Test de embarazo [Libre]

Intenté averiguar a que se refería Jacqueline preguntandome sobre otra cosa... Pronto caí en la cuenta, aunque la verdad era que yo solo me refería a antojos de comida... ¿Tendrian antojos de otro tipo las mujeres? Me quede un poco perdido, la verdad era que en el tema de padre estaba algo verde y lo estaba mucho más en eso del embarazo, aunque comprendía todo lo necesario para ayudarla en esos meses.

- Me refiero a los antojos esos de comer chocolate o cualquier otra cosa a deshoras. Y tranquila, no me molestara sabiendo como estas. Sabes que haré lo que sea. - dije completamente convencido de que aquello era verdad.

Emití un prologando suspiro intentando expulsar algo de nervios de mi cuerpo, pero era imposible, me gustaba demasiado la idea de tener un hijo junto a Jacqueline. Cuando mencionó lo de ir al ginecologo asentí despacio. Cierto, había que saber si todo saldría bien... Aunque aun debía esperar un poco más para saber si iba a ser niño o niña... ¿Y si era más de uno? ¡No importaba! Mejor aun, mientras se parecieran a ella y fueran nuestros no me importaban cuantos fueran.

Lo que en cierto modo me preocupaba más que nada era la familia de Jacque... Pero si no se interesaban por ella y no aparecian era normal que no supieran nada. Cerré los ojos un momento dejando claro que aquel momento no era para hablar del tema, era un momento para ser feliz, disfrutar de todo. Me acosté en el sillón y tiré de Jacque para que cayera sobre mi.

- Si quieres yo puedo llevarte para que no tengas que estar caminando. - Sonreí mirandola, besando su mejilla con pequeños besos.

No me importaba que no se aprovechara de mi ilusión, aunque quería que lo hiciera. Reí ante sus palabras. Cierto, no estaba coja, pero la verdad es que lo hacía para que no tuviera que caminar demasiado. Si, tenía que preocuparme por ella, estar más atento...

Despacio, despacio...

Tenía que calmarme. Lo estaba llevando todo al extremo, que estuviera embarazada no significaba que todo fuera a venir de golpe. Vaya futuro padre... Padre. ¡Iba a ser padre! Dios, aun la idea rondaba mi cabeza como si cada segundo fuera la primera vez que ella me lo hubiera dicho. Iba a tener que tomarme un calmante o algo parecido por que la euforia no abandonaba mi cuerpo ni de broma. Tampoco lo quería, estaba disfrutando de ello...

- Lo se, pero no quiero que hagas demasiados esfuerzos, eres una embarazada y tienes que tener cuidado con todo lo que haces mi vida. - Y tanto que estaba preocupado- Lo siento... Estoy demasiado emocionado con la idea, esto es tan nuevo para mi. No sabía que fuese tan maravilloso recibir la noticia, no quiero imaginarme cuando lo tenga entre mis brazos... -Sonreí.

Estaba claro que Jacqueline no iba a dejar que la tratara como si fuera a romperse. Aunque una cosa era lo que ella dijera y otra como yo la tratara... No lo pensaba a mala, pero mi instinto protector estaba saliendo a flote y la verdad me alegraba de tener que preocuparme más con ella, eso significaría que se sentiría más atendida. Solo quería que estuviera bien y estar en los malos momentos del embarazo con ella.

Sus últimas palabras fueron casi un susurro, como si hubiera recordado algo que le pasara. Yo sabía perfectamente lo que era sin duda, le pasaba el recuerdo de su otro hijo. A mi mente llegaron pensamientos algo extraños, me sentía como un ladron que roba algo importante a alguien. Había entrado en la vida de Jacqueline afectando a la de Jeremmy y Gabriel, aunque este no tuviera mucho que ver en el tema, de igual forma ellos tres tenian relación en algo y el hecho de estar en medio, con ella me hacía sentir un completo extraño.

Un extraño entre extraños...

