencio continuaba en mi, crucé los brazos n una barrera mas ante el ajeno esperando hablara y expusiera su…propuesta, aparte de ser el líder de la manada, que a este le importaba poco aunque tendría que respetar mis normas, era el dueño de un local con bastante éxito entre los nuevos triunfitos y la gente de a pie, muchas eran las noches q las colas se hacán largas, o lo mismo otras eran más cortas por las permisivas de mis seguridad.

Mis brazos descansaban a cada lado de mi cuerpo sobre los cojines del sofá, mis ojos seguían cada movimiento de aquel joven. Sacó el teléfono, lo que me recordaba que tenía que compradme otro pues el anterior bueno...yo y las tecnologías no nos llevamos demasiado bien y termino en el callejón...

Escuché la música que comenzó a sonar del artefacto, alzando mis orbes ambarinas a las de él, sosteniendo su mirada con gesto impasible, aunque escuchaba la canción. Realmente yo ponía en el local la música en directo que mas creía que concordaba con el lugar, no por que me gustara...

Mi rostro se mantenía sereno, aunque aquella letra... estaba llegando mas profundamente de lo que quería permitir. Matando la soledad... Soledad que ocultaba de todo y todos y no podía permitir que nadie se percatara de ello, absolutamente nadie y aquel joven entraba en esos cánones.La letra continuó y no profundizó mas de lo que lo hizo por mi rechazo emocional ante aquellas palabras que pretendía fueran obra de la casualidad que sonaban entonadas en una melodía en aquel momento.

Lentamente hice mi cuerpo hacia delante, desviando entonces la mirada de Kiefer, pero sin cambiar aquella expresión impasible ante todo. Agarré la botella de absenta sirviendo otro chupito en el pequeño vaso para luego beberlo de un solo gesto -No me gusta...- Dije una vez acabase la canción. Mi cuerpo de nuevo se dejó caer sobre el respaldo del sofá y la mano se desvió al bolsillo del pantalón para sacar un paquete de tabaco sacando del interior un cilindro de cáncer sujetándolo entre los labios, para del mismo bolsillo sacar el encendedor y prender el extremo. Le di una calada mientras dejaba paquete de tabaco y zippo sobre la mesa frente al sofá al lado de la botella, lanzándolos, expulsé lentamente el humo regresando la mirada a Kiefer -Pero me rijo por lo que sienta bien al local- Conmigo pocas veces había un "pero", Aquella canción no me gustó por lo profundo que había conseguido llegar en aquel mi momento de debilidad cubierta por una de mis miles mascaras. -Abrimos de 20 a madrugada... si quieres estar toda la noche tocando deberás traer tus instrumentos, si es solo para un par de canciones usarás los del local- Dije a modo de sentencia. Realmente aquel muchacho con su voz "melosa" podía atraer la atención de mas publico, femenino sobretodo, así que ¿Por que no arriesgar? y mas con alguien que sin quererlo a tocado el temporal -o eso espero- talón de alquiles del líder de la manada de Bucarest. Aun mirándole, llevé el cigarro nuevamente e mis labios dándole una calada.

Mis ojos continuaban sobre los del muchacho expulsando el humo por entre mis labios, manteniendo el silencio tras sus palabras -Puedes preguntar a cualquiera de los que aquí trabajen...camareros seguridad.. músicos...- Con aquellas palabras rompí el silencio. Alcé momentáneamente las cejas para indicar que no era el único que había ido a pedirme un hueco en el escenario. -Pago bien, el negocio va bien, así que de eso no has de preocuparte...-

-Esta bien...- Hice una pausa para darle una calada mas al cigarro y sacudir la ceniza en el cenicero sobre la mesa enfrente mía -40 - 60 ... total con lo que saco en bebidas por la noche me sobra para pagarte...el alcohol es algo que tanto como a lobos y humanos no les puede faltar...- Expulsé el humo por la nariz aun mirándole, dando la ultima calada al cigarro para luego estirar esa mano y apagarlo en el cenicero.

