Dos o tres tropiezos {Tyler}

Apartó su dedo despacio y me quede en silencio un momento.

- Natasha... Yo sé que tu eres capaz de cualquier cosa por hacer feliz a los demás. Lo sé, por que lo he visto. Y podrias tener una familia tranquilamente, podrias ser feliz. No tienes por que sufrir en silencio cuando yo estoy aqui para todo lo que me pidas. En cualquier cosa voy a ayudarte y apoayarte y lo sabes. -Sonreí intentando animarla.

Pase una mano por su rostro y le di un beso en la mejilla limpiandole luego un poco las lagrimas. No quería que llorara, quería que me sonriera, que me sonriera de verdad y que me contagiara con su alegre sonrisa. Era mi Nat, la pequeña que había conocido el primer día en Bucarest en un bar y la primera con la que me había emborrachado, no podía abandonarla jamás. Por eso quería que aceptara mi ayuda, por que yo sabía que ella podría cambiar si se lo proponia.

- Bueno... ¿Vamos a animarnos un poco vale? Esa cara tan larga no me gusta, te hace mucho más fea. Y... Soy yo ¿o se te han encogido las tetas? Por que si ya las tenías pequeñas esto sería el colmo. - Bromeé.

Me levanté para ir a buscarle un vaso de agua. ¡Esa era mi Nat! Sonriendo como me gustaba a mi.

- Bueno, no puedo decir que no me gustan. Y ya sé que son perfectas. -Dije sirviendole un vaso de agua para luego llevarselo hasta el sillón. Esta vez me quede de pie por si me pedía algo más.

Le sonreí. Estaba seguro de que a partir de ese momento empezariamos a hablar de forma más animada entre nosotros ahora que Nat se había desahogado con el tema de sus padres y las drogas. Le peine nuevamente el pelo pues lo volvía a tener revuelto. Cuando hubo terminado de beber agua me incliné hacia delante y le dí un beso amistoso en la nariz, a mi me resultaban algo molestos, pero hacerselo a ella me hacia gracia.

Trataba a Nat como una niña pequeña por que en cierto modo para mi lo era. Le sacaba unos años, más de los que ella quizás pensase por que los que aparentaba no eran los que verdaderamente tenía.

Reí a la par que ella. Si yo encontraba algun día una mujer que consiguiera separarme de Nat que era mi mejor amiga, seguramente ese dñia estaría en un sueño.

- Um, conocer, no he conocido a nadie. Y tu sabes que tenga pareja o no siempre voy a estar contigo. Por el momento no la tengo así que todo mi tiempo libre es exclusivamente para ti pequeñaja. - Ahora que estaba de pie y frente a mi la agarré de la cintura atrayendola un poco hacia mi - Nat, incluso tu sabes que si no fueramos mejores amigos estaría casado contigo. -Reí.

Parecía buscar algo en la mesa así que yo me preocupé de facilitarselo ya que estaba en el sillón. Se lo puse delante para que supiera que lo tenía yo. Apoyé mis manos en sus caderas y le guiñé un ojo. Jamás había pretendido nada con Nat, así que esos gestos eran juegos para nosotros, juegos entre buenos amigos. Nada más que esas cosas. Había momentos en los que nos habiamos besado, pero era por juegos o por bromas y tonterias nuestras.

- Yo también prefiero esto a decir verdad. Dudo que me aguantases como pareja. Todo el día teniendo sexo y más sexo... - Bromeé.

Apenas me había dado cuenta de la poca visibilidad que había en el apartamento. Ví como Nat encendía el televisor y luego escuché con interes lo que opinaba su prima. Normal, haciendo lo que haciamos en público era normal que pensara que eramos pareja.

- La proxima vez nos damos el lote de buena manera ante ella. - Otra broma más, aunque sentía curiosidad por saber como era darse el lote con mi mejor amiga.

Un par de veces había estado tentado de pedirle a Nat que fueramos pareja, pero había comprendido que ella y yo no podiamos llegar más allá de lo que teniamos. A veces había pensado incluso en que acostarnos no estaría mal, al fin y al cabo los dos conociamos lo que le gustaba al otro en la cama por que nos lo habiamos contado.

Nat tenía razón, el sexo sin duda era lo de menos si hubiera una relación de por medio. Escuché el comentario sobre su prima mientras veia como se acomodaba entre mis brazos. Alcé la vista e intente imaginarme la escena poniendo cara pensativa.

