Test de embarazo [Libre]

Dolor de cabeza. Podía decir que resca, pero no. Hacia mucho que no bebía a Jacque no le gustaba y yo no quería parecer un borracho ante ella. Además, el alcohol me empezaba a produciar nauseas, me mareaba con solo olerlo, quizás era por que ya había dejado de gustarme. También podía echar la culpa a la falta de horas de sueño, si, seguramente era eso sin duda. Jacqueline no estaba conmigo, recordaba bien haberla acompañado a casa la noche anterior. Parecía mejorar con los dias, sefría sintomas de parecer estar enferma, pero no era al constante.

No tenía que trabajar, me habian obligado a cogerme el día libre precisamente por que no descansaba mucho últimamente y era que el trabajo se me acumulaba junto con la búsqueda. Si, ahora que la policia estaba ocupada el resto aprovechaba para cometer todos los delitos. Cabrones.

Me día uan ducha rápida y me tomé un café antes de salir de casa. Iria a ver a Jacqueline y como tenía la llave de su casa le daría una sorpresa. Aunque no sabía si iba a asustarse o no. De camino a su casa paré en una floristería donde pedí un ramo de rosas, de esos grandes. ¿Cuanto hacia que no le regalaba algo?

Parecía un crio caminando por la calle con la sonrisa en la cara y sujetando el ramo de rosas, menuda felicidad. Era bonito tener un día de esos tranquilos en los que te apetece hacer de todo. No tardé en llegar a casa de Jacque, era un camino largo pero la verdad es que con la emoción del día se me había hecho bastante corto.

Entré en la casa y lo vi todo en silencio, hasta que escuché el grifo del cuarto de baño, seguramente era ella, pero no quería precipitarme.

- ¿Jacqueline? -Pregunté tras cerrar la puerta asomandome un poco para ver si era ella.

Parecía ser ella, por el olor de la casa, aunque era dificil saberlo. Salió del baño, parecía ligeramente alterada pero la verdad es que si lo estaba lo ocultaba bastante bien por que apenas se le notaba, aun así podía haberle pasado algo. Esperaba que mi aparición no la pillara de imprevisto, alomejor no quería que yo estuviera allí.

- Hey cielo, ¿estas bien? -Pregunté sonriendole demostrando cierta preocupación pero sin borrar la sonrisa, la verdad es que no se me iba la alegría ni aunque me esfrozara en echarla y no parecer un crio. Cuando Jacque se acercó a mi le di un beso cariñoso en los labios y luego me puse de rodillas frente a ella alzando el ramo de rosas- Espero que a la mujer que amo le guste el presente cuyo color me recuerda su precioso cabello de fuego. - Sonreí.

¿De donde había salido ese Tyler poético que no conocía ni yo mismo? Casi me hicieron gracia mis propias palabras. ¿Era eso estar enamorado? Por que si lo era seguramente me pasaría la vida escribiendo libros de poesia para ella.

Si, tendría que ser la alegría del día por que normalmente decir algo así seguramente me hubiera dado una verguenza terrible. ¿O estaba drogado? Reí ante mi propio pensamiento, la única droga era ella y punto.

Me puse en pie para recibir un beso en la mejilla. Un beso cálido que me encantaba en todos los sentidos. Jacqueline también parecía estar alegre, aunque hacia un momento hubiera jurado que estaba ligeramente estresada.

- He venido a verte por que toda la comisaria ha insistido en que debía descansar más y tener tiempo para ti. Y creeme, soy el jefe pero no puedo enfrentarme a todos los policias y menos cuando la idea de venir a verte me tienta más que nada. - La abracé por la cintura y levantandola di junto a ella unas vueltas en el aire- ¿Qué andabas haciendo? ¿Es algo para mi?

Con mi felicidad también aumentaba mi curiosidad. Era en esos momentos en la que era buena y sin duda no veia motivo alguno por el que precoparme en aquel momento, a pesar de que verdaderamente los tenía. Pero no quería hacerlo, no ese día que estaba tan feliz, no en ese momento que nadie me podía aruinar.

Bajé a Jacqueline despacio tras dar uans vueltas con ella y cogí el ramo para poner las rosas en agua.

Señaló hacia el lavabo cuando le pregunté. Parecía que estaba ocupada. Me quede quieto en donde estaba observando como caminaba lentamente. Alomejor se estaba bañando, no no tenía pinta... Bueno, ¿estaba en el lavabo no? Pues ya esta. No tenía que comerme demasiado la cabeza con esas cosas.

Cerré la puerta y miré las flores que había en el jarron. Siempre había pensando que las flores que pegaban con Jacqueline eran las rosas. Bellas pero a la vez fuertes y de vivo color, como ella que atraía la atención donde quiera que iba con su belleza.

