Un paseo en pareja [Jacqueline] [+18]

Me abrazó y sus palabras fueron la respuesta que necesitaba, no iba a hacerla rogar como ella había dicho, aunque seguramente me hubiera resultado muy interesante. Pero quería consederserlo todo. Esta vez acomodé mi cintura entré sus piernas y entré despacio en su cálido interior. Cerré los ojos un segundo, solo un segundo que me provoco el placer de sentirme completamente unido a ella por primera vez. Empecé a moverme con ligeras embestidas despacio.

Había que sacarle todo el placer al momento y quería que ella lo disfrutara completamente, queria satisfacerla. Mis labios chocaron con los suyos una vez más saboreando estos. Las lenguas chocaron y las respiacion se gitaron en aquel momento en el que todo parecía ser puro placer, cariño y deseo.

En mi vida jamás me había sentido tan cerca de nadie como en aquel momento me sentía con Jacqueline. Ella era distinta, distinta a todo el mundo, distinta a mis ojos por ser la mujer especial para mi, por convertirse en mi vida. Por convertirse en la mujer de mi sueños.

Nos entregamos el uno al otro, en aquel acto que ambos habiamos permitido a pesar de que queriamos ir despacio. Alfinal ninguno de los dos habiamos podido aguantar y por esa misma razón habiamos acabado de aquella forma. Aumenté el ritmo un poco más alternando en algunos momentos. Si me paraba a pensarlo aquello era una romance bastante bonito.

Escuché los gemidos de Jacqueline mientras besaba su cuello. No podía parar de repetirme a mi mismo todo lo que me gustaban aquellos gemidos, lo que me gustaba saber que estaba disfrutando. Si era un sueño no quería despertarme, pero no lo era. Era real, podía tocarla, besarla, sentir el placer de los dos.

- ¿Te gusta? -Sabía que si pero, quería asegurarme con sus palabras de que aquello realmente le estaba gustando y no eran imaginaciones mias. Aunque sabía que Jacque era incapaz de mentirme.

En mi casa, los dos, unidos el uno al otro me sentía bien. Sentía que tras aquello había toda una vida por delante que ambos compartiriamos juntos para siempre, sin separarnos el uno del otro, pasara lo que pasara.

Su pregunta tenía una respuesta obvia, pero si ella había contestado lo justo era que yo también lo hiciera. Además, ¿por qué no? Escuchar como hablaba entre gemido y gemido me gustaba, hacia subir un poco más la temperatura.

- Me encanta... - Murmuré. Eran preguntas obvias que seguramente nos haciamos solo con el objetivo de escuchar al otro hablar en aquellos momentos tan pasionales y sin duda alguna muy profundos. Esperaba que se repitieran pues la verdad es que me encantaba.

Cedí cuando Jacqueline me giró para colocarse ella encima. Sentí y observé como sus manos se apoyaban en mi pecho en un gesto que se me antojo muy... ¿Como decirlo? Encantador, aunque apostaba que esa no era la mejor palabra para describirlo. El movimiento de sus caderas fue lento, tendría que costarle un poco moverse en aquella postura. Sujeté sus cadera y mientras acariciaba estas acompañaba sus movimientos de cadera con los mios, haciendo la pentración algo más profunda.

Deje escapar varios suspiros ante sus movimientos. Era como una especie de danza pues sus caderas se movian de forma hipnotica, pero era un baile tentador y muy placentero para ambos a la vez.

Cerré los ojos dejandome llevar por el placer que sentía en aquel momento no sin dejar de moverme para ayudar a Jacque, no quería dejarle todo el trabajo. Una fina capa de sudor curía nuestros cuerpos ahora. El calor, el movimiento, el deseo... Todo eso se respiraba en el aire, pero no haciamos aquello por satisfacernos unicamente, lo haciamos para entregarnos al otro por completo, no para disfrutar de un buen rato. Ahora solo quería pensar que siempre iba a ser para Jacqueline.

Deslicé mis manos por su cintura, subiendo poco a poco con la intención de llegar a sus pechos, desde mi posición era fácil alcanzarlos por lo que al llegar a esa zona comencé a acariciarlos una vez más sintiendo sus perfectas formas deslizarse bajo mis manos. La visión era perfecta, ella desnuda sobre mi, con la espalda ligeramente arqueada hacia atras mostrandose así en todo su esplendor.

Suspiros, gemidos, caricias, besos, palabras... Esa era la sinfonia que nuestros cuerpos componian para el otro, demostrando así el amor que sentiamos. Todo aquello que quedaba guardado en nuestra intimidad.

