Dos o tres tropiezos {Tyler}

- Nooooooo... - Dije tratando de parecer un sufridor a causa de los golpes de Nat.

Me encogí sobre mi mismo tanteando la cama para coger otra almohada mientras Nat me golpeaba con la almohada. Cuando encontré una cerca de mi me incorporé un poco para golpear a Natasha sin poner fuerza alguna en los golpes, tampoco iba a ir a lo bestia con ella pues sabía perfectamente que la pobre no tenía mucha fuerza.

Tras recibir un par de golpes me incliné hacia delante y me lancé sobre ella con cuidado para volver a tumbarla en la cama quedando yo sobre ella agarrandole las manos para que no pudiera moverse.

- Rindete, estas en desventaja Natasha Bovie. -Dije con tono autoritario pero luego no pude aguantar la risa y estallé en una carcajada.

Me quede junto a Nat mientras bebía agua de la pequeña botella que había cogido. Su pregunta me dejo algo sorprendido, aunque admito que me gustaba, por que eso significaba que estaba de buen humor y ya se habian pasado los malos momentos anteriores.

- A veces me sorprenden tus preguntas. -Dije antes de contestarle- Lo que más deseo es... Umm, poder formar una familia y vivir en algun lugar apartado y tranquilo sin tener que sufrir de las preocupaciones que ofrece la ciudad. Pero me parece que por el momento es algo que me queda lejos de mis posibilidades.

En cierto modo era peligrosa la vida que yo escogía por que en losl ugares apartados era donde más cazadores solía haber y un grupo de lobos tenía que ser demasiado sospechoso. De todas formas me gustaba la idea, vivir lejos de una manada y sus normas y poder vivir junto a una esposa y unos hijos.

Agradecí con una sonrisa el comentario de ser un buen padre por su parte. Alomejor tenía razón pero no me hacia ilusiones, nunca se sabía.

- ¿Esperar? La verdad es que no lo se. Supongo que espero a que aparezca esa mujer ideal que cuando la conozca me haga sentir bien y pueda confiar en ella plenamente. Aunque cualquier que me oiga y sepa de nuestra relación podria pensarse que hablo de ti. -Sonreí- Pero bueno, hace poco conocí a una que me causa cierto efecto, creo que es un poco mayor que yo, pero no me importa.

A mi mejor amiga tenía que contarle todo. Aunque en ese momento pudiera ponerse un poco celosa. Al igual que yo, ella me quería unicamente para si misma, para acapararme aunque no fueramos nada más que amigos, pero Nat era comprensiva aunque no lo demostrara a veces.

No me gustaron sus palabras. Veia un ligero mosqueo a la vista por lo que me abracé a ella de forma cariñosa.

- Nat, no empieces a enfadarte por que sabes de sobra que aunque este casado con mujer e hijos tu vas a seguir siendo mi mejor amiga. Y yo muchas veces te he dado miles de motivos para demostrarte que no voy a abandonarte nunca. ¿O es qué piensas que después de todo si fuera ha dejarte hubiera pasado tantas cosas contigo? -Empecé a besar su mejilla varias veces.

No esperaba que se enfadara, esperaba que lo comprendiera, además, solo le habí dicho que la conocía y punto. no que hubiera nada o fuera a surgir. Natasha estaba empezando a sacar en ese momento su lado posesivo y celoso y era algo que me hacia gracia por que nunca tenía motivos para ello, en cambio yo si, segun la cantidad de conocidos que tenía de los que ella me hablaba.

Negué suspirando ante las palabras de Nathasha. Era testaruda, mi pequeña eram uy testaruda.

- Nat... ¿Qué van a saber otras que tu no sepas? Si hasta hace un rato me has visto desnudo. Sabes la cantidad de cicatrices que tengo en el cuerpo, lo que me gusta en las mujeres, todo lo malo que he hecho. ¿Qué no sabes de mi? -Pregunté volviendo a golpear su mejilla con mis besos distraidos.