Me senté en uno de los sillones de la sala. Sabía que a Jacqueline no le molestaba que lo hiciera, siempre me decía que podía hacerlo sin pedir permiso, pero en aquella casa vivia más gente y aunque no me hubiera encontrado con ninguno hasta ahora, aun me daba cierta verguenza el que me vieran allí sentado.

Esperé a que Jacqueline volviera... Sinceramente parecía algo abstraida en su mundo cuando le pregunté que hacía. Suspiré y me acomodé en el sillon lentamente, mirando a mi alrededor.

Jacqueline empezaba a tardar un poco en el baño y la verdad es que no entendía a que podía deberse. Me levanté nuevamente, algo me inquietaba, algo me preocupaba enormemente y por otra parte me alegraba, era más un instinto que un sentimiento, era algo superior a mi, casi como el animal que llevaba dentro, pero podía controlarlo aunque yo me negara a hacerlo o a admitirlo. Aun así fuera lo que fuere me sentaba bien ese instinto.

Esperé a Jacqueline un poco más... ¿Y si le había pasado algo en el cuarto de baño? No podía ser, no había escuchado golpe alguno... Con paso inseguro caminé hasta lap uerta del lavabo donde estaba Jacque y toqué despacio en la puerta. Me sentía como un imbecil, alomejor estaba bien y era que yo solo me estaba empezando a comer demasiado la cabeza con ello...

- ¿Estas bien cariño? -Pregunté acercandome un poco a lap uerta para que pudiera escucharme perfectamente. Dentro no se oia nada, pero su perfume bañaba toda la estancia y más que nada lap uerta y el interior del baño aunque el olor no me llegaba por completo estando yo fuera.

Parecía estar bien... Tan solo eran suposiciones mias demasiado estupidas. Será por que le dia era perfecto y no queria que se estropeara con nada.

Jacqueline contestó y en menos de un segundo apareció por la puerta del baño de golpe, cosa por la que me sobresalté ligeramente. La verdad es que no me esperaba una aparición tan repentina. La miré a los ojos y estos tenian cierto brillo, pero también estaban ligeramente enrojecidos. ¿Había estado llorando? Si era así, ¿por qué me lo ocultaba? No era esa la única cosa que me pareció extraña en ella, la verdad es que podía notarla nerviosa. Cuando mis manos acariciaron sus brazos despacio ella temblaba ligeramente.

¿Que le ocurria? ¿Acaso había pasado algo malo de lo que yo todavía no sabía nada? Empecé a sentir como la alegría abandonaba mi cuerpo despacio sustituida por la preocupaciónp or Jacque y cierto temor que me invadia por completo al ver sus ojos y su expresión... Alomejor me precipitaba, alomejor no era tan malo lo que le ocurria. Pero aun así no podía apartar de mi cabeza el pensamiento de que algo malo había sucedido.

- ¿Ha... pasado algo? - Pregunté mirandola a los ojos, rodeando su cintura con mis brazos y atrayendola hacia mi de forma que quedaramos abrazados. Si, temblaba ligeramente y su pulso estaba acelerado, algo no andaba bien.

Silencio. Un largo silencio abrazado a Jacque donde su cabeza se apoyó en mi hombro y los latidos de su corazón descendieron su ritmo. Yo tenía razón estaba nerviosa, pero había comenzado a relajarse. Se separó despacio y cogiendome de una mano me llevo hasta el salón donde hizo que me sentara.

Mi cabeza estaba completamente echa un lio y no mejoró demasiado cuando Jacqueline me dijo que no estaba enferma. ¿Por qué sonreía? ¿Qué tenía que decirme? Evidentemente era una noticía buena por que me estaba sonriendo. ¿Había aparecido Jers? No, eso era imposible por que yo me hubiera enterado ya seguramente.

Me acomodé en el sillón y miré a Jacque, examinando su rostro. No soportaba más la espera, mi corazón estaba empezando a latir ahora con fuerza. ¿Qué iba a decirme? Si no lo decía ya seguramente iba a darme algo por esperar tanto.

Para comprender algo que te dice otra persona es necesario poner atención, escucharlo bien y estar atento a sus palabras... Y yo no podía dejar de escuchar las palabras de Jacqueline en mi cabeza.

''Estoy embarazada... Vamos a ser padres''

Las palabras se repitieron en mi cabeza una y otra vez y mis oidos quedaron silenciados durante un momento, un momento que pareció eterno. Solo podía escuchar el ritmo de los latidos de mi corazón que iba en aumento y a medida que aumentaban el torbellino de emociones se hizo presente en mi cabeza y todo mi cuerpo. Si antes estaba nervioso ahora no sabía como estaba.

Pronto lo descubrí, estaba feliz, emocionado, ... En mi estomago sentí ese cosquilleo agradable como cuando uno se enamora de la persona con la que quiere estar toda su vida. Y esta sensación iba en aumento. No me había dado cuenta de que me había quedado en completo silencio.