- Ya lo estoy imaginando. Empezamos a besarnos despacio ante ella para demostrarle lo que somos y luego seguimos sin percatarnos de que ya se ha ido para dejarnos a solas... -Puse una sonrisa interesante mientras miraba a mi amiga para ver su rostro- Y allí seguimos hasta que ambos tenemos ganas de más y nuestros cuerpos piden el contacto del otro... Vuela la ropa y acabamos sobre cualquier sitio...Grr.. -No pude evitar reirme alfinal.

La verdad es que daba cierto morbo pensarlo y yo lo había contado como si realmente fuera a pasar. Pocas veces me había visto contando ese tipo de cosas a Nat, normalmente eran desvarios que me daban cuando estabamos completamente aburidos, pero ella había sacado el comentario de su prima así que no había podido evitarlo.

- Lo dije para que sonara tentador. -Confesé. Pase mi mano por su mejilla despacio, acariciando de nuevo sus labios.

¿Por qué no iba a imaginarme la escena mientras lo decia? Para eso estaba la cabeza, ¿no? Para imaginar mejores cosas y grandes momentos con tu mejor amiga. Menudas bromas las mias.

- Y claro que me imagino esas cosas, aun sigo pensandolo. Es tentadora la idea, muy tentadora. -Evidentemente decía esto por que entre Nat y yo sobraba la confianza y era de las buenas, no de las que dan asco. Sabía que eso a ella no le molestaría y por eso lo decia.

Acerqué mi rostro a su cabello para inspirar su aroma. Me encantaba su olor, era perfecto y jamás podria olvidarlo, podria reconocerla a kilometros solo por como olia. Suspiré y recordé algo.

- Nat, aun hueles a alcohol. ¿Por qué no vas a darte una ducha eh? - No me molestaba, pero luego todo olia a alcohol y yo le había dicho a ella que el olor me mareaba si era muy fuerte.

El beso me arrancó otra sonrisa. Esta chica siempre conseguía sacar lo mejor de mi. Por lo menos había aceptado darse una ducha, si, eso la ayudaría a relajarse.

- Tranquila, no me iré. Te esperaré aqui completamente a tu disposición para lo que quieras. -Reí. Cuando ví que se iba a su cuarto añadí- Si necesitas mi ayuda en la ducha dimelo, siempre es un placer. -Bromeé.

No, no había visto a Nat desnuda, pero si que la había ayudado a lavarse la cabeza en varias ocasiones. Como aquella vez que nos dio por hacer una pelea de huevos o aquella otra en la que cocinando juntos acabamos perdidos de nata por todas partes. Si, había momentos realmente infantiles entre nosotros, bastantes y muy buenos. Si me paraba a pensarlo seriamente, podría escribir un libro con ellos.

Me deje caer en el sillón y me acomodé todo lo que pude. La habitación estaba oscura y no echaban nada bueno en la tele así que me levanté nuevamente y me puse a ordenar un poco el apartamento que estaba algo desordenado. Cuando acabé volví a sentarme a esperar a Nat.

Nat volvió de la ducha tras media hora. Conocía sus tardanzas así que no era raro que casi me hubiera quedado dormido en su sillón. Me saco de mis pensamientos cuando se sentó a mi lado. Inspiré que bien olía ahora... Me incorporé.

- Que bien hueles... -Comenté pegandome a ella, olfateando su pelo y luego su cuello.

¡Me encantaba como olia cuando salia de la ducha! Me pegué a ella por completo aun oliendola en el cuello, el aroma se hacia más fuerte para mi al tener el olfato más fino ¿y qué podía decir? Me entraban ganas de comermela cuando olía así, pero comermela en el buen sentido. Nunca había llegado a ver a Nat como una presa, quizás fuera por ese sentimiento protector que despertaba en mi.

Deslicé mis brazos por su cintua y me apoyé ligeramente en ella, aprovechando de vez en cuando para olfatearla mejor. Parecía un loco, pero Nat, me conocía bien. Además, a elal no parecía molestarle.

Nat dejo su cuello expuesto para que yo pudiera olerlo perfectamente. Pasó su mano por mi cuello mientras me preguntaba por que me gustaba tanto. Era fácil, para mi los olores eran más fuertes y el shampoo mezclado con su olor natural hacian una fragancia estupenda, aunque yo más que nada buscaba su olor natural. Deposité un lento y cálido beso en el cuello de mi amiga y sonreí.

- Básicamente no es el shampoo, es tu olor corporal. Me gusta, bueno... Más bien me encanta. No puedo evitarlo. -Dije en un susurro.

Me aparté un poco. Tyler, cuidado Tyler con lo que haces con tu mejor amiga. Cerré los ojos un momento para distraerme con otras cosas. La postura era algo complicada y Nat estaba apunto de caer y si ella caia yo caería con ella, así que lo mejor era no precipitarse. Pero, tampoco era tan malo.