Sus dedos jugaron con mi pelo. Sonreí. Esta chica iba a acabar conmigo un día u otro, entre que era adicta a todo lo malo también era celosa y posesiva. Pero era Nat, mi Nat, mi mejor amiga en la vida y tal y como era me gustaba. No la cambiaria por nada del mundo, aunque si hubiera cambiado sus manias y vicios muchas veces. Nos quedamos abrazados, ella jugando con mi pelo y yo peinando el suyo que una vez más volvía a estar revuelto después de tanto juego.

Apoyé la cabeza en su regazo.

- No se si es la mujer perfecta para mi Nat. La verdad es que no se que siente por mi. Ella ya ha estado casada y tiene un hijo. - Acomodé la cabeza en el regazo de mi amiga y suspiré cerrando los ojos.

Estaba cansado. Había sido un día largo, tenía sueño y unas ojeras impresionante y lo peor de todo era que era yo el que estaba deprimido, pero no lo deje ver a Nat, por que era capaz de preocuparse y en estos momentos era ella la que me necesitaba a mi.

- Nat, a veces pienso que hubiera sido mejor que hubieramos tenido una relación, alomejor ahora estaríamos criando a dos niñas tan guapas como tu y tan tranquilas como yo. Eso nos hubiera ahorrado muchos quebraderos de cabeza. -Dije con una leve sonrisa.

Ví como una lagrima caia por el rostro de Natasha. Me incorporé un poco y acerqué mi rostro al suyo para darle un beso cerca de los labios.

- Nat, ¿por qué lloras? Venga mujer, no llores. No voy a irme de tu lado para siempre, me quedare contigo. -Susurré en su oido de forma cariñosa.

Mi mejor amiga estaba deprimida otra vez y yo no sabía que hacer. Menudo gran amigo estaba hecho si no sabía como ayudarla. Tomé su rostro entre mis manos y le di otro beso en cerca de los labios, no podía permitir que se deprimiera otra vez. Alomejor lo que ella necesitaba era un novio, aunque me pesara pensar que mi mejor amiga iba a poner su confianza en manos de otro, era algo que debía aceptar.

Necesitaba algo o alguien que la hiciera cambiar ya que yo no podía conseguirlo. La miré a los ojos esperando que se recompusiera.

- Si te deprimes empezaré a consumir pastillas de golpe hasta que me de una sobredosis, entonces si que te vas a deprimir. - Era una amenaza pero lo decía para que no se deprimiera y para que entendiera como me sentía yo a veces.

- No tiene por que cambiar nada Nat y tampoco va a cambiar nada por que seguiré viniendo. Además, la mujer que llegué a ser mi novia tendra que aceptar que tengo una mejor amiga en la que confio plenamente, como ya aceptaría que ella lo tuviera. -Dije mirandola a los ojos con sinceridad.

No quería que una nueva relación estropeara la que tenía ya con Nat. Ella era la única en quien podría confiar plenamente y aunque lo hiciera en el futuro con mi pareja eso no significaba que la dejara de lado, por que es mejor tener a los amigos cerca, por que los amores, aunque no quieras siempre pueden largarse y joderte la vida.

Por eso y por que Nat era mi protegida jamás iba a dejarla de lado, por mucho trabajo o cosas que tuviera que hacer siempre habría un hueco para ella en mi agenda. Aunque ella entendería que algun día pudiera faltar por causas de trabajo, las causas personales siempre las comentaba con ella.

Negué con la cabeza ante su alocado comentario. Lo que necesitab Nat era un psiquiatra por que la pobre ya empezaba a desvariar de lo lindo. Acaricié su pelo mientras veia como sus ojos se iban cerrando despacio. No me importaba quedarme a dormir allí con ella, al fin y al cabo lo hacia cuando podía.

- Nat, estas desvariando. Como siempre. - Comenté con una sonrisa - Anda, duermete que te estas quedando dormida con tanta locura tuya. Yo me quedaré contigo esta oche si no te importa.

Sonreí levemente y continué acariciando su pelo que sabía que la dejaría dormida en poco tiempo. La noche había sido interesante después de todo y Nat había acabado acostandose con una sonrisa aunque seguramente a la mañana siguiente si se lo decía no se lo creería.