Mi cuerpo se estremecio casi al mismo tiempo que lo hacia el de Jacqueline y luego un placer inmenso recorrió todo mi cuerpo justo en el momento en el que Jacque gemia de forma sonora. Se dejo caer, abrazandome, correspondí a su abrazo mientras recuperaba la respiración. Sonreí. Me sentía bien, sentía que aquello era el paso que nos faltaba, nos habiamos entregado por completo al otro y me gustaba. Todo estaba bien, a ambos nos habia gustado.

Busqué sus ojos en silencio y me topé con su sonrisa. Aquella sonrisa que me hizo besarla de forma tierna y cariñosa. Había disfrutado aquel momento como nunca y esperaba que ella hubiera disfrutado de la misma forma. Ahora comprendía bien lo que era querer a alguien, dar la vida por esa persona y hacerla feliz. Y eso era lo que yo quería, hacerla feliz.

- Te amo... -Murmuré en su ido, despacio, casi en un susurro pues me faltaba algo de fuerza tras aquello. Mi pulso aun estaba acelerado y todo parecía ir más edespacio, pero no importaba. Quería quedarme allí con ella.

Acaricié su pelo despacio tras escuchar sus palabras con enorme alegría. Estaba cansado y la verdad es que moverme suponía un gran esfuerzo, es por eso que me limité a relajar el cuerpo mientras me calmaba del todo. Al escuchar lo de repetir alcé una ceja y miré a Jacqueline riendo levemente.

- Yo también querré repeitr... -Dije afirmando que me había encantado y que podiamos volver a hacer aquello cuantas veces quisiera y las que pudiera. Aunque apostaba que nunca me cansaría.

Iba a necesitar una buena ducha y la verdad, la idea de compartruna con Jacqueine me atraia, pero aun estaba cansado, me pesaba el cuerpo y no me iba a venir nada mal relajarme un poco.

Cerré los ojos ahora notando como empezaba a hacer algo de frio en el cuarto pues la actividad había cesado y ya no produciamos calor alguno. Rodeé a Jacque con un brazo pegandola a mi por completo mientras pasaba distraido una mano por su pelo inspirando su aroma.

Me sorprendió escuchar aquella voz tan dulce y casi infantil de Jacqueline. Ahora la veia tan encantadora, tan debil, como alguien a quien proteger y a quien protegeria para siempre sin duda.

- Claro que te acompaño, será todo un placer. -Comenté sonriendole. Me hacia bastante ilusión irme a la ducha con ella, primero que nada por que sería la primera vez que nos bañabamos juntos, apostaba a que si lo hubieramos hecho antes este momento se habría repetido más a menudo.

Me levanté cuando ella lo hizo y la tomé de la mano para llevarla al baño. La verdad es que con tanto ajetreo se me había olvidado que teniamos que cocinar, pero bueno aun había bastante tiempo para eso así que podiamos tomarnos en la ducha el tiempo que quisieramos y el que nos permitiera el agua caliente.

Cuando entramos en el baño me metí en la bañera, si, me gustaban las bañeras grande por si en algun momento quería quedarme ahi un buen rato. Abrí el grifo del agua caliente para dejar el agua a buena temperatura y acto seguido invité a Jacque a que entrara ella primero.

Colocó las manos en mis hombros y me arrastró hasta ella para darme un beso en los labios al cual respondí con ganas. Sus palabras hicieron que sonriera mientras me colocaba bajo el agua y me mojaba, por suerte el agua estaba caliente.

- Claro que puedes, yo empezaré a acostumbrarme. -Dije guiñandole un ojo para volver a besarla.

Me gustaba tenerla abrazada bajo el agua, sentir su piel mojada en contacto con la mia, besar sus labios, acariciarla. Aquello era fantastico, era como si el sueño que habia tenido durante tanto tiempo se hubiera cumplido después de todo.

Cerré el grifo cuando estuvimos los suficientemente mojados y cogí el champu para enjabonarle el pelo a Jacqueline. Pareciamos crios de aquella forma, pero para que negar algo que me gustaba. Tras enjabonar su pelo cogí el gel y empecé a enjabonar su cuerpo despacio al tiempo que bajaba besaba su cuello, sus pechos su vientre.

Me incorporé despacio cuando Jacque me aviso. Dejé que me enjabonara el pelo mientras observaba que lo hacia con un cuidado especial, me gustaba aquella forma tan dulce que tenía de hacer las cosas. Tras la cabeza pasó a enjabonarme el cuerpo tal y como yo había hecho con ella.

