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| Una noche con Jane Doe [Libre] | |
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CiBach Blaidd Lobo
Mensajes : 66
| Tema: Una noche con Jane Doe [Libre] Jue Abr 29, 2010 3:16 pm | |
| Muchos dirían que aparecer en medio de un cementerio a las altas horas de la madrugada era de locos, otros que era maravilloso, y así sucesivamente hasta escuchar más de mil opiniones, algunas con coincidencias y otras no. Ese día en concreto era de aquellos en los que deseas quedarte en casa y no salir de allí porque sabes con total perfección que si acabas saliendo todo saldrá mal. Una pena claramente ¿Quién quería quedarse en casa para disfrutar de la increíble programación televisiva? CiBach no era una de ellas. La joven madre se había pasado varios meses preguntándose las preguntas más frecuentes de una madre cuya explicación a su hija no tenía sentido ¿Cómo explicarle a una hija que su padre era un asesino, un lobo y que había secuestrado a su madre? Eso era lo que CiBach aún no tenía claro, el cómo explicárselo el día de mañana, tarde o temprano la pequeña crecería y la verdad ante ella aparecería, tanto si le gustase o como si no.
Su viaje de vuelta a Francia solo había conseguido confundirla más de lo que estaba, y dañarla mucho más en su interior. Ella creía que podría acabar rehaciendo su vida de una forma tranquila y serena, lo que no fue verdad, Cibach solo pudo recordar horribles sentimientos que creía olvidados en lo más profundo de su corazón, pero no era el caso, ellos seguían ahí, más vivos que nunca, si no fuera por la fuerza que en su interior residía, ella no estaría entre todos aquellos seres en la Tierra, sino en alguna tumba del cementerio con una lápida que diría “CiBach Blaidd-Una completa desconocida-Una supuesta buena madre” Tan sólo de imaginárselo le entraba la risa, claramente era para no tener que llorar, todo empezaba a superarla más de lo que su mentalidad podía aguantar o sobrellevar. Se había convertido en una absoluta cobarde.
Con todos sus análisis referentes a sus sentimientos y a su vida decidió encaminarse hasta el cementerio, donde allí podría disfrutar de la verdadera frescura de la noche y de su eterno silencio. No creyó que fuera nada traumático llevarse a la niña con ella, era un bebé y aguantaba muy bien las salidas nocturnas, sobretodo porque Cibach llevaba tiempo haciéndolo, incluso desde el primer día en qué nació. Llevaba puesto ropa habitual para salir por ahí cuando fuese y un mono que sujetaba al bebé en su pecho para poder caminar con soltura sin tener que llevar el estruendoso carrito. Ambas salieron de su casa con normalidad, aunque para el taxista que las conducía hasta el cementerio no opinase lo mismo por la manera en la que las observaba, parecía tener miedo o simplemente se extrañaba de que fueran a esas horas a pasear por el maravilloso cementerio que tantas leyendas había infundido en Bucarest. Una vez allí se bajaron y comenzaron a caminar.
La suave brisa de la noche las azotaba a ambas por igual, exceptuando que con suma delicadeza CiBach posaba su mano en la cabeza de la pequeña para que no sintiera la brisa de alguna forma más fuerte. Sumida en algún que otro pensamiento llegó a recordar lo que sintió aquel día, el día en que tuvo por primera vez a Izel en sus brazos, algo tan inexplicable como la vida misma. Era lo único por lo que verdaderamente CiBach agradecía todo lo que le había ocurrido en el pasado, ella sentía que todo le había ocurrido por un motivo, tener a Izel. Sino no hubiera ocurrido aquello, Izel no estaría con ella, no la habría tenido y entonces estaría perdida, sola y sin rumbo en la vida, un rumbo que aún le costaba ver pero que sin Izel estaría completamente ciega. Finalmente llegó a una lápida vieja en la que ponía “Jane Doe” entonces se sentó ante ella y susurró:
-No te conocemos, no sabemos quien eres, pero como a todos los demás te mereces ser visitada, por ello estamos aquí y no dejáremos que pases esta noche sola –Más macabra no podía ser esa escena. Sonrió y se apoyó en la lápida con una mirada completamente serena, sin preocupaciones mientras que con su mano derecha acariciaba la cabecita de Izel. | |
| | | Níobe Targaryen Lobo
Mensajes : 108
| Tema: Re: Una noche con Jane Doe [Libre] Sáb Mayo 01, 2010 12:26 am | |
| De todos los lugares en los que acudir cuando uno se fuga de casa, seguro que el cementerio no es el primero de la lista de nadie con dos dedos de frente. Pero la pregunta es, ¿tiene Níobe Targaryen dos dedos de frente...?
...No.
Por eso está ahí, con la mochila llena de prendas de ropa arrugada que probablemente resulte en conjunto incombinables entre sí, dado que ha cogido un montón del armario al azar. Además de eso lleva dentro su inseparable cuaderno, su violín, y un montón de sueños rotos e invisibles. En realidad ha sopesado más de una casa a la que acudir pero, sin embargo, no ha sentido que sea ese el destino que debe tomar. En lugar de eso, sus pies la han llevado hasta ese lugar que se ha convertido en su confesionario particular.
Enfundada en una larga falda azul oscuro y una blusa sin mangas color blanco, cubre sus hombros con un fino chal a juego con la prenda inferior, y camina sin apenas hacer ruido con unas botas sin tacón. Su cabello rubio adquiere un matiz plateado gracias a la luz de la luna, y sus ojos grises parecen muy cansados. Demasiado. Y es que la discusión con Cédric es para estar cuanto menos agotado. Sabe que él la estará buscando por las calles de Bucarest, sabe que removerá cielo y tierra por encontrarla, y sabe también una cosa: que no tiene cojones para visitar la tumba de sus padres. Le duele en el alma saber que le está haciendo daño, pero es que sencillamente tiene que dejar que pasen los días, dejar que entienda hasta que extremo puede quedarse completamente solo si sigue emborrachándose de rencor día tras día y buscándose a si mismo en fondos de botella que, obviamente, no le contienen.
Níobe se dirigía, como es obvio, a las tumbas de sus padres pero, de camino a estas, hay algo que hace que se detenga y tome otro camino. Mejor dicho, alguien. La joven esboza una sonrisa que expresa tanto grata sorpresa como triste amargura, y se dirige hacia donde CB y su bebé visitan la tumba de un alma sin nombre propio pero que seguramente, alguna historia digna de ser contada tenga: Una Jane Doe... No dice nada a modo de saludo cuando llega hasta ambas y deja caer la mochila a sus pies, agachándose a abrirla. Sabe que con su mejor amiga no va a necesitar palabras, que va a entender su gesto a la perfección, y por eso se limita a volver a sonreír, esta vez para ella y el bebé, sacando su violín de la funda.
-Hola, Jane Doe -Saluda, situándose junto a CiBach, recta, y colocando el violín en la posición adecuada- Mi nombre es Níobe Targaryen... -Se presenta, como si realmente la mujer que yace en aquel lecho olvidado pudiera escucharla- ...Y esta es tu canción...
Y con estas palabras comienza a hacer sonar en las cuerdas una triste pero hermosa melodía. Cierra los ojos y se deja fluír, acariciando, sintiendo y viviendo cada nota que, en aquellos momentos, nace de su alma. | |
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