Mi alegría se desvaneció unos segundos, pero pronto volvió cuando pensé que realmente yo no estaba haciendo nada malo. Es decir, ella estaba sola y yo solo había entrado en su vida de casualidad, no sabía que iba a acabar enamorado de ella. ¿Tenía yo culpa de algo? Suspiré negando, no sabía como iban a reaccionar Gabriel ni Jeremmy, si es que este aparecía.

Abracé a Jacqueline despacio, hundiendo la cabeza en su cuello y soltando un pequeño suspiro. Ahora aparte de emoción sentía algo parecido al miedo, miedo de haber hecho algo malo... No me arrepentía, pero no tenía ni idea de como iba a acabar aquello.

Emití un suspiro de alivio cuando ella preguntó. No era momento de aquello, había más dias para parecer triste y apagado, pero ese no era el día, no lo era. Con una risa casi infantil empujé a Jacque hacia atras, tumbandola de forma juguetona quedando sobre ella y haciendo que nuestras narices se rozaran despacio.

- Todo muy bien, no he podido resistir las ganas de abrazarte. Tu olor se ha hecho más intenso al parecer o alomejor estoy equivocado y tan solo es la casa que huele a ti. - Descendí despacio sobre ella tras besar sus labios. Bajé poco a poco y besé su vientre por encima de la tela de su ropa.

Apoyé la cabeza despacio en esa zona, sonriendo levemente y cerrando los ojos. Escuchaba su respiración y el eco de los latidos de su corazón, pero yo buscaba escuchar algo más, aunque seguramente era imposible y acabara escuchando el sonido de su estomago rugir por el hambre. Pero no hubo nada, tan solo el subir y bajar de su vientre por la pausada respiración.

Clavé mis ojos en los suyos cuando dijo que todo iba a ir bien y asentí despacio. Sabía que esas palabras no iban a ir directamente para mi. Eso fue lo que me indico que Jacqueline estaba algo preocupada consigo misma, no lograba entender el por que pero la verdad es que también me preocuapaba a mi, aunque yo ya tenía motivos para hacerlo. Habíia varias cosas, pero tenía que mantenerme feliz a pesar de todo, por ella y por mi, por que era una día especial que no quería estropear.

Cogí una de sus manos y entrelacé los dedos con esta besando luego el dorso, sin desviar la vista de sus ojos. Continué apoyado en ella siguiendo el ritmo de su respiración, acompasandola a la mia. La vida se estaba formando en su vientre aun, aun quedaba mucho para que aquello estuviera completamente formado, pero ya me imaginaba notar las pataditas del feto.

Estaba tan ilusionado como un niño pequeño al que le dan un juguete el día de Navidad. Y la ilusión no iba a irse así por las buenas aun la conservaba y no quería perderla.

- Claro que ira bien. Será estupendo y podremos vivir tranquilamente. - A pesar de todo lo que sucedia, de las cosas malas que había, quería que todo fuera bien.

A pesar de lo dicho no me acababa de convencer a mi mismo. Aun quedaba decirselo todo a Gabriel y sabía que a este no iba a gustarle demasiado la idea. Pero la verdad, me daba un tanto igual como pudiera reaccionar, el había abandonado a Jacqueline, yo tan solo había querido mejorar su vida haciendola feliz y ya esta. Aparte, estaba enamorado de ella y dijeran lo que dijeran, nada me apartaría de su lado.

- Me gustaría pasar más tiempo contigo Jacque... Es decir. Ya pasamos tiempo juntos, pero sabes lo que me gusta estar a tu lado... Y espero que con esto podamos estar todo el día. -Dije mirandola a los ojos.

Esperaba que entendiera de mi necesidad de estar a su lado. Podía ser fácil conseguirme unos dias libres para poder pasar más rato con ella. Por que la verdad, me encantaban esas mañanas en las que despertaba a su lado y podía quedarme mirandola todo el día sin tener que preocuparme por la hora.

