No digo que sea Picasso, pero... supongo que no pinto taaan mal. {Libre}

Estaba sentada debajo de un árbol de la Plaza de la Unión, con mi cuadernillo de dibujo y mi valija de lápices de colores. Buscaba inspirarme, que alguien inspirase el deseo de pintarlo. Aunque, claro, nadie me llamaba la atención. Por lo menos... no lo suficiente.
Me dediqué a pintar el banco que tenía a unos metros de distancia, y a su lado un farol con el vidrio roto, y de fondo algunos arboles. También el caminito de hormigón del piso, y el cesped. Y un pequeño pedazo de cielo, de fondo.
Sinceramente, aunque en el fondo sabía que no pasaría, deseaba con todas mis fuerzas que alguien se sentase en ese banco, o que se apoyase en el farol.
Un perro, una ardilla, un hombre, una mujer... lo que sea.
Solo deseaba pintar algo diferente a lo que había pintado hasta ahora: el banco y el farol.
A veces sentía que simplemente todo y todos me ignoraban, que deseaban que yo fuera otra persona, alguien... especial. Alguien diferente a quién era actualmente. Aunque claro, nadie lo sabía porque yo mostraba mi fachada de niña feliz y positiva... pero en el fondo, muy en el fondo, yo sabía que no era tan así. Sabía que habían días en los que quería intentar suicidarme nuevamente, y reunirme con mis padres... pero luego pensaba en Lucius y me daba ése noséqué de dejarlo a él solo, y sintiendose culpable...
Simplemente, yo era dos personas en un cuerpo. O al menos así lo sentía.

Humano Mensajes : 24

Domingo. Medio día. 'Nosotros nos encargamos, tómate el día libre, mujer, que es domingo, o en lugar de ser médico serás paciente'. No quise quedarme en mi casa, pensando en todo lo que me perdía del mundo exterior, por lo que me dispuse a dar una vuelta por la plaza. Me vestí algo informal para mi gusto: pantalones de mezclilla stretch, oscuros, blusa rosa, suéter ligero de un tono rosado un poco más subido que el de la blusa y zapatos plateados igual que el bolso. Me puse un moño en el cabello, maquillaje ligero y salí.

Caminé, porque lo que yo quería era distraerme. Compré un helado en un pequeño puesto que estaba ahí, no estaba de humor para pretensiones, y miré todo con detenimiento. La estatua, los árboles, la gente... me di cuenta de que todas las personas se entretenían con cosas simples y comunes. Suspiré, estaba en una plaza, no en un centro de cultura o algo parecido.

Justo mientras pensaba eso, a lo lejos vi que alguien pintaba. ¿En realidad pintaba o ya estaba enloqueciendo? Me fui acercando y vi que era una chica quien lo hacía, pero estaba como de espaldas así que no distinguía si pintaba o dibujaba. Decidí acercarme más, no perdía nada. -Disculpa si te interrumpo el flujo creativo pero, ¿qué haces?-

No me sorprendería que me dijera "No es evidente?", pero mi humor era bueno en ese momento, a pesar de todo. Además, uno siempre puede defenderse, no?

Estaba terminando de dibujar con el lápiz el farol, cuando una voz sonó a mis espaldas. Me dí la vuelta, y ví a una chica de cabello negro, que parecía rondar los veinte años. Miré una vez mi dibujo en lápiz sin terminar, y la miré a ella nuevamente. -Bueno... supongo que mato tiempo. No es que se muy interesante dibujar un banco, un farol y árboles...- murmuré, con una pequeña sonrisa.
Dejé a un lado mi cuaderno, y me puse de pie. -Hola, soy Lucie.- me presenté, tendiéndole la mano.
Para mí, no era difícil hacer amigos. Tenía una personalidad muy extrovertida y sociable, y eso me ayudaba a conocer gente facilmente.
Le sonreí con amabilidad, esperando a que se presente.

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