Me acomodé a su lado, mirandola tal y como ella me estaba mirando a mi. Pareciamos dos tontos buscando algo en el rostro del otro, pero no importaba, era mejor que mirar la tele.

Sentí su mano deslizarse por mis rostro despacio, siguiendo el contorno de mi mandibula. Ahora al estar cara a cara tenía ganas de... ¿Besarla? Impresionante, ¿como había acabado pensando eso? Parpadeé sonriendo luego.

- Yo también me alegro de haberme encontrado contigo hoy. -Susurré casi en el mismo tono que ella, inclinandome un poco hacia delante, quedando más cerca de ella, pero no para nada más que sentir su cercania.

Me gustaba el momento por el que estabamos pasando, era ligeramente más intimo de lo normal. Si, por que en otras ocasiones ninguno de los dos solíamos acabar tan cerca y esta vez eramos los dos los que estabamos pendientes el uno del otro dejando a un lado todo lo que ocurría aparte de nuestro pequeño entorno. Deslicé un dedo por la pierna de Nat, recorriendo esta ahora que su pantalon era corto y la piel delicada y fina quedaba al aire. Era solo un juego, ¿no? Aquello me estaba gustando demasiado y temía un poco por como podía acabar todo. Pero confiaba en la confianza que teniamos, si algo pasaba seguramente alguno lo pararia... Seguramente.

El roce de mi dedo en aquelle estupenda y cálida piel hizo que Nat se inclinara hacia delante. Su aliento acarició despacio mis rostro y una sonrisa se dibujo en mi cara. Moví el dedo un poco más, subiendolo despacio por su pierna para acariciarla lentamente. Luego volvía a levantar los ojos para mirar los suyos... ¿Y si ella y yo..? Era un poco dificil pensarlo de esa forma, acabar en la cama, con su mejor amiga.

- ¿Te gusta? -Murmuré despacio para que pudiera escucharme perfectamente.

El que iba a necesitar pronto una ducha de agua fria era yo. Estabamos en el ambiente perfecto, como si alguien lo hubiera preparado así para nosotros. Por una parte quería, por otra... Mi sentido de la responsabilidad me decía que no podía llegar más allá con mi mejor amiga.

- Nat, creo que dentro de poco yo también voy a necesitar una ducha. Llevo todo el día fuera trabajando, no debo tener el meor olor del mundo. - O buscaba retrasar el momento para lo que iba a suceder o buscaba adelantarlo ya que con la excusa de la ducha podían pasar demasiadas cosas.

Me quede alucinando ante su oferta. Se aparto un poco, no supe el motivo pero en parte lo agradecí. Me levanté, ya me había duchado en casa de Nat otras veces, cuando venía de peores sitios.

- Te lo agradecería bastante. ¿Vamos? - Pregunté haciendo un gesto con la cabeza al tiempo que iba directo al baño.

E el baño esperé a Nat y en lo que esperaba por ella empecé a pensar cosas muy interesantes que podian suceder con nosotros dos en el baño. Sacudí ligeramente la cabeza y me quite la cazadora y la camisa dejandolas a un lado bien dobladas, me gustaba ser ordenado, una extraña manía no demasiado presente algunas veces.

Esperé frente al espejo del cuarot de baño, mirandome la cara. Tenía ojeras, no demasiado pronunciadas pero si era sintoma de que estaba durmiendo muy poco. Me pase las manos por el pelo peinandolo hacia atras y me giré hacia la puerta cuando Nat entró por esta. No pude hacer menos que dedicarle una sonrisa, no me importaba que me viera semidesnudo tal y como estaba.

Asentí cuando me recomendó que debía de dormir más. Sentí el agua caer por lo que me giré hacia ella. Me señalo donde quedaba lo necesario para bañarme y cuando iba terminar de quitarme la ropa sentí que se acercaba y su mano recorriendo mi pelo. Levanté la mirada para mirar sus ojos. Ese brillo pícaro hizo que un escalofrio me recorriera todo el cuepo. Me pegué un poco a ella, esperando a ver cual era su reacción.

- ¿No vas a dejar que me bañe? Podría invitarte a hacerlo juntos, pero... Te acabas de bañar y no estoy muy seguro de si querrias o no. -Deposité un beso en su mejilla y me aparté despacio. Ella quería llegar más allá al parecer y yo aun no sabía. Mi mejor amiga y yo...

Le di la espalda deshaciendome por completo de lo que quedaba de ropa y metiendome bajo la regadera. Me estremecí ante el contacto del agua caliente. Sentaba estupendamente. Sabía que Nat estaba fuera y me miraba, pero no tenía ni idea de que era lo que estaba pensando.