-Ahora vete, tendrás muchas cosas que preparar, mañana a las ocho si quieres puedes venir para ver como va todo esto- Me puse en pié para ir a la cocina, dejando junto al cenicero la botella y aquel vaso de chupito para buscar algo en la nevera para calmar aquella gusa que tenía en el estomago. No esperaba a que aquel muchacho permaneciera mas tiempo allí a no ser que tuviera mas dudas sobre todo este asunto, yo desde luego no tenía mas que decir

Abrí la puerta de la nevera observando esta, había comida alguna seguro que pasada, en uno de los estantes restos de filete de ternera a medio comer, evidentemente por mi, saqué aquel plato poniéndolo sobre la mesa que dividía el salón y la cocina mirando de nuevo al chico cuando dijo aquello, cuando captó mi atención. Cerré la nevera para luego de nuevo, cogí unos cubiertos del cajón para luego regresar mi atención a Kiefer mientras cortaba la carne -¿De mi manada? ¿Que quieres saber?- llevé un trozo de carne al a boca masticándolo, estaba frío pero poco importaba para matar aquel gusanillo que alimentaba minimamente. Tras tragar dejé los cubiertos dándome por satisfecho -Y lo mas importante ¿Por que habría de hablarle sobre la manada a un desconocido?- Apoyé ambas manos en la mesa mirándole. El tenía sus preguntas y yo las respondería siempre y cuando el respondiera las mías, era lógico que si quería saber algo tenía que pagar un precio mínimo, en este caso responder a una sencilla pregunta, en su contexto tenia que ver el como me convencía para hablarle sobre los míos.

-¿Como se que no intentarás nada? El trabajo es una cosa y otra bien distinta el que te hable de los míos- Rodeé la mesa para sentarme en la banqueta al otro lado, girándola, dándole la espalda al plato y mirándole a él.

Le seguí con la mirada -¿Europa? Hace años que no salgo de Bucarest, ¿Cuánto saben en otros lugares de nosotros?- El tema pareció desviarse un poco, pero nada lejos de lo parecía -No te equivoques chico, no soy yo quien juzga, si cometes un error serán los propios lobos de la manada los que decidan que hacer contigo...aunque... si eres listo y quieres seguir vivo, te ahorraras los comentarios de lo que realmente eres y seguirás con tu cara de cantante...- Eché un poco la espalda hacia atrás para apoyar los codos sobre la mesa estirando un poco la espalda -Y dime joven cachorro...¿cuanto sabes tu de normas? Yo mas bien las llamaría tradiciones... puesto que las normas se imponen, las tradiciones se respetan y eso es lo que queremos, respeto...- Mantenía un tono tranquilo con cada una de las palabras y por su puesto no dejaba de mirarle.

-Velamos por nuestra seguridad, aunque algunos insistan en ir de cabeza a la muerte con los humanos- Concluí mi "discurso" con aquellas palabras pasándole el turno de habla ahora a él. Era joven, pero se veía que sabía lo que quería, al menos en apariencia. Si un día había admitido en la manada a una asesina -por sus conocimientos, aunque finalmente me acabara desilusionando y decepcionando- por que no a un joven con dudas y sobretodo que nos buscaba por reseñas. No aparté los ojos de el esperando las respuestas a mis preguntas y los planteamientos de las suyas.

Ladeé el rostro esperando hablase y poco después escuchando sus palabras hasta el final sin interrumpirle. Asentí levemente ante la petición de que nada de eso saliera de allí y una leve sonrisa se dibujó en mis labios, no por alegría -No eres el único que viene de otras manadas buscando esta- Comenté poniéndome en pié sacando del bolsillo un paquete de tabaco chafado dejándolo caer sobre la mesa frente al sofá vacío -Antes que tu vinieron otros, y después que tu vendrán mas. No en todas las partes del mundo se está seguro pero aquí en Rumanía si lo estamos- Hablaba cruzando el salón escuchándose sobre el suelo el caminar de mis pies descalzos. Entré un momento en mi habitación para tras un par de minutos salir abriendo un nuevo paquete de tabaco -Como sabrás durante mucho hemos sido cazados por los humanos- Hable regresando a la sala con la "tarea" entre manos. -Eso no es cosa nueva entre los nuestros, pero parece que aquí en Bucarest piensan que somos mas un cuento que una realidad- En aquel momento se pasó por mi cabeza la estatua de la loba amamantando a Romulo y Remo.

Me puse frente al sofá sacando el encendedor zippo del bolsillo, sentándome luego sacando uno de los cigarros poniéndolo entre mis labios -¿Qué paso con esa manada?- Pregunté antes de prender la punta del cilindro blanco, agitando luego el encendedor para cerrarlo en un marcado "clanck" -Murieron todos...te fuiste por disconformidad... te echaron...- Enumeré las posibilidades de que estuviera buscando un hueco entre los míos. Dije aquello por que había entre ellos algunos así, que no estaban a gusto con la manada... o diversos motivos que pocas veces preguntaba, mientras que no afectara a nuestra manada todo estaba bien...

