Noche de lobos…Noche especial [Tyler]

Seguí a Jacque hasta un pequeño claro. Ese si que no lo conocía. Me miró y dijo que me dejaba solo unos minutos. Cuando se marchó aproveche para dejar la manta en el suelo e ir yo mismo a dejar la ropa tras unos arbustos no demasiado lejos. Era una noche preciosa y hacia algo de frio, frio que sentí cuando me estaba quitando la ropa pues casi me congelo por completo. Suspiré y cerré los ojos, el cambio iba a costarme.

Me centré en cambiar intentando relajarme y pronto comenzo. Los musculos se tensaron empezando a cambiar de forma, me había olvidado de lo que dolía hacer aquello, pero me acostumbré pronto pues mis instintos cobraron vida derrepente con ganas de pasar una noche entretenida. Cuando el dolro remitió ya no era humano, era aquel lobo grande en el que siempre me había convertido. Mis colores se mezclaban y no llegaba a saber de que color era realmente. Me pasé la lengua por el hocico para humedecerlo un poco y salí de tras los arbustos para correr al claro en busca que Jacque.

Al verla allí me impresioné. Hasta en su forma de loba me gustaba. Si, me gustaba. Emití un suave gruñido a modo de aviso, para que me viera, aunque ya sabía que por el olor se había percatado de mi presencia.

Estiré las patas delanteras y eche ligeramente las orejas hacia atras para luego lanzar pequeños bocados al aire indicandole que tenía ganas de jugar un rato. Cuando vi que no se movía me erguí, era una loba un tanto presumida y eso me hacia gracia. Me acerqué a ella y volví a repetir la posición de antes retandola a correr un rato.

Si, era gratificante poder estirar las cuatro patas. La verdad es que era estupendo poder volver a estar así. Corrí en circulos alrededor de Jacque. ¿Como me veria ella? Apostaba que seguramente como un cachorro ya que no paraba quieto ni un momento.

Miré la luna un segundo y sonreí para mis adentros. Di una vuelta más alrededor de la loba y luego me eche a su lado agachando las orejas y levantando los ojos, a ver si así conseguía que jugara un poco.

Me levanté enseguida cuando Jacque saltó por encima de mi. Al parecer ya había empezado a jugar. Corrí tras ella siguiendola de cerca, que poco entrenado estaba apenas podía alcanzarla. Jacqueline era estupenda y mis instintos de lobo me decian que también era buena... Buena corredora Tyler, muy buena corredora. Tenía que apartar la cabeza de aquellos pensamientos, era muy fácil perder con tanto instinto golpeandote las sienes.

Adelanté a Jacqueline y me giré quedando ante ella para que se parara, alzando las patas delanteras para jugar. Al caer me incliné un poco salté a un lado y a otro esperando ver su respuesta. Todo era más fácil así como lobos, más animos y tranquilidad, era nuestra forma natural y yo la apreciaba más que a nada.

durante todo el día había intentado imaginarme como sería la noche y la verdad es que estaba dando mucho de si. La cena había estado bien, pero nada comparado con esto. Abrí las fauces y bostecé esperando que Jacqueline se moviera, me hacía gracia lo coqueta que era siendo loba.

Jacque me empujo con el hocico tras dar una vuelta a mi alrededor. Estaba feliz y se notaba bastante por que no paraba de mover la cola, yo estaba igual que ella. Todo resultaba tan perfecto. Fui en su busca y me alcé un poco para jugar mordiendo levemente sus orejas y empujandola para que cayera. Cuando estuvo en el suelo me coloqué sobre ella y pasé la lengua por su hocico apartandome luego.

Menos mal que eramos lobos por que si no aquello siendo humanos hubiera sido un beso de pelicula. Abrí la boca para coger aire mientras corría alrededor de Jacque, intentando morder su cola. Luego me agaché nuevamente y heché las orejas hacia atras gruñendo como si la esperara para una pelea. Me quede con las ganas pues parecía que aquella loba no peleaba.

Si no lo hacía por los menos haría otra cosa. Me plante ante ella y abría las fauces para intentar morderle las orejas. Era un juego de crios y menos mal que estabamos solos por que si no cualquier hubiera pensado que no estabamos bien de la cabeza.

Vi como Jacque se alzaba sobre las patas traseras para atraparme. No me lo esperaba por lo que cai al suelo quedando bajo su dominio de hembra. Me quede completamente quieto boca arriba, con las patas encogidas y la lengua fuera, soltando un quejido lastimero a modo de rendición. La verdad... No me importaba estar así. Es más, no estaba nada mal. Se le daba bien el papel de hembra dominante.