Ella no me negaba nada. Nada en absoluto y al parecer le encantaba la idea de que pudieramos pasar más tiempo junto del que ya pasabamos. Seguramente por la tarde pediría que se quedaran a cargo de la comisaría uno dias mientras yo me quedaba con Jacque... Aun seguiamos con la búsquedad, pero la verdad es que no tenía ganas de seguir buscando en aquellos momentos sabiendo lo que venía.

- Entonces esta tarde me pasaré por comisaría para avisar. Y luego si quieres vamos a mi casa y voy preparando el piso... Sé que es algo pronto, pero la verdad es que luego se me acumulan las cosas si las dejo para otro momento. -Sonreí mirandola.

Si, si, soy un tio un poco despistado. Pero no pasa nada, ¿no? Además, era por eso mismo que me gustaba hacer las cosas en cuanto se me ocurrian sin esperar demasiado, por que después todo se acumula y preparar un cuarto para un bebe no es cosa de un día.

Asentí despacio a sus palabras cuando pidió que me tranquilzara, la verdad es que estaba tranquilo, pero por otra parte no podía ocultar mi emoción. Tenía ganas de hacer muchas cosas, demasiadas y me gustaba disfrutar del momento, me gustaba disfrutar de la alegría repentina que nos había invadido a ambos. Me puse en pie de un salto y comencé a caminar de un lado frente a Jacqueline que parecía asombrada con mi inexperada reacción.

- Tendre que empezar a quitar muebles del cuarto de invitados y buscar otros nuevos... -Dije enumerando las cosas, hablando conmigo mismo en voz alta mientras las ideas venian a mi cabeza- Necesito pintura, un nuevo colchón,... ¿De qué color voy a pintar el cuarto? ¿Rosa? ¿Azul?...- -Uno de los problemas no sabía si iba a ser niño o niña... O niños o niñas. Miré a Jacqueline en silencio, acercandome a ella y arrodillandome a su lado en el sillón. La abracé- No se por donde comenzar si quiera e intento relajarme y no puedo... -Reí.

Si, había recuperado toda la alegría. Era la mejor noticia de mi vida... ''papá'' y ''mamá''... Apostaba a que me quedaría con cara de tonto cuando me hijo o hija me llamara así.

Tenía razón... Aun quedaban muchos meses por delante, pero no podía. No podía aguantarlo, tener que esperar iba a ser insorportable para mi. Suspiré, despacio, calmandome. No era momento de comportarse como un crio de trece años que acaba de recibir su primer beso. Era momento de serenarse, de tranquilizarme y pensar en frio, que iba a ser padre, era policia, tenía una relación estable... Tenía que mantenerme serio, dar ejemplo... La emoción era superior a mi.

- Lo se cariño, lo se... pero... Es la mejor noticia que he recibido del mundo. Después de hacerme el hombre más feliz del mundo apareciendo en mi vida, me haces aun más feliz diciendome que estas embarazada... -suspiré. Como continuara con aquella agitación iba a tener quedarme una buena ducha de agua fria para calmar los animos- Pero esta bien... Creo que al cuarto le quedara bien un color blanco por el momento. Mañana iré a buscar los materiales y me pondre en estas semanas con ello, no hay prisa, pero quiero mantenerme ocupado contigo y con las cosas necesarias para la criatura.

Por lo menos había logrado alargar lo de la habitación para unas semanas. También podía cambiar un poco nuestro cuarto... Y comprar una cuna. ¡Cierto! Necesitabamos una cuna, pero aun no, demasiado pronto... Sonreí a Jacque y le dí un fugaz beso en los labios, volviendo a sonreirle y a besarla de nuevo.

Levanté una ceja ante sus palabras, estaba claro que no iba a cansarme de ella. ¿Como iba a hacerlo? Jacque se tenía en muy poca estima asi misma, no me gustaba que pensara que yo iba a dejarla por que era demasiado mayor para mi o cosas por el estilo. Suspiré negando a veces me parecía muy exagerado las cosas que decía sobre si misma.