Expulsé el humo por la nariz de manera relajada mirándole en todo momento, no pasa desapercibida su reacción ante mi última pregunta y no interrumpo en su recapacitar antes de que hablase dejando que dijera todo aquello, sonriendo levemente ante su último comentario, parecía imposición… -Ya veo…muchos son los que discrepan ante las tradiciones en sus manadas, unos por que están a favor de los humanos… otros porque son tan humanos ya y han dejado de lado su vía bestiae como para poder cazar una vez al mes…- Hice una pausa para dar una calada al cigarro -Alguien decía… que el que mucho abarca poco aprieta…en esta vida hay que ser avaricioso, tanto con las cosas como con las personas… pero, hay quienes se pasan de avariciosos…como todo tal cosa tiene su límite y tu eres una de las vivas pruebas de ello- Expulsé el humo tras aquellas palabras sin dejar de mirarle -¿Qué edad tienes? ¿Treinta, cuarenta años? Eres joven y oféndete si es lo que quieres, a ningún joven le gusta que le digan que lo es, pero para mí todos lo sois, tengo mucho mas vivido que vosotros juntos- Di otra calada al cigarro echando el cuerpo hacia atrás para apoyar la espalda en el respaldo del sillón -Con respecto a tu pregunta si, somos muchos, pero no suficientes y si, somos fuertes, pero siempre hay cosas que aprender y pulir- Expulsé el humo por la nariz mirándole, estirando las piernas por debajo de la mesa frente al sofá. -Sólo espero una cosa, que los motivos que te llevaron a dejar la otra manada no traigan represalias a los míos, porque entonces si seré yo quien meta mano en el asunto- Dije con total calma, ¿amenaza? Más bien advertencia, si estaba entre los míos debía de protegerlos como si fuera uno de ellos y evitar cualquier mal exterior.

-La misma que Jeremmy...- Susurré cuando acabó por decir su edad para darle luego una calada al cigarro corta expulsando seguidamente el humo -Te entiendo y mejor de lo que crees... No todo es tradición y supongo que mi padre habría hecho lo mismo de no haber existido yo...- O hubiera elegido a mi hermano para ello. Di otra calada al cigarro negando levemente -Por mi parte, no eres desertor por ello, a nadie puede obligarsele a tomar un cargo tan difícil e importante, si no, acabaría como yo- Expulsé el humo poniéndome en pié caminando tranquilamente por la sala -Yo tenía tu edad cuando relevé a mi padre del cargo ¿sabes? Así que entiendo perfectamente eso de que te fuercen a algo...- Mis pasos se detuvieron frente a la ventana que daba al callejón.

Aquellas palabras siguieron en mi cabeza... "forzar a algo...forzar a algo..." pero a lo que me obligaron a mi no era adquirir un cargo que en cierta manera asumí con orgullo y mas tarde odio... por culpa de todo esto yo había perdido lo que mas quería en mi existencia...Me giré apoyándome en el cristal de la ventana, sosteniendo el cigarro entre los dedos indice y pulgar -Con nosotros puedes comenzar de cero...- Dije fijando mis ojos en él, podría parecer lastima, pero era mas comprensión ante el saber que es enfrentarse a algo que no deseas hacer, en mi caso yo no pude huir para evitarlo...pero él si...él tiene la segunda oportunidad que todos hemos deseado alguna vez.

Alcé la mano que portaba el cigarro para darle una calada al cigarro de manera lenta aun mirándole -Créeme no le desearía a nadie por lo que yo he pasado y por lo que estoy pasando, ni a mi peor enemigo- Cierto era, el liderar una manada desde joven por mucho que me hubieran preparado, el casarme igualmente joven, aunque si, lo hice por voluntad y con una mujer a la que amaba, mas tarde el tener que romper esa familia que había fundado para cumplir una estúpida tradición, de la cual ahora renegaba.

No pude evitar sonreír levemente ante su ultimo comentario -Eh tranquilo...- Mostré parte de la palma de mi mano moviendo la lentamente de arriba abajo como si quisiera calmarle -Dejemos claro que mi preferencia son las hembras- Vaya...una broma? Cuantos años hacía que no decía algo así, que no sonreía por algo que realmente me hiciera gracia, seguramente muchos años. Expulsé el humo hacia un lado aun con esa sonrisilla en los labios.

Me separé de la ventana para caminar hasta la mesa y apagar la colilla en el cenicero -Me temo que me recuerdas demasiado a mí- No conseguía borrar aquella media sonrisa ¿Qué me pasaba? ¿Sería aquel muchacho mi alter ego? aquello sería algo que definitivamente descubriría con el tiempo