Me quede mirandola mientras multitud de pensamientos pasaban por mi mente. Estaba claro quetenía ganas de seguir jugando y la noche era realmente propicia para eso. Me giré quedando acostado bajo Jacqueline y levanté una ceja para ver que hacia esta vez. Cerré los ojos y me hice el muerto de forma comica.

Ser lobo era estupendo a veces, podías hacer locuras sin la necesidad de que la gente te mirara mal por ello. Continué en esa postura para ver que hacia Jacque. Realmente me encantaba y si en algun momento se notaba nuestra confianza era en ese. Como lobos podiamos demostrar más que siendo humanos, habia menos restricciones.

Mordió mi oreja y fue cuando yo me moví. Volví a pasar la lengua completamente por su hocico intentando zafarme de ella. Al ver que no lo conseguía me quede echado bajo ella. No sabía por que extraña razón me gustaba. Su pelaje era cálido. ¿Lo seria igual su piel desnuda? ¿En qué demonios pensaba? Después de aquel juego a ver como miraba a Jacqueline a la cara. Menuda verguenza.

Me moví ligeramente acomodandome. Fue en ese momento cuando ví la enorme manta. Si, aquella manta que me había hecho tener ciertas ilusiones. Alcé la vista para mirar a Jacque que parecía agusto con su pose de hembra dominante y controladora sobre mi.

Y yo que parecía completamente encantado de que ella estuviera ahi. Un pensamiento cruzó mi cabeza. Me di cuenta en ese momento de que querría protegerla de cualquier cosa si ella me dejaba, por que quería que estuviera bien. Sabía por lo que había pasado, sabía lo que ocurria entre ella y Gabriel y yo quería que ella fuera feliz.

Levanté un poco la cabeza atento a los sonidos de la noche. El bosque estaba vacio, eramos los unicos lobo allí aquella noche. Mejor. Mucho mejor, me gustaba estar a solas con ella. Compartir cosas con ella.

Jacqueline se echó a mi lado. Aproveché eso para moverme ligeramente para pegarme un poo más a ella, apoyando mi cabeza cerca de la suya. Se estaba bien ahora que habiamos gastado algo de energía y el momento prmitia que estuvieramos tranquilos. Volví la mirada hacia la manta y llamé la atención de Jacque dandole un toquecito con mi hocico. Señalé la manta con la cabeza. Allí seguramente estariamos mejor, aunque siendo lobo eso no importaba nada.

Cuando era lobo no importaba ir desnudo o tirarte en cualquier sitio o jugar como un cachorro. Al menos para mi. Me gustaba lal ibertad que tenía siendo lobo, había menos problemas, muchos menos. Ni trabajo, ni malas relaciones. Solo instintos básicos, de apareamiento... ¿Por qué pensría en ese primero? De alimentación y poco más. Eso era, así de facil.

Como veia que Jacque no se movía yo tampoco lo hice. Emití un resoplido y me quede acurrucado junto a ella cerrando los ojos para limitarme a pensar como un lobo más durante unos instantes.

Me di cuenta al poco de que Jacqueline había traido la manta. Cuando vi que se colocaba boca arriba sobre esta me levanté y antes de que se girara me coloqué sobre ella pasando la lengua por su hocico una vez más. Intenté dibujar una sonrisa, pero solo conseguí abrir más la boca y sacar la lengua para volver a lamerle el hocico por segunda vez. Apostaba que si nos daba por cambiar en aquella poscición habría más de un sonrojo y una disculpa.

Intenté que auqellos pensamientos se fueran de mi cabeza. Mientras tanto inmovilicé a Jacque mordiendo su cuello, pero como un juego y no como algo serio. Simplemente era juegos entre lobos que se sentía solos de alguna forma o intentaban darle algo interesante a su vida. Por lo menos yo lo veia así aunque admitiera que me gustaba Jacqueline y si hubiera tenido que pensar en forma una familia seguramente ella hubiera sido la mujer elegida.

Tyler... Deja de desvariar. Tenía que controlarme, pero este cuerpo de lobo no me dejaba, demasiado lanzado y emocional en la forma animal.

Sentí su lameton en mi hocico cuando la solté. Eramos animales. Era lo bueno de ser lobo, podiamos tranformarnos y pasar de ser seres racionales a ser pura emoción e instintos y eso era lo mejor. Nuestros pelajes se acariciaban y cuando consideré que ya había habido bastante me aparté de ella, tampoco era intencón de que pensara que me aprovechaba de la situación. Me quede sentado sobre mis cuartos traseros buscando sus ojos. Volveriamos a ser humanos cuando ella lo quisiera, pero volviendo a cambiar o no, no tenía ganas de irme. Tenía ganas de quedarme con ella, de que la noche no acabara.