- Jacque... No voy a cansarme nunca de ti y es evidente que si tu te quedas siempre a mi lado voy a ser feliz. -Le dí un toquecito suave en la nariz mientras volvía a besar sus labios despacio- No me gusta que digas esas cosas, es como si realmente pensaras que me voy a ir con otra y no es así. Yo voy a amarte siempre mi vida y eso no cambiara nunca.

A veces, la maayoría de ella la actitud de Jacqueline hacia si misma lograba deprimirme, pues no veia forma de que eso cambiara en su carácter de que se mostrara como una mujer un poco más positiva. Si, es cierto que tenía un carácter fuerte, pero en lo que respectaba a hablar de si misma, no me gustaba me dijera aquel tipo de cosas.

Sentí aquel agradable beso en mi cuello y no pude ocultar una sonrisa. Si hacia falta se lo repetiría en ocho años y en todos los que ell quisiera. ¿Por qué iba a dejar de quererla? Suspiré negando levemente, mi Jacque siempre lograba sacar mi parte más tierna.

- Te lo repetiré de aqui a ocho años, de aqui a veinte y de aqui a la eternidad si tu me lo pides. -Dije sonriendole levemente- Yo solo quiero que sepas que siempre voy a estar contigo Jacque... -Susurré besando yo su cuello ahora.

Me estremecí al contacto de su piel. Me gustaban aquellos momentos en los que no podiamos resistirnos el uno al otro y acababamos haciendo cosas más intimas o simplemente jugando como niños a querernos. Cada segundo a su lado era especial... Cerré los ojos inspirando su aroma mientras sentía como mi cuerpo se relajaba.

Correspondí a su beso, sonriendo anteriormente cuando aseguró que era demasiado egoista. No me importaba que lo fuera, no me importaba nada en absoluto. Es más, me gustaba sentir que me quería tanto como para decir que ella misma era egoista al quererme solo para ella. Si intentaba tentarme iba a conseguirlo por que la verdad es que sus besos realmente podian conmigo. Me separé despacio cuando aquel beso acabó, la miré y sonreí.

- Señorita Roux, esta usted tentandome demasiado con sus besos y eso podría suponer un peligro para usted... -Dije susurrandole mientras besaba su cuello despacio, subiendo por un lateral hasta el lobulo de su oreja.

Quizás era extraño, pero lo movimientos de Jacqueline me habian sugerido cierto juego y yo había seguido ese juego. Aunque alomejor me precipitaba demasiado diciendole aquello... Ahora que estaba embarazada no sabía si podiamos continuar con aquellas cosas o no, aunque creía perfectamente que si hasta que ella alcanzara un determinado mes.

Asentí a sus palabras, lo sabía, sabía perfectamente cuanto adoraba ella aquel peligro. Le gustaba jugar con el fuego que despertabamos entre ambos en aquellas condiciones. Continué besando su cuello, mordiendo este ligeramente mientras sentía sus manos acariciarme. Mis manos también acariciaron su cintura despacio levantando ligeramente la ropa que llevaba puesta, conocía la piel bajo la tela, ansiaba su textura. Ansiaba acariciar por completo su cuerpo, tallar mi amor con besos sobre su piel y sus labios y fundirme con ella como tantas veces habiamos hecho.

Nunca me cansaría de aquellos momentos. De sentirme unido a Jacqueline, de disfrutar de su agitada respiración en aquel acto... Busqué sus labios nuevamente en un profundo beso que intenté alargar tanto como puder. Pronto empecé a sentir que la ropa sobraba, estaba de más, nos impedía acariciar el cuerpo del otro.

Sentí el ambiente caldearse... Todo estaba en silencio y este solo quedaba roto con nuestras palabras, nuestra respiración o el deslizar de la ropa sobre nuestros cuerpos para luego caer al suelo con un suave murmullo...