- No iba a ninguna parte, solo tenía cierto interes en enjabonar todo tu cuerpo. - Dije con tono inocente mirandola a los ojos para luego corresponder a su beso. En cierto modo había cumplido mi objetivo enjabonandola por completo.

Las manos de Jacque se deslizaron despacio por mis hombros y luego por mi pecho, tenía que reconocer que en cierto modo aquello era muy tentador y devolvía a mi cuerpo el deseo de volver a unirme a Jacque. Pero tenía que pensar friamente.

Cuando ambos estuvimos bien enjabonados abrí de nuevo el grifo y esta vez abracé a Jacqueline para quitarle yo el jabón despacio acariciando su cuerpo al hacerlo, recorriendo cada una de sus curvas.

Super que en varias ocasiones Jacqueline se reprimia de querer empezar algo más y yo también lo hice pues no queria parecer demasiado lanzado a sus ojos. Cuando ambos acabamos de quitarnos el jabon mutuamente estuvimos un rato más bajo el agua, disfrutando de caricias y nuestra propia compañía. Tras esto salí de la bañera y cogí una toalla para darsela luego a Jacque, cogí otra y empecé a secarme, alfinal como no tenía ganas de ponerme ropa aun me coloqué la toalla alrededor de la cintura.

- ¿Qué te parece si vamos a hacer la cena? -Pregunté saliendo del baño cuando Jacqueline lo hizo.

Ya me imaginaba como iba a ser eso de preparar la cena los dos juntos, seguro que con la tontería acababamos completamente manchados o quien sabe como. Sonreí mirandola y fui directo hasta la cocina donde miré en la nevera a ver que podía preparar para Jacque. Era la primera vez que le hacia de comer y no quería que fuera la última.

Levanté la vista de la nevera cuando Jacqueline volvió del cuarto. La bata le quedaba muy bien, por no decir del moño. Me gustaba verla así, siempre la veia muy bien arreglada, pero tenía que admitir que en sus momentos más normales me seguía pareciendo perfecta en todos los sentidos. Me acerqué a ella y rodeé con un brazo su cintura.

- Tenemos algo de pasta y de postre hay fresas con nata que sin duda considero que te gustaran. -Dije mirandola a los ojos, quedandome muy cerca de ella.

Me gustaban aquellos momentos a solas con Jacqueline, era como si estuvieramos casados y vivieramos juntos, aunque practicamente lo era por que normalmente elal venía a mi casa, dormía y comía y no mei mportaba. Me gustaba tenerla de compañia, me gustaba estar cerca de ella y compartir todos los momentos a su lado.

Correspondí a su beso y cuando se separó sonreí al ver con la energía que decia de querer empzar a cocinar. La verdad es que no estaba seguro de como ibamos a acabar mientras haciamos la cena por que al ver a Jacque solo con la bata tengo que admitir que me entraban ganas de repetir, pero bueno, ya habría tiempo de eso, ahora tenía bastante hambre. Saqué lo necesario de los armarios de la cocina y luego lo dispuse todo para empezar a cocinar, después de todo preparar algo de pasta no era tan dificil.

- Espero que no vayamos a quemar nada. - Bromeé colocandome tras ella para frotar sus brazos un poco mientras el olor de la comida empezaba a inundar la cocina.

Con la ayuda de los dos, en unos minutos todo estuvo listo así que no nos quedaba nada más que esperar a que terminara de hacerse para empezar a comer. Volví a acercarme a Jacque que estaba lavandose las manos y besé su nuca despacio, cerrando los ojos durante un segundo.

Tal y como había pensando, la cena tardó poco en hacerse. Sonreí a Jacque para luego poner la mesa y servir la comida. La cena transcurrió de forma agradable, empezabamos a hablar de planes de futuro o a hacer menciones sobre aquello de tener hijos.

Me gustaba que a Jacqueline le agradara la idea de formar una familia entre ella y yo. Y a mi me gustaba pensar en un futuro como padre, no podía negarme, apostaba a que saldrian unos cachorros muy parecidos a nosotros. Pero era hacerme ilusiones demasiado pronto, alomejor ella no esperaba tenerlos ya o si.

Al terminar de cenar recogimos todo y fuimos a por el postre y como siempre, como cada noche que pasabamos juntos nos fuimos juntos a la cama. El día había sido estupendo lo mirara por donde lo mirara. Habiamos dado un paso más en nuestra relación y el haberme entregado a ella me agradaba solo esperaba que a partir de ahora todo fuera mejorando.