Rol Global: La Manada se reune...

El último rayo de sol se despedía del cielo, ocultándose en el horizonte, el fuego ya había comenzado a arder en mitad del claro, cercano a la roca que identificaba un lugar al que solo los licántropos sabían llegar, y, aunque su brillo plateado aún no podía percibirse, la luna ya se asomaba en el cielo....

Citación :

"...Hermanos,

El horror al que nos enfrentamos es demasiado grande, la sombra de la amenaza se cierne sobre nosotros. Una amenaza que es la misma que ha sido durante toda nuestra existencia: el hombre. Ya son muchos de los nuestros los que han caído bajo su yugo en las últimas semanas, y son pérdidas irreparables...

Por eso os convoco en el claro del bosque, para prepararnos y no permitir que ningún lobo más vuelva a ser tratado como presa de aquellos a los que nosotros debemos cazar. Para poner fin a este crimen contra nuestra raza y mantenernos unidos.

Os espero el domingo, cuando el último rayo de sol se haya escondido en el horizonte, cuando la luna que nos acoge se asome al cielo...

Att:
G.S."

Con el envío de aquella carta, todos los miembros de la manada estaban avisados de que aquella noche acudir a ese claro sería vital para su supervivencia. Por ello, poco a poco van llegando, algunos en pequeños grupos, otros en solitario, aunque enseguida se juntan con algun otro.

Las conversaciones separadas de unos y otros, llenan el ambiente de cuchicheos... Y es que la incertidumbre, el miedo, y las dudas sobre si aquel que les lidera sigue estando capacitado para ello, vuelan por el aire. Algunos se muestran leales, asegurando que Gabriel vendrá con una solución. Otros aseguran que la joven de la que habla la profecía, que la mayoría cree firmemente que es Liah, ha vuelto para guiarles a la victoria. Y unos pocos se preguntan si el rumor de que Jeremmy Silverfang ha vuelto es verdad o mentira, como si esperasen verle aparecer de un momento a otro...

Elucubraciones varias, pero sea como sea todos coinciden en una cosa: exigen una respuesta ya. Y con esa exigencia esperan, sin cesar en sus conversaciones cuchicheadas entre susurros.

Aclaraciones:
-Nuevamente no establecemos unos turnos globales entre todos, al menos no hasta la llegada de Gabriel. Podéis ir hablando entre vosotros, conversando sobre lo que sucede y elucubrando sobre lo que puede ser realmente, es decir, son turnos entre vosotros. (Tampoco os hagáis tres páginas de rol entre dos solos sin que postee nadie más, obviamente xD)
-No exigimos post muy largos al ser un evento global, pero tampoco queremos cuatro línea.
-Ya sabéis, todos los lobos podéis participar. De hecho, cuantos más mejor, no os cortéis, que entre lobos no solemos mordernos ^^
-Como dijimos en el anuncio enviado, la mayoría está descontento con el método que el líder está utilizando, creéis que las cosa se le va de las manos y exigís respuestas. No obstante, también hay alguno que está seguro de que Gabriel tiene sus motivos para no haberse pronunciado hasta ahora.
-Gabriel se unirá una vez la gente vaya llegando, así que... Proceded ^^.

Ya hacía tiempo que la carta enviada por Gabriel había llegado a mis manos y a manos de Jacque y por supuesto ambos sabiamos que no se esperaba nada bueno con aquella reunión, sobretodo después de las recientes noticias que habiamos tenido sobre los asesinatos de muchos de los nuestros por manos de los cazadores. Estaba preocupado, por Jacqueline, por Gabriel al cual no veia desde hace tiempo... Estaba empezando a pensar que quería esquivarme, tenía que pedirle disculpas por no haberle contado lo mio con Jacqueline, me sentía mal conmigo mismo y por supuesto, me sentía un traidor como amigo.

Detuve el coche en la carretera frente al bosque y bajé yo primero, ayudando a Jacqueline a hacerlo. Pronto estuvimos adentrandonos cada vez más y justo cuando estabamos llegando cuando escuché los murmullos. Sabía perfectamente de que hablaban, de Liah, de las esperanzas en Gabriel... Yo tenía fe ciega en la manada y en las decisiones que tomara Gabri y por supuesto apoyaba cualquier cosa que el propusiera, pero no podía evitar tener cierto temor por lo que podía suceder.

Llevé a Jacqueline conmigo hasta un lugar junto a la roca donde solía presidir el líder las reuniones y mire a Jacqueline - Estoy seguro de que podremos encontrar la solución a lo que ocurre... También, aprovecharé para hablar con Gabriel y pedirle disculpas. No me siento demasiado bien sabiendo que le he ocultado cosas muy importantes a mi mejor amigo. - Tomé la mano de Jacqueline y besé su dorso despacio, situandome junto a ella.

