Test de embarazo [Libre]

Jacqueline parecía querer tanto como yo aquello. Aunque fuera en el sillón, no importaba, para ese tipo de cosas ella y yo no teniamos tapujo alguno. Siempre y cuando fuera en nuestra intimidad y dentro de alguna de nuestras casas. No eramos rutinarios, pero tampoco nos excediamos de extravagantes en ello. Pronto nuestros cuerpos quedaron desnudos y unidos al del otro. Los suspiros se sucedieron uno tras otro al igual que los gemidos. Adoraba a Jacque en cada movimiento, cada caricia... Ella me hacia sentir estupendamente en todo momento y me encantaba que ambos pudieramos desbordar nuestro cariño por el otro en aquellos momentos.

¿Qué más podía pedir? Estaba con ella, la deseaba y amaba ibamos a tener un hijo y ahora disfrutabamos tranquilamente de los besos y caricias intimas del otro. El aire estaba completamente cargado y nuestros cuerpos desprendian calor por el roce y el continuo movimiento de ambos. Besé sus labios una vez más, sellando sus gemidos durante unos segundos hasta que volví a liberarlos.

Estaba entregado a Jacque y ella estaba entregada a mi. Me volteé para que ella quedara ahora encima. Mis manos acariciaron su figura y mi cuerpo se pegaba al de ella anhelante de su calor. Ambos no estabamos dejando llevar por el momento, sin pensar en nada ni en nadie. El sillón era comodo y tenía que decir que era la primera vez que lo haciamos en ese lugar.

Todo se volvió casi caotico, no había consciencia alguna, solo sentimientos desatados sobre el otro en un mar que se agitaba entre olas de instenso placer. Su respiración pegada a mi cuello, su pelo acariciando mi rostro, la fina capa de sudor que cubría nuestros cuerpos formada por la fricción de ambos. Todo, sencillamente todo era perfecto. Perfecto como Jacqueline que era para mi aquella diosa salida de la nada la cual me alegraba la vida y a la que siempre amaria.

El tiempo pasaba y nosotros pareciamos no querer acabar, los movimientos variaban según lo queriamos y las carcias no cesaban... Pareciamos desear que aquello no acabara nunca.

El tiempo pasaba y nosotros continuabamos allí sin deternos, sin querer separarnos. Si tenía alguna necesidad la verdad es que no la notaba, por que todo ser perdía entre Jacque y yo, todo se sumía en aquel tremendo placer.

No se cuanto tiempo pasó ni en que momento empecé a sentir mi cuerpo sacudirse ligeramente. Lo que sé es que Jacqueline también se estremecía, suponía que ya necesitabamos acabar con aquello, culminar la union de nuestros cuerpos con el placer extremo que nos ofrecia el acto. Otra sacudida de mi cuerpo, un gemido alto escapado de sus labios, mis ojos se cerraron justo en el momento en el que ambos nos entregamos por completo al palcer.

Un último suspiro por parte de ambos y luego la calma. La atraje hacia mi para que se apoyara en mi pecho, acaricié su pelo despacio, besando luego su cabellos en silencio, sin decir nada. No hacia falta decir nada, todo estaba dicho.

Sus palabras acariciaron mis oidos mientras mi mano acariciaba su cabello y sentía las suyas acariciar mi pecho. Sonreí.

- Yo también te amo... - Murmuré lo suficientemente alto como para que ella lo escuchara. No se había roto el mágico momento a pesar de nuestras palabras es más, parecía que a cada momento que pasaba se volvía mejor. No quería separarme de ella, pero en algún momento tendriamos que hacerlo ya que estaba apunto de ser la hora de la comida y a ambos nos entraría un hambre atroz después de tanto esfuerzo. Cuando Jacquelie se levantó yo también hice lo propio, recogimos nuestra ropa y la seguí al baño. No podía resisitirme a las miradas que me echaba para que la siguiera...

Tras la ducha ambos salimos nuevamente vestidos y nos metimos en la cocina. Absolutamente todo lo que podiamos hacer juntos lo haciamos y eso me gustaba, tener a alguien con quien poder compartir cualquier cosa.