Volví a observar la luna distraidamente. Sonaba a canción, pero ella era la única testigo que había de lo que habiamos hecho y de lo que nos quedaba por hacer, aunque no fuera demasiado, me conformaba con pasar más tiempo a su lado. Sacudí las cabeza un poco. ¿Me estaba gustando demasiado o eran cosas mias? Intenté no pensar en ello mientras buscaba su mirada una vez más.

Nuestros hocicos se rozaron y mi mirada se perdio en la suya, una vez más. El momento duró poco pues volvió a levantarse y esta vez parecía ir dispuesta a por su ropa. No quería irme, aun no. Quería estar con ella todo el tiempo posible. Emití un resoplido de resignación pero intenté que ella no se percatara de ello. Esperé hasta que se encaminara a los árboles para yo hacer lo mismo. Había sido bonito mientras duro.

Alomejor conseguía quedarme más tiempo con ella sin necesidad de cambiar de forma. Volví tras los matorrales y cambié despacio estirandome tras hacerlo. Me quede un momnto apoyado contra el tronco del árbol tras el que estaba, pensando en lo sucedido.

Empecé a vestirme despacio y cuando acabé me coloque un poco el pelo. Salí de detras de los arbustos sin la cazadora y me fui directo hasta la manta donde hacia unos segundos habiamos estado tumbados como lobos. Se me antojaba un bonito escenario... El claro, la luna, las estrellas y como no, la manta... Era perfecto para una escena romantica de novela donde los protagonistas terminan con algo más que un beso.

Esta vez no aparté el pensamiento de mi mente sino que lo mantve hasta que los pasos de Jacqueline que venian de vuelta atrajeron mi atención. Me daba cierta verguenza mirarl, pero acabé alzando la vista para mirarla con una sonrisa y algo de rubor en mis mejillas.

Jacqueline volvió al claro y... Uff, parecía que seguía siendo loba aun volviendo a ser humana. Me gustaba ese aspecto salvaje que tenía. Por suerte para mi no era el único que sentía algo de verguenza en ese momento. Aun tenía los sentimientos a flor de piel y a decir verdad era capaz de decirle cualquier cosa de las que pensaba.

- Hola otra vez. -Comenté devolviendole la sonrisa- Había pensado que quizás... Si a ti no te importa, claro. Podriamos quedarnos aqui más tiempo... La verdad es que esta siendo una noche estupenda y no me gustaría que se acabara tan pronto, es más, me gustaría que se alargara. -Si, mis sentimientos habian hecho que fuera capaz de decirles cosas como esas sin necesidad de tener vergeunza alguna.

No consideraba que hubieramos de tener verguenza ya que habiamos pasado un buen rato jugando como dos cachorros. Aunque la escena de la manta había sido algo más que un juego... Cierto...¡No! Solo un juego, solo un uego entre lobos. Di unos toquecitos a la manta indicandole que se sentara a mi lado mientras no dejaba de sonreirle.

Se sentó a mi lado asegurandome que tampoco quería irse y le parecía una noche estupenda. Luego hubo un susurro de su parte, un susurro que me dejo sin palabras y con la boca seca. Tragué saliva y la miré, sus ojos estaban posados en mi lo que en cierto modo no ayudaba nada, pero bueno. Ahi va...

- En un principio si... -Dije devolviendole el susurro girandome hacia ella levemente y bajando un momento la mirada para luego volver la vista a sus ojos- Pero, no se... Cuando estabamos aqui y yo me quede sobre ti, bueno... Me pareció algo más intimo que un juego.. -No me lo podía creer, acababa de decirselo, algo que nunca le hubiera confesado.

Pero bueno, ella me lo había preguntado y quería saber la verdad, al igual que yo también quería saber la verdad. En aquel momento cuando mordí su cuello en forma lobuna y se había quedado tan quieta y docil pensé que era un juego, pero que había algo más escondido en aquello, en aquel juego sobre la manta, algo invisible y fuerte escondido tras un telon formado por nuestra piel de lobos.

Mi pulso aumento su ritmo cuando escuché que a ella también se lo había parecido. Su pregunta me sorprendió. ¿Molestarme?

- Para nada... Todo lo contrario. -Confesé mirandola a los ojos aguantando su mirada sin perder de vista aquellos maravillosos ojos.

Aquel momento vivido había sido muy especial tan especial que vivirlo en nuestra forma humana me hubiera encantado, pero eso ya eram ucho pedir. Parecía el momento idoneo para dejar las cosas muy claras entre nosotros, era el momento justo de hacer preguntas y de hablar con sinceridad, por lo menos en mi caso.

Cualquier pregunta que Jacqueline tuviera respecto a mi la contestaría, sin dudarlo un momento, sin intentar buscar una escapatoría diciendole algo que no era verdad. No sabía cuando iba a durar aquel extraño momento para mi, pero lo aceptaba de igual forma por mucha verguenza que me diera, no quería tener secreto alguno.