Mis ojos estaban abiertos como platos y mi boca dibujaba la sorpresa de la noticia. El tacto de la mano de Jacque acariciando la mia se hizo más notable. Me puse en pie, mirandola a los ojos, no terminaba de creermelo, pero era verdad, sus ojos me lo decian. Ya no importaba nada en aquel momento, era otro día de mi vida que jamás querría olvidar un día muy especial no quería olvidarlo y quería disfrutarlo...

- Esto... -Comencé a decir- ...es increible. -Y en aquel momento, tras mis palabras de asombro me abracé a Jacqueline, estrechandola contra mi, demostrandole mi laegría ante aquella idea, besandola en los labios sin poder contenerme- Es... es maravilloso Jacque. Es estupendo... -Dije de forma nerviosa mientras la miraba a los ojos. La sonrisa que se había dibujado en mi rostro no se iba a borrar... Eso lo tenía muy claro.

Aun no podía creermelo del todo. Iba a ser padre. Padre junto a Jacqueline... La ide era sencillamente estupenda y era una realidad, ahora solo quedaba esperar. Esperar que todo sucediera.. Ya imaginaba esos momentos, sus antojos... Hasta eso me hacia ilusión, levantarme por ella a cualquier hora para ir a buscar todo lo que me pidiera. Correspondí a aquel suave beso que iba acompañado por sus palabras dulces.

- No exageres... Sabes que era posible y es algo que hemos hecho los dos y no yo solo. -Dije riendo sin poder evitarlo. Sentía las mejillas coloradas a causa de la emoción.

Podía pensar que todo era un sueño pero no, estaba allí, delante de Jacque, abrazandola, besandola sintiendo en mi propio cuerpo la emoción de saber que ibamos a tener un hijo... O unos cuantos. Por que eso no lo sabía aun.

Suponçia que había alegrado a Jacqueline tal y como ella decía con mi humildad. Pero no era humilde, simplemente era sincero. Pensé en las cosas de ahora en adelante, era dificil aclararlo todo cuando aun ni habiamos decidido en que casa viviriamos. Suponía que Jacqueline lo haría en la mia, como siempre, por lo que ahora tocaba preparar uno de los cuartos para el bebe. Era dificil imaginarse que iba a ser o cuantos, pero normalmente eran dos como mucho...

- Quizás me estoy precipitando demasiado, pero la verdad es que ya me hace ilusión el hecho de tener que preparar un cuarto para el nuevo o los nuevos integrantes en la casa. -Confesé. La idea me hacia una ilusión tremenda, pero no tenía que apurarme, tenía que empezar a calmarme y pensar con la cabeza fria- Lo siento, es que aun estoy muy emocionado por la noticia... -Suspiré sonriendole.

Ya me imaginaba la expectación en la comisaría en el momento que entrara y llegara con las buenas noticias. Ahora todo iba a cambiar, si ya había cambiado desde que Jacqueline y yo empezamos como pareja ahora cambiaria más aun.

Su cristalina risa me hizo alegrarme aun más por lo sucedido. Por fin Jacque parecía haber olvidado todo por un tiempo y había decidido ser feliz, aunque solo fuera cuestión de tiempo que se le pasara, pero no podía ser, por que ahora el tiempo iba a contra reloj, cuantos más dias pasaran más cerca estaría el bebe de nacer. El fruto de nuestra union...

Madre mia... Padre... ¡Iba a ser padre! Miré a Jacqueline nuevamente, parecía leerme los pensamientos pues no paraba de reir ante mi cara. Seguramente parecía un crio completamente emocionado. Suspiré y me senté en el sillón junto a ella. Quería relajarme un poco, aunque eso merecía celebración.

- Cariño... Te amo. -Dije sin más, estaba seguro de que junto a Jacque todo iria de maravilla, aunque yo no tenía experiencia alguna como padre, estaba inseguro de lo que pudiera pasar, perono me importaba, podía hacerlo si la tenía a ella conmigo. A la madre de mi o mis hijos...

No había momento alguno en ese momento para que yo pudiera dejar a un lado toda mi alegría, ni un solo motivo. Los había dejado apartados durante un tiempo para poder disfrutar de aquel momento con Jacqueline. Vi como jugaba con mis manos y levanté la vista hacia ella sonriendo.

- Jacqueline, ¿qué haremos ahora? Es decir, nose, de ahora en adelante. Por que ya estoy imaginando los antojos de madrugada. - Hasta yo mismo podía notar la ilusión que había en mi voz cuando hablaba del tema. No podía ni siquiera ocultarmelo a mi mismo.

Me quede allí, mirandola sin decirle nada simplemente observandola. Observaba a la muejr que amaba, a la persona con la que quería estar toda mi vida, a la futura madre de mis hijos... Estaba en un mundo que no era la realidad en la cual estaba fisicamente, pero mi mente vagaba junto a ella toda una vida criando a nuestros hijos. La noticia era mejor de lo que hubiera imaginado y no podía dejar de pensarlo.