Tras aquella noche, donde muchos salieron parados, algo que todos no, nos habíamos esperado. Pero no solo nuestra raza quedo mal parada, humanos no pudieron salir con vida de aquello. Era una verdadera tragedia y tal vez una pequeña bomba que estallo y que ahora pasara factura. Y hay, una carta para todos los lobos, una reunión algo que se predecia hasta ahora.

Ahora mismo muchos de nosotros queríamos respuesta, queríamos saber que pasara o que haremos y cual es el plan que tiene Grabriel. Por supuesto yo era una de las que quería saber el siguiente paso. Esta bien, durante un tiempo me aleje de la manada para cantar y puede que aun tenga resentimiento hacia las personas que en su día me abandonaron pero, por eso acababa hechandole la culpa a todos los lobos, y eso era un verdadero error pero, aquí estaba, junto a muchos lobos quienes esperan a Gabriel.

Rumores que el hijo de Gabriel había regresado muchos pensaban que era falso o puede ser cierto. Yo era de las que pensaba que era verdad dado que aquello no era un simple rumor. Estaba en el lugar donde dio su aparición pero apenas pude hacer otra cosa que salir de aquel lugar.

Pero después de aquello no había visto a nadie. Casi a nadie. Quería saber como estaba Eithne. Pero esperaba que estuviera bien. Me quede a la espera a un lado, apoyada en el tronco de un árbol. Aunque también quería saber algo de Kiefer no sabía nada, a mi parecer había salido tal vez del lugar pero apenas estaba prestando atención a algo así. Suspire intranquila y de aquel pequeño paquete de tabaco que tenía, saque un cigarrillo y lo encendi. Venga, sesupone que lo había dejado. Cantaba, esto no era bueno para mi voz. Era lo que me decía pero ahora mismo no estaba en la condición de pensar en mi talento vocal. Le di unas sauves calada mientras esperaba. Al mirar al frente pude ver la silueta de Tyler. Pero, ¿dónde rayos estaba? Hacia tiempo que no lo veía. También pude ver la mujer que estaba a su lado. Sí, al final la conocia. Seguro que había sido una bomba para Garbiel al enterarse del embarazo de Jacqueline. Me quede en el mismo lugar aun con el cigarrillo.

Volvía a sentir levemente la angustia…y el miedo, aunque esta vez era totalmente distinto y sabía que era algo que se podía palpar en el aire de la manada, estaban habiendo asesinatos…los cazadores nos rondaban y todos teníamos gente a la que proteger…familias a las que cuidar…por suerte y con bastante egoísmo para mí no había muerto nadie importante, si, era una lástima…escalofriante saber que alguien al que has mirado a los ojos, con el que has cazado a muerto a manos de los cazadores…pero esa angustia era más por mi familia, porque podríamos ser nosotros los siguientes, que por pena.

El coche se detuvo y enfoque la vista por la ventanilla, todo parecía en calma dentro de ese coche y sabia que cuando pusiéramos los pies fuera, sería una clama comparable a la de antes de la tempestad…pero también sabia que Gabriel habría estado pensando algo, esta manada era su dedicación y no nos dejaría al descubierto…confiaba plenamente en el, en lo que no confiaba era en su carta…” Por eso os convoco en el claro del bosque, para prepararnos y no permitir que ningún lobo más vuelva a ser tratado como presa de aquellos a los que nosotros debemos cazar. Para poner fin a este crimen contra nuestra raza y mantenernos unidos.” La había leído varias veces y no me resultaba tranquilizadora, era cierto que los nuestros eran altivos…pero había algo en las letras que me sugería una guerra contra los cazadores…y luchar contra la plata…era mortíferamente peligroso, ¿Cuánto íbamos a perder? Bueno…al fin y al cabo no eran más que cavilaciones y suposiciones, todo estaba por ver a lo largo de esa noche.

Tyler me ayudó a bajar del coche y nos adentramos juntos en el bosque, que esa noche no era solo oscuridad, viento y arboles…también eran susurros y murmullos…murmullos desleales y de dudas que me ponen un instante nerviosa…había que creer…que confiar y agradecía mucho la cercanía de Tyler, los olores me parecían más fuertes y las criaturas de mi interior permanecían inmóviles, como si pudieran escucharles.

Escuché las palabras de Tyler y asentí, acariciando con los dedos una de sus manos, la misma que agarró para llevarse a los labios.

-Los amigos se perdonan…tranquilo-dije sonriéndole levemente-todo va a ir bien…-murmure mirando a nuestro alrededor.

Al final quede con Kyrie para ir a la reunion, pero quedamos en el lugar, me dirigi al claro donde daria lugar la reunion, hacia tiempo que no iba a una y la verdad es que tenia ganas de volver a sentir la energia de una caceria o de una simple reunion. El unico problema era que no pertencia a esa manada y no se como se tomarian la presencia de desconocidos.
Cuando llege al claro vi a algunas lobas y un lobo, asi que fui hasta una zona mas apartada algo marginada del resto, supongo que Kyrie no tardaria mucho en llegar al lugar. Pense esperanzada que a lo mejor mi hermano habia recibido la carta de la reunion y vendria, pero mis esperanzas de encontrarlos cada vez eran minimas y no verle como cada dia de mi vida me preocupaba bastante. Me quede apoyada en una coumna en silencio alejada de todos dentro de mis pensamientos.

Llegué un poco tarde al claro, Cassandra ya me estaba esperando. La encontré un poco apartada del resto, y caminé hacia ellos, mirando al resto de lobos que habían llegado. ¿Qué iba a ocurrir aquella noche? ¿Qué había pasado? La verdad es que tenía muchas ganas de conocer al alfa. Pensé en el lobo del concierto. Probablemente sería él... Escuché fragmentos de varias conversaciones, en las que se hablaba de Gabriel Silverfang y de Liah.... G.S... El alfa. EL jefe de la manada. ¿Quién era Liah? Supongo que lo descubriría pronto.... Me acerqué a Cassandra, quedándome a su lado.

-Buenas noches....- susurré.- ¿Qué tal va la cosa? He oído algunos nombres, el del jefe de la manada, y el de una chica que no conozco... una tal Liah.... ¿Sabes algo?

Miré a Cassandra con curiosidad. Tal vez eran demasiadas preguntas de una sola vez.. Pero no podía negar que estaba impaciente. Quería saber qué ocurría, y qué iba a pasar....

Asentí a las palabras de Jacqueline sintiendome más confiado tras ellas. El aire se agitó y el silencio que se había hecho se deshizo con un aullido... No era el aullido de un lobo, por lo menos no el de un lobo normal. Era algo mucho más fuerte, más poderoso sin duda alguna, pero sonaba más lejano, como si no perteneciera a este mundo. Me pegué más a Jacque apretando un poco más su mano, no iba a dejar que le pasara nada. Los murmullos de los presentes bajaron y ahora estos se centraban más en averiguar de donde salía aquel aullido tan extraño. No podía ser Gabriel, sin duda, el no aullaba así, ninguno de nosotros aullaba así. Puse todos mis sentidos alerta para saber de donde provenía el sonido y para estar preparado para cualquier posible ataque.

- ¿Qué ha sido eso..? - Realmente la pregunta no iba dirigida a nadie, pero me la había hecho a mi mismo en voz alta pues aun no lograba comprender que era lo que agitaba el ambiente. Los árboles se movian mecidos por el repentino viento. Cada vez estaba más intranquilo aunque intentaba por todos los medios calmarme y mantener la mente fria. Definitivamente aquello era algo inesperado.

¿Donde coño se había metido Gabriel? Siempre tardando con sus tonterias... Fruncí el ceño, no tenía que culpar a nadie, tenía que mantener la cabeza fria, procurar que no le pasara nada a Jacqueline.

Vi desde lejos llegar a Kyrie y me alegre de poder hablar con alguien por fin, aunque estaba tensa ante tanto lobo desconocido a mi alrededor; cuando Kyrie estuvo a mi lado me saludo y oi sus preguntas.

- Buenas noches, el nombre del alfa es Gabriel, ya habia oido su nombre antes de llegar a esta ciudad, y me temo que no se anda sobre esa Liah- dije en tono tenso.

Iba a comentarle si tenia alguna otra pregunta cuando note como movimiento alrededor, me estremeci entera y al oir aquel extraño aullido me tense entera y estire levemente los labios, lista para pelear.

-¿Que diablos a sido eso?- pregunte en con voz ronca-¿Y donde narices esta el Alfa? cuando quiera puede deleitarnos con su presencia- comente ironica

Y allí estábamos, montados en el coche. En esta ocasión había decidido conducir yo y el motor del Jaguar resonaba en el silencio de la noche por aquella casi desértica carreta. Pocos eran los que a la caída del sol salían de la ciudad y ese era otro de nuestro apoyo a la intimidad que nos daba el bosque en nuestras noches de reunión entre hermanos.

Mis ojos se mantenían en la carretera, sujetaba el volante con la mano derecha mientras que el codo de la otra reposaba en el paño de la puerta y mi mejilla en el puño de esa mano. El sonido del motor era lo que rompía aquella tensión que ni siquiera me había molestado en deshacer poniendo la radio. El silencio… Era tantas las cosas que necesitaba saber y quería decir, pero mi mente no se podía centrar en esos pensamientos tan egoístas con todo lo que teníamos encima, simplemente daba vueltas a un único nombre…

Miré de reojo a Eithne cuando habló escuchando sus palabras hasta el final, todo lo que quería decir sobre el antígeno -Eso sería buena idea…- Dije reafirmando sus palabras -Pero…- Últimamente no me gustaba dar peros pero en esta ocasión tenia uno y a mi parecer bastante razonable -El antígeno es adictivo…¿ Cómo podría cerciorarme de que no lo usan para otros fines?- Yo mismo había experimentado en mas de una ocasión el subidón físico que aquella “medicina“ ejercía sobre el cuerpo -Aun así… lo pensaré…- Concluí mirándola por un momento regresando luego la mirada a la carretera, tomando el volate con ambas manos desviándonos por el camino que llevaba al linde del bosque -Si desconoces algo no tienes más que preguntarlo- Me referí a aquel tema sobre el antígeno, ¿o no? Creo que inconscientemente le daba pié a preguntar cosas sobre mí para conocernos mejor, dando así lugar a una serie de preguntas y respuestas por parte de los dos, pero eso sería en otra ocasión, este no era aquel momento que ambos necesitamos, el momento que ambos ansiábamos.

Detuve el coche, apagando el motor, dejando que los sonidos de la noche fueran los ahora presentes, la miré cuando abrió la puerta entreabriendo los labios para decir algo, palaras que no vieron la luz ante el adelanto de ella. Una vez más nuestros ojos se encontraron en aquel duelo azul y ambarino que nunca veía fin – o que no queríamos verlo- Sin apartar esa fija mirada, ahora de nuevo algo cansada, de aquellas orbes azules, noté como recolocaba aquellos despeinados mechones que caían por el peso de la humedad del pelo.

No me opuse ante su proposición, aunque mis labios en un primer intento habrían propuesto lo contrario. No me avergonzaba para nada entrar al claro con Eithne ¿Por qué debería? Eso era lo que pensaba, pero también era cierto que…era algo precipitado el presentarme con ella ante todos… aun era demasiado pronto…

Entrecerré los ojos levemente al notar aquella fugaz caricia, sin impedirle salir del coche, a través de la ventanilla la observé hasta perderla en la espesura de los arboles. Fue entonces, cuando mi nuca reposó en el reposacabezas mirando el techo del vehículo descendiendo la mirada al reloj por un instante. Tras un suspiro palmeé el bolsillo del pantalón notando el paquete de tabaco y salí del coche mientras sacaba el susodicho contenedor de cáncer sacando uno de esos cigarros malignos el cual prendí para darle una calada lenta y profunda, a espera de que aquel tiempo pasase, dando aquel margen.


Fumaba tranquilo, con los brazos semicruzados apoyado en el capó del coche, mis ojos fijos en el suelo intentando buscar las palabras que debía decir ante la manada…seguramente todos esperaban alguna respuesta a lo sucedido alguna solución, y yo solo tenía un nombre para darles… un nombre que no me molestaba en pronunciar por lo indigno del mismo. Un profundo suspiro, que expulsó algo más que aire de mis pulmones, consiguió relajarme brevemente. El silencio de la noche se vio roto por un aullido, alcé la vista al bosque -¿Qué demonios…?- Fue lo único que mis labios dejaron escapar mientras mi mano dejaba caer el cigarro al suelo, siendo este pisado por mi paso hacia el bosque para adentrarme en el. Aquello no era nada que entraba dentro de mi conocimiento, era un aullido lleno de misterio, nada oído hasta ahora por este viejo lobo.

Mi paso se apresuró, convirtiéndose en un trote intentando llegar a la fuente de aquel extraño aullido, que –a pesar de no conocerlos a todos- sabía que no era de ninguno de nuestros hermanos, era algo mas, era algo mayor…ni siquiera se me asemejaba al aullido de mi padre y antes de él, no conozco a ningún otro más antiguo de entre los nuestros.

Mi entrada al claro fue algo estrepitosa, mirándolos a todos los ahí reunidos, formando aquellos corros, seguramente habían escuchado lo mismo que yo, con los ojos buscaba la confirmación de los más allegados y cercanos, localizando rápidamente a Tyler y a Jacqueline. Mis orbes continuaron barriendo las expresiones de todos deteniéndome momentáneamente en Eithne, de una manera casi inapreciable para los demás, pero notoria para la receptora de aquella mirada.

Alcé la mano para pasarla por mi cabello desordenado por aquella casi carrera, quedándose este medio peinado hacia atrás gracias a la humedad que este presentaba, mezclado con el aire húmedo del propio bosque, el olor a jabón creaba un halo invisible a mi alrededor.

Mis pasos se desviaron de la base de la roca rodeándola con calma, aun no sabía que iba a decirles más después de aquella repentina visita de aquel lobo extraño, del